tag:blogger.com,1999:blog-65857069285787483502024-03-14T00:33:36.353+01:00 Ashtanga Yoga BilbaoPrimera escuela oficial de Ashtanga Yoga en Bilbao y el País VascoFernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.comBlogger111125tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-8161654276705635372023-10-28T12:21:00.004+02:002023-10-28T12:25:54.982+02:00Urdhvua kukuttasana: bandha en acción.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSKouk16-4Bjs7IFYMeWGSm2Czh1_u3K841JAlKscHI7ozbM4Q_ro0J9cPeFKmRbUeCGpa5okMX5sXkpyWPY-P0vtCW1sqp0CqsBRsu7fZ8wovAth1MijpULZ8XOpXvi3R3cIJYdra7Xg1tcLj6VbdoyWuJcUAWFt9m91UWcfLtPk9cHe_wTK3qF_0z822/s1052/IMG_7174.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Urdhva kukuttasana B by Fernando Gorostiza en Ashtanga Yoga Bilbao. 26 de septiembre del 2023." border="0" data-original-height="1052" data-original-width="750" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSKouk16-4Bjs7IFYMeWGSm2Czh1_u3K841JAlKscHI7ozbM4Q_ro0J9cPeFKmRbUeCGpa5okMX5sXkpyWPY-P0vtCW1sqp0CqsBRsu7fZ8wovAth1MijpULZ8XOpXvi3R3cIJYdra7Xg1tcLj6VbdoyWuJcUAWFt9m91UWcfLtPk9cHe_wTK3qF_0z822/w228-h320/IMG_7174.jpg" title="Urdhva kukuttasana B" width="228" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Urdhva kukuttasana B.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las cuatro series avanzadas de Ashtanga Yoga tienen el sobrenombre <i>“sthira bhaga”</i>, que significa “estabilidad divina” y que hace mención al despliegue de fuerza que construyen y demandan. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;">En este video se muestra un momento crucial de la tercera serie de Ashtanga Yoga, en el que acaba de concluir con <i>durvasasana </i>una secuencia de estabilidad con el pie detrás de la cabeza y comienza una secuencia de estabilidad sobre los brazos. <i>Urdhva kukuttasana</i> (el gallo elevado) es la primera de esta secuencia de pura fuerza visceral, de puro <i>bandha</i>, y constituye un verdadero cancerbero que evidenciará la fortaleza o debilidad del practicante y lo preparado que está para lo siguiente. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dyNOvcl8izJ-9zKS1gRC1wwZ1dkz52_zRB3Fpqk39nU6wnFggnEVdKKgb9INREGPspMPHW84UFgmdsaILznjw' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: center;"><i>Urdhva kukuttasana B editado para Instagram.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Urdhva kukuttasana</i> tiene tres variantes, y aquí se muestra la segunda de ellas. Las otras dos no son precisamente sencillas, pero las personas familiarizadas reconocerán que <i>urdhva kukuttasana B</i> es, con diferencia, la más difícil de las tres. Entiendo que la mayoría de las personas que vean esta publicación no se están enfrentando a ella, pero quizás pueda servir como ejemplo a todo el mundo de la utilidad de esos famosos <i>“bandhas”</i>. Desde su primer día, a un practicante de Ashtanga Yoga se le plantea el problema de <i>utpluthih</i> o <i>tolasana</i>, que muchos piensan es imposible debido a la longitud de sus brazos respecto a su torso. En esta postura de la tercera serie puede verse un ejemplo extremo de cómo la longitud de los brazos resulta ampliamente irrelevante y de cómo lo que hay que cultivar es la fortaleza de la musculatura interna que es capaz de elevar el torso y encogerlo como si de un acordeón se tratara.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La principal dificultad de esta variante de <i>urdhva kukuttasana</i> estriba en ser capaz de subir las piernas A LA VEZ por detrás de los brazos sin chocar contra ellos, quedarse atascado ni tener que apoyarse primero sobre una rodilla y después subir la otra. En esto es crucial el empleo de la respiración. La subida hacia atrás debe realizarse sobre una inhalación; no se me pasa por la cabeza que sea posible hacerlo sobre una exhalación. Para ello, subo inhalando en primer lugar levantándome ligeramente del suelo, luego exhalo mientras pego las rodillas al pecho para a continuación inhalar y balancearme llevando las rodillas entre los brazos hacia atrás y arriba. El resto es ya cuestión de <i>bandhas </i>o, en términos prosaicos, de abdominal transverso, diafragma y suelo pélvico. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzVJVZYhzCW_dNH-vQwQCfs6dlDCVEGxsvfXg_a0_4mmQpSQ78w6HiRuGr0FS-Pip4ZAnjZtMMKJNVGbMkkew' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><i><div style="text-align: center;"><i>Urdhva kukuttasana B sin editar.</i></div></i><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Deseo recalcar el hecho evidente de que no tiene sentido practicar las series avanzadas de Ashtanga Yoga si antes no se han resuelto suficientemente las series primera e intermedia, en las que se busca, respectivamente, purificar el cuerpo físico -<i>yoga chikitsa</i>- y el sistema nervioso -<i>nadi shodhana</i>-. Las secuencias de Ashtanga Yoga tienen un ordenamiento inteligente, de modo que los <i>asanas</i> posteriores se basan en los anteriores. Cuando se han desarrollado la movilidad y fuerza necesarias, el estudiante estará preparado para afrontar nuevos retos. En el caso de esta postura, entiendo que resultan claves las posturas especialmente orientadas al desarrollo de fuerza de la segunda serie, a saber: <i>bakasana b</i>, <i>karandavasana</i>, <i>mayurasana </i>y <i>nakrasana</i>. Pasar por alto una debilidad en estas posturas pasará factura más adelante, y éste es uno de los puntos cruciales donde saltará a la vista. De nuevo, te animo a que no pruebes estas cosas por tu cuenta “a ver qué pasa” y te pongas en manos de un profesor experimentado que vea tu práctica con perspectiva y te pueda guiar, ayudar y aconsejar. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mis agradecimientos a Luke Jordan y Lucía Andrade por haberlo hecho y a Nines Blázquez por apoyarme cada día.</div></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-53231081437214757772023-09-28T15:48:00.007+02:002023-09-29T17:04:31.098+02:00Luke Jordan: Asanas con contenido.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwnlaNH99yUWlg0XLMUzMgbE423RtGeeFLmQYLFFsr1pS1Fbqosv2iKbOdsYeShSA8-Of4yPTDr9deXnIk5bHDzBsw6EpbwahhTbJdNoWXeMF7JW5WqsVdipj8cICKPzt5G7dReBbwrW0Uhgoro1c30mnIq4NYMVX0Nu52OA0A0LDQ2sjcBqt5v_MUsLLy/s1170/1tWF871A.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1170" height="219" id="id_ca95_18ce_c575_77af" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwnlaNH99yUWlg0XLMUzMgbE423RtGeeFLmQYLFFsr1pS1Fbqosv2iKbOdsYeShSA8-Of4yPTDr9deXnIk5bHDzBsw6EpbwahhTbJdNoWXeMF7JW5WqsVdipj8cICKPzt5G7dReBbwrW0Uhgoro1c30mnIq4NYMVX0Nu52OA0A0LDQ2sjcBqt5v_MUsLLy/s320/1tWF871A.jpeg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><br><p style="text-align: justify;">Descubrimos a Luke Jordan hace muy poco. Corrían los primeros días del mes de enero del 2022, cuando de pronto Nines me pasó una publicación de la recién estrenada cuenta de Instagram de <a href="https://www.ashtanga-yoga-alcobendas.es/" rel="nofollow" target="_blank">Anna Costanza</a> en la que se anunciaba un <i>workshop </i>de seis días con un tal Luke Jordan con práctica estilo Mysore y canto védico. Mi primera reacción fue de rechazo: <i>"¿Quién es ése?"</i> Yo ya estaba haciendo clases <i>online </i>con Lucía Andrade, profesora certificada por el KPJAYI/SYC de Mysore, con quien habíamos hecho dos <i>workshops</i> presenciales en Madrid en los que me había enseñado el final de la serie intermedia y el comienzo de la tercera, y daba por hecho que ese tal Luke sería un profesor <i>random </i>de los muchos que se pasean por el mundo impartiendo <i>workshops</i>, por lo que no me llamó especialmente la atención, ni siquiera por que una parte sustancial del suyo consistiera en el canto de mantras, una agradable rareza en esta clase de eventos que suelen complementarse con sesiones de ejercicios de apertura de cadera, <i>backbending </i>o<i> jump-backs</i> que, la verdad sea dicha, me interesan más bien poco.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, una rápida búsqueda en Google me hizo descubrir, en primer lugar y para mi sorpresa, que Luke Jordan era uno de los escasos profesores <a href="https://sharathyogacentre.com/authorised-teachers-directory/wpbdp_category/portugal/" rel="nofollow" target="_blank">certificados por el KPJAYI/SYC de Mysore</a> y que estaba afincado en la localidad portuguesa de Colares. ¿Cómo podía ser eso? Entre España y Portugal hay alrededor de 50 profesores autorizados; en toda Europa más de 300. De esos 300, sólo hay 11 certificados; el resto son autorizados nivel 1 ó 2 tal que Nines o yo. Lucía Andrade se había mudado en tiempos recientes a Ibiza y Tomás Zorzo está, a todos los efectos, retirado del Ashtanga Yoga tradicional. ¿Cómo podía ser que no me hubiera enterado que en la Península Ibérica había un segundo profesor, aparte de Lucía, certificado y en activo?</p><p style="text-align: justify;">Bueno, pues me acababa de enterar. Luke Jordan, originario de Irlanda del Norte, se había mudado al sur de Europa y en abril del 2022 tendría ocasión de conocerlo. </p><p style="text-align: justify;"><br></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqUv08n3ZezUghVHw9EmbLvpL3uLcIf-hrb0aVSh3i0wKY2IMJ-I1jzU7Cb0EX3vpMLtXWsR7qFWJZlwaFGBSTRkFNeBFseJo8Uigj67vDN_46Rzk_pUya_SoqMw_UYs-qPGN3HS3J_us9znblKpyfhkyfA1sr24_BbHdeOb64spo01W5AlBmhar0Q_Cc1/s4928/zTHAeyCQ.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3264" data-original-width="4928" height="212" id="id_a618_9d86_4ac2_2ea4" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqUv08n3ZezUghVHw9EmbLvpL3uLcIf-hrb0aVSh3i0wKY2IMJ-I1jzU7Cb0EX3vpMLtXWsR7qFWJZlwaFGBSTRkFNeBFseJo8Uigj67vDN_46Rzk_pUya_SoqMw_UYs-qPGN3HS3J_us9znblKpyfhkyfA1sr24_BbHdeOb64spo01W5AlBmhar0Q_Cc1/s320/zTHAeyCQ.jpeg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Ayudando en Supta vajrasana.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><p style="text-align: justify;">No investigué ni leí nada más acerca de él. Simplemente esperaba vivir la experiencia y suponía que sería enriquecedora. La práctica de Ashtanga Yoga, dicen muchos que no la conocen o la conocen superficialmente, es siempre igual, por lo que en realidad tiene poco sentido ir con un profesor o con otro: harás lo mismo y te harán lo mismo, como si todos, profesores y practicantes de Ashtanga Yoga, estuvieran sacados de una línea de producción en cadena. Esta noción no puede estar más errada. Por mucho que hayamos aprendido de la fuente de Ashtanga Yoga en Mysore y que tengamos como referencia a Sharath Jois y su abuelo, lo que transmitimos está siempre "coloreado" de nuestra interpretación subjetiva, de nuestra forma de ser particular, de nuestro recorrido personal y de nuestras influencias. Incluso en Ashtanga Yoga Bilbao, donde Nines y yo hemos tenido recorridos muy similares con muchos años al lado de Borja, varios viajes a Mysore y un buen saco de <i>workshops </i>con los mismos profesores, enseñamos de maneras distintas. Nuestra atención al detalle no es la misma, la manera de expresarnos, de corregir y ayudar verbalmente o manualmente no es para nada idéntica. De hecho, frecuentemente discrepamos en ciertas cuestiones, y a veces nadie diría que en realidad tenemos los mismos orígenes. A decir verdad, la práctica de Ashtanga Yoga, sus practicantes y sus profesores son como un caleidoscopio: uno mira siempre a través del mismo agujero, los cristales de colores son siempre los mismos pero, cada vez que se gira, se observa algo diferente. Por eso resulta interesante entrar en contacto con otros profesores, para enriquecer tu propia experiencia al impregnarte de su experiencia. En el caso de Luke Jordan intuía que, por el hecho de que hubiera conocido más de la práctica y durante más tiempo que nosotros mismos, cosa cada vez más difícil a medida que nos acercamos a las dos décadas de práctica, su perspectiva merecía ser conocida. </p><p style="text-align: justify;">Y no me equivoqué. Nos alojamos en una pensión de Alcobendas durante toda la semana y caminamos cada mañana hasta el chalé de Anna, en cuyo garaje nuestra amiga ha acondicionado una coqueta <i>shala</i>. El evento había congregado a numerosos practicantes de Ashtanga Yoga de toda la geografía española; nos reencontramos con viejas caras conocidas y había también una nutrida representación extranjera. Por lo visto, debíamos de ser de los últimos pardillos en enterarnos de que Luke andaba moviéndose por estas latitudes. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCk_x35iYxhYUm3BaAHMItEi5vuHHxC9E8xB4JaiDRSbdoFfPA9WJCJZ9tl0Fo6nlA6GHQhImXzE0RPOxiQzVqoERte-lhV961HV7CS67_7UQnIux0IDFyXAnVQMVfG3s9oKIM4znICRWqkzHI4JDZXAZpg8wmJnpUwP7-NHKK__DUqVt8DUw2FGBgqc1Z/s4928/oXILC55g.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3264" data-original-width="4928" height="212" id="id_d3c3_e30b_6db8_5074" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCk_x35iYxhYUm3BaAHMItEi5vuHHxC9E8xB4JaiDRSbdoFfPA9WJCJZ9tl0Fo6nlA6GHQhImXzE0RPOxiQzVqoERte-lhV961HV7CS67_7UQnIux0IDFyXAnVQMVfG3s9oKIM4znICRWqkzHI4JDZXAZpg8wmJnpUwP7-NHKK__DUqVt8DUw2FGBgqc1Z/s320/oXILC55g.jpeg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Luke en plena faena.</i></div><p style="text-align: justify;">La <i>shala </i>estaba atestada. El ambiente recordaba a la <i>main shala</i> de Gokulam en Mysore: mucho calor, poca ventilación y escasa distancia entre esterillas; veintitantas personas en diferentes momentos de su práctica (el final de un turno coincidía con el comienzo del siguiente) se agolpaban en una habitación habilitada para una docena a lo sumo. A Luke, no obstante, la situación para nada se le hacía grande y su presencia llenaba toda la estancia, aunque no al estilo de Peter Sanson, que durante la clase no para de reír, regañar, animar, gruñir, hacer bromas... En cambio, Luke se movía en silencio de un lado a otro, dejando caer un goteo continuo de correcciones, pistas y ajustes. El primer día y el último hicimos todos únicamente primera serie. Recuerdo que el primer día me ajustó en numerosos <i>asanas </i>de la primera serie en las que nadie me había tocado en años. Me sentí enderezado, aunque a día de hoy no he sido capaz de replicar sus correcciones en mi práctica personal, lo que me ha animado y me sigue animando a repetir con él. Sus manos eran seguras, sin titubeos, y en las posturas de segunda y tercera serie mantenía el alto nivel de seguridad y confianza. En mi práctica personal no necesito grandes ayudas salvo en el obvio <i>supta vajrasana</i> y en <i>vrchkasana</i> (el escorpión), pero él me ajustó además con genialidad en <i>ardha matsyendrasana</i>, <i>dwi pada sirsasana</i> y <i>kasyapasana. </i>Como guinda, durante esos días me enseñó además las siguientes dos posturas de la tercera serie: <i>skandasana </i>y <i>durvasasana</i>, esta última <a href="https://blog.ashtangayogabilbao.com/2023/09/reflexion-en-torno-durvasasana-alarde-o.html" target="_blank">harto difícil</a> pero que con su ayuda pareció fácil. Harina de otro costal fue cuando regresé a casa y tuve que afrontarla en solitario, aunque por suerte ahí estaba Lucía Andrade con sus clases <i>online </i>y Nines en el día a día con su intuición y a día de hoy puedo alegrarme de no haber sufrido incidentes y ya puedo hacerla con relativa seguridad.</p><p style="text-align: justify;">Para los practicantes con muchos años de experiencia en esta tradición de yoga a los que hay pocas personas que nos puedan aportar algo, es una verdadera suerte tener cerca a un profesor como Luke Jordan, cuyo repertorio le permite cubrir a un espectro de estudiantes tan amplio, desde aquellos enredados en las habituales trabas de las series primera y segunda hasta los que lidian con los desafíos de la tercera y cuarta. El entorno totalmente "exótico" de Luke, además, aporta un enfoque completamente diferente. A Nines y a mí nos ha hecho ajustes y nos ha dado pistas que nadie más nos había dicho y hasta el día de hoy reflexionamos acerca de cosas que Luke nos dijo o hizo en el corto lapso de tiempo que hemos compartido con él. </p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxiDJUl8d-WRcWar7tOi9UMQ7qDgUxQ3DwdfqSHa0-p9A48X86rLPmcy7qD7wQnmF0Z03tVwdi4xYc-KQFCcRGMRd53003BEdQPtgNEG-mCsSq8BPOGGEHo4ur1GepMLxgILTduG0_fab9fZ-NnTxup-todwVJFhH99nwJFLZZ5oPI_ECek7I1-CF5SIW3/s1808/thumbnail_995DA696-62F8-4653-B84C-62BE59E90779.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1808" data-original-width="1808" height="320" id="id_be91_a4fd_67f0_9807" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxiDJUl8d-WRcWar7tOi9UMQ7qDgUxQ3DwdfqSHa0-p9A48X86rLPmcy7qD7wQnmF0Z03tVwdi4xYc-KQFCcRGMRd53003BEdQPtgNEG-mCsSq8BPOGGEHo4ur1GepMLxgILTduG0_fab9fZ-NnTxup-todwVJFhH99nwJFLZZ5oPI_ECek7I1-CF5SIW3/s320/thumbnail_995DA696-62F8-4653-B84C-62BE59E90779.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Fernando, Anna, Luke y Nines en Alcobendas.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div style="text-align: justify;">Después de la gran experiencia de Madrid, en el mes de agosto de ese mismo año 2022 repetimos y nos fuimos a Colares, donde Luke dirige su <a href="https://ashtangayogasummerschool.com/">Ashtanga Yoga Summer School</a> dentro de un complejo de vacaciones en la costa de Cascais, con tres meses de práctica y <i>chanting</i> con el mismo formato del <i>workshop </i>de Madrid y al que cualquier practicante de Ashtanga Yoga se puede apuntar por una o varias semanas a un precio muy asequible. La experiencia fue igualmente intensa e interesante y de nuevo nos reunimos un variopinto conjunto de ashtanguis de diversas procedencias, incluida gente que sólo hemos conocido en Mysore, algunos viejos compañeros de Ashtanga Yoga Madrid, practicantes con los que hemos entablado cierta amistad después de haber coincidido en varios eventos de yoga (Lucía Andrade, Peter Sanson, Mysore, Conil, etc.), y un abundante número de extranjeros que le llevan siguiendo a Luke desde hace tiempo. Una alumna nuestra de Ashtanga Yoga Bilbao también se apuntó a la Summer School y conoció a Luke unas semanas después, e incluso cuando meses después viajamos a Mysore, conocimos a una chica filipina llamada Jenny que vive en Bruselas, a la que le encanta Luke Jordan y que ha estado varios veranos en la Summer School de Colares, incluido ese mismo. No es de extrañar que su Ashtanga Yoga Summer School se esté convirtiendo en un referente para la comunidad europea de Ashtanga Yoga, y si de algo nos arrepentimos es de no haberla conocido antes. Trinidad, una vieja amiga de Madrid, coincidió con nosotros en Colares y nos contó que descubrió a Luke Jordan y su escuela en Colares hace unos años y desde entonces no ha faltado un verano. Al principio iban muy pocas personas, para su sorpresa, pero a medida que la gente fue conociendo a Luke, tal que nosotros, su escuela de verano se ha erigido en un excelente lugar de encuentro para ashtanguis en vacaciones.</div><p></p><p style="text-align: justify;">No tengo muy clara la biografía de Luke, pero he obtenido algunas nociones gracias a una <a href="http://www.ashtangaparampara.org/luke-jordan.html" rel="nofollow" target="_blank">entrevista que le hicieron en Ashtanga Parampara</a>, una página web en la que se han publicado numerosas entrevistas a profesores de Ashtanga Yoga, y en la que el propio Luke cuenta que, mientras estaba en la universidad, y poco después de conocer la práctica de Ashtanga Yoga, se mudó desde Edimburgo a Londres con el único objetivo de practicar con el famoso (aunque alejado de todo famoseo) Hamish Hendry, por aquel entonces el único profesor autorizado del Reino Unido. Como Luke cuenta, <i>"vivía para [la práctica de] las 6 de la mañana, El resto del día sentía que llevaba una vida clandestina. Era un yogui disfrazado."</i> Un año después, Hamish le sugirió ir a Mysore, y tras conocer al mismo Pattabhi Jois en un <i>tour </i>europeo con una parada precisamente en Londres, Luke cumplió su viejo sueño de viajar a Mysore. Luke cuenta en la misma entrevista que cuando conoció a Pattabhi Jois estaba aún en la <i>shala </i>original de Lakshmipuram y que contaba con 87 años, de lo que se deduce, teniendo en cuenta que Guruji falleció en el 2009 a los 94 años de edad, que se trataba del año 2002. Por lo tanto, Luke comenzó la práctica alrededor del año 2000 cuando contaba con algo más de veinte años, así que ahora debe andar en torno a los 45 y, entre sus principales influencias caben destacar a Hamish Hendry y a Pattabhi y Sharath Jois.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGPiwg-TAD2jxNYcH2oi4cI_9fLEAFVZCPGG-FJUhpFvMOwCtl8eCu8TUoxmjm4e6PeJaLZdt1Juo66G7UOTR-mEo6XviAKkktG6dggBqgdx7e8za05VHsFDMJD7Ma2Qmz3RjDqXMyHxtNkYmT3Nlc89z10aOQyKmcJEudut6G3GlWFeRQg9AsVw3AkoDI/s805/screen-shot-2016-12-15-at-12-14-36-pm_orig.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="805" height="318" id="id_9f6_e4fe_f662_83f2" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGPiwg-TAD2jxNYcH2oi4cI_9fLEAFVZCPGG-FJUhpFvMOwCtl8eCu8TUoxmjm4e6PeJaLZdt1Juo66G7UOTR-mEo6XviAKkktG6dggBqgdx7e8za05VHsFDMJD7Ma2Qmz3RjDqXMyHxtNkYmT3Nlc89z10aOQyKmcJEudut6G3GlWFeRQg9AsVw3AkoDI/s320/screen-shot-2016-12-15-at-12-14-36-pm_orig.png" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Luke Jordan y un retrato de Pattabhi Jois.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/dGmnLSKL3PE" width="320" youtube-src-id="dGmnLSKL3PE" id="id_285c_4393_6fd3_5913"></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Podcast con Luke Jordan en el canal <a href="https://www.youtube.com/@keenonyoga" rel="nofollow" target="_blank">Keen on Yoga</a>.</i></div></div><p style="text-align: justify;">Tengo la sensación de que no se puede entender a Luke Jordan sin entender a Hamish Hendry. Hamish, cuya cuenta de Instagram es privada y apenas cuenta con un millar de seguidores, seguramente no sea tan famoso como aquellas estrellas de las redes sociales a los que siguen cientos de miles o millones, pero no cabe duda de que es ampliamente conocido, y yo diría que admirado, en los círculos de Ashtanga Yoga. Los motivos son varios: en primer lugar, por haber sido el pionero de Ashtanga Yoga en el Reino Unido, claro está, pero también por su seriedad, por estar alejado del postureo y, sobre todo, por su profundidad intelectual. De hecho, se sabe que Hamish cuenta con una titulación universitaria (no sé si doctorado) en religión o filosofía hinduista, además de ser el editor de la <a href="https://www.pushpam.co.uk/" rel="nofollow" target="_blank">revista de yoga Pushpam</a> con un contenido muy interesante. Una de sus publicaciones, el <a href="https://www.amazon.es/Yoga-Dharma-edici%C3%B3n-en-Castellano/dp/8409105322/ref=sr_1_4?qid=1695754652&refinements=p_27%3AHamish+Hendry&s=books&sr=1-4" rel="nofollow" target="_blank">librito Yoga Dharma</a>, la hemos vendido traducida al castellano en Ashtanga Yoga Bilbao hasta que se agotaron las existencias, y además Nines y yo tuvimos ocasión de conocer a Hamish en un <i>workshop </i>de fin de semana que impartió en septiembre del 2019 <a href="https://madridashtangashala.com/" rel="nofollow" target="_blank">en la shala de nuestra amiga Alexia</a>. </p><p style="text-align: justify;">Pues bien, Luke Jordan tiene mucho de Hamish. Y mucho de lo bueno. Es tan poco mediático como él y tan comprometido con la práctica y la enseñanza como él y, al igual que Hamish, la profundidad mental de Luke resulta apabullante, cosa que cualquiera puede comprobar al asistir a una sola de sus sesiones de canto védico empapada de vastos conocimientos en sánscrito y filosofía. Como relata en la entrevista de Ashtanga Parampara, Luke tuvo una crisis existencial durante la adolescencia que le condujo a plantearse el sentido de la vida, a la lectura de textos filosóficos y a una búsqueda errática en pos de la verdad. En sus años de universidad sufrió un grave episodio mental que lo mantuvo hospitalizado durante una temporada pero tras el cual, todo cambió. En sus propias palabras: <i>"Algo de mi yo antiguo había muerto y algo distinto había nacido. Al regresar a la universidad</i> <i>comencé a estudiar religiones tanto académicamente como en mi tiempo libre. Me sorprendieron especialmente el taoísmo y comencé a estudiar hinduismo. De alguna manera, me daba la impresión de que estas filosofías tenían sentido."</i> A continuación, Luke probó numerosas disciplinas de investigación personal (meditación, <i>reiki</i>, <i>feng shui</i>, <i>I ching</i>, <i>Chi Kung,...</i>) hasta que finalmente acabó en los brazos de Ashtanga Yoga, iniciando así un largo sendero de compromiso que lo llevó, por un lado, a convertirse en uno de los pocos profesores del mundo certificados para enseñar hasta la tercera serie de Ashtanga Yoga y, por el otro, a graduarse en un Máster en Religiones Indias. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjrG0ZTkhFeOkIjL96LuIazuxffr1gpgpKweokUcJO6ewWNExgz0u1RTPiPNF1DjdYbfUR3ZMIl1q4KN9MY5fCWE0KvOaq1t0C-ZBU_OsDDzpK46A-mrC6O2xHTbtDnKk97L7Gf2PyPvLdyAZbBAUmvlVRpHIcpWaojvdcjZW6n-WINlQS1mouoeLW2PMJ/s1020/screen-shot-2016-12-15-at-12-13-58-pm_orig.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="684" data-original-width="1020" height="215" id="id_e745_5869_5837_865e" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjrG0ZTkhFeOkIjL96LuIazuxffr1gpgpKweokUcJO6ewWNExgz0u1RTPiPNF1DjdYbfUR3ZMIl1q4KN9MY5fCWE0KvOaq1t0C-ZBU_OsDDzpK46A-mrC6O2xHTbtDnKk97L7Gf2PyPvLdyAZbBAUmvlVRpHIcpWaojvdcjZW6n-WINlQS1mouoeLW2PMJ/s320/screen-shot-2016-12-15-at-12-13-58-pm_orig.png" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Luke durante una sesión de canto védico.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allow="autoplay; clipboard-write; encrypted-media; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="true" frameborder="0" height="315" scrolling="no" src="https://www.facebook.com/plugins/video.php?height=315&href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2Fashtangayogacanarias%2Fvideos%2F355817089964838%2F&show_text=false&width=560&t=0" style="border: none; overflow: hidden;" width="560" id="id_a4f8_7bb4_4aab_1df2"></iframe><br></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>40 segundos de chanting con Luke Jordan. Vídeo procedente de la <a href="https://fb.watch/nlcAN5w__w/" rel="nofollow" target="_blank">página de Facebook de Ashtanga Yoga Canarias</a>.</i></div><p style="text-align: justify;">Una parte importante de los talleres de Luke la constituye las sesiones de canto védico que tienen lugar tras la práctica de <i>asanas</i>. Son un verdadero espectáculo. Recita como un indio, con una pronunciación que llama mucho la atención y que él, confiesa, ha tratado de llevar hasta la perfección casi obsesivamente. Las sesiones de canto védico son salpicadas con reflexiones filosóficas, explicaciones de los <i>mantras </i>recitados, algunos tintes de buen humor y sarcasmo, y también con cuentos de naturaleza espiritual cuya narración siempre comienza con el típico <i>"Once upon a time... (Érase una vez...)"</i>. A él mismo le gusta describirse como <i>"escritor, cuenta-cuentos, cantador védico, sancritista y apasionado estudiante de la cultura yóguica y espiritual"</i>. A veces deja caer retazos de su vida privada entre los que le he escuchado hablar de su profesor de sánscrito y <i>chanting</i>, un académico indio afincado en Mysore con el que toma clases <i>online </i>cuando no está en India y cuyo nombre prefiere no desvelar porque no desea tener más estudiantes. Si la memoria no me falla, Luke lleva la friolera de veinte años estudiando sánscrito y no ha perdido un ápice de fascinación por ese complejo idioma del que dice, cada día aprende algo nuevo. Siempre me llama poderosamente la atención la manera en que pronuncia algunos <i>mantras </i>que me resultan más conocidos, como los que se recitan en Ashtanga Yoga, y no puedo evitar compararlos con la pronunciación de Lakshmisha, el profesor de <i>chanting </i>del Sharath Yoga Centre en Mysore. No poseo los conocimientos suficientes como para hacer un juicio objetivo, pero no puedo evitar la sensación de que Luke Jordan, un norirlandés, recita en sánscrito más correctamente que el indio que Sharath ha escogido para enseñarnos. Igual es simplemente, que Luke es mejor cantante.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbSy7XlHxFtEicNhQ80PWK2cmJ4OEIfAfunNJ1FR2XGIjFMjSrAhBsspk7Hzbx8kWGhhEZcjtvkpr69Oq83FInwQAi5OoDkTZ8FYeF-6U4aUJQygRCGi-XDvtQoMDgJ_EN01TAVVOdEFqkM6Fy3A9leyFGiygN2nakmfWS584dALydVl1lUksFnj4FYAPW/s1052/cartel%20af%20LUKE%20JORDAN%20sin%20m%C3%A1rgenes.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="802" data-original-width="1052" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbSy7XlHxFtEicNhQ80PWK2cmJ4OEIfAfunNJ1FR2XGIjFMjSrAhBsspk7Hzbx8kWGhhEZcjtvkpr69Oq83FInwQAi5OoDkTZ8FYeF-6U4aUJQygRCGi-XDvtQoMDgJ_EN01TAVVOdEFqkM6Fy3A9leyFGiygN2nakmfWS584dALydVl1lUksFnj4FYAPW/s320/cartel%20af%20LUKE%20JORDAN%20sin%20m%C3%A1rgenes.jpg" width="320" id="id_e424_e523_ee9b_4428" style="width: 320px; height: auto;"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Cartel del <a href="https://ashtangayogabilbao.com/evento_lukejordan_102023.php" target="_blank">workshop de Luke Jordan en Ashtanga Yoga Bilbao</a> diseñado por Nines Blázquez.</i></div><p style="text-align: justify;">Si quieres comprobar todo esto por ti mismo y sin necesidad de desplazarte hasta Colares o hasta alguna de las ciudades donde Luke Jordan imparte sus talleres, Ashtanga Yoga Bilbao te ofrece la gran oportunidad de conocerlo en unas pocas semanas. En efecto, desde el domingo 15 hasta el viernes 20 de octubre del 2023 tendremos la suerte de disfrutar en nuestra escuela de Bilbao de una semana completa de práctica de Ashtanga Yoga y canto védico con Luke Jordan. Para nosotros es una gran suerte y un honor que un "peso pesado" como Luke haya aceptado nuestra invitación y que por primera vez se desplace hasta el País Vasco para compartir su pasión por el yoga y la espiritualidad durante seis días que tendrán mucho de ambos. El formato del <i>workshop </i>en Bilbao será el mismo que arrastra cada verano a tantas personas de todo el mundo hasta Colares y estamos seguros de que va a resultar una experiencia inolvidable. Ya hay bastantes personas apuntadas (más de veinte), pero hemos habilitado varios turnos y por el momento hay plazas disponibles. ¡No te quedes sin la tuya! Te esperamos. <a href="https://ashtangayogabilbao.com/evento_lukejordan_102023.php" target="_blank">Aquí tienes toda la información</a> sobre el taller publicada en nuestra página web y a continuación te dejamos la información que el propio Luke nos ha pasado acerca de su <i>workshop</i>:</p><p style="text-align: justify;">"El Encantamiento del Yoga: Mantra, Mito y Significado" </p><p style="text-align: justify;">Estos seis días entre el domingo 15 y el viernes 20 de octubre serán una inmersión experiencial en los mundos físicos y filosóficos de Ashtanga Yoga y sus amplias tradiciones culturales. La práctica de <i>asanas</i> diaria establecerá los cimientos para una exploración más allá a través del canto védico y una investigación más profunda hacia el significado de eso que llamamos "yoga". </p><p style="text-align: justify;">Cada día Luke llevará su presencia, su atención al detalle, su guía experta y su apoyo en tu viaje yóguico. Después de la sesión de <i>asanas</i> nos juntaremos en torno a la antigua tradición del canto védico y, con un especial énfasis en la pronunciación correcta, exploraremos las palabras sánscritas y los conceptos filosóficos hacia los que apuntan los cánticos, conectándonos con la vieja sabiduría y el potencial transformador de la tradición yóguica. Luke hará uso de sus conocimientos no sólo para entretener sino también para informar e inspirar.</p><p style="text-align: justify;"><br></p>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-48270168835293162832023-09-20T08:29:00.002+02:002023-10-28T12:21:55.371+02:00 Vishwamitrasana y Vasishthasana: ¿Está todo el mundo equivocado salvo los ashtanguis?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_2RbofXZSjGiPbuFNWZl6c-ePILza4lsj1Fi22AQ4yh1l_TRLeR4qo2xlfLXhUYHPSwZess75dSx84hZGnSIugIRXosxAyl3d4r1k89azKjj5mcKbYNr1CyrrZab1QLL-5PQIHh6m6bOH_ayPP3j0uClG8yu71RKpmJcT1w8eU2Byq4MaokSD8_ipQMsG/s3554/IMG_6904.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3554" data-original-width="3023" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_2RbofXZSjGiPbuFNWZl6c-ePILza4lsj1Fi22AQ4yh1l_TRLeR4qo2xlfLXhUYHPSwZess75dSx84hZGnSIugIRXosxAyl3d4r1k89azKjj5mcKbYNr1CyrrZab1QLL-5PQIHh6m6bOH_ayPP3j0uClG8yu71RKpmJcT1w8eU2Byq4MaokSD8_ipQMsG/s320/IMG_6904.jpg" width="272" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Vishwamitrasana… ¿o vasishthasana? Según los ashtanguis: vasishthasana. Según el resto de los hatha yoguis: vishwamitasana. Septiembre del 2023.</i></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Hace varios años publiqué una entrada en el blog en la que hablaba de la historia entre Vishwamitra y Vasishta, dos sabios que aparecen en el Ramayana y entre los cuales se desataba un combate épico. Si te interesa, <a href="https://blog.ashtangayogabilbao.com/2017/04/el-enfrentamiento-entre-vasishtha-y.html">puedes leerlo aquí</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por aquel entonces yo aún no hacía los dos <i>asanas </i>en los que se homenajea a dichos sabios, pero con el paso del tiempo las he llegado a conocer y ejecutar: se trata de las dos primeras posturas de la tercera serie de Ashtanga Yoga.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjD1PLHF4aLKiWLwVX4ecL7il14Gicbq4x5CdI6n1oSOA2P4bYHPakJVRrCbGDe6N1mpHmrgjpSpZ3hEPhfQUgokwXQQmFatRCroixHq_vL2d-b_eR_RDRp7H_KtL4lCXTvlIvElFmlNvpHQawM5jF5ha4uVHsBFaedabtqhqtcns6gFIIeRUXAGy_1DiJ/s1024/C4DC30E2-04F0-4DDF-912B-762C25FF10BC.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="817" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjD1PLHF4aLKiWLwVX4ecL7il14Gicbq4x5CdI6n1oSOA2P4bYHPakJVRrCbGDe6N1mpHmrgjpSpZ3hEPhfQUgokwXQQmFatRCroixHq_vL2d-b_eR_RDRp7H_KtL4lCXTvlIvElFmlNvpHQawM5jF5ha4uVHsBFaedabtqhqtcns6gFIIeRUXAGy_1DiJ/s320/C4DC30E2-04F0-4DDF-912B-762C25FF10BC.jpg" width="255" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Vasishthasana para el resto del mundo; vishwamitrasana para los ashtanguis. Abril del 2022 en Conil.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al hacerlas, descubrí lo que me imagino conocen la mayoría de practicantes de Ashtanga Yoga que llegan a ese punto de las series: las dos posturas relacionadas con estos sabios en Ashtanga Yoga se llaman justo al revés de como las llama el resto de los practicantes de hatha yoga. Para los ashtanguis, <i>vasishtasana </i>es en realidad <i>vishwamitrasana </i>y viceversa. En mi entrada del blog del pasado, de hecho las denominaba tal y como lo hace todo el mundo fuera de Ashtanga Yoga. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Durante nuestra estancia en Portugal el año pasado, Luke Jordan comentó a este respecto, con su peculiar estilo jocoso que, por supuesto, todo el mundo está equivocado salvo los ashtanguis. Así que, ¿cómo se deberían llamar, en realidad, estas populares aunque harto difíciles posturas? Para averiguarlo, recurriremos a la fuente principal: el Ramayana.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El gran protagonista del relato es Vishwamitra, uno de los siete grandes sabios o Brahmarishis y que en el Ramayana es presentado como el tutor de Rama poco antes de relatar, a modo de <i>flashback</i>, su oscuro pasado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhTJsVZqwqoEYHdzVNWcKxVKny2alFEaRzSrkKUYJ_LrPV60SAKHegcippanSTuOy1S0M4ls4U8MRddZBiHi8cDk1pkC75NArv8ewDnMoUYA_4CasGWioPTfGoStUeRKRbj5merWxWqXspI_F-VI7EFeQQR-2V6-lMBEINYBarQjtlwVEEIEZsSvOQThtZ/s511/Side-plank-pose-of-sage-Vashishta-and-Vishwamitrasana-of-King-Koushik.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="511" height="272" id="id_440d_5ae7_beea_402" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhTJsVZqwqoEYHdzVNWcKxVKny2alFEaRzSrkKUYJ_LrPV60SAKHegcippanSTuOy1S0M4ls4U8MRddZBiHi8cDk1pkC75NArv8ewDnMoUYA_4CasGWioPTfGoStUeRKRbj5merWxWqXspI_F-VI7EFeQQR-2V6-lMBEINYBarQjtlwVEEIEZsSvOQThtZ/s320/Side-plank-pose-of-sage-Vashishta-and-Vishwamitrasana-of-King-Koushik.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Vasishtha y Vishwamitra ejecutando las posturas que llevan sus nombres. En esta ilustración cuya fuente desconozco, parece darse la razón a los ashtanguis: el personaje que aparece en primer plano lleva joyas y una especie de corona tal y como le correspondería al rey Vishwamitra, mientras que el el personaje que aparece al fondo viste ropas austeras y sin adornos tal y como le correspondería al sabio Vasishtha. La vaca origen del conflicto entre ambos aparece en la esquina inferior izquierda.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Vishwamitra era un poderoso rey originalmente llamado Kaushika que se adentró con su ejército en el territorio donde el sabio Vasishtha tenía su <i>ashram</i>. Vasishtha poseía una vaca milagrosa llamada Kamadhenu que Vishwamitra quiso para sí, a resultas de lo cual se produjo el enfrentamiento. Sin embargo, Vasishtha usó sus poderes mágicos para derrotar todas las acometidas de Vishwamitra, tras lo cual Vishwamitra se sometió a toda clase de austeridades con el fin de obtener el favor de los dioses y hacerse suficientemente poderoso como para derrotar a Vasishtha y vivió un sinfín de aventuras hasta finalmente redimirse, hacer las paces con su enemigo y convertirse en uno de los siete grandes sabios.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En este somero resumen no hay nada que arroje luz sobre la curiosa manera en que dichos sabios son representados en forma de postura de hatha yoga. ¿De dónde vienen, pues, los dos asanas <i>Vasishthasana </i>y <i>Vishwamitrasana</i>? ¿Qué representan? Para ello, creo conveniente ofrecer la lectura de estos dos párrafos del capítulo 22 del Ramayana:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeUtxByQtJj4vyWbqjVZQ3CjXwSGib5uTRoD-E9-QubdN2yL4okNnwGtb2Lgl1d3Ashy6L5rxq82z52pCKK3HyGTAz6bqUd6yBBB8wPOwsKkypkDHfXWylGqQGgsd5wgJAsKXGR5vFXCSRtnQqDiXUF95Qs0y32I1CsmhgYHjQkHic4XRnL9TDHbWbwqSL/s429/vishwamitra.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="429" data-original-width="416" height="320" id="id_e05a_cc22_3531_1d8c" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeUtxByQtJj4vyWbqjVZQ3CjXwSGib5uTRoD-E9-QubdN2yL4okNnwGtb2Lgl1d3Ashy6L5rxq82z52pCKK3HyGTAz6bqUd6yBBB8wPOwsKkypkDHfXWylGqQGgsd5wgJAsKXGR5vFXCSRtnQqDiXUF95Qs0y32I1CsmhgYHjQkHic4XRnL9TDHbWbwqSL/s320/vishwamitra.jpg" style="height: auto; width: 310px;" width="310" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Finalmente, el Señor Shiva apareció ante Vishwamitra ofreciéndole cumplir sus deseos. Vishvamitra pidió entonces el conocimiento de las artes de la guerra del Dhanurveda y de otras escrituras, y también de las poderosas armas y de los misiles usados por los habitantes de los planetas superiores. Mahadev, después de otorgarle el pedido, desapareció. Vishwamitra, reanimado y vigoroso en virtud de su austeridad, y orgulloso por los poderes adquiridos, regresó al ashram de Vasishtha y comenzó a disparar dardos mortales, espantando a los sabios que allí vivían, así como a las aves y a los animales que huyeron despavoridos.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>El sabio Vasishtha, indignado ante el insolente ataque, con su bastón extinguió cuanto proyectil fuera lanzado. Prontamente el escenario se convirtió en un mar de misiles y contramisiles disparados furiosamente por el Rey Vishwamitra, que desplegaba toda la habilidad y fuerza que había adquirido, culminando en el disparo del poderoso brahmastra, arma irresistible que hizo temblar el planeta y su atmósfera. El brahmán Vasishtha, reprendiendo al agresor luego de una batalla de armas místicas formidables, redujo el arsenal de Vishwamitra a la nada, haciendo además, que el arma letal fuera tragada por su bastón. Dejando indefenso a Vishwamitra, devolvió la calma al lugar.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFCMmYX4xIDmZFXA904eA-rSQ8IEBYIRDJrIEq_lcEynTe61NBCpnBINYj9gi3HvtM98CgMg0OZlOY1_pKokT0sx1DldzB2BuKcOCC4Pv3sqpCuKROsFTzYb36AmkHz6MtDuN4IF0bU7IPu2aa4Xe6ShECata8qnwAlUoU1lN29EKfkOM7-8xWr7ImzFou/s4032/31843126-7405-4A0D-A8C7-76D13E107B7F.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" height="240" id="id_c638_3dd0_3f06_d518" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFCMmYX4xIDmZFXA904eA-rSQ8IEBYIRDJrIEq_lcEynTe61NBCpnBINYj9gi3HvtM98CgMg0OZlOY1_pKokT0sx1DldzB2BuKcOCC4Pv3sqpCuKROsFTzYb36AmkHz6MtDuN4IF0bU7IPu2aa4Xe6ShECata8qnwAlUoU1lN29EKfkOM7-8xWr7ImzFou/s320/31843126-7405-4A0D-A8C7-76D13E107B7F.jpeg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>El otro lado de la ashtangui vasishthasana.</i></div><br /><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUgvlMqW41UWwYz00uTATEp5Zd6ktxeEDUaIvQ18wuXVFwhiwQLz0i5hiLj_8f8TqGABg5TY7mDsi02J0vZ5G4wiFart5yHvV2VnwBsoTgJ5wqL6UPhgQFqt8wEBZbzTdIO2aw9JkQe4OP3GLz4iJRcdM1CISlc_xwGNeZ3fngVkKK-7z048iuJSfmKEa2/s4032/IMG_3943.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUgvlMqW41UWwYz00uTATEp5Zd6ktxeEDUaIvQ18wuXVFwhiwQLz0i5hiLj_8f8TqGABg5TY7mDsi02J0vZ5G4wiFart5yHvV2VnwBsoTgJ5wqL6UPhgQFqt8wEBZbzTdIO2aw9JkQe4OP3GLz4iJRcdM1CISlc_xwGNeZ3fngVkKK-7z048iuJSfmKEa2/s320/IMG_3943.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Vasishthasana (ashtangui) en marzo del 2022, cuando llevaba sólo un par de meses haciéndola. Nótese que la pierna izquierda está mucho menos levantada que en la versión del 2023 (en la imagen superior). Levantar la pierna que está en el aire es una de sus principales dificultades. Por eso, a menudo en otros estilos de hatha yoga esta postura se haría no con la mano izquierda apuntando hacia el techo, sino agarrando el pie.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">So riesgo de equivocarme, creo que las dos posturas representan precisamente este combate del Ramayana en el que Vishwamitra utiliza un arma arrojadiza de terrible poder que Vasishtha logra neutralizar con su bastón. Por eso, uno de los <i>asanas </i>parece representar un poderoso arco, una ballesta u onagro en el que los brazos se extienden como los dos listones que tensan la cuerda y la pierna apunta hacia delante como el proyectil que está siendo lanzado, mientras que el otro <i>asana </i>claramente representa el bastón de Vasishtha con forma de cruz que absorbe todos los proyectiles que son arrojados. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por lo tanto, y a menos que pueda encontrar argumentos que refuten mi razonamiento, sinceramente creo que la postura que en Ashtanga Yoga llamamos <i>vishwamitrasana </i>en realidad representa el bastón con que se protege Vasishtha y la que llamamos <i>vasishthasana </i>en realidad representa la poderosa arma que esgrime Vishwamitra. Soy consciente de que Pattabhi Jois era un gran erudito, profesor en la Universidad de Sánscrito en Mysore y sin duda un gran conocedor del Ramayana, por lo que afirmar que él y todos los que en Ashtanga Yoga llamamos así a estas posturas estamos equivocados me causa cierta zozobra, pero ante la abrumadora evidencia no me queda más remedio que reconocerlo. De hecho, cada vez que pienso en los nombres de estas dos posturas, tengo que intercambiar los nombres que de forma natural surgen en mi cabeza y contradecir lo que la lógica me dice. Y a lo largo de estos años he escuchado en varias ocasiones a ashtanguis experimentados comentar acerca de este asunto cosas por el estilo de <i>"en Ashtanga Yoga las llamamos al revés, y no le des más vueltas".</i> Quizás estemos conscientemente equivocados, pero lo estamos en cualquier caso.</div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-89638013567734677692023-09-08T09:15:00.004+02:002023-09-11T13:09:35.149+02:00Crónica de un viaje a Mysore en la nueva era del Ashtanga Yoga.<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_6648_9515_27d0_f9d6" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguekVgaM89ZihsvFOSHG2snkB1woYrracZvuD2YFnoWo1OOuWt-1Cym2VjeTDqzEGmkDC2oLRVcfjEyJ3yK_Y_fzsp_e6pncf5G-JUCu8eE7K0HFljThgGFpOp8j20zOBdNiLQ2sDB67zO7_-CBgQFo7elZC5ZnVSWwDBmj5ZLAOTxUk7i_ILSWTBccsYt/s8192/0v2a1985ind.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="5464" data-original-width="8192" height="213" id="id_99e3_378_6bda_e376" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguekVgaM89ZihsvFOSHG2snkB1woYrracZvuD2YFnoWo1OOuWt-1Cym2VjeTDqzEGmkDC2oLRVcfjEyJ3yK_Y_fzsp_e6pncf5G-JUCu8eE7K0HFljThgGFpOp8j20zOBdNiLQ2sDB67zO7_-CBgQFo7elZC5ZnVSWwDBmj5ZLAOTxUk7i_ILSWTBccsYt/s320/0v2a1985ind.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Ashtanga Yoga Bilbao con Sharath Jois.</i></td></tr></tbody></table><br><div style="text-align: justify;">Hoy día parece que han transcurrido décadas, pero lo cierto es que hace un par de años que no podíamos ni atravesar las fronteras del municipio de Bilbao para comprar una triste almohada en el Ikea de Barakaldo. El mes de marzo del 2020 nos arrebató muchas cosas y durante largo tiempo nos vimos inmersos en una crisis de salud, economía y privación de libertad. La "nueva normalidad" era lo más parecido a una distopía orwelliana y la idea de regresar a nuestra querida India por mucho tiempo fue una auténtica quimera.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">A finales del 2021, cuando los nubarrones no habían ni mucho menos amainado, Sharath Jois anunció la reapertura de su <i>shala</i> para una nueva temporada de clases de tres meses. Las condiciones del viaje, en cambio, eran terribles. La embajada de la India anunciaba que se expedían visados de turista con treinta día de duración tan sólo y que los viajeros tenían que quedarse confinados durante una semana nada más aterrizar, por lo que ni nos lo planteamos. De hecho, la temporada de invierno 2021-2022 debió resultar bastante azarosa, con muy poca gente en la <i>shala </i>y numerosos contagios y confinamientos. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">El nuevo año 2022 trajo una mejora generalizada en todo el mundo y Sharathji volvió a anunciar una temporada de clases en verano, entre julio y septiembre. No obstante, acostumbrados a que las autoridades alternaran periodos de relativa libertad con otros de restricciones extremas, nuestros planes para el verano fueron conservadores y renunciamos a un posible viaje a India. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">La temporada de verano comenzó y las noticias que nos llegaron desde la India resultaron muy esperanzadoras. Las clases en Mysore transcurrían sin incidentes, en casa el foco de las noticias se desviaba en otras direcciones y finalmente el mundo parecía volver a respirar tranquilo en lo que respectaba al coronavirus. Por lo tanto, cuando a principios de agosto la web de Sharath Yoga Centre anunció un nuevo periodo de clases en noviembre y diciembre, decidimos probar suerte y enviamos nuestra solicitud, que fue aceptada en pocos días. ¡Volveríamos a India cuatro años después!</div><div style="text-align: justify;"><br></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_86ca_aef6_3cdd_607b" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj4kJBVyjgTQwOTykuw_YlxIL3mm5nIojNx_6oHz4SJzxj1ocSEh6w6JVOlANhmTBvJ2t91AQLJ60Hj97z2GGP9EgsfYDAfGD9Y0RhQ0e6SHd5jY-6C1ktHuKMZidkG0Mamu2XKVqh0uPzjvUAP41fer1u0xU5NsTrQ-6tnS9tOZN9vbY4ybiQFOeW2vQ8/s2048/IMG_4920.JPEG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_19f_f6d3_2a23_e29" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj4kJBVyjgTQwOTykuw_YlxIL3mm5nIojNx_6oHz4SJzxj1ocSEh6w6JVOlANhmTBvJ2t91AQLJ60Hj97z2GGP9EgsfYDAfGD9Y0RhQ0e6SHd5jY-6C1ktHuKMZidkG0Mamu2XKVqh0uPzjvUAP41fer1u0xU5NsTrQ-6tnS9tOZN9vbY4ybiQFOeW2vQ8/s320/IMG_4920.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Recién llegados a Mysore el 31 de octubre del 2022.</i></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii-Ij0AICnWhcm4pfBVzy2YVKNRnH2zTxPRiDArZUcpGkX6GuwY12EoB7J6fm56hjuiGr9cNLMUGouo7sKzmfeVMhfDiNT9-XUMUukBbALybFq7DAeYrM6vJq5tbosfsMie5l2jM9kAEjhWFu2gAX_tuB_flpC_rR9FpTdGnljwEGo4Vm98bkyUbFSn_eI/s2048/48fc4c7c-f53f-442b-bf97-3b99284801eb.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br><img border="0" data-original-height="1980" data-original-width="2048" height="309" id="id_6667_ecea_a910_d543" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii-Ij0AICnWhcm4pfBVzy2YVKNRnH2zTxPRiDArZUcpGkX6GuwY12EoB7J6fm56hjuiGr9cNLMUGouo7sKzmfeVMhfDiNT9-XUMUukBbALybFq7DAeYrM6vJq5tbosfsMie5l2jM9kAEjhWFu2gAX_tuB_flpC_rR9FpTdGnljwEGo4Vm98bkyUbFSn_eI/s320/48fc4c7c-f53f-442b-bf97-3b99284801eb.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Tarjetas de estudiante durante el primer mes.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9WVwnffn6U9O0K_ymkMQsLcX53-ZYjWc6ANjh8G0U-uWGP04qq4AoMHmI5SCUdJbiYOJmY71IWsuBLJU3kTu9xPMCN53k6Uwx7TaOHHKqtbSOvAnf9ydAtTYMwIR2mogAH-5Knqedn4sY7z40Uqt1aUQUDaa9rDOwdlJPWGM_zrRXvgO59llqyNV5UXJM/s1440/6C7B72BF-ACC1-4970-AB68-5C72F2A927F6.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1439" data-original-width="1440" height="320" id="id_bd5_b4ca_2c7e_17fc" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9WVwnffn6U9O0K_ymkMQsLcX53-ZYjWc6ANjh8G0U-uWGP04qq4AoMHmI5SCUdJbiYOJmY71IWsuBLJU3kTu9xPMCN53k6Uwx7TaOHHKqtbSOvAnf9ydAtTYMwIR2mogAH-5Knqedn4sY7z40Uqt1aUQUDaa9rDOwdlJPWGM_zrRXvgO59llqyNV5UXJM/s320/6C7B72BF-ACC1-4970-AB68-5C72F2A927F6.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><i>Tarjetas de estudiante durante el segundo mes.</i><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div>Hubo que atar muchos cabos antes de partir y organizar los horarios para que nuestros queridos Carol, Aitor y Leyre nos cubriesen todas las clases de Ashtanga Yoga Bilbao durante dos meses, pero finalmente llegó el día. Volamos el 30 de octubre, llegamos a Mysore para inscribirnos en el Sharath Yoga Centre el 31 de octubre junto con alrededor de 300 estudiantes procedentes de todo el mundo. El martes 1 de noviembre ya hicimos nuestra primera clase con Sharathji. La temporada empezó con dos días de clases guiadas de primera serie y a partir del jueves 3 de noviembre comenzó lo que sería la rutina habitual: clases estilo Mysore de martes a viernes, guiada de primera serie el sábado y guiada de segunda serie el lunes. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Muchas personas, sobre todo antiguos estudiantes, añoran los tiempos de la shala antigua de Gokulam, e incluso de Lakshmipuram, en los que coincidían muy pocos estudiantes y se sentían como una familia. Lo que suelen pasar por alto estas personas es que entonces Ashtanga Yoga era una práctica marginal que era practicada por un pequeño puñado de personas. Gracias al trabajo de Sri K. </span>Pattanhi Jois, Sharath Jois <span style="text-align: left;">y de los profesores autorizados por ellos, Ashtanga Yoga se ha expandido por todo el mundo y ha alcanzado a centenares de miles de personas, algunas de las cuales se han enamorado de esta práctica tal y como lo hicieron los antiguos estudiantes, y han querido conocer ellos también el lugar donde se enseñó originalmente. ¿Acaso es mejor que Ashtanga Yoga sea conocido, practicado y amado por sólo unos pocos? En el Sharath Yoga Centre hemos coincidido personas de Méjico, de Corea, de Francia, de Palestina, de India, de Estados Unidos y de un sinfín de nacionalidades además de… nosotros, representantes de una pequeña escuela en Bilbao. Todos nosotros somos una muestra de nuestras comunidades de Ashtanga Yoga, convertida hoy en una fraternidad mundial.</span></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Después de una primera semana bastante azarosa, ya estábamos completamente asentados, establecidos en una pequeña casa, el sueño regularizado y acostumbrados a las viejas nuevas rutinas. Y digo "viejas nuevas" porque cada vez que uno regresa a la India tiene que volver a integrar en su cabeza situaciones que en India son normales pero que en casa se antojan realmente extrañas y que después de cuatro años sin pisar estos lares habían quedado enterradas a muchos metros de profundidad. Así, cosas tan sencillas como cruzar una calle en un país donde se circula por la izquierda y los vehículos no atienden a las normas básicas de circulación o lavarse los dientes con agua embotellada porque el agua del grifo sólo es apta para fregar y ducharse, requieren una considerable reprogramación. Por suerte, el cerebro es un prodigioso órgano capaz de rescatar rutinas largo tiempo olvidadas y ponerlas en primer plano, de modo que catorce días después ya estábamos sumergidos en la cultura de Vishnu y Ganesha, el té masala chai, los platos y vasos de metal con comida picante, los <i>rickshaw</i>, los cocos, las vacas, perros, cabras, ovejas, gallinas y cerdos sueltos por las calles de aceras destrozadas y los retretes sin papel higiénico y con manguerita. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvyrn-txAv3vVZknarDuGegwlBBXVxa7dr84O8JlcP2flJGbyG0go0gI4R4fsebS5UdrKyxNg6fU-4KtWq5tZqg7wp331akoIXkQTBvRB3fAlRtNke0CbRaZ_bEY8GnZ6CBNac38WXkKyfMrTh924MGw4dmRPlgigCv8thX_9P6Nntn9ShhoJDn58J2dFa/s2048/IMG_4948.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_3b21_32ed_7210_6b8a" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvyrn-txAv3vVZknarDuGegwlBBXVxa7dr84O8JlcP2flJGbyG0go0gI4R4fsebS5UdrKyxNg6fU-4KtWq5tZqg7wp331akoIXkQTBvRB3fAlRtNke0CbRaZ_bEY8GnZ6CBNac38WXkKyfMrTh924MGw4dmRPlgigCv8thX_9P6Nntn9ShhoJDn58J2dFa/s320/IMG_4948.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Una estampa típica de Gokulam.</i></div><div><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxJuEOZ_gRHzsGO2XbUX0gC-SEFowft8YsMXsQWkp75WhQBtu4qFqjvTHEpOyg7TMZwFHWw8GuLERhbucCi09UX9H1dPZ1rtKuWzZwv-6e9gjBGuZQueKLyairvhQ6AkxRE5Ia8_3di3z6BqUMvyy_BgHSiSBkFr0nXEtY6rsE3odJbsLg_hM6HeiwheiN/s2048/IMG_4951.JPEG" style="font-style: italic; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_c886_31a8_2a5b_98c0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxJuEOZ_gRHzsGO2XbUX0gC-SEFowft8YsMXsQWkp75WhQBtu4qFqjvTHEpOyg7TMZwFHWw8GuLERhbucCi09UX9H1dPZ1rtKuWzZwv-6e9gjBGuZQueKLyairvhQ6AkxRE5Ia8_3di3z6BqUMvyy_BgHSiSBkFr0nXEtY6rsE3odJbsLg_hM6HeiwheiN/s320/IMG_4951.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>El famoso templo de Ganesha.</i></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVlX_PaUICdW_3k5dPmxOdxg_0wuuY4G9SC4shgIfzVvrTkbqfUjrnF__I_3n6Q4w15zlM2sVjz_c3ng932iqMHyU9T3yikviRrg1aHo6MjhV0rQk1V0-I5iU5Hc0vAwmCb1qJr9KWhrsCTFS5L04OcqNk-p5-Z2xpkxW6f3FQ1owhgyYfhnoR2x3fddz8/s2048/IMG_4986.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_9de5_e460_668d_1409" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVlX_PaUICdW_3k5dPmxOdxg_0wuuY4G9SC4shgIfzVvrTkbqfUjrnF__I_3n6Q4w15zlM2sVjz_c3ng932iqMHyU9T3yikviRrg1aHo6MjhV0rQk1V0-I5iU5Hc0vAwmCb1qJr9KWhrsCTFS5L04OcqNk-p5-Z2xpkxW6f3FQ1owhgyYfhnoR2x3fddz8/s320/IMG_4986.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Hemanth y sus cocos, en el cruce de 1st main con Gokulam road. </i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div style="text-align: justify;">Mysore es la meca de Ashtanga Yoga y cada año atrae a miles de personas procedentes de todo el mundo con una devoción especial por este sistema de yoga. Por supuesto, hay muchos otros profesores, pero Sharath Jois, nieto y sucesor de Pattabhi Jois, es el principal motivo por el que muchas personas, incluidos nosotros, viajamos a Mysore. En total, hemos sido alrededor de trescientos "afortunados" los que hemos conseguido una plaza para estudiar con Sharath durante esta corta temporada de dos meses de duración, entre seguramente varios miles que rellenaron la solicitud. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Finalmente hemos tenido ocasión de conocer la nueva <i>shala </i>a la que Sharath trasladó sus clases a partir de 2019. Nuestro último viaje había tenido lugar en agosto del 2018 y siempre habíamos estado en la shala de Gokulam. La experiencia, coincidimos Nines y yo, es muy positiva. La vieja <i>shala </i>era mucho más pequeña y tenía muchos inconvenientes: el calor era insoportable, había sitios sumamente incómodos y en las clases guiadas la gente estaba inhumanamente hacinada. La nueva <i>shala</i>, grande como un pabellón de baloncesto, es mucho más cómoda. Los vestuarios son amplios, con numerosos cuartos de baño, y el espacio de práctica es tan amplio que, ahora sí, se puede respirar sin derretirse como un Frigopie en un baño turco. En las clases Mysore sigue habiendo el mismo número de personas (turnos de 65 personas, cuando en la <i>shala </i>de Gokulam contaba 62) atendidos por Sharath y cinco ayudantes, todos ellos profesores autorizados, y es en las clases guiadas cuando se aprovecha la totalidad de la superficie para que todos quepamos en un mismo turno. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gNGvqw5ZQoWSr32_s6Rnrnus2_6U0w3Q-8S0D8pKiCVo7O7_bqptgEl4Lx6KPOICRrg0HVI-pY-fNyqm2hG1poZ7FwOtyUeIA60aWYHiOk5egxNQAYgOtfQhsVC5BviVCRjSX0vELasvtJf_GqR43p9ItztNYmdKl944KdWfXi0nMmVOqiUI46Y3nlA-/s1350/316219975_846035989854722_2016398430497253958_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1350" data-original-width="1080" height="320" id="id_425f_b8af_134d_8eff" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gNGvqw5ZQoWSr32_s6Rnrnus2_6U0w3Q-8S0D8pKiCVo7O7_bqptgEl4Lx6KPOICRrg0HVI-pY-fNyqm2hG1poZ7FwOtyUeIA60aWYHiOk5egxNQAYgOtfQhsVC5BviVCRjSX0vELasvtJf_GqR43p9ItztNYmdKl944KdWfXi0nMmVOqiUI46Y3nlA-/s320/316219975_846035989854722_2016398430497253958_n.jpg" style="height: auto; width: 256px;" width="256"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Esperando para entrar a practicar en el Sharath Yoga Centre. 3:40 de la mañana.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #0000ee;"><u><br></u></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJOy3sV6av98Tfok9gFTJWOVJA6dIEEGPKQwO1chgTufIrQrSCnxk08BzL8c0M2yaAqXOjr_fozAK1N60vHIAzsPs57OHinrxOzfEpREUVrEAHkiA_Y680Yu5rmTh01ISaEUpxmKp5_baSfSiY0E_CPK-brw7qeJNvfkRksFv204UzuXKkP_FODkqEibFB/s2048/IMG_5597.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_9200_a883_d45d_eeda" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJOy3sV6av98Tfok9gFTJWOVJA6dIEEGPKQwO1chgTufIrQrSCnxk08BzL8c0M2yaAqXOjr_fozAK1N60vHIAzsPs57OHinrxOzfEpREUVrEAHkiA_Y680Yu5rmTh01ISaEUpxmKp5_baSfSiY0E_CPK-brw7qeJNvfkRksFv204UzuXKkP_FODkqEibFB/s320/IMG_5597.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Un ángulo interesante de la entrada al Sharath Yoga Centre.</i></div></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGdEWW-RJO7Crgs6Dmq07E2-uqDVvj1nzpDzKYlWFDxPcd66kt5CS4WLg0HP4vYyrGO7q2hTRTwwPsQVrtMWMU0PxZT6Xz9ZZbwld3NgN2LR2Lmv52YXIqu5ppG9AiVss6wiuoi38V7KWSVOm6JKzdsJAxBiZOjQt4FI_bs8qB_xqcmj5jtsgY-kGIFsy/s2048/IMG_5332.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_5e98_4efe_ad02_6172" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGdEWW-RJO7Crgs6Dmq07E2-uqDVvj1nzpDzKYlWFDxPcd66kt5CS4WLg0HP4vYyrGO7q2hTRTwwPsQVrtMWMU0PxZT6Xz9ZZbwld3NgN2LR2Lmv52YXIqu5ppG9AiVss6wiuoi38V7KWSVOm6JKzdsJAxBiZOjQt4FI_bs8qB_xqcmj5jtsgY-kGIFsy/s320/IMG_5332.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Docenas de zapatos en las escaleras de entrada.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMeGJ7Owceq4K-JrlvXMUHqPCu4wcBSzGpTacsaQFb9KpogRKGj4HGlrKEtOYtWqNxlc1Tlhd5qqAbfHRlo3Eltn3EXeWojH2gOIFaE1zVzKiMgT_absQ9gYhz1WTEEl05RlXvduea-lmva2-fr4P4XpilTCCKYXFVxNa9hNY-8aePKZHlFBWBSN-K46BV/s2048/IMG_5561.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_2303_d5fe_7cb4_d00b" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMeGJ7Owceq4K-JrlvXMUHqPCu4wcBSzGpTacsaQFb9KpogRKGj4HGlrKEtOYtWqNxlc1Tlhd5qqAbfHRlo3Eltn3EXeWojH2gOIFaE1zVzKiMgT_absQ9gYhz1WTEEl05RlXvduea-lmva2-fr4P4XpilTCCKYXFVxNa9hNY-8aePKZHlFBWBSN-K46BV/s320/IMG_5561.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Junto al altar del Sharath Yoga Centre.</i></div><br><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_953d_80b_827b_5da0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNCqbMzT5h_Y23rF8_wj3Eq0mm_ndpwEh5rA_d_vmuDolaylcM_UqjHPGVc2qs7bgsIDJQjcn3eHv-rEa3mzuE20kfncmoAhM9OSz6QcIK5XDKlVJoWUcDWa0zZers9lon_g6OlYNuEotUUTCscI4lNUMF23NNSM9cWGrrpDQnDzqUIVpWwnadvWto7LK3/s320/IMG_5675.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Una foto con los rusos Natalia e Iván que permite apreciar la amplitud del espacio. En el suelo, se ven las marcas amarillas y negras que delimitan los espacios de práctica en las sesiones estilo Mysore.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><br></div>La principal pega estriba en que la nueva <i>shala </i>se encuentra a 10 kilómetros de Gokulam, lo que complica la logística y se antoja necesario alquilar una moto o moverse en <i>rickshaw</i>, Mi hora de práctica en las clases estilo Mysore (de martes a viernes) ha sido las 04:00 de la mañana, mientras que la de Nines ha sido las 05:30. El motivo por el que no hemos practicado juntos es que Sharathji ha querido ordenar a la gente por veteranía, situando en los primeros turnos a las personas más veteranas con más viajes a Mysore y en los últimos a las nuevas. Como profesor autorizado, a mí me asignó el primero de los turnos, mientras que a Nines la ha colocado en el inmediatamente siguiente. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Si hubiera una manera sencilla de describir la India, sin duda habría que decir que se trata de un país de enormes contrastes. Por ejemplo, a los indios les encantan los colores vivos y así los lucen en su ropa, en su comida, en la decoración de sus templos, en sus vehículos, en los carromatos en los que venden fruta o té chai. Casitas humildes las pintan de azul intenso o verde pastel, sus moradores te saludan con una amplia sonrisa y en el umbral de sus casas pintan, sobre la acera, elaborados <i>rangolis </i>como flores multipétalo con tiza de color. Pero, al mismo tiempo, junto al templo con la decoración más primorosa, te puedes dar de bruces con la mayor cochambre imaginable: basura esparcida que nadie recoge, cabras y gallinas sueltas, mendigos descalzos y un socavón que los perros callejeros y los <i>rickshaws</i> soslayan como buenamente pueden. Son muy espirituales, pero intentan engañarte a la mínima oportunidad. Te hablan de que el ajo y la cebolla son demasiado picantes y la antítesis de la virtuosa comida <i>sáttvica</i>, pero no encuentras un plato indio que no tenga su buena dosis de guindilla. Puedes pedirte un café por 10 rupias en una tabernilla de mala muerte a pie de calle, y a unos metros te ponen un capuccino por 150 rupias en un local con ínfulas de cafetería a orillas del Sena. Un carro arrastrado por un búfalo coincide en un semáforo con un Mercedes todoterreno y una familia entera montada sobre la misma motocicleta. No puedes apenas respirar por la contaminación en una carretera principal, y al cabo de unos minutos te encuentras paseando por la orilla de un gigantesco lago (Kukkarahalli) situado en medio de la ciudad con pájaros majestuosos surcando sus aguas. Así es la India. Un desorden ordenado. Una suciedad rutilante. Un paraiso gris. Un manjar que apenas puedes tragar. Una estafa que pagas encantado. Una paradoja, un oximoron que te cuesta entender, que te enerva, que te desagrada y a la vez, que te fascina. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinHkH-Nm4_YLQ1Qyh3Us7msf_BmfRC3Z-ITUe7JVZeqH8sYJ0QPdkhFA7fV-6gsNGE2HYgUE14vK-Ph1UcN5d1IEaCDHnV3GpkhtG2_N9HT5i3aHRQtprm7dm0RSWH9050fd57pkXaYTgMzB9IqfuLE28JxqUC36LugS_U7BFYPOmgtQCmH10mAWo2TqCB/s2048/IMG_5303.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_317f_613d_9b26_8544" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinHkH-Nm4_YLQ1Qyh3Us7msf_BmfRC3Z-ITUe7JVZeqH8sYJ0QPdkhFA7fV-6gsNGE2HYgUE14vK-Ph1UcN5d1IEaCDHnV3GpkhtG2_N9HT5i3aHRQtprm7dm0RSWH9050fd57pkXaYTgMzB9IqfuLE28JxqUC36LugS_U7BFYPOmgtQCmH10mAWo2TqCB/s320/IMG_5303.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Establo de vacas en plena calle.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilkZsOMK7oLP0fXQHmjqnNDWU5P3lmCbQ1YketLvO8zO1CDMhE07cWddPrvZ2SEZcBS6ng07bS3vD4p-Ovz-DQA6qOeXK1cnWmT0M286bWc1e8VJba_SDJjN1M9SvkkCpf8yaqXuPSK-8aNcf2S7osNLWk9lfD5VcQ-iwgC9AmkOM1dZ_0VfoTp3Q0z4GH/s2048/IMG_5575.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_9fb_b58c_4117_26e9" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilkZsOMK7oLP0fXQHmjqnNDWU5P3lmCbQ1YketLvO8zO1CDMhE07cWddPrvZ2SEZcBS6ng07bS3vD4p-Ovz-DQA6qOeXK1cnWmT0M286bWc1e8VJba_SDJjN1M9SvkkCpf8yaqXuPSK-8aNcf2S7osNLWk9lfD5VcQ-iwgC9AmkOM1dZ_0VfoTp3Q0z4GH/s320/IMG_5575.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Un rincón del palacio de Mysore.</i></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpO9MxFSIcnWyVMqfNwJfwC3QUriDKU2EEaz2XfjDYsdRbcxojtnTUF8k9Jy6v37Yg7-e6DzUupwLWRmsmH442XjLQLWoObxsIgSgYtg2hxUi7u3pBbmq43LNOHh_Ui0lysAtJIrQMS081HklaLghTzpXJm71KITy5SJt4QKTTYrwdldVylQgOtT_qSwrR/s2048/IMG_4958.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_1d81_13a0_f400_99f7" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpO9MxFSIcnWyVMqfNwJfwC3QUriDKU2EEaz2XfjDYsdRbcxojtnTUF8k9Jy6v37Yg7-e6DzUupwLWRmsmH442XjLQLWoObxsIgSgYtg2hxUi7u3pBbmq43LNOHh_Ui0lysAtJIrQMS081HklaLghTzpXJm71KITy5SJt4QKTTYrwdldVylQgOtT_qSwrR/s320/IMG_4958.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Poblado de chabolas en Gokulam.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRGGnzODivw-239q9i_n-egGKnMeMkltqHVT0VMoJSbGHbN17vgWWVD1XtmEKwhAN-Awyxmd0NDg1EZJxDVzADSzC2jWUi6To42fT_qUzOitYfTtFOEtEn-pBGTvHH8nMVO7tFBOeC3q3Tu3_zH3eSqYjAhhBcXG1gxcLPY94y6_Bueebvov70lVd1ieoJ/s2048/IMG_5623.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_2b41_fd51_5367_5422" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRGGnzODivw-239q9i_n-egGKnMeMkltqHVT0VMoJSbGHbN17vgWWVD1XtmEKwhAN-Awyxmd0NDg1EZJxDVzADSzC2jWUi6To42fT_qUzOitYfTtFOEtEn-pBGTvHH8nMVO7tFBOeC3q3Tu3_zH3eSqYjAhhBcXG1gxcLPY94y6_Bueebvov70lVd1ieoJ/s320/IMG_5623.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><i>Los jardines del Green Hotel.</i><br><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtqV_VOJPIpEZch-3Z8Zvt6AnrEJDkd6N6ZesL2JburwEZWlCks_d4kFXtXg14SHmocxeZsX5C_9-9X0ysuPhkVytbC77Hi8Dbfo4SdekH7vHve4XzXpisRZXcJqbNx2xWQORCItZhKmTHb0eBJZDS23SlJgeGhiUnZrSay-LI9zsyAkW7VVxP8VuZqrFI/s2048/IMG_5061.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_932f_60ed_b320_f7f3" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtqV_VOJPIpEZch-3Z8Zvt6AnrEJDkd6N6ZesL2JburwEZWlCks_d4kFXtXg14SHmocxeZsX5C_9-9X0ysuPhkVytbC77Hi8Dbfo4SdekH7vHve4XzXpisRZXcJqbNx2xWQORCItZhKmTHb0eBJZDS23SlJgeGhiUnZrSay-LI9zsyAkW7VVxP8VuZqrFI/s320/IMG_5061.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>El caos del mercado Devaraja.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgClkBNl_umhWUTel4COMwsg4EGRxbF7rBZDAnN4_5sLUs5dQNPtUIXmzqMpcr_ILU9wjm0AqRiG_LAdD6cINx-IF6njqgRdl_aF1zh90bSuIrkhDKDJaLcF6kEV2OpfNgYyj1lLv0sqEY1qSj3gQ5ZfxiSISVvIVv2ZMAqkEMGbrT_hM6VmzcEx-hkQNBi/s2048/IMG_5034.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_ba9c_3d92_bc16_30a5" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgClkBNl_umhWUTel4COMwsg4EGRxbF7rBZDAnN4_5sLUs5dQNPtUIXmzqMpcr_ILU9wjm0AqRiG_LAdD6cINx-IF6njqgRdl_aF1zh90bSuIrkhDKDJaLcF6kEV2OpfNgYyj1lLv0sqEY1qSj3gQ5ZfxiSISVvIVv2ZMAqkEMGbrT_hM6VmzcEx-hkQNBi/s320/IMG_5034.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>El precioso parque Cheluvamba y la preciosa Nines.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5g-Qr_D6bSnr5Bd80vh-JQiR1t9Xwb6TeKJtcxFt77UyrY2Iva_hPJEx3PHgmdc5X8EYuK64jM3larG329ifAI8TWjWVWZx1EA7POL9XYZbi6-75inyBocoYhhCpXvayBn_YSlrtaCtPI99ojSCv_JMWqNL0jMXCndfixRTLnPjhoHHZvA7Rr3MqDWKdE/s2048/IMG_5245.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_e746_717e_ea1b_38cf" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5g-Qr_D6bSnr5Bd80vh-JQiR1t9Xwb6TeKJtcxFt77UyrY2Iva_hPJEx3PHgmdc5X8EYuK64jM3larG329ifAI8TWjWVWZx1EA7POL9XYZbi6-75inyBocoYhhCpXvayBn_YSlrtaCtPI99ojSCv_JMWqNL0jMXCndfixRTLnPjhoHHZvA7Rr3MqDWKdE/s320/IMG_5245.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Caótico andamiaje en una construcción.</i><br><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji45InL2uRzW3qIWldZTt_ehs4QEBIIrWy2_5jzmuFodwcfuceLOf-WiWU7uSsMsJkZN1TF-PCTKabV4mufZ9Twj45oqpvOK-Vx9-fgpQM0ujNu7NxHK4qnYooJBp8N7KJ1n2mYe7SIl4VVMmibZogDQUM83Yt6VUYjMnnbHFFbzLC5oNqnbtrQ3-bT2gH/s2040/530c69a8-2962-4a4d-b179-4ff2661d957e.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2040" height="241" id="id_9c4f_a0b3_5375_e0ca" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji45InL2uRzW3qIWldZTt_ehs4QEBIIrWy2_5jzmuFodwcfuceLOf-WiWU7uSsMsJkZN1TF-PCTKabV4mufZ9Twj45oqpvOK-Vx9-fgpQM0ujNu7NxHK4qnYooJBp8N7KJ1n2mYe7SIl4VVMmibZogDQUM83Yt6VUYjMnnbHFFbzLC5oNqnbtrQ3-bT2gH/s320/530c69a8-2962-4a4d-b179-4ff2661d957e.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>El lago Kukkarahalli: un vergel en medio de Mysore.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjngSRb2VX1FwZb92WcvPr1eHApZpJXwXmgqAxH1k1zhTGs-nCMJkEKuZ1nfOYh9RHGf9XEQVqvzbYPboV3tdySKU01WP55G2YxiXP6hG_fa5JVOU49YipXYDc2IEF4Jcr6tBxK_1JS-siWKlbapVRpn2deH-8q96_onKURDitlltS39y4tXVlVaek4WCpX/s2048/IMG_5502.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_9b6b_a35f_b306_f358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjngSRb2VX1FwZb92WcvPr1eHApZpJXwXmgqAxH1k1zhTGs-nCMJkEKuZ1nfOYh9RHGf9XEQVqvzbYPboV3tdySKU01WP55G2YxiXP6hG_fa5JVOU49YipXYDc2IEF4Jcr6tBxK_1JS-siWKlbapVRpn2deH-8q96_onKURDitlltS39y4tXVlVaek4WCpX/s320/IMG_5502.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Otra vista del lago Kukkarahalli. Impresionante.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl_-pa0YxOzIww-6NvSfdQy0_slBRNUmj8dX3F9UrrWIFOCam2dlbeLt_zubUg9L-8yoK3Ghj3E2B_JHq4RImSyGr0IqzznnQUyFYssM8BlSf-PZ6mDjzAU0UaoXAfKNSOtk2SKIurOuzJKn8TVyV8gaaEhWlLe5pSRqg2mMLjXlFYvyR4C53uZENqPLQ9/s2048/IMG_5411.jpeg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_8a73_9657_589b_a1b6" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl_-pa0YxOzIww-6NvSfdQy0_slBRNUmj8dX3F9UrrWIFOCam2dlbeLt_zubUg9L-8yoK3Ghj3E2B_JHq4RImSyGr0IqzznnQUyFYssM8BlSf-PZ6mDjzAU0UaoXAfKNSOtk2SKIurOuzJKn8TVyV8gaaEhWlLe5pSRqg2mMLjXlFYvyR4C53uZENqPLQ9/s320/IMG_5411.jpeg" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Una escalera que cumple toda la normativa de seguridad ISO 9001.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj884oUARgp7F8gQd9b_rziuFsuKn1zYPJxuFe5_qUsv7InewfJPZNmTfJPrbHYHnNMdZEyMwpvU4lm0NCa8-HRjH1Qnn4N8zod1rjjfYpBNIF3GhuV0AyPuucOSWbsH6p0R472PUCucSHlrWAu9MRHTdTEqEV0n2KLkJXLjZMO4a4bTMK8yk84c1vJxEGA/s2048/IMG_5594.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="240" id="id_155a_5a85_19bb_1ccc" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj884oUARgp7F8gQd9b_rziuFsuKn1zYPJxuFe5_qUsv7InewfJPZNmTfJPrbHYHnNMdZEyMwpvU4lm0NCa8-HRjH1Qnn4N8zod1rjjfYpBNIF3GhuV0AyPuucOSWbsH6p0R472PUCucSHlrWAu9MRHTdTEqEV0n2KLkJXLjZMO4a4bTMK8yk84c1vJxEGA/s320/IMG_5594.JPEG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Los jardines del Palacio de Mysore con el propio palacio detrás.</i></div><i><br></i></div></div><div style="text-align: justify;">El meollo del viaje, su motivo principal, es decir, la práctica de Ashtanga Yoga en el Sharath Yoga Center, transcurrió satisfactoriamente. En realidad, se trataba de una actividad que condicionaba toda nuestra jornada. Mi despertador sonaba a las 2:50 de la madrugada. A las 3:25 venía a buscarme el <i>rickshaw </i>en el que también viajaban Aurelie, de Francia, y Mariela, de Costa Rica, y llegábamos al Sharath Yoga Center a las 3:40. Esperábamos algunos minutos ante la puerta y cuando llegaba el coche de Sharath una señora que se encargaba de las tareas de limpieza y al mismo tiempo custodiaba el lugar a modo de ama de llaves nos abría la puerta y entrábamos. Los que estábamos en el primer turno solíamos ponernos siempre en los mismos sitios: los bajitos en las tres primeras filas y los más altos en las dos últimas. Sharath decía que para que pueda vernos mejor a todos. 65 personas en total en cinco filas de a trece. Durante los dos meses en las clases estilo Mysore tuve a las mismas vecinas de esterilla: Carol de Argentina pero residente en Berlín a mi derecha y Mira de Munich a mi izquierda. Cada mañana la misma ceremonia: dejar la esterilla en el sitio, cambiarse en los vestuarios y empezar la práctica sin más. Sharath entraba en su despacho y se quedaba en él un buen rato. Todos los días tenía unos cuantos <i>meetings </i>de cinco minutos de duración con algunos estudiantes. Reuniones con Sharath a las 4:00 de la mañana, sí. Entretanto, sus cinco ayudantes del primer turno guardaban el espacio. Luego salía Sharath. En primer lugar se dirigía al altar con la gran imagen de Pattabhi Jois y la de Krishnamacharya y les dedicaba unas reverencias con incienso y murmuraba unas oraciones. Después, exclamaba el habitual <i>"Samasthih"</i> ante el que interrumpíamos nuestra práctica para recitar el mantra de Ashtanga Yoga. Llegado ese momento yo ya había terminado los saludos al sol, la secuencia fundamental hasta <i>parsvottanasana </i>y en la serie intermedia había llegado quizás hasta <i>dhanurasana</i>. Sharath recitaba en mantra inicial en dos tonos distintos: uno terminando las sílabas impares (excepto la quinta) en un tono alto, como lo hace Luke Jordan, y otro el normal que escucháis en Ashtanga Yoga BIlbao y en la mayorúa de <i>shalas</i>. Las primeras semanas solía recitar el del tono más alto, pero después predominó el que me resulta más familiar. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">La última vez que estuve en Mysore, en agosto del 2018, mi práctica había llegado hasta <i>karandavasana</i>, y a pesar de que haya aprendido más <i>asanas</i> con otros profesores durante estos años, Sharath quiere que la gente continúe la práctica desde el punto en que se encontraba en su último viaje en Mysore. En realidad, en estos últimos cuatro años ya había terminado la serie intermedia y comenzado la tercera con Lucía Andrade quien, por cierto, estuvo también en Mysore como alumna con su marido y su hijo. Es muy habitual esto de que la gente tenga en casa prácticas más largas que las que tiene en Mysore. Sharath quiere que todo el mundo pase a través de su filtro y sea él en persona quien supervise la práctica de cada uno <i>asana </i>a <i>asana</i>, pero no siempre es posible venir a Mysore regularmente y por ello muchos acabamos aprendiendo más allá de lo que Sharath nos permitió hacer la última vez. Por lo tanto, durante las primeras semanas me ceñí a mi práctica de serie intermedia hasta karandavasana, pero saltaba a la vista que Sharath consideraba de que estaba preparado para continuar y después de esas semanas de "rodaje" me fue avanzando a un ritmo constante y con bastante rapidez, de manera que una tras otra fueron cayendo <i>mayurasana</i>, <i>nakrasana</i>, <i>vatayanasana</i>, <i>parighasana</i>, <i>gomukhasana</i>, <i>supta urdhva pada vajrasana</i>, hasta que finalmente, el jueves 8 de diciembre, tras preguntarme cuál era mi última postura (le gusta especialmente preguntar el trabalüénguico nombre de <i>supta urdhva pada vajrasana</i>), me dijo que al día siguiente hiciera los siete <i>sirsasanas</i>, es decir, los tres<i> mukta hasta sirsasana</i> y los cuatro <i>baddha hasta sirsasana</i>, lo que suponía para mí algo muy especial: ¡terminar la segunda serie con Sharathji! </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwUwICRzhtXD-bKPh3huH86m-ry6_MApS-pEq5jgVL0f3uVkcfjhD2-PSTfhyHPOgAk6PaG-3xxXYEd_opWLQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Clase guiada de la primera serie. Estos cuatro vídeos están extraídos del perfil de Instagram de Sharathji @sharathjoisr</i></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwFlr7YtEXbEqdkgHR0RUXAXm4Nlr61gNqwIQSkqMYfAs0BYTb1HJzDkHcnB-e0iOPK66ieRR4rYbRX-Ajj2A' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Clase estilo Mysore. Al fondo, sobre una esterilla roja y haciendo tittibhasana, aparece un servidor.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dysRaM7p4cQG8hMgHPbVQJ_l9AEp7F_IYSklX_kpRd6VCdVUfCsiVPhVJidzEql7NY-LO_gG84zBbsPhGtlmA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Otro momento de una clase guiada estilo Mysore. Si se busca, se nos puede ver a Nines y a mí sobre esterilla roja y amarilla, uno junto a otro.</i></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dx_rjNU6iRdqZhmqom2_Yv9UZpGEgvYEp9gfAy0VYeD60M72bF5wbVUXKc2tecoqOatnKOCAMl_mmT-OLROyQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Posturas finales durante una clase guiada de la serie intermedia. De nuevo, los dos somos identificables; yo más fácilmente porque estoy en segunda fila sobre esterilla roja.</i></div></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk3-YfMgJ3nxD8KMHFxyVp6hwSn04Ckz8h5RLH3cqtv-4pNWCLzr2rBibDbIPOiK86pOQmEcXGnbXr_QX82OYCxRBkYwl86DWY7b-mO7S1_o7efN46L8tmu29dZ66PYnISzq6G-s6UR1utKPric8c6TYT1B04JP9QbjYECd_U3X0yLTG37nDkPL_4UM2Bz/s2048/IMG_5223.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_8970_b1bc_aa8d_fb9a" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk3-YfMgJ3nxD8KMHFxyVp6hwSn04Ckz8h5RLH3cqtv-4pNWCLzr2rBibDbIPOiK86pOQmEcXGnbXr_QX82OYCxRBkYwl86DWY7b-mO7S1_o7efN46L8tmu29dZ66PYnISzq6G-s6UR1utKPric8c6TYT1B04JP9QbjYECd_U3X0yLTG37nDkPL_4UM2Bz/s320/IMG_5223.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div style="text-align: center;"><i>Espera para la clase guiada de la serie intermedia. Apréciese la diferencia horaria respecto a la clase Mysore.</i></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWQNaHWgTCSqJ6KlajjN1XPL8ZL-hQV3EaaFjVtyZAloLrw-KVFV4vWe4bI5W5qe9bTU0jIQQV5XeIr9v9jcfxhCRs0970UbcTXf5z0ehmwbFqRXnfz-eMqd1DBaJOhEdvHE_KffiaAiDxLhuuknXfnWc490We90yCUHoI39iBpkbJM2YsCACsrXyqqn_e/s2048/IMG_4977.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_7cf7_c496_77f5_16b2" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWQNaHWgTCSqJ6KlajjN1XPL8ZL-hQV3EaaFjVtyZAloLrw-KVFV4vWe4bI5W5qe9bTU0jIQQV5XeIr9v9jcfxhCRs0970UbcTXf5z0ehmwbFqRXnfz-eMqd1DBaJOhEdvHE_KffiaAiDxLhuuknXfnWc490We90yCUHoI39iBpkbJM2YsCACsrXyqqn_e/s320/IMG_4977.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Sharathji durante una conferencia.</i></div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaiSgKvtI1HAPAfgLKQzfpWmcfAbOqgkGy9jbYhWVMemWqk8EYx8A4xMFod7i3rgsRThXaxeAfD5Ml2NEpfDg1TgxAMHw7kkgc_8klMGJtrDYEU8ViHpqYV4R7F2CBkQS-nvehSdQqPdgyC7EMVijla7SR7aNprO5l4YhRDp4rZWC4tF0zfAiWHhF-rSd3/s2048/IMG_4933.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_11a7_ec26_c0af_ab9c" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaiSgKvtI1HAPAfgLKQzfpWmcfAbOqgkGy9jbYhWVMemWqk8EYx8A4xMFod7i3rgsRThXaxeAfD5Ml2NEpfDg1TgxAMHw7kkgc_8klMGJtrDYEU8ViHpqYV4R7F2CBkQS-nvehSdQqPdgyC7EMVijla7SR7aNprO5l4YhRDp4rZWC4tF0zfAiWHhF-rSd3/s320/IMG_4933.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Clase de chanting con Lakshmisha.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimNSX8rnpcuTcz1U80gZ9UcOQrP1olxFoCHP_ixNLb_O_gnOLGmkAlPlin-_fr_yylLkinISU9NNV0Dbi2cxakteWHqawVG5jWKf4O8kxGUkBecOo8fBYCeOwmVGxeMdEpm_L5Jpr3Hc28n1zlloXr877NGUNWU4SN-gjOL2mupE_vC2RsBzIR8xP2Jop5/s1600/9b8a9b2c-ab1d-49a0-bd62-e39c0d65da57.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1296" height="320" id="id_a164_a25_61c9_1f12" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimNSX8rnpcuTcz1U80gZ9UcOQrP1olxFoCHP_ixNLb_O_gnOLGmkAlPlin-_fr_yylLkinISU9NNV0Dbi2cxakteWHqawVG5jWKf4O8kxGUkBecOo8fBYCeOwmVGxeMdEpm_L5Jpr3Hc28n1zlloXr877NGUNWU4SN-gjOL2mupE_vC2RsBzIR8xP2Jop5/s320/9b8a9b2c-ab1d-49a0-bd62-e39c0d65da57.jpg" style="height: auto; width: 259px;" width="259"></a></div><i>Con Mariela y Aurelie, mis compañeras de rickshaw durante estos dos meses.<br><br></i></div><div style="text-align: justify;">Al día siguiente, viernes 9 de diciembre, debió dar por buenos mis <i>sirsasanas </i>y me dijo que la semana siguiente comenzase los <i>handstands</i>, es decir, la secuencia de equilibrios sobre manos con que concluye la serie intermedia. Tras la clase, me postré a sus pies y le di las gracias. Él me había enseñado la primera postura de la segunda serie -<i>pashasana</i>- en agosto del 2008, y catorce años más tarde la había terminado. En las semanas que quedaban aún comenzaría la primera postura de la tercera serie, <i>vishwamitrasana</i>, pero el hito principal del viaje en lo que respecta a mi práctica con Sharathji había tenido lugar ese viernes 9 de diciembre, y siempre lo recordaré.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Por parte de Nines, durante este viaje su práctica avanzó desde <i>kapotasana</i> hasta <i>eka pada sirsasana</i> y cumplió el importante hito de comenzar a asistir a las clases guiadas de la serie intermedia los lunes a las 7:30 de la mañana.
En las clases estilo Mysore Nines estaba en el segundo turno, que sobre el papel empezaba a las 5:30 pero que en la práctica lo hacía a las 5:00. A la gente que no estaba en el primer turno le tocaba esperar hasta que hubiera un hueco libre, de manera que siempre hubiese 65 personas practicando, como en las camas calientes de un submarino. Mientras Nines esperaba yo hacía mi última postura y la secuencia de <i>backbendings </i>y me retiraba a colocarme detrás de unos biombos que separan la zona principal de la zona de finales donde hacíamos la secuencia de cierre. De camino, siempre me daba tiempo a saludar a Nines, a punto de entrar a su práctica. Para las 6 de la mañana ya estaba de vuelta en casa y, por lo general, me echaba una siesta mientras aguardaba el regreso de Nines para desayunar juntos.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Ésta era nuestra rutina de martes a viernes. Los sábados había una clase guiada de la primera serie a las 6:30 de la mañana y los lunes otra clase guiada de serie intermedia a las 7:30, precedida de una clase guidada de la primera serie para las personas que no hiciesen intermedia. Los domingos y los días de luna llena y nueva eran días de descanso. También estaban las clases obligatorias de <i>chanting </i>con Lakshmisha y unas clases de cultura general de yoga también con Lakshmisha a las que nos apuntamos. Tampoco voy a decir que fuese una vida dura, porque durante el resto del día teníamos grandes legajos de tiempo para dedicarlos a lo que más apeteciera: descansar, comer, visitar sitios, alternar con gente, apuntarte a cursos con múltiples opciones... pero reconozco que el tema del sueño se hacía duro. De martes a viernes había que levantarse a las 3 de la mañana pero de sábado a lunes podías hacerlo mucho más tarde. Los hábitos de sueño estuvieron quebrados durante los dos meses y cada lunes por la noche se hacía muy cuesta arriba, porque intentabas dormirte a las ocho de la tarde pero los ojos, simplemente, no se cerraban. Las personas que viajan por primera vez a Mysore lo tienen mucho más fácil en este sentido, porque entran a practicar a las clases estilo Mysore a una hora muy similar a la que entran a las clases guiadas. Para los veteranos, en cambio... </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx6NnGVd0SX1o3nawqFXEldQwBUcn1GLNDgcaU9ZixLeS5QTnp8m6DWn_iGGfLeR-gonBxaBnQPy7AL9KpamwJdebQl0dv-CqnfdlFezNVLddxRpP21lJI2qT2dE8uyG-xYHZyuhfC9mgVtqZEiS68Uk0girBImETIbZlphNWx2wLbfGEUaSYfUrdqpsca/s2048/IMG_5689.JPEG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" id="id_cc8c_8dae_f758_8ef9" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx6NnGVd0SX1o3nawqFXEldQwBUcn1GLNDgcaU9ZixLeS5QTnp8m6DWn_iGGfLeR-gonBxaBnQPy7AL9KpamwJdebQl0dv-CqnfdlFezNVLddxRpP21lJI2qT2dE8uyG-xYHZyuhfC9mgVtqZEiS68Uk0girBImETIbZlphNWx2wLbfGEUaSYfUrdqpsca/s320/IMG_5689.JPEG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Autorizados nivel 1 y 2</div><br><div style="text-align: justify;">El momento especial que por siempre recordaremos de este viaje sucedió el jueves 14 de diciembre y tuvo un sabor completamente agridulce. El miércoles 13 Nines recibió una noticia terrible desde España concerniente a su familia. No entraré aquí en detalles; las personas cercanas a nosotros ya los conocen. En pocas palabras: un familiar muy cercano iba a ser operado de urgencia el viernes 15. No sabíamos lo que hacer; la familia de Nines le aconsejó que se quedara en la India y que ellos se harían cargo de todo. Ante lo que pudiera pasar, decidimos hablar con Sharathji para que supiera que, en función de lo que ocurriera en España, quizás teníamos que volar precipitadamente de vuelta sin despedirnos. Mucha gente quiere hablar con Sharath por diversos motivos y lo habitual es que se solicite a su secretaria Usha una cita. Al día siguiente jueves fuimos adonde Usha y se lo contamos. Ella nos llevó inmediatamente adonde Sharathji para que habláramos con él en persona. Los dos fueron muy sensibles ante la situación y, para nuestra sorpresa, Sharathji decidió ahí mismo darle a Nines la autorización nivel 1 y a mí subirme al nivel 2. En verdad, fue bastante desconcertante. Tras hablar del problema, Sharatji le preguntó a Nines a ver cuántas veces había venido y cuál era su última postura, y decidió hacer por la vía rápida lo que me imagino habría llegado también de forma natural: era el quinto viaje de Nines a Mysore y lo tenía más que merecido. La idea era que, si nos teníamos que ir el sábado o el domingo, lo hiciéramos con las autorizaciones en la mano. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Al final, la operación salió bien y, a pesar de las dudas de Nines, su familia le convenció para que se quedara, por lo que completamos el viaje tal y como estaba previsto. Durante más de una semana mantuvimos en silencio el tema de las autorizaciones porque, lógicamente, Nines no tenía cuerpo para felicitaciones y celebraciones. Finalmente, su familiar salió del hospital y todo pareció ir a mejor, así que pudimos celebrarlo y el último día nos sacamos la habitual foto con Sharathji mostrando nuestras flamantes autorizaciones.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSHk40Gyqts1c6f2GgLPHfo8BFP9HQzWrxgZmkzu4ViLYgPFcm20qiJE0AtY6eKVAYjMszjsKxnepJLUzpwQRbqUhLqeXk6GoEnKk7QEYxemzZ47L-s5hC4yVUDfKdPhLJjxPLn4DiUAevsr6b1LGckVXQj53x6FvQpwvJq-yHIaX4CEUSGAAYw5ls_-l0/s8192/0v2a1985ind.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5464" data-original-width="8192" height="213" id="id_cb55_ca4d_2feb_c451" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSHk40Gyqts1c6f2GgLPHfo8BFP9HQzWrxgZmkzu4ViLYgPFcm20qiJE0AtY6eKVAYjMszjsKxnepJLUzpwQRbqUhLqeXk6GoEnKk7QEYxemzZ47L-s5hC4yVUDfKdPhLJjxPLn4DiUAevsr6b1LGckVXQj53x6FvQpwvJq-yHIaX4CEUSGAAYw5ls_-l0/s320/0v2a1985ind.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div><br><div style="text-align: justify;">La fotografía que encabeza esta entrada y que aquí reproduzco de nuevo es muy especial porque cierra un círculo que comenzó hace muchos años. Está destinada a ser enmarcada y colocada en un lugar preferente de la escuela de la misma manera que lo que la fotografía representa ocupa un lugar preferente en nuestras vidas.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Desde el año 2015 Nines y yo hemos entregado nuestras vidas a la transmisión de está práctica, manteniendo una escuela de Ashtanga Yoga tradicional de acuerdo con el método que se ha estado enseñando en la ciudad de Mysore desde hace casi un siglo y que fue divulgado fuera de la India por Sri Krishna Pattabhi Jois, el abuelo de Sharath Jois, junto a quien posamos en esta fotografía y que fue su discípulo más intimo durante veinte años. En la actualidad, en Ashtanga Yoga Bilbao ofrecemos más de cuarenta horas de clases de Ashtanga Yoga y sólo de Ashtanga Yoga seis días a la semana, co clases estilo Mysore de lunes a viernes y clase guiada de la primera serie el sábado, a imagen y semejanza de la escuela original en Mysore.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Ashtanga Yoga es nuestra pasión, es nuestra profesión, es nuestra vida. La tradición del Ashtanga Yoga de Mysore no es un polvorienta leyenda del pasado, sino una realidad que sigue viva hoy día y sentimos que Mysore es el sitio en el que hay que estar si queremos seguir ofreciéndoles lo máximo a las personas que se acerquen a nosotros. Es nuestra prioridad que los estudiantes que acudan a Ashtanga Yoga Bilbao reciban una enseñanza auténtica y por eso creemos que una relación estrecha con Sharathji y su escuela, el profesor y el lugar más genuinos para aprender Ashtanga Yoga, es absolutamente necesaria.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">En este último viaje ambos, Nines y yo, hemos obtenido el reconocimiento del paramagurú de Ashtanga Yoga para enseñar la primera serie y la segunda serie, respectivamente. A muchas personas esto les puede parecer una tontería. Al fin y al cabo, para abrir una escuela de Ashtanga Yoga no hace falta título alguno. El ayuntamiento no te lo va a exigir a la hora de solicitar una licencia de actividad. La seguridad social no te lo va a pedir para darte de alta en el impuesto de actividades económicas. En términos legales, burocráticos, no tiene ninguna validez.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Además, la autorización de Sharathji es muy cara; para llegar a este punto Nines y yo hemos necesitado entre los dos un total de once viajes, que han implicado pasar más de dieciséis meses de nuestra vida en la india, miles de euros en gastos, sino decenas de miles de euros invertidos en vuelos, alojamientos, clases y toda clase de gastos relacionados con una estancia de varios meses en otro país, ni qué decir cuando además tienes que mantener una escuela de yoga abierta en casa. Puestos a conseguir un papel, sale mucho más rentable apuntarse a alguno de los <i>teacher trainings</i> que pululan por España o el mismo Bilbao. Aflojas mil, dos mil euros y, sin necesidad de desplazarte a medio mundo de distancia, en apenas treinta días o un puñado de fines de semana distribuidos a lo largo de un curso escolar, ya tienes un tus manos un rimbombante título de profesor de yoga registrado de 200 horas y puedes aparecer en el listado de la Yoga Alliance o alguna patraña similar. Total, ninguno de los dos (ni la autorización de Mysore ni el certificado de la Yoga Alliance) tienen ninguna utilidad a efectos legales y prácticos más allá de la importancia que uno quiera darle. Además, la mayoría de los estudiantes que tocan tu puerta ni siquiera se molestarán en comprobar si tienes un título ni cuál tienes . Entonces, ¿para qué complicarse?</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">A nuestro entender, desde el punto de vista de un practicante de Ashtanga Yoga comprometido, la autorización de Sharath Jois es el máximo reconocimiento posible. La autorización de Mysore la reciben, únicamente y sin excepción, personas con años de recorrido a sus espaldas. No hay atajos que valgan. Sharath es perfectamente conocedor de la gran estafa que está teniendo lugar con los <i>teacher trainings</i> en los que gente sin absolutamente ninguna experiencia en yoga tiene al alcance de su mano convertirse en "profesor" en un mes, y se encarga personalmente de que las autorizaciones que expide sean especialmente difíciles de conseguir y estén fundamentadas sobre una experiencia de muchos años.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Todos los profesores que nos han enseñado, que nos han inspirado, que nos han servido de modelo y ejemplo, han sido autorizados para enseñar el método de Ashtanga Yoga por Pattabhi Jois o por Sharath Jois, a quienes ellos mismos han considerado sus referentes. Nos vienen a la cabeza nombres como Borja Romero-Valdespino de Ashtanga Yoga Madrid, quien nos guió como un padre durante diez años; Tomás Zorzo del Centro de Yoga Ashtanga en Oviedo, pionerp del Ashtanga Yoga en España y a quien tenemos la suerte de poder considerarlo un amigo; Peter Sanson de Nueva Zelanda, quien desde hace más de quince años con sus visitas en primavera ha sido un galvanizador para la comunidad de Ashtanga Yoga española, Gabriella Pascoli, con quien vivimos unos meses inolvidables en Madrid en el año 2014; José Carballa y Rafael Martínez de Mysore House Madrid, quienes fueron un faro en medio de las tinieblas durante nuestros primeros años en Bilbao sin guía; los certificados Lucía Andrade y Luke Jordan, quienes nos han enseñado en estos últimos años. Todos ellos son profesores con décadas experiencia a sus espaldas y con un mismos denominador común: Mysore y Pattabhi Jois/Sharath Jois. Así que por todos estos motivos, para nosotros es un gran honor haber recibido la bendición, el "blessing" del maestro del que han aprendido nuestros maestros y haberlo experimentado en primera persona nosotros mismos.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Sharath Jois nos ha acompañado a lo largo de todo nuestro recorrido en sus diferentes etapas: los años en Madrid del 2006 al 2015 y los años en Bilbao desde el 2015 hasta hoy. Con él hemos practicado en los años 2008, 2013, 2014, 2015, 2017, 2018 y 2022 y esperamos seguir haciéndolo. ¡Hasta pronto!</div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-43324915613929948332023-09-08T09:14:00.009+02:002023-10-28T12:22:09.876+02:00Reflexión en torno a durvasasana: ¿para qué estos alardes?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXTzw42XJj4F5Rz-7TeFZCp5GCk8r89TiJ30QETBETFDNrCpiBZ4yCREzNotEikFl-gS4bvCDfAgEUTeaQyoMPCX_saXBCzgriB25Ie499NBB8rDVNL534sVBdX7gDxaZW10F34Vndy7pGbXXtljmpPdjtAS2RKOjaIgwLHMoacmGEa0tM9VZCzPE389aH/s910/Karandavasana%20agosto%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="510" height="320" id="id_d7f2_69_b227_4240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXTzw42XJj4F5Rz-7TeFZCp5GCk8r89TiJ30QETBETFDNrCpiBZ4yCREzNotEikFl-gS4bvCDfAgEUTeaQyoMPCX_saXBCzgriB25Ie499NBB8rDVNL534sVBdX7gDxaZW10F34Vndy7pGbXXtljmpPdjtAS2RKOjaIgwLHMoacmGEa0tM9VZCzPE389aH/s320/Karandavasana%20agosto%202023.jpg" style="height: auto; width: 179px;" width="179" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Durvasasana por Fernando Gorostiza en Ashtanga Yoga Bilbao. </i></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif">Hace años Carol, </span><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif">una buena amiga que viajó a Nepal, nos envió una postal en la que aparecía un yogui con barba larga y vestido tan sólo con unos calzones que ejecutaba una extravagante postura con el pie detrás de la cabeza mientras mantenía el equilibrio sobre el otro pie y saludaba a la gente que pasaba con la mano. La postal la tenemos desde entonces en la recepción de Ashtanga Yoga Bilbao, decorando la entrada junto con un elefante y otros adornos. Muchos años después, para mi sorpresa, me encontré enfrentándome a esa misma postura de la postal y que resultó llamarse <i>durvasasana </i>en homenaje al sabio <i>Durvasa </i>famoso por su carácter irascible.</span></span></p><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;"><i>Durvasasana </i>es una de esas posturas que cuando uno empieza a hacer yoga ni se imagina sea posible para el cuerpo humano y que cuando acaba siendo consciente de su existencia asume no llegará a hacer nunca. Es la séptima postura de la tercera serie de Ashtanga Yoga y, siendo realistas, se encuentra completamente fuera del repertorio de <i>asanas </i>que llegará a ejecutar nunca la inmensa mayoría de la gente que practica cualquier estilo de <i>hatha yoga</i>. De hecho, <i>durvasasana </i>implica una convergencia de flexibilidad, fuerza y habilidad totalmente prescindibles. Una persona puede gozar de una vida plena y saludable con una gran movilidad funcional sin tener que experimentar contorsiones grotescas tal que esta.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Si se tiene en cuenta lo difícil que resulta que la gente sea constante y perdure en el tiempo cuando inicia cualquier actividad, que algunas de las problemáticas físicas que plantean los <i>asanas </i>requieren un largo proceso y que ciertas circunstancias como la edad o determinadas patologías puedan suponer obstáculos insalvables al progreso físico pasado cierto punto, no resulta exagerado afirmar que posturas como <i>durvasasana </i>se encuentran al alcance de menos del 1% de las personas que practican yoga basado en <i>asanas</i>.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzu_oWeUhnhfWM-DZqeLg4nDn5H28m2TW8U7HUMTqoWd9pmdlpxv_zerXzJzvjQls_e0q60f3cYzx10xzDRLQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: inherit;">Secuencia completa de durvasasana con todos sus vinyasas "maquillado" para Imstagram.</span></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: inherit;"><br /></span></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: inherit;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwSA8O-9oA4FnViDcbRoRyfwKyNljDBTEQw9PS5oy_X-d2XjDJnFVNVNIubROZ_0Ivx2vy4DeUosAxe-SOrYw' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Secuencia completa de durvasasana con todos sus vinyasas sin maquillar.</div></span></i></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Ante este dato, cuando los practicantes/profesores de yoga subimos a las redes sociales posturas que sabemos están al alcance de menos del 1% de personas, cabe plantear ciertas preguntas acerca de nuestras intenciones. ¿Qué pretendemos con ello? ¿Hacer una exhibición de lo que somos capaces? ¿Es por tanto, nada más que un ejercicio de vanidad, de exaltación del ego?</span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Aun reconociendo el conflicto, siempre me gusta ver luz en la oscuridad y no plantear las cuestiones de la vida en términos absolutos: blanco o negro, bueno o malo. Detrás de este video hay, por supuesto, afán de protagonismo, creación de imagen de marca y atracción de seguidores y potenciales estudiantes/clientes. No reconocerlo sería deshonesto por mi parte y por la de cualquiera de los otros muchos perfiles en los que se muestran <i>asanas </i>más o menos “avanzadas” en las que además cualquier consejo o <i>“tip”</i> divulgativo resulta ampliamente irrelevante por servir a una inmensa minoría.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">El aspecto luminoso lo encuentro, en gran medida, en la inspiración que puede inculcar en otras personas la exposición del propio camino. El yoga es un proceso interno alejado diametralmente del circo de <i>asanas </i>retorcidas que saturan las redes sociales y al que hoy acabo de aportar yo mi grano de arena. No obstante, conviene recordar que Vivekananda, Ramana Maharsi y otras figuras importantes del yoga que experimentaron profundos procesos internos pero no practicaron <i>asanas </i>no lograron popularizarse en la misma medida que se han dado a conocer <i>hatha yoguis</i> como Krishnamacharya, Shivananda o Iyengar quienes sí practicaron e hicieron alarde de <i>asanas</i>. Gracias a estos últimos, muchas mentes volcadas hacia lo externo y a las que un mensaje profundamente interno como el de Ramana Maharsi a duras penas les habría suscitado interés, han mostrado interés por el yoga y desde el asana han emprendido un camino que paulatinamente les ha llevado hacia lo interno.</div></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><br /></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5MoLmyEN4cFip2120llY53q5leXq4WM2rRSGmOXoXyB9RnpzYiwKByxaeyCqsF-JNoD5DYadLMbMecBI1R4eEK2DmL44txKlJKlgZ2gC1xpbP0HqjIoUkOoB0_9bA7VQBhnHq5dvqSPx3XaWS1YePeGqRGy7Y-ULWq_5karSBwKZNLrm7sSnKJ4ptnieK/s2528/IMG_6855.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2528" data-original-width="1644" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5MoLmyEN4cFip2120llY53q5leXq4WM2rRSGmOXoXyB9RnpzYiwKByxaeyCqsF-JNoD5DYadLMbMecBI1R4eEK2DmL44txKlJKlgZ2gC1xpbP0HqjIoUkOoB0_9bA7VQBhnHq5dvqSPx3XaWS1YePeGqRGy7Y-ULWq_5karSBwKZNLrm7sSnKJ4ptnieK/s320/IMG_6855.JPG" width="208" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>La mencionada postal que tenemos en la recepción.</i></div><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><br /></span></div>El <i>asana </i>extravagante perfectamente ejecutada en plena naturaleza con el sol poniente en lontananza, carita sonriente y grabada desde un dron que sobrevuela la escena retocada con <i>Photoshop </i>es la punta del iceberg. Si te quieres quedar en la imagen presuntuosa, en el famoseo, está bien y es correcto, pero personalmente te animo a que hagas un pequeño esfuerzo e indagues en lo que hay por debajo, porque quizás te lleves una sorpresa y descubras, escondidos, lo mismo que verías en un pianista que en su concierto te deja boquiabierto: muchos años de dedicación, miles de repeticiones sin glamour, cientos de fallos que ninguna cámara grabó, prácticas solitarias de madrugada, en el frío del invierno y el calor del verano, días ilusionantes intercalados por días de abatimiento, plagados de dudas, sin saber adónde te diriges ni porqué lo estás haciendo... Seguramente esa sea la mejor enseñanza que puedas extraer para ti: la cultura del esfuerzo, de la paciencia, de la devoción, del amor sincero que no espera nada a cambio porque lo que llega está tan lejos y la mecha de la ambición tan corta, que enseguida explota. En definitiva, una transformación interna que ha partido desde fuera pero que se ha deslizado hacia dentro y te ha hecho construir un refugio íntimo que visitas cada día y desde el que luego sales revigorizado para afrontar los avatares que la vida te trae.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Para llegar a ese punto <i>durvasasana </i>no es imprescindible. Lo bueno que tiene el sistema de Ashtanga Yoga es que se adapta a cada persona y, debido a ello, en algunos casos, los maestros con amplio recorrido y experiencia deciden que ha llegado el momento de que el estudiante aprenda un <i>asana </i>en concreto que tiene sentido dentro del proceso personal del estudiante. Colgar videos así en Instagram es una ventana, una captura hacia un instante congelado de ese proceso, y a cada uno nos puede servir para criticarlo y echar pestes sobre esos yoguis vanidosos que exhiben posturitas… o para inspirarnos y animarnos a desenrollar al día siguiente nuestra esterilla y hacer algo por nuestra salud y por reducir la entropía en nuestra cabeza. Tú eliges.</div></span></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-63642529823679732802023-09-08T06:45:00.007+02:002023-10-28T12:22:49.242+02:00Reflexión en torno a kapotasana.<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjupvUYh_AcPlGO7kNxlFeq-53iYihNqgKhwQjZN26RZGr3QOCACWxLT8p6BYrTqMyz7QJkNmonKsFLk13Btm1c9DFvNRCie3AoeVt8Mn0qGlaJC7XlKVkxT8GRw8zlw3rdZEqp9-UiVeVJFN7tzcouFoTp9slBiX21khIGwxNZh95JcB9EjybpevT-AOp3/s5184/_MG_3752.tif" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3456" data-original-width="5184" height="213" id="id_4788_372c_f75f_84a7" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjupvUYh_AcPlGO7kNxlFeq-53iYihNqgKhwQjZN26RZGr3QOCACWxLT8p6BYrTqMyz7QJkNmonKsFLk13Btm1c9DFvNRCie3AoeVt8Mn0qGlaJC7XlKVkxT8GRw8zlw3rdZEqp9-UiVeVJFN7tzcouFoTp9slBiX21khIGwxNZh95JcB9EjybpevT-AOp3/s320/_MG_3752.tif" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Verano del 2015 en el parque del Retiro en Madrid.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br /></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7GiAoh2o5UihfY8QkKNxiGonlCvjfxJr0-Ni1Yj4RGrAKqnZ37EzwI4H-BxAi6wQV51tXbxFih4sDB6CdzoWCqJufG7leIBJDsJMRRsHlfv4zJS7tJ2KMlj89h9enaDWqJFq7oGf3ATJMz94r_MBQaXvK_mPtCjIQKQ72f1xm2yiCuCXw3CJfj57DLRxp/s1024/a1b63f82-8d59-49cf-9f11-25df99ed1f0b.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7GiAoh2o5UihfY8QkKNxiGonlCvjfxJr0-Ni1Yj4RGrAKqnZ37EzwI4H-BxAi6wQV51tXbxFih4sDB6CdzoWCqJufG7leIBJDsJMRRsHlfv4zJS7tJ2KMlj89h9enaDWqJFq7oGf3ATJMz94r_MBQaXvK_mPtCjIQKQ72f1xm2yiCuCXw3CJfj57DLRxp/s320/a1b63f82-8d59-49cf-9f11-25df99ed1f0b.JPG" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Abril del 2022 en Conil.</i><br /></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><i>Kapotasana </i>(la paloma) ocupa la décima posición en la serie intermedia de Ashtanga Yoga y es sin duda uno de los huesos más duros de roer en esta práctica. No en vano, todas las posturas del final de la primera serie (con su enfoque en la fuerza frontal del torso) y del comienzo de la segunda (extensiones hacia atrás y fuerza en piernas) pueden ser entendidas como meras preparaciones para la temida </span><i style="font-family: inherit;">kapotasana</i><span style="font-family: inherit;">.</span></p><span style="background-color: white; font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">En <i>kapotasana</i> queda patente el motivo por el que, de acuerdo con la manera tradicional que aprendemos en Mysore y transmitimos las escuelas tradicionales, en Ashtanga Yoga las posturas no se enseñan una tras otra en cascada hasta que las anteriores están meridianamente resueltas: a quien afronte <i>kapotasana</i> de forma prematura, no le espera sino un verdadero via crucis de dolor lumbar y lesiones. A menudo no se entiende que los profesores de Ashtanga Yoga observamos la práctica de nuestros estudiantes con perspectiva; sabemos lo que viene más adelante y, si nos ponemos tiquismiquis y, por ejemplo, a una persona que ha terminado la primera serie le pedimos que trabaje su extensión en <i>urdhva dhanurasana</i> (el puente o arco hacia arriba) hasta el punto de que sea capaz de ponerse de pie, no lo hacemos porque nos apetezca ponerle obstáculos absurdos antes de comenzar la segunda serie: lo hacemos porque tenemos en mente la décima postura a la que se enfrentará en la nueva serie y porque nosotros mismos hemos experimentado que, aun pudiendo hacer los <i>drop-backs</i>. <i>kapotasana</i> será difícil, por lo que sin <i>drop-backs</i>, <i>kapotasana</i> sencillamente no tendrá sentido.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dw9Hz_g2KeNn_yQsjIhEDUhenRXGXpaRScSCNxtmPG7ckNf5bIonxoH2g0ZCftILfzcVJFCPAMugy-L0taGeQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Las imágenes que acompañan a este párrafo muestran dos maneras de ajustar <i>kapotasana</i> a personas con una extensión de columna suficientemente desarrollada. ¡Aviso! Estos ajustes no son mágicos y no ponen <i>kapotasana</i> al alcance de cualquiera; aplicarlos sin criterio puede ocasionar lesiones. En los videos, Nines y yo nos ayudamos a coger los dos talones simultáneamente, lo cual resulta mucho más agradable para la espalda puesto que la extensión se produce simétricamente. Debido a la diferencia de tamaños entre nuestros cuerpos, Nines lo hace desde atrás y yo desde delante. Tanto la manera de entrar en el asana como de ajustarnos es distinta, e ilustra cómo cada practicante atraviesa su propio proceso que le lleva a resolver cada postura de una manera y cómo cada profesor también utiliza sus herramientas adaptándolas a cada circunstancia y cada alumno, rompiendo una vez más el manido mito de que “Ashtanga Yoga es siempre igual”.</span></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-69970588671057792492023-09-07T15:50:00.004+02:002023-10-28T12:23:05.793+02:00Lo que garbha pindasana y kukuttasana me enseñaron.<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8bdxUbTRa-NcEKAchEm6zAYA8F28xnl7UXZ6o91gCWKYge5mXdcpBwV0j5-Ogkl6tTx0mlJniMY6HsUpKo2DDiBqNffIpIk0e_jS6MbXFvLEhOtPRO-SUIyNPOtSMdqbY-088OohwkGDWYCUbKOhxak5nrXerkq0298yk45rLXzLxrYc5T3nHhfYFVzOe/s884/Garbha%20pindasana%202.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="884" data-original-width="750" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8bdxUbTRa-NcEKAchEm6zAYA8F28xnl7UXZ6o91gCWKYge5mXdcpBwV0j5-Ogkl6tTx0mlJniMY6HsUpKo2DDiBqNffIpIk0e_jS6MbXFvLEhOtPRO-SUIyNPOtSMdqbY-088OohwkGDWYCUbKOhxak5nrXerkq0298yk45rLXzLxrYc5T3nHhfYFVzOe/s320/Garbha%20pindasana%202.jpg" width="271" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Kukuttasana by Fernando Gorostiza.</i></div><span style="font-family: inherit;"><br /></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><i>Garbha pindasana</i> y <i>kukuttasana </i>constituyen una dupla de posturas que ilustra con claridad el sentido del ordenamiento de los <i>asanas</i> y del trabajo físico progresivo que se lleva a cabo en el método de Ashtanga Yoga.</span></p><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Si eres ajeno a esta tradición de yoga, quizás te sorprenda que unos <i>asanas </i>aparentemente tan avanzados se encuentren dentro de la primera serie de un sistema de <i>asanas </i>conformado por seis series. En realidad, <i>garbha pindasana</i> y <i>kukuttasana </i>son la culminación de todo lo que les ha precedido. Hasta <i>navasana</i>, la primera serie ha planteado esencialmente un compendio de flexiones hacia delante y un par de torsiones en las que se ha buscado comprimir los órganos del torso y movilizar las articulaciones de la cadera y sacro-ilíacas, todo ello aderezado con transiciones de fuerza o medios <i>vinyasas</i>. A partir de ese momento la fuerza y la movilidad pélvica se combinan para construir los siguientes <i>asanas</i>. Sin ellas no hay posibilidad de que florezcan <i>bhuja pidasana</i>, <i>kurmasana</i>, <i>supta kurmasana</i> ni por supuesto <i>garbha pindasana</i> ni <i>kukuttasana</i>.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Llegado este punto de la serie de Ashtanga Yoga resulta imprescindible contar con una guía experta, alguien con dilatada experiencia que analice tu práctica con perspectiva y sepa juzgar cuándo estás preparado para acometer los nuevos retos.</div></span><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dzdZsge5xWXcbdL1WMqNmPNCXnbBOgdgjZ8m8sPX00-jVxZEww_3lFxUQBh_Nz5LH05jQJZ8aFZijyzVVPwog' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Secuencia completa de garbha pindasana & kukuttasana "maquillada" para Instagram.</i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><br /></i></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxdT3g8ALODU3rPNaaZQPpKu_LcD2dm-tuNu8pPBp4rrjdrrd8sfzFamaTGdztyG7pxHuT4IcuU7xwFNriPng' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Secuencia completa de garbha pindasana & kukuttasana "maquillada" para Instagram.</i></div><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">A este respecto quiero compartir una anécdota personal. Durante la primavera del 2006, cuando llevaba alrededor de seis meses de práctica, me “colé” en una clase guiada de Ashtanga Yoga Madrid. Borja no estaba aquel día y la clase la daba una profesora sustituta que no me conocía. Mi práctica habitual alcanzaba hasta </span><i style="font-family: inherit;">navasana </i><span style="font-family: inherit;">(con un</span><span style="font-family: inherit;"> </span><i style="font-family: inherit;">marichyasana D</i><span style="font-family: inherit;"> </span><span style="font-family: inherit;">deficiente), pero ya había visto lo que venía a continuación y la ambición me empujó a continuar la clase guiada más allá de</span><span style="font-family: inherit;"> </span><i style="font-family: inherit;">navasana</i><span style="font-family: inherit;">, fingiendo que mi práctica habitual alcanzaba más allá.</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjruLSD0kbSNPfbnxZxJi90bkoZuzjPxln8QWG53tDSVF6hhVklho8fuEUolXYhZIlx2B837CeRSx1XL0zqIWzAhyzKo23IqBa5_SL5K9y6BF01DQH5uvgGLncaArAytPjBCE2Mgmyp4Pd2ymbYqfZg-WZe7iXE2B15vWiW9jxYCsfTwXjjAaXj84XShEm-/s1024/RSJ-Anushtana-version-II-856x1024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="856" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjruLSD0kbSNPfbnxZxJi90bkoZuzjPxln8QWG53tDSVF6hhVklho8fuEUolXYhZIlx2B837CeRSx1XL0zqIWzAhyzKo23IqBa5_SL5K9y6BF01DQH5uvgGLncaArAytPjBCE2Mgmyp4Pd2ymbYqfZg-WZe7iXE2B15vWiW9jxYCsfTwXjjAaXj84XShEm-/s320/RSJ-Anushtana-version-II-856x1024.jpg" width="268" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>El libro de Sharath Jois, con kukuttasana en la portada.</i></div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Podía hacer un loto completo y daba por hecho que <i>garbha pindasana</i> no representaría mayor problema. Cuando llegó el momento, metí un brazo, metí el otro y… ¡crack! Noté un dolor en la rodilla. Terminé la clase asustado y anduve dos días cojo. Luego me recuperé y seguí practicando.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">La experiencia me sirvió para, a las malas, aprender una gran lección a la que me he atenido hasta el día de hoy: no hacer nunca por mi cuenta ningún asana que no me haya enseñado un profesor cualificado. Desde aquel día de primavera del 2006, y a pesar de haber estado muchos años practicando casi siempre en solitario, no he consultado jamás ningún libro ni ningún vídeo para saber cómo es la siguiente postura de la serie e intentarla por mi cuenta: he esperado siempre hasta estar con algún profesor experimentado y hacer algo nuevo cuando me lo enseñara.</span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8STYUrZG2CrCV5msZSFVBzyx6Xr7pi0SWOhbN6R7shyphenhyphen6mwhCVrmi-nCKvNUyHuSkLhezJ-H0hXc7XxApRZsUX8wW8wU5HszEPQLjaLAYqkDco-exWitx0G-qp8a_U_P52tbaM3oVDMjZNyQx0Z0J8SN7ZeClyHYp0CESeJ8b_eV7GDH05eHA_82cDK3x-/s604/image3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="604" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8STYUrZG2CrCV5msZSFVBzyx6Xr7pi0SWOhbN6R7shyphenhyphen6mwhCVrmi-nCKvNUyHuSkLhezJ-H0hXc7XxApRZsUX8wW8wU5HszEPQLjaLAYqkDco-exWitx0G-qp8a_U_P52tbaM3oVDMjZNyQx0Z0J8SN7ZeClyHYp0CESeJ8b_eV7GDH05eHA_82cDK3x-/s320/image3.JPG" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiAACGJoY_BxSHXaJNM-n-3m-AnZUJmPs77q1vr-TCTeSWR9fl3ZXyvnFJuSBvNDBKNNvPeJMPNyoNgkvP_4yK0IrORqrPm1rITlm1KFMH4oitukEwTXz2DKxxgB8KgizkWx7ipmiyi5tGWXKkVE1LWIp2ySuAlijEobX0BfTxDSnFz2rrlqzTkcV-QxhL/s604/image4.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="453" data-original-width="604" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiAACGJoY_BxSHXaJNM-n-3m-AnZUJmPs77q1vr-TCTeSWR9fl3ZXyvnFJuSBvNDBKNNvPeJMPNyoNgkvP_4yK0IrORqrPm1rITlm1KFMH4oitukEwTXz2DKxxgB8KgizkWx7ipmiyi5tGWXKkVE1LWIp2ySuAlijEobX0BfTxDSnFz2rrlqzTkcV-QxhL/s320/image4.JPG" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;"><i>Las fotos que me sacó Borja el primer día que hice garbha pindasana y kukuttasana en el 2006 en Ashtanga Yoga Madrid. Para Borja es una tradición sacar una foto la primera vez que alguien hace estas posturas, costumbre que hemos mantenido en Ashtanga Yoga Bilbao como saben muchos de nuestros estudiantes.</i><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Unos meses después, en noviembre del 2006, llegó el día en que Borja consideró que ya estaba preparado para </span><i style="font-family: inherit;">garbha pindasana</i><span style="font-family: inherit;">. Yo, avergonzado, no le había contado nada de mi imprudente “osadía” acaecida unos meses antes, y el hecho de saber que me enfrentaría a lo que me había dejado cojo dos días me provocaba cierta inquietud. Sin embargo, todo transcurrió como la seda y entré con notable facilidad en la postura. En ese momento, y no en primavera, era cuando estaba preparado. Borja, experto, lo vio con claridad; yo, inexperto, estaba ciego. </span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Diecisiete años después, quiero darte este consejo que una vez leí de manos de un veterano profesor de Ashtanga Yoga. Hay tres tipos de estudiantes: Al primer tipo, si le dices que no toque la llama de vela porque se va a quemar, te hace caso y no la toca nunca. El segundo tipo de estudiante, en cambio, no está del todo seguro y tarde o temprano alarga la mano para tocar la vela. Se quema, evidentemente, pero aprende y ya no vuelve a tocarla. Por último está el tercer tipo, el más tozudo de todos. Por supuesto, no hace caso al consejo y toca la vela, quemándose. Sin embargo, no aprende la lección, y al cabo de un rato vuelve a intentarlo, pensando que ahora quizás no se quemará. Pero vuelve a tocar la llama y a quemarse. Otra vez. Y otra.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><div style="text-align: justify;">Yo fui el segundo tipo de estudiante, el que necesitó quemarse para aprender la lección. Y tú, ¿de qué tipo eres?</div></span></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-69982857305149314022023-09-06T14:26:00.006+02:002023-10-28T12:23:17.591+02:00Serie intermedia de Ashtanga Yoga: Nadi Shodhana.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcRqALV1ahylP9lMhLTS6ZTjncd37Mf7WgJ0FuDnjZkJHd9opvQyt5ZAR5_TGVtyiqtnVUsj2LmHZoZDdj4ewATkwAecl0YFMnlj_yFbFDsSdJX_JBS-b_0QIz44YbK9D8KZ4rb5w-i99bi5x56YzT48ylU5eRPumL0Hf6IbYLzR1_V68mGOaDIAWcE8pG/s481/Dwi%20pada%20sirsasana.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="481" data-original-width="423" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcRqALV1ahylP9lMhLTS6ZTjncd37Mf7WgJ0FuDnjZkJHd9opvQyt5ZAR5_TGVtyiqtnVUsj2LmHZoZDdj4ewATkwAecl0YFMnlj_yFbFDsSdJX_JBS-b_0QIz44YbK9D8KZ4rb5w-i99bi5x56YzT48ylU5eRPumL0Hf6IbYLzR1_V68mGOaDIAWcE8pG/s320/Dwi%20pada%20sirsasana.jpg" width="281" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: arial;">Dwi pada sirsasana.</span></i></div><span style="font-family: arial;"><br /></span><p style="text-align: justify;"><span style=" font-family: arial;">He aquí la segunda serie o serie intermedia de Ashtanga Yoga, cuyo sobrenombre <i>“nadi shodhana”</i> significa purificación de los canales de energía. Si esto de los “nadis” y de la “energía” te suena a vudú, entonces puedes quedarte con que después de haber perseguido la salud física con la práctica de la primera serie, en la segunda el foco se pone sobre el sistema nervioso.</span></p><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Si practicas a la manera tradicional y conoces un tramo considerable de la serie intermedia, ya sabes a qué me refiero. Tras las flexiones hacia delante y movilizaciones relativamente amables de la base de la columna vertebral (caderas y sacro-ilíacos) de la primera serie, en la segunda nos enfrentamos a un conjunto de secuencias que estimulan el resto de la columna vertebral hasta las cervicales con el consiguiente efecto estimulante sobre los nervios que recorren la espina.</div></span><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></div><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Así, tras un primer desarrollo sobre las dorsales que culmina en la temida <i>kapotasana</i>, se acomete un segundo desarrollo sobre las cervicales en el que<i> dwi pada sirsasana</i> constituye el punto álgido. Las secuencias de extensión hacia atrás y compresión de las partes altas de la columna excitan el sistema nervioso y es habitual que se alteren las emociones y el sueño. En determinados puntos conviene avisar al practicante de que es probable que por la noche sufra pesadillas. Y hablando de pesadillas, poco después llega la temida <i>karandavasana</i>, para muchos el gran némesis de las series de Ashtanga Yoga y el punto de la serie que, personalmente, y por la explosión de excitación que me demanda la subida, más me altera junto con la secuencia de dieciséis <i>backbendings </i>del final, <i>viparita chakrasana</i> (tic tocs) y <i>vrchikasana</i> (escorpión) incluidos. Lo que resta no es baladí, aunque a mí más bien me da la impresión de que tras <i>karandavasana </i>la serie baja el pistón y se convierte en una combinación de estiramiento y fuerza para recomponer la estructura de la columna vertebral y al tiempo preparar para las exigencias de fortaleza y equilibrio de la siguiente serie.</div></span><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/18tf9dQTTLE" width="320" youtube-src-id="18tf9dQTTLE"></iframe></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: arial;">Serie intermedia de Ashtanga Yoga con Fernando Gorostiza. Junio del 2023.</span></i></div></div><div><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwkxDPeNBtxGZwAKI3KV2C_2kA42g7RfQFKr14Lenp0fO3m4gbD_23at1aHUEc7d0WIyOS4zfmEXn6xQ9WyYw' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: arial;">Serie intermedia a velocidad 8x.</span></i></div><span style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span ><br /></span></div>En torno a la serie intermedia existe una conocida polémica. Los hay quienes afirman que la segunda serie simplemente comprende un conjunto de posturas que no cabían en la primera y que, por lo tanto, habría que enseñar las dos con alegría para que todo el mundo pueda obtener lo antes posible los beneficios de las dos familias de <i>asanas</i>.</span></div><span style="font-family: arial;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" ><div style="text-align: justify;">.</div></span><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" ><div style="text-align: justify;">Discrepo absolutamente de este punto de vista. Evidentemente es mi opinión, fundamentada en mi propia experiencia como practicante y como profesor, y como tal la expondré a modo de advertencia y explicación acerca de porqué muchos enseñamos de esta manera pausada y respetando los tiempos. Si no estás de acuerdo, eres libre de opinar y actuar según tu verdad.</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></div><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">La consecuencia no deseada por precipitarse a través de la primera serie son los dolores físicos, lo que no es poco. Una segunda serie mal hecha, por supuesto, tampoco está exenta de castigos físicos. Así, lo que en la primera serie era una lumbalgia en la intermedia fácilmente puede desembocar en una hernia discal. Pero no seamos pesimistas y demos por sentado que el dado nunca cae con el uno hacia arriba y que nos libramos de lesiones físicas en nuestro descerebrado avance a toda marcha y de cualquier manera a través de la serie intermedia. ¿Cuál es el peligro, entonces?</div></span><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-SUSCKfHuQOW9lcp89E9n7ST8nkjCwO5laYmxYwy89scIlh48PJEeRjuCl9N-JbAhnuHceltOgo2RsIgDJ0hH85rSy8YvUXaGlYaEQkJH9wklDYWKIkyQXf6FLI2WRaYYURp27i4nLmUMjnUIi8GuKWk6swGz44JPovJ0OiPOR2bftZ3guJz5ZhgOf7ke/s1920/DSC00578.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1920" data-original-width="1080" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-SUSCKfHuQOW9lcp89E9n7ST8nkjCwO5laYmxYwy89scIlh48PJEeRjuCl9N-JbAhnuHceltOgo2RsIgDJ0hH85rSy8YvUXaGlYaEQkJH9wklDYWKIkyQXf6FLI2WRaYYURp27i4nLmUMjnUIi8GuKWk6swGz44JPovJ0OiPOR2bftZ3guJz5ZhgOf7ke/s320/DSC00578.JPG" width="180" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Karandavasana.</i></div><span style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;"><span style=" font-family: arial;"><br /></span></div>Recordemos que la naturaleza de la primera serie es </span><i style="font-family: arial;">langhana </i><span style=" font-family: arial;">o relajante; con sus estiramientos hacia delante favorece la estimulación del sistema parasimpático que rige las acciones de desactivación, digestión y descanso. La serie intermedia, por el contrario, tiene una naturaleza </span><i style=" font-family: arial;">brahmana </i><span style=" font-family: arial;">o excitante; estimula el sistema nervioso simpático que rige las acciones de activación, lucha y huida.</span></div></div><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><br /></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;">La idea en esta segunda serie es utilizar la respiración para domar el caballo desbocado del sistema nervioso simpático y enviarle al cerebro señales de relajación y bienestar mientras se ejecutan secuencias de excitación. El problema es que la primera serie favorece la respiración calmada mientras que la segunda serie la dificulta, la altera, la dispara. Si una persona salta precipitadamente, de cualquier manera, de una postura a otra de la serie intermedia, no tiene la más mínima posibilidad de mantener el control sobre la respiración, que se agitará todavía más. En esa situación, será el sistema nervioso simpático el que tome el control sobre el cerebro y nosotros, en vez de dominarlos nosotros a él, y nos volverá irascibles, ansiosos, inquietos, atacados. Lograremos justo lo contrario de lo que se pretendía, como si en vez de practicar yoga estuviésemos bajo los efectos de la metanfetamina. Quizás muchos vean en esto un beneficio. No obstante, entiendo que las consecuencias a medio/largo plazo de una mala práctica de la serie intermedia no puede ser otra que una mente desquiciada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style="font-family: arial;"><br /></span></div><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif" style=" font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">Termino ya. El video que acompaña esta publicación fue grabado el pasado domingo 11 de junio. Me imagino que puedo extraer cortes atractivos de él y seguramente lo haga en el futuro para publicaciones promocionales. En cambio, he querido subir esta grabación sin cortes (salvo el cambio de cámara en <i>supta vajrasana</i> por ir a buscar la "ayuda" de un radiador) para mostrar una práctica completa sin interrupciones ni repeticiones en pos del “quedar bien”. El hecho de saber que estaba siendo grabado y que la práctica acabaría expuesta en una publicación tal que esta, obviamente, añadía una considerable perturbación, pero aún así he tratado de que la práctica mantuviera el carácter estilo Mysore genuino de mostrar los <i>asanas </i>según han salido, y no hacer de cada <i>asana </i>un alarde para Instagram. </div></span></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-84155490476854712702023-09-06T14:21:00.011+02:002023-10-28T12:23:38.133+02:00Primera serie de Ashtanga Yoga: Yoga Chikitsa.<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimZEc5xhv2RwzuL-2pswTD5kzrmbxnr60L5_TwQZgQFfNfhYl6uS3D9xSC5wDEH_1pZLaYagdIuuRVGkEnDk10OMfszslz-ferOPO2kQ_5WG8NYLCsjJSXOF69m3_zQJa3jc6uZIlIlo3-taZvJ0JuytEX28odhWEmxgwkpp-TwjzPgABKwdKmdjQzplXN/s3888/IMG_3504.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3888" data-original-width="2592" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimZEc5xhv2RwzuL-2pswTD5kzrmbxnr60L5_TwQZgQFfNfhYl6uS3D9xSC5wDEH_1pZLaYagdIuuRVGkEnDk10OMfszslz-ferOPO2kQ_5WG8NYLCsjJSXOF69m3_zQJa3jc6uZIlIlo3-taZvJ0JuytEX28odhWEmxgwkpp-TwjzPgABKwdKmdjQzplXN/s320/IMG_3504.JPG" width="213" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i>Marichyasana D con Nines Blázquez.</i></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6i1k33A_BnLE0Fil8dX3Oox0KsHa1UgYG5n83R-o8BPEiL9GFEQiFusviirdQoRRxs5NudZLncLroH9Q7Z9U_UzHBUTK2v4_Fza-vj0gj4_cVNcYZZ0YFZA5rEpcBEyVPGmg2AeQ0yuuThOgjsktceftxppltkn11NTasJLtyzBzzlvUc0y7Lk8b2AaNu/s1920/DSC00379.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6i1k33A_BnLE0Fil8dX3Oox0KsHa1UgYG5n83R-o8BPEiL9GFEQiFusviirdQoRRxs5NudZLncLroH9Q7Z9U_UzHBUTK2v4_Fza-vj0gj4_cVNcYZZ0YFZA5rEpcBEyVPGmg2AeQ0yuuThOgjsktceftxppltkn11NTasJLtyzBzzlvUc0y7Lk8b2AaNu/s320/DSC00379.JPG" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: arial;">Bhuja pidasana con Fernando Gorostiza.</span></i></div><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><p style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><span style="font-family: arial;">A Pattabhi Jois se le atribuye la siguiente frase: <i>“La primera serie es para estudiantes, la segunda para profesores y la tercera para exhibiciones.”</i></span></span><span style="font-family: arial;"><i>.</i></span></p></span><p></p><span style="font-family: arial;"><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><div style="text-align: justify;">Si partimos del hecho de que un buen profesor nunca deja de ser estudiante, está claro entonces que la primera serie de Ashtanga Yoga es la más importante de todas. Conocida como “<i>yoga chikitsa</i>” o “yoga terapia”, su función principal es purificar los órganos.</div></span><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><div style="text-align: justify;">.</div></span><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><div style="text-align: justify;">La realidad es que la mayoría de los que practican Ashtanga Yoga, son practicantes de la primera serie. En nuestra escuela, diríase que aproximadamente el 80% de los estudiantes practican sólo la primera serie o parte de ella. La minoría restante se ha adentrado con mayor o menor profundidad en la segunda serie. Esto es así porque los practicantes veteranos son siempre una fracción del total y porque, por lo general, el dominio de la primera serie supone varios años de compromiso. Esto es, siempre que se enseñe de la manera tradicional que nosotros hemos conocido en Mysore y a través de los profesores con los que hemos aprendido, todos ellos relacionados con Mysore y con Sharath Jois y Pattabhi Jois en su última etapa de enseñanza. Somos conscientes de que hay sitios, cursos y <i>workshops </i>donde las series de Ashtanga Yoga se enseñan en catarata sin entrar en profundidad ni dar tiempo a que se resuelvan sus principales dificultades, pero esa es otra cuestión. La realidad de la práctica de Ashtanga Yoga que nosotros hemos conocido y que transmitimos a nuestros estudiantes implica que transcurra bastante tiempo hasta que la primera serie va quedando relegada en favor de la segunda o siguientes.</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/AVQqYI4LE7k" width="320" youtube-src-id="AVQqYI4LE7k"></iframe></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><span style="font-family: arial;">Primera serie con Fernando Gorostiza. Junio del 2023.</span></i></div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: arial;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwCsqtmAqEPkL0mwB0EdZNb43DR8N8MtB3UlFT5FDQWSoXg17o_wm9MCzWEqJCZUQTA8KZn-wFV54XivYfnHA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></span></div><span style="font-family: arial;"><i>Primera serie a velocidad 8x.</i><br /><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Comencé la práctica de Ashtanga Yoga en octubre del 2005. Borja me enseñó <i>sethu bandhasana</i>, la última postura de la primera serie, en noviembre del 2007. Durante los meses siguientes trabajé los <i>backbendings </i>y durante mi primer viaje a Mysore en julio-agosto del 2008, Sharathji me enseñó la primera postura de la serie intermedia: <i>pashasana</i>. Con el paso del tiempo fui avanzando paso a paso a través de la serie intermedia hasta que en el año 2014 hice el <i>full split</i>, pasando a practicar la primera serie solamente un día a la semana. En la actualidad, mi práctica semanal habitual consta de la serie intermedia completa más la tercera hasta <i>urdhva kukuttasana</i> con un día de sólo intermedia y otro de sólo primera.</span></div><span style="font-family: arial;"><div style="text-align: justify;">.</div></span><span face="-apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Helvetica, Arial, sans-serif"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">La primera serie, en cambio, sigue siendo el refugio al que me retiro cada vez que las tormentas de la vida arrecian. Cuando he dormido mal, cuando estoy enfermo, cuando algo me ha afectado emocionalmente, cuando estoy cansado después de un viaje, con una lesión…. la primera serie es el punto de partida desde el que me recompongo. La primera serie me tranquiliza, me facilita las respiraciones largas, me permite comprobar el estado general de todas las “piezas”. Mientras que las otras series, en muchos momentos, me desafían, me alteran o me hacen rabiar, la primera serie, simplemente, me sienta bien. Por eso sé que la primera serie, o parte de ella, siempre estará ahí cuando mi vida se acerque al invierno y ya no esté el horno para virguerías de Instagram.</span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span></div>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-32690211991556851912022-08-19T12:46:00.001+02:002023-03-02T16:51:46.023+01:00Características de Ashtanga Yoga.<p class="p1" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify; text-size-adjust: auto;"></p><div style="text-align: center;"><img alt="" id="id_e25a_fce1_f626_1f47" src="https://lh3.googleusercontent.com/YWmHzQb4vsfxv3s83z3Fp9L5d3DysdnHunqea0WCVbGAPywhldij9HvgCxuGyTvshMc" style="height: auto; width: 353px;" title="" tooltip="" /></div><span class="s1"><span class="s1"><br /></span></span><p></p><p class="p1" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify; text-size-adjust: auto;"><span class="s1"><span class="s1">¿Qué diferencia a Ashtanga Yoga de otros estilos de yoga? Suele haber muchas confusiones en torno a la metodología que se imparte en las escuelas tradicionales de Ashtanga Yoga como Ashtanga Yoga Bilbao. La gente que practica yoga hoy día está habituada a clases en formato guiado en las que todo el mundo va siguiendo o imitando la rutina que marca la persona que dirige la clase y a muchos les cuesta entender que sea posible un formato de clase de yoga no guiada como la que puedes ver en la imagen que acompaña a este texto. Para ayudarte a entender en qué consiste el método de Ashtanga Yoga, aquí tienes un pequeño</span><span class="s2" style="font-weight: bold;"> listado de características</span><span class="s1">:</span></span></p><p class="p2" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; min-height: 20.3px; text-align: justify; text-size-adjust: auto;"><span class="s1"></span></p><ol class="ol1" style="-webkit-text-size-adjust: auto; text-size-adjust: auto;"><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s1"></span><span class="s2" style="font-weight: bold;">Conectado con el yoga original de la India.</span><span class="s1"> Lo que enseñamos no nos lo hemos inventado nosotros: Ashtanga Yoga Bilbao es una escuela reconocida por la escuela original de Ashtanga Yoga de la India en Mysore, sucesora directa de la escuela fundada por T. Krishnamacharya en el Palacio Janganmohan de Mysore en 1933 y enseñamos tal y como han enseñado durante un siglo tres generaciones de maestros indios. De hecho, a día de hoy, Ashtanga Yoga Bilbao es la <a href="https://sharathyogacentre.com/authorised-teachers-directory/wpbdp_category/spain/"><span class="s3">única escuela autorizada en Euskadi</span></a> por Sharath Jois, nieto de Pattabhi Jois y actual paramagurú de Ashtanga Yoga. Enseñamos un método de yoga que lleva décadas consolidado y que se encuentra extendido por todo el mundo. Si aprendes con nosotros y te vas de vacaciones o te mudas a vivir a otra ciudad o país, seguramente encuentres cerca de ti una escuela de Ashtanga Yoga donde podrás retomar la práctica que aprendiste con nosotros y continuarla tal y como nosotros te la hemos enseñado.</span></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><b>Origen de muchos yogas.</b> El padre de Ashtanga Yoga, T. krishnamacharya, es considerado el padre del yoga moderno porque se le reconoce como el principal responsable de que varias modalidades de hatha yoga se divulgaran por el mundo hasta alcanzar el escenario actual en que apenas hay un barrio en el mundo en que no se practique alguna forma de yoga. Profesores que aprendieron de Krishnamacharya como Iyengar, Indra Devi o Pattabhi Jois divulgaron el yoga de Krishnamacharya por el mundo desde diferentes perspectivas y sus ecos resuenan todavía hoy. En el caso del Ashtanga Yoga popularizado por Pattabhi Jois, se puede afirmar sin el menor género de dudas que fue el origen de una pléyade de estilos de yoga basados en la práctica de asanas sincronizadas con la respiración que derivaron directamente de Ashtanga Yoga, tales como “Power”, “Vinyasa”, “Rocket” o “Flow”. En Ashtanga Yoga Bilbao conocerás el “yoga dinámico “, el “yoga vinyasa” original que Krishnamacharya enseñó en la década de 1930 y 1940 y que Pattabhi Jois preservó para el mundo.</li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s2" style="font-weight: bold;">Enseñanza personalizada</span><span class="s1">. Uno de los pilares de la enseñanza de Krishnamacharya a lo largo de toda su vida fue tratar a cada estudiante de forma única. Debido a que Ashtanga Yoga mantiene su conexión con la manera original en que fue enseñado, la práctica de Ashtanga Yoga se aprende en un formato individualizado. Desde el primer día, un profesor te enseñará a ti y sólo a ti lo que tienes que hacer como si se tratase de una clase particular. Nuestro papel como profesores será acompañarte en el proceso de construcción de tu rutina personal y esforzarnos en que desarrolles una práctica de yoga autónoma que al principio será muy sencilla pero que con el paso del tiempo, de forma paulatina, se irá haciendo más larga y compleja. Ante las dificultades, que no tienen porqué ser las mismas que las de la persona de al lado, te ofreceremos alternativas y ayudas acordes con tus circunstancias para que puedas trabajarlas.</span></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s2" style="font-weight: bold;">Convivencia de varios niveles</span><span class="s1">. Si tan sólo llevas dos clases, tu práctica será mucho más sencilla y corta que la práctica de una persona que lleve meses o años. </span><span class="s3" style="text-decoration: underline;">Las dos</span><span class="s1"> estaréis practicando en la misma clase pero no haréis lo mismo. Nuestro papel, en tu caso, consistirá en comprobar que recuerdes lo que te hemos enseñando en las clases anteriores y, quizás, si lo tienes todo claro, enseñarte algo nuevo. En el caso de la persona que lleve meses o años con nosotros y que ya tiene una práctica establecida, lo que hacemos es corregirle detalles, ajustarle en ciertas posturas para que las experimente con mayor profundidad y ayudarle en posturas concretas que no puede hacer por sí sola. </span></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s2" style="font-weight: bold;">Apto para todo el mundo.</span><span class="s1"> Mucha gente tiene la noción de que Ashtanga Yoga es una práctica muy exigente físicamente y que sólo la pueden realizar personas con unas condiciones físicas extraordinarias. Esto es falso y es debido a que mucha gente no entiende cómo es la práctica tradicional de Ashtanga Yoga. Como hemos explicado en el punto anterior, en la misma clase conviven personas que llevan muy poco tiempo practicando con personas que llevan meses o años. La rutina que enseñamos se adapta a cada persona, lo que quiere decir que una bailarina profesional con condiciones excepcionales que practique todos los días y que acumule años de experiencia en Ashtanga Yoga puede acabar desarrollando una práctica muy compleja y espectacular pero, al mismo tiempo, una persona de setenta años y con numerosos problemas de salud que lleve unas pocas semanas practicando tendrá una rutina de práctica mucho más sencilla, adecuada a sus circunstancias. Estos dos extremos practicarán en la misma clase pero ninguno influirá en la práctica del otro. El problema que hay con la percepción que tiene el imaginario colectivo con la práctica de Ashtanga Yoga es debido a que, por lo general, son los perfiles como el de la bailarina los que trascienden en las redes sociales y en el resto de medios. </span></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s2" style="font-weight: bold;">Horario de entrada libre.</span><span class="s1"> Las clases no empiezan y no terminan en horas rígidas. Por ejemplo, el primer turno por la mañana es </span><span class="s3">de 7:00 a 8:30</span><span class="s1">, pero abrimos </span><span class="s3">desde las 6:30 de la mañana</span><span class="s1"> y la gente puede ir entrando libremente </span><span class="s3">desde las 6:30 hasta las 7:30</span><span class="s1"> o incluso más tarde. Lo mismo sucede con el resto de turnos; gente del turno </span><span class="s3">de las 8:30</span><span class="s1"> puede ir llegando </span><span class="s3">desde las 8:00 de la mañana</span><span class="s1">. Los turnos se gestionan mediante una aplicación web para que las clases no se abarroten. Tenemos un límite de quince personas por clase. <a href="https://mcusercontent.com/39df95a19bf9ffb8b7960d4c8/images/ced4d2de-74b9-1ac6-7010-8c8998e7adc2.jpg" id="id_50ca_a51a_57b8_e495"><span class="s3">Puedes consultar todos los horario en nuestra web</span></a></span><span class="s1">, incluidos los horarios al mediodía que suponen una de las novedades de la temporada. </span></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s2" style="font-weight: bold;">Tiempo de práctica flexible.</span><span class="s1"> Como no son clases guiadas en las que todo el mundo empieza y termina a la vez, la práctica de cada persona tiene una duración distinta. En el caso de que un día concreto tengas prisa, puedes adelantar la hora de llegada y hacer una práctica más corta. Además, disponemos de dos duchas para que puedas asearte después de la práctica y facilitarte que integres la práctica de yoga en tu rutina diaria.</span></li></ol><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><img alt="" id="id_5e46_b7f5_c29c_4ee0" src="https://lh4.googleusercontent.com/eX3kgeWHdFziIQigp4kt0R9uySzTS6flZ6phVo_Kw8Vn81QXyb1gDVzGNZ1P5s0BfH8" style="height: auto; width: 353px;" title="" tooltip="" /></div><br /></div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-size: 17px; text-size-adjust: auto;"><div style="text-align: justify;">Si quieres empezar a practicar Ashtanga Yoga con nosotros, tienes dos opciones disponibles: </div></span><ol class="ol1" style="-webkit-text-size-adjust: auto; text-size-adjust: auto;"><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s1"><b>Curso de iniciación de fin de semana.</b> Seis horas de teoría y práctica en un fin de semana para dar tus primeros pasos en el yoga. El próximo curso tendrá lugar </span><span class="s3" style="text-decoration: underline;">el 8/9</span><span class="s1"> de octubre. Aprenderás los fundamentos de respiración en torno a la cual se construye el método de Ashtanga Yoga, los saludos al sol y una secuencia de once posturas de pie y tres posturas de cierre. Además, conocerás los cimientos filosóficos sobre los que se asienta el yoga, descubrirás cómo fue la expansión de las principales escuelas de yoga desde la India al resto del mundo y te explicaremos el aspecto terapéutico y energético de lo que se realiza durante la práctica. </span><a href="https://www.ashtangayogabilbao.com/evento_iniciacion_102022.php" id="id_5d67_d97e_d0af_52e1">Ver más detalles.</a></li><li class="li1" style="font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;"><span class="s1"><b>Ofertas de iniciación:</b> 30 o 60 días de práctica ilimitada. Empieza a practicar en las clases regulares viniendo todo lo que quieras. Tenemos clases para principiantes de lunes a </span><span class="s3">viernes por la mañana, mediodía</span><span class="s1"> y tarde. ¡Te lo enseñaremos todo desde cero! Además puedes empezar en cualquier momento del mes. Por ejemplo, si escoges la oferta de iniciación de 30 días y empiezas </span><span class="s3">el jueves 8 de septiembre</span><span class="s1">, podrás acudir a todas las clases que quieras </span><span class="s3">hasta el 7 de octubre</span><span class="s1">. </span><a href="https://www.ashtangayogabilbao.com/oferta_iniciacion.php" id="id_2149_c9ef_8a6d_59dd">Ver más detalles.</a></li></ol><p class="p1" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-size: 17px; font-stretch: normal; line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify; text-size-adjust: auto;"><span class="s1">Regresamos </span><span class="s3">el 30 de agosto</span><span class="s1">. Si te interesa conocer Ashtanga Yoga, consulta nuestra web o... ¡ponte en contacto con nosotros! </span></p> Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-9097063322268303252020-10-09T12:29:00.002+02:002020-10-16T10:01:53.028+02:00Reflexiones coronavíricas.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-l1_-nI5yJKU/X4A5JLu5eRI/AAAAAAAADEg/EDRtHxKZRJYa_MlfX9BAKCU8xVYjrSpEgCNcBGAsYHQ/s1016/fenix.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="El ave fénix resurge de sus cenizas." border="0" data-original-height="679" data-original-width="1016" height="214" src="https://1.bp.blogspot.com/-l1_-nI5yJKU/X4A5JLu5eRI/AAAAAAAADEg/EDRtHxKZRJYa_MlfX9BAKCU8xVYjrSpEgCNcBGAsYHQ/w320-h214/fenix.jpg" title="Ave fénix." width="320" id="id_b09f_9dc3_2d33_552a" style="width: 320px; height: auto;"></a></div><br><p style="text-align: justify;">Pues lo hemos cogido. Las autoridades sanitarias lo saben, los estudiantes de Ashtanga Yoga Bilbao ya lo saben, nuestros familiares y amigos ya lo saben y a partir de ahora también lo saben los lectores del blog. El lunes 28 de septiembre a Nines le aparecieron unos sarpullidos que cubrían buena parte de su espalda y piernas. Eran unas erupciones similares a las que provocan ciertas alergias alimentarias, pero leímos que se encuadraban dentro de la sintomatología de COVID-19 y llamamos a Osakidetza. Desde ese mismo momento quedamos en cuarentena. La prueba PCR de Nines arrojó un resultado positivo y, dos días después la mía también. ¡Tenemos el coronavirus!</p><p style="text-align: justify;">Una semana después, puedo afirmar que nos contamos entre los casos con síntomas leves. Salvo algún que otro esporádico episodio de dolor de cabeza, no hemos detectado nada de lo que preocuparse. Las personas de Osakidetza, médicos y enfermeros, que han estado en contacto con nosotros, nos pedían que estuviéramos atentos por si presentábamos dificultad a la hora de respirar. Han sido días de frío y en casa no han encendido la calefacción central, por lo que ha habido estornudos y toses pero nada de lo que alarmarse. Para nosotros no ha alcanzado siquiera la categoría de simple resfriado, y al tercer día de encierro incluso le desaparecieron a Nines los sarpullidos.</p><p style="text-align: justify;">Me imagino que este es el problema del virus: la facilidad que tiene para pasar desapercibido en algunos casos saltando así con facilidad de persona en persona hasta que finalmente golpea a alguien con dureza. Si no fuera por la situación que está atravesando el mundo, nuestra experiencia personal nos habría llevado a pensar que se trata de un virus de risa, totalmente inofensivo. En los últimos años recuerdo haber tenido algún resfriado que me dejó doblado durante una semana entera sin poder moverme ni apenas practicar. En el caso del coronavirus, en cambio, aunque sí que haya sentido algunas leves molestias, en realidad no me he visto impedido en nada. </p><p style="text-align: justify;">Una máxima ha dominado mi compromiso con la práctica de Ashtanga Yoga durante estos últimos quince años: si estoy lo suficientemente bien como para ir a trabajar, entonces estoy lo suficientemente bien como para practicar. Durante mi estancia en Madrid ello me llevaba a no buscar excusas en la pereza y hacer callar esa vocecita que de cuando en cuando susurraba al oído que me tomase un descanso: ¿Has estado ocho horas sentado en tu oficina? ¿Sí? Pues entonces ahora te toca esterilla. En todos estos años, tan sólo recuerdo haberme saltado días de práctica cuando estuve de baja alrededor de un mes por apendicitis a comienzos del 2008, cuando estuve de baja tres días por una infección de garganta en el 2010 y cuando estuve de baja una semana cuando me hice un esguince de tobillo tras pisar un socavón en la carretera en el 2013. Ahora con el coronavirus estoy de baja de nuevo. La seguridad social me ha tramitado una baja no sé si por enfermedad o por accidente. Y sin embargo, a pesar de no he podido ir a trabajar y de que en teoría en mi interior ha debido de estar proliferando un virus letal que ha ocasionado una pandemia global y matado a cientos de miles de personas, me he sentido lo suficientemente bien como para no dejar de practicar un solo día. Ni siquiera el día de descanso semanal de rigor. Estoy todo el día en casa así que, ¿para qué descansar el domingo?</p><p style="text-align: justify;">Este periodo de encierro me ha traído recuerdos amargos de los largos meses de confinamiento durante la pasada primavera. La sensación es mucho más dulce porque parece claro que nuestra integridad personal no se va a ver amenazada y porque somos conscientes de que a finales de esta semana ya habrá terminado. Diez días de encierro, de sacrificio personal por el bien de la sociedad se pueden sobrellevar con relativa facilidad. Sin duda, mucho mejor que los tropocientos días de arresto domiciliario que tuvimos que tragarnos entre marzo y junio y que resultaron completamente insoportables. Lo peor es que, por hache o por be, por la falta de previsión de los políticos, por la irresponsabilidad de los ciudadanos o por lo incontenible que se ha revelado el virus, ahora mismo la sociedad se encuentra en una situación muy similar a la de hace seis meses.</p><p style="text-align: justify;">Aunque desde el punto de vista sanitario aún no se pueda hablar de colapso, lo cierto es que las sensaciones que se respiran son muy desagradables. La sociedad funciona a medio gas, con el culo apretado y temiéndose que en cualquier momento todo pueda venirse abajo. Ahora más que nunca está presente el miedo. Miedo a la enfermedad. Miedo a la ruina económica. Miedo al colapso social. Pero también miedo a cruzarte con gente por la calle, a entrar en el supermercado, a cenar en un restaurante, a acudir al gimnasio o a clase de yoga, a saludar a tu vecino en el portal, a estrechar la mano de tu compañero de trabajo, a besar a tu madre y a tus hijos. Miedo a no saber si seremos víctimas o verdugos, si acabaremos contagiados con un tubo metido en la garganta o si enviaremos a algún otro al hospital. Las relaciones interpersonales se han descompuesto y la incertidumbre respecto a lo que depara el futuro nos atenaza a todos. </p><p style="text-align: justify;">El miedo es el padre de las fatalidades. Por miedo los seres humanos hemos hecho cosas que nunca creeríamos posible de nosotros mismos: hemos robado, hemos asesinado y nos hemos comportado como bestias. Por miedo naciones enteras han ido a la guerra. El miedo es un instinto atávico que desempeñó un papel fundamental en nuestra supervivencia durante el proceso evolutivo. Los seres humanos primigenios que sentían miedo ante las amenazas tenían más probabilidades de sobrevivir que los temerarios que ignoraban las señales de peligro de la naturaleza. Sin embargo, el miedo tiene también un componente irracional que nos aboca a situaciones de estrés innecesarias y que demasiado a menudo se convierte en el rector de nuestras acciones. Echad un vistazo si no a la televisión durante estos días. Ojead un periódico. El miedo se palpa por todos lados. El miedo se esgrime como una arma arrojadiza contra el rostro del rival.</p><p style="text-align: justify;"><br></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-pNd39i2xOs8/X4A53a4s3zI/AAAAAAAADEo/qbw2s9L8JmgtB7un6O6BiLxrS7Gb6AbSACNcBGAsYHQ/s720/Buddha-Mara.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="486" data-original-width="720" src="https://1.bp.blogspot.com/-pNd39i2xOs8/X4A53a4s3zI/AAAAAAAADEo/qbw2s9L8JmgtB7un6O6BiLxrS7Gb6AbSACNcBGAsYHQ/s320/Buddha-Mara.jpg" width="320" id="id_cb58_da1b_6c7c_c0df" style="width: 320px; height: auto;"></a></div><br><p style="text-align: justify;">Se dice que el Buda, iluminado ya, caminaba tranquilo por el campo, cuando de repente entre los arbustos apareció una serpiente. Instintivamente, el Buda se sobresaltó y trató de protegerse. Resultaba que el Buda, aunque hubiera logrado superar las ataduras del deseo, aún tenía miedo a la muerte.</p><p style="text-align: justify;">Una de las tareas más difíciles que el estudioso de los Yoga Sutras tendría ante sí sería la de destacar un <i>sutra</i> por encima de los demás. Tal es la relevancia del maravilloso compendio de sabiduría que legó Patanjali. No osaré cometer yo semejante imprudencia, aunque en el día de hoy sí que me voy a referir a uno que siempre he tenido muy presente y al que menciono en numerosas ocasiones: el 2.3, en el que el sabio cita los <i>kleshas</i>, los venenos, las cinco causas del sufrimiento humano:</p><p style="text-align: justify;"><br></p><div><blockquote class="tr_bq">2.3<br>अविद्यास्मितारागद्वेषाभिनिवेशाः पञ्च क्लेशाः॥३॥<br>Avidyāsmitā rāga dveṣābhiniveśāḥ pañca kleśāḥ||3||<br>La ignorancia (<i>avidyā</i>, ausencia de realidad en la conciencia), el egoísmo (<i>asmitā</i>), la atracción (<i>rāga</i>) y la repulsión (<i>dvesha</i>) por los objetos, y un aferramiento desmesurado (<i>abhinivesha</i>) (por la vida) son las cinco grandes aflicciones (<i>kleshās</i>).</blockquote></div><div><br></div><p style="text-align: justify;"><span>La ignorancia, avidy</span><span style="text-align: left;">ā</span><span>, es el primero de los venenos y del cual surgen los demás. La ignorancia nos lleva a creer que somos la carcasa externa que hemos creado y que nuestra felicidad depende de que logremos satisfacer sus pasiones. Pero el miedo a la muerte (o el apego a la vida) es el último en desaparecer, tal y como evidenció el propio Buda. Y de hecho, si nos fijamos bien, el miedo está presente en todos los demás. El miedo brota de la ignorancia. El miedo aparece cuando nuestro ego se ve amenazado, cuando algo o alguien ataca el disfraz de convicciones que nos cubre. El miedo hace acto de presencia también cuando no conseguimos algo que nos gusta, o bien cuando algo que nos provoca rechazo se acerca a nosotros. Del miedo se alimentan la ira, la envidia, la codicia, el orgullo y también la propia ignorancia y el deseo. </span></p><p style="text-align: justify;">Ninguno estamos libres de miedo. Si ni siquiera el mismo Buda logró deshacerse de él, ¿cómo podemos nosotros aspirar a desterrarlo de nuestras vidas? En Ashtanga Yoga Bilbao nosotros también vivimos el miedo. Tras más de dos meses cerrados de marzo a mayo, ¿volverán los alumnos? ¿Será viable la escuela en la crisis del coronavirus? ¿Podremos pagar las facturas? ¿Podremos comer? Y ahora que hemos tenido que cerrar durante casi dos semanas, ¿la gente se atreverá a regresar? ¿Habremos contagiado a alguien? ¿Llenaremos las clases? ¿Se apuntará gente nueva al curso de iniciación? ¿Nos confinará el gobierno otra vez? ¿Cerrará gimnasios y escuelas de yoga? ¿Regresaremos a Mysore algún día? </p><p style="text-align: justify;">Haya o no haya coronavirus, el miedo, la incertidumbre, la falta de seguridad, siempre estarán allí en mil y un formas. Pretender luchar contra ello es inútil, por no decir ingenuo. En la vida pocos pasos se pueden dar con la certeza de estar acertando y no incurriendo en ningún riesgo. Y por lo general no hay segundas oportunidades: algunos trenes sólo pasan una vez y en un instante tienes que decidir si subirte a él o dejarlo pasar. Un instante para decidir y toda una vida para preguntarte qué habría pasado si hubieras escogido el otro camino.</p><p style="text-align: justify;">Los que llevamos un tiempo en esto del yoga sabemos que nuestra práctica encuentra su verdadero propósito precisamente en esta clase de situaciones. En los próximos días se cumplirán quince años desde que conocí Ashtanga Yoga y empecé a practicarlo. Si tuviera que destacar un solo motivo que explique que haya mantenido una práctica consistente durante tanto tiempo, sería éste: porque me hace sentir bien. En primer lugar, me hace sentir bien físicamente. Cuando termino de practicar me siento más lleno de energía, más vital, más suelto, más contento. Es una percepción subjetiva pero también un dato objetivo: la práctica me ha mejorado físicamente en estos quince años porque ahora con cuarenta y un años mi cuerpo me permite hacer cosas que con veintiséis años ni me imaginaba que serían posibles. Pero también, me hace sentir bien en el plano de las emociones.</p><p style="text-align: justify;">Seguramente me cuente entre las personas más racionales que has conocido. Soy puro intelecto, pura lógica, pura razón. Disfruto absorbiendo información, bien sea histórica, científica, filosófica o tecnológica. Me gusta analizar y recrearme en el ordenamiento cuadriculado de las cosas. Para que te hagas una idea, cuando me cuesta dormir me relaja repasar mentalmente la formación de una legión romana tras las reformas marianas. Para mí es como contar ovejitas. </p><p style="text-align: justify;">Esta clase de mentes vienen muy bien para algunas cosas pero no tanto para otras. Muy a mi pesar, muchos de los aspectos en la vida del ser humano no pueden ser objeto de un riguroso análisis y resolverse a través de la lógica. Sobre todo en el caso de las relaciones humanas, aunque también en numerosas otras situaciones, lo que acontece es el resultado de una gran cantidad de factores y agentes muchos de los cuales resulta imposible tener bajo control. Esta situación que estamos viviendo ahora mismo es un claro ejemplo. Al comienzo de la semana del 29 de septiembre estaba preocupado tratando de cuadrar a todos los estudiantes dentro de los turnos de clases que habíamos establecido, considerando si abrir o no abrir el turno adicional de las 17:00 y al mismo tiempo preparándome mentalmente para un nuevo curso de iniciación que se iba a celebrar en el fin de semana del 3/4 de octubre y que ya estaba completo.</p><p style="text-align: justify;">Cada detalle iba encajándose a la perfección cuando, de pronto, nos cayó encima la losa del coronavirus. Todos los planes al traste; ni clases ni curso, la perspectiva de tener que enfrentarnos a una enfermedad que en no pocos casos se ha revelado mortal y la duda de si habremos contagiado a alguien en el proceso. Nuestro querido Tomás Zorzo lo expresó en cierta ocasión con estas palabras magistrales: <i>"Crees que tú estás viviendo la vida, pero en realidad es la vida la que te vive a ti."</i> </p><p style="text-align: justify;">¿Y cómo encaja semejante contrariedad una mente tan cuadriculada? Pues curiosamente, muy bien. El riesgo a nuestra salud, la frustración ante la inactividad y el previsible palo económico están ahí, pero lo cierto es que el estrés, la ansiedad o el miedo, no han llegado a hacer mella. Estos días están siendo algo parecido a unas vacaciones. Nines confinada en su habitación y yo en la mía, nos hemos reunido en el pasillo para jugar al parchís con mascarilla. Entretanto, he estado practicando, jugando con el gato, viendo películas, escribiendo y solazándome. La enfermedad progresaba levemente e iba dejando sus señales: dolor de cabeza, alguna que otra tos, un estornudo... al cabo de unos días se diluyó hasta el cero absoluto y ahora nos encontramos ya al final de la segunda semana y en un tris de regresar a la -nueva. normalidad. </p><p style="text-align: justify;">Realmente siento que detrás de esta reacción se encuentra el bagaje de quince años de práctica de yoga. Podría llegar a pensarse que la práctica de Ashtanga Yoga sostenida durante un largo periodo de tiempo tan sólo contribuye a convertir a la persona en cuestión en un gimnasta/acróbata/contorsionista más o menos avezado, aunque desde mi punto de vista eso sería una manera terriblemente parcial de entender este método. Trabajamos con el cuerpo, sí, trabajamos con la musculatura y la tonificamos y la flexibilizamos. Muchas de las posturas pretenden también estimular la depuración de los órganos mediante su compresión, su estiramiento, su relajación y la sudoración. Podría ser objeto de debate si esta terapia de los órganos mediante la ejecución de <i>asanas </i>resulta realmente efectiva. En cambio, lo que no creo se pueda discutir es que en el centro de toda esta coreografía física se encuentra la respiración y que este trabajo con la respiración es el que eleva la práctica de Ashtanga Yoga más allá del plano puramente físico. Podría alargarme aquí hasta la extenuación, pero no creo que haga falta. Un sinfín de tradiciones en todo el mundo durante miles de años han identificado el trabajo sobre la respiración como un aspecto crucial a la hora de modificar los estados de la mente humana. No entendemos todavía bien los mecanismos que lo hacen posible, pero lo saben los budistas, lo saben los yoguis y lo saben también los psicólogos modernos, quienes en pleno siglo veintiuno están redescubriendo el trabajo con la respiración, reempaquetada con la etiqueta de <i>mindfulness </i>y prescribiéndosela a sus pacientes azotados por el estrés, la angustia y la depresión.</p><p style="text-align: justify;">La práctica de Ashtanga Yoga es muy poderosa. Muy mal tiene que estar haciéndola uno para que la mantenga durante un periodo de meses o años sin sentir repercusiones. Las fotos que retratan la práctica física no recogen que cada movimiento se ha realizado sobre una respiración, que la mirada se ha dirigido a puntos concretos, que el tacto se ha situado en partes específicas del cuerpo, que toda la rutina estaba integrada en el interior del practicante, quien no requería de ningún póster ni ninguna guía externa. Ha sido un ejercicio de atención presente llevado a cabo durante alrededor de hora y media, un entrenamiento para la mente que sostenido en el tiempo difícilmente pasará desapercibido.</p><p style="text-align: justify;">Las consecuencias a largo plazo llegan a nivel mental. Quizás en el futuro la neurología halle respuestas concretas; por el momento tan sólo cabe hablar de las "sensaciones" que tenemos los practicantes, la gente que ha incorporado el yoga a su vida y que, no sabe muy bien cómo, se siente más feliz, menos ansiosa, más positiva, menos desquiciada o más creativa. Mi impresión es que, de forma paralela a la práctica externa, lo interno también se está viendo modificado. Es como si en el cerebro se hubieran establecido nuevas conexiones neuronales que, por un lado, te permiten resolver problemáticas puramente físicas, intuir dónde se encuentra cierta parte de tu cuerpo sin tener que mirarla, familiarizarte con las sensaciones que te llevan a resolver una postura de la manera correcta, conocer cuáles son tus límites y discernir si puedes llegar más lejos o si mejor ese día debes aflojar y, por el otro, alteran ciertos hábitos de comportamiento que nos vienen de serie y que, al calor del yoga, se matizan.</p><p style="text-align: justify;">Si el Buda no logró librarse del miedo a la muerte, tengo serias dudas de que ninguno de nosotros logremos librarnos del miedo por completo. Lo que sí creo que puede lograrse mediante el yoga es suavizar la "letalidad" de los cinco venenos. Practica yoga y no lograrás erradicar por completo el deseo, aunque quizás si logres que, cuando no alcances tus objetivos o cuando lo que te agrada se aleje de ti, tal vez no te sientas tan abatido como te habrías sentido en otro momento. Practica yoga y no desaparecerá de ti la aversión. Pero tal vez, cuando te encuentres de frente ante algo que te provoca un profundo rechazo, cuando a tu puerta llegue una terrible noticia, la encajarás con moderada calma. Tu ego seguirá estando ahí y es probable que, lejos de suicidarse, intente sacar pecho y no te permita arrojar por el retrete la colección de ideologías y adhesiones que has estado acumulando desde que tus ojos se abrieron al mundo y que han conformado la imagen que tienes de ti mismo. Sin embargo, es probable que también en esto halles cierto punto de equilibrio. Llegado este punto, aunque sin duda no te hayas convertido aún en un sabio, puede que sí te encuentres un pasito más alejado de la ignorancia que cuando empezaste. No habrás resuelto el gran dilema de la vida y, al final, la muerte se acercará y tú también tendrás miedo. Pero, ¿quién sabe? Quizás estés a una sola vida de distancia de resolverlo...</p>Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-5669038631202096662020-04-01T18:24:00.003+02:002020-04-02T19:47:06.607+02:00¿Tolera Dios el coronavirus?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_6333_c910_8d53_54d6"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-LKJ9VbKvp5I/XoSEjZHbQgI/AAAAAAAADAk/n5soUfvV4f8qo3rC90GC7TaXCe947ZZ4QCNcBGAsYHQ/s1600/Josse_Lieferinxe_-_Saint_Sebastian_Interceding_for_the_Plague_Stricken_-_Walters_371995.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1073" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-LKJ9VbKvp5I/XoSEjZHbQgI/AAAAAAAADAk/n5soUfvV4f8qo3rC90GC7TaXCe947ZZ4QCNcBGAsYHQ/s320/Josse_Lieferinxe_-_Saint_Sebastian_Interceding_for_the_Plague_Stricken_-_Walters_371995.jpg" width="214" id="id_3e78_8c48_b5f0_8ab3" style="width: 214px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Josse Lieferinxe. San Sebastián intercediendo por la Peste Negra. Finales s. XV</td></tr>
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Hoy parece que el mundo se ha sumido en la catástrofe y que todas las estructuras sociales se han venido abajo. A una escala mucho menor por supuesto, pero curiosamente durante los últimos meses mi vida había sufrido también un particular cataclismo.</div>
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El fallecimiento de mi madre Pilar el pasado mes de octubre nos condujo a mi hermano y a mí a una situación inaudita: el domicilio familiar en el que los dos habíamos crecido y que había permanecido a modo de ancla hacia nuestros orígenes, por primera vez, se encontraba vacío. Nuestro padre Fernando falleció de manera inesperada en el año 2009 víctima del cáncer; mamá -era de Santander y no le gustaba que la llamasen <i>ama</i>- renqueó durante años con un corazón débil y malos hábitos hasta que al final se apagó.</div>
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Ellos se fueron pero la casa seguía ahí, repleta de recuerdos. Tras casi cincuenta años de rodaje, mi hermano y yo decidimos que había llegado la hora de hacerle unos arreglos Una empresa se encargaría de la reforma, pero antes había que despejar las habitaciones de trastos y libros. Sobre todo libros, porque nuestro padre había cultivado una afición desmedida, casi diogénica, por los libros, y durante largas décadas los había estado amontonando en armarios y estanterías por toda la casa en cantidades extraordinarias. Mi pobre madre no se había sentido con fuerzas de poner orden en aquel desaguisado y los montones de libros continuaron acumulando polvo y ácaros.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_ada6_d8c9_ee43_c64f"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-u-cF10LJ3dk/XoSCVFLPghI/AAAAAAAADAY/WKQRBZ1BzEYGwhmrjb-VVTfxjbw49zA_QCNcBGAsYHQ/s1600/Primera%2BComuni%25C3%25B3n%2B1989.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="1015" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-u-cF10LJ3dk/XoSCVFLPghI/AAAAAAAADAY/WKQRBZ1BzEYGwhmrjb-VVTfxjbw49zA_QCNcBGAsYHQ/s320/Primera%2BComuni%25C3%25B3n%2B1989.jpg" width="253" id="id_4d23_c80_be01_ccf6" style="width: 253px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pilar, sentada a la izquierda y Fernando, de pie a la derecha junto a su hermana. Mi hermano y yo entre nuestros abuelos paternos. Primera Comunión 1989.</td></tr>
</tbody></table>
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Había mucho que tirar, aunque tampoco queríamos que un trapero arramplara con todo y se llevara por delante objetos valiosos y recuerdos entrañables. Mi hermano tiene dos hijos, un trabajo con horario de oficina y viajes casi todos los fines de semana, así que finalmente fui yo, que merced a mi trabajo "bohemio" y sin menores a mi cargo dispongo de más tiempo, quien dio un paso adelante y me sumergí en la ímproba tarea de distinguir entre lo que iría al contenedor y lo que permanecería.</div>
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El trajín me llevó muchas semanas y resultó una experiencia a ratos entretenida y a ratos dolorosa. Rebuscar entre libros, archivos y pertenencias personales de tus padres entre las cuales nunca habrías osado asomar la nariz mientras estaban en vida es lo más parecido a abrir una caja de Pandora. Quedémonos con lo positivo y diré que entre la numerosa morralla han habido sorprendentes hallazgos: juguetes de la infancia, cartas de mis abuelos, libros geniales leídos hace décadas y olvidados, álbumes de fotos de cuando mis padres eran jóvenes, de su boda, de cuando nosotros éramos bebés, acuarelas inéditas de mi padre, gran aficionado al arte y en especial a la pintura, el carné universitario de la Complutense y las últimas calificaciones en medicina de mamá... </div>
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Entre estos descubrimientos se encuentra el <a href="https://blog.ashtangayogabilbao.com/2020/04/tolera-dios-el-mal.html" target="_blank">relato publicado antes de esta entrada</a>. A mi padre le interesaban muchos temas, y una parte importante de su biblioteca la ocupaban libros de ocultismo, parapsicología y similar. Tenía la bibliografía completa de Juan José Benítez, un periodista muy en la línea de Fernando Jiménez del Oso que escribe sobre OVNIs y extraterrestres. Recuerdo que de adolescente leí las dos primeras partes de Caballo de Troya, una serie de libros en las que se narraba cómo el gobierno de los Estados Unidos utilizó una máquina del tiempo para enviar a un agente al pasado a encontrarse con Jesucristo durante sus últimos días y estudiar científicamente sus milagros, muerte y resurrección. La colección <i>Caballo de Troya</i> me la he quedado por si se me ocurre terminar de leerla, pero el resto lo he apartado porque tampoco es que J. J. Benítez me apasione como para guardar tres docenas de libros suyos. El resto, excepto un pequeño ejemplar insólito de <i>La Otra Orilla</i> en el que J. J. Benítez se aparta de su temática y formato habitual y escribe una serie de relatos cortos.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_73a1_8503_dab2_4da9"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-U3CASbxBcLY/XoSFcpC3UrI/AAAAAAAADAs/Wc4TOqBoEjcUkVBpnou8h3Qs3xX9_-xSQCNcBGAsYHQ/s1600/JJBenitez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="596" data-original-width="420" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-U3CASbxBcLY/XoSFcpC3UrI/AAAAAAAADAs/Wc4TOqBoEjcUkVBpnou8h3Qs3xX9_-xSQCNcBGAsYHQ/s320/JJBenitez.jpg" width="225" id="id_688c_9cfc_9745_e276" style="width: 225px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">J. J. Benítez.</td></tr>
</tbody></table>
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El libro en cuestión lo recordaba sobre todo por el <a href="https://blog.ashtangayogabilbao.com/2020/04/tolera-dios-el-mal.html" target="_blank">relato <i>"¿Tolera Dios el mal?"</i></a> que habéis podido leer. Soy consciente de que J. J. Benítez no forma parte de la "alta literatura" y que puede ser calificado algo así como el Ikér Jiménez de los escritores que nunca ocupará un lugar privilegiado en las hemerotecas, pero reconozco que me gusta su estilo y este relato en particular me parece genial. Hay que leerlo con cuidado y tomarse su tiempo o pasarás por alto el giro que da en los últimos dos párrafos.<br>
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La pregunta que hace las veces de título es uno de los grandes enigmas ya no diré de la Teología, sino de la Humanidad entera, y en una situación como la que vivimos actualmente, en la que la tercera parte -por el momento- de la población mundial vive confinada en sus casas y decenas de miles han muerto, todo por culpa de un virus, un organismo insignificante al que ni siquiera se considera ser vivo, viene muy a propósito. ¿Quién nos castiga? ¿Qué hemos hecho para merecerlo? ¿Qué lección se nos quiere enseñar?<br>
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El relato del señor Benítez deja en manos del lector las conclusiones. Por un lado se puede inferir que las pobres hormigas son unas ilusas ignorantes por creer que el coloso al que adoran pueda ser la solución a sus problemas. Por el otro resulta interesante la idea de que el pastor piense que sólo él es el desgraciado y que la vida de las hormigas es muy simple y dichosa, mientras que a su vez ellas piensan que él es el ser todopoderoso al que nada aflige. Ese concepto de que todo lo malo le pasa a uno y que los demás no tienen problemas está muy extendido. Al final, cualquiera puede darse cuenta de que tanto las hormigas como el pastor están sujetas a poderes externos que escapan a su control y que el Dios al que imploran nunca evitará que surjan obstáculos en su camino.<br>
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Así como el relato de J. J. Benítez puede ser interpretado de muchas maneras, las lecturas ante una situación como la que nos ocupa hoy son múltiples, casi tantas como personas. En mi caso, el sentimiento que me invadió cuando se desató la crisis sanitaria y el país entero hubo de encerrarse en casa fue el de fragilidad, una fragilidad que reconocía sin dificultad en mí pero que ahora se había revelado en un fenómeno global.<br>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Dn8X7u712vY/XoSUF8lijGI/AAAAAAAADA4/6d5s9xRYoNwdvloaAETgGRla4qfOiZhhQCNcBGAsYHQ/s1600/0235fe38e6c34702e45fbe9f658c182c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="778" data-original-width="595" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-Dn8X7u712vY/XoSUF8lijGI/AAAAAAAADA4/6d5s9xRYoNwdvloaAETgGRla4qfOiZhhQCNcBGAsYHQ/s320/0235fe38e6c34702e45fbe9f658c182c.jpg" width="244" id="id_e56e_94b_7384_de75" style="width: 244px; height: auto;"></a></div>
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Todos buscamos la felicidad. A veces nos lo ponemos sumamente complicado pero no cabe duda: queremos ser felices y la felicidad es el motor principal de nuestros actos, posiblemente el gran motivo por el que asumimos innumerables sacrificios e invertimos enormes esfuerzos durante buena parte de nuestra existencia, y también la causa por la que cometemos un sinfín de estupideces. No percibimos que haya nada de malo en ello sino que nos parece una tendencia natural, legítima. La felicidad, comprada a tan alto precio, se sostiene sobre muchas patas, que van desde la salud física hasta el bienestar económico, pasando por la realización personal y profesional y la satisfacción social y afectiva. Nunca alcanzamos una felicidad completa pero sí que logramos encadenar aquí y allá ciertos hitos que nos mantienen estables en ella durante largos periodos y que nos imprimen la noción de que la vida, esa azarosa aventura sembrada de sufrimiento, merece la pena ser vivida.<br>
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Una vida que, lo sabemos, tiene una fastidiosa tendencia a invocar acontecimientos que alteran ese estado de felicidad y nos sacan fuera de los márgenes que consideramos aceptables: fracasos laborales, rupturas sentimentales, palos económicos, pérdida de seres queridos, enfermedades... Creemos tenerlo todo bajo control pero, en realidad, basta con que se quiebre una sola de las patas que nos sostienen para que todo el tinglado se venga abajo y nos hundamos en el abismo. Cuando estamos en lo más alto nos sentimos pletóricos, invencibles, pero una mala noticia y en un instante besaremos el fango.<br>
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Hace un par de años padecí un cólico nefrítico. Recuerdo que fue una mañana ideal: me levanté, hice una práctica perfecta, desayuné, me duché y a las siete empezó a llegar la gente de la sesión Mysore en Ashtanga Yoga Bilbao. A eso de las 9:30 apareció un ligero dolor en mi zona lumbar izquierda: <i>"Qué raro, ¿habré forzado en </i>kapotasana<i>?</i>", y al cabo de unas horas me encontraba postrado en cama sin poder moverme ni apenas articular palabra: comenzaba una semana de auténtica pesadilla sin prácticas perfectas ni desayunos ni duchas ni clases ideales.<br>
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Así somos de frágiles, de vulnerables. Prodigio de la evolución, sí. Maravilla de la naturaleza. Obras maestras compuestas de billones de células perfectamente sincronizadas, con multitud de tejidos y órganos sometidos a una consciencia que a sus órdenes son capaces de componer poesía, tocar instrumentos, construir rascacielos, diseñar aviones, surcar los siete mares y practicar la quinta serie de Ashtanga Yoga, pero al que una piedra de calcio tan pequeña que precisó de dos ecografías para ser detectada le hace hincar la rodilla, anula por completo todas sus capacidades y le obliga a centrar en ella su entera atención.<br>
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Piedras en el riñón, torceduras de tobillo, accidentes de tráfico, cánceres, despidos improcedentes, caídas de bolsa y toda clase de contrariedades nos acechan. No queremos que nos pase a nosotros y cuando al vecino le ocurre pensamos: <i>"Buf, menos mal que a mí no." </i>Pero de una u otra manera a todos nos llega; en último término si todo ha ido bien aguardan la decrepitud y la muerte. El ser humano vive como si no fuera a morir nunca y muere como si nunca hubiese vivido, dice un viejo cuento oriental.<br>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-tehuPiY8jCk/XoSUmnMCN2I/AAAAAAAADBA/BccRtJAk8DYlhsVy0iUt2cxmjnvoKtp-wCNcBGAsYHQ/s1600/2012-02-17-the-DALAI-LAMA-answers-a-question.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="560" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-tehuPiY8jCk/XoSUmnMCN2I/AAAAAAAADBA/BccRtJAk8DYlhsVy0iUt2cxmjnvoKtp-wCNcBGAsYHQ/s320/2012-02-17-the-DALAI-LAMA-answers-a-question.png" width="112" id="id_ad03_4e01_8ad5_bf6f" style="width: 112px; height: auto;"></a></div>
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Lo extraordinario de todo lo que está pasando con el asunto este del coronavirus es que, por primera vez en mucho tiempo, una desgracia nos golpea a todos por igual. Cuando sube la gasolina o cuando acontece una crisis económica siempre hay elementos de la sociedad que se benefician, a los que les viene bien aquello que muchos perciben como algo malo: magnates del petróleo, especuladores y fondos buitre que saben sacar provecho del río revuelto.</div>
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Ahora, una tercera parte del mundo permanece encerrada en casa, acorralado por este inesperado microscópico agente biológico. Hablé por teléfono con David Williams, el antiguo profesor de Ashtanga Yoga afincado en Hawaii, y me contó que en su remota isla en medio del Pacífico sólo tienen veinticinco casos todavía pero que aún así se han quedado todos en casa, han dejado de llegar turistas y entran en las tiendas de uno en uno con guantes y máscara, La todopoderosa sociedad tecnológica se tambalea sin que importe dónde vivas, la aldea más pordiosera de la India o el apartamento más lujoso de Manhattan: el virus no distingue entre nacionalidades ni economías</div>
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Es decir, de la misma manera que una piedra en el riñón dejó en evidencia mi fragilidad, el virus ha hecho lo propio con la sociedad humana. Hemos conquistado el espacio, explotamos los recursos del planeta a escala industrial y disfrutamos de un nivel tecnológico que hace apenas un siglo ni los más imaginativos autores de ciencia ficción habrían llegado a soñar. Los seres humanos nacen y mueren, sí, pero la humanidad en su conjunto se cree invulnerable. Tonteamos peligrosamente con la ecología y, aunque parezca que la temperatura sube unas pocas décimas, se fundan algunos glaciares y se extingan especies, no pasan de meras advertencias que paliamos tomando tímidas medidas; en realidad, sinceramente: ¿quién nos puede derrotar? Nuestra ciencia nos lleva a comprender los confines del Universo y contamos con armas nucleares capaces de vaporizar ciudades enteras en cuestión de minutos así que, ¿en verdad puede asustarnos nada? Pues no hay mucho más que decir; aquí lo tenemos delante de nuestros ojos: un virus nos ha dejado en cueros y no podemos hacer otra cosa que acurrucarnos en nuestras madrigueras y capear el vendaval. Gigantes con pies de barro.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_6eec_1f82_15e7_3338"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-UDxZnUKkxM8/XoTAEY38G2I/AAAAAAAADBY/WtP2tUowB5sqCvKj609JAdYwFx2ZNWSTgCNcBGAsYHQ/s1600/Gran%2BV%25C3%25ADa%2Bde%2BMadrid%2Bvac%25C3%25ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="620" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-UDxZnUKkxM8/XoTAEY38G2I/AAAAAAAADBY/WtP2tUowB5sqCvKj609JAdYwFx2ZNWSTgCNcBGAsYHQ/s320/Gran%2BV%25C3%25ADa%2Bde%2BMadrid%2Bvac%25C3%25ADa.jpg" width="320" id="id_962f_5732_2baa_631b" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gran Vía de Madrid, desierta.</td></tr>
</tbody></table>
A la pregunta acerca de si Dios tolera el coronavirus y otros males, hay que responder de manera transversal: ¿qué hay que entender por <i>mal</i>? Desde cierto punto de vista, nosotros podemos ser el mal. Se dice que ahora que los humanos no se dejan ver fuera, los animales están recuperando territorios que les habían sido vedados tales como playas y parques. También, los menores niveles de tráfico rodado y actividad industrial han reducido la contaminación atmosférica. Así que desde la perspectiva del planeta el confinamiento o, porqué no decirlo, el exterminio del ser humano suena como una noticia excelente.<br>
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Si por un momento nos olvidáramos de nuestra naturaleza humana y en una colosal e irreverente pirueta nos pusiésemos en la “piel” de Dios, de esa supuesta entidad suprema que lo rige todo, es muy probable que adquiriéramos una percepción muy distinta de la que tenemos de la dualidad bien-mal. Para empezar, en la inabarcable obra de Dios el mal convive en el bien y viceversa; los ciclos implacables de destrucción y creación, la constante transformación de la materia y energía en otras formas, la tendencia constante al desorden o, dicho en una palabra, la impermanencia, vienen de serie. Por lo poco que sé de filosofía de las religiones, lo más probable es que una de las cualidades de ese inalcanzable Dios sea la más absoluta de las ecuanimidades, un perfecto equilibrio entre opuestos: bien y mal, luz y oscuridad, salud y enfermedad.<br>
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Así pues, resulta más que evidente que Dios permite que suceda el mal o, mejor dicho, que acontezcan cambios que los sentidos subjetivos de los seres que pueblan Su creación perciban como estímulos negativos en contraposición a otros que sean considerados positivos. De hecho si no hubiera mal, seguramente el bien no sería distinguible. Si las fresas tuvieran el mismo sabor que las piedras, ¿nos molestaríamos en ir a buscar fresas o mordisquearíamos cualquier guijarro? ¿Seríamos capaces de distinguir a las personas honradas si no hubiera sinvergüenzas? Y por último: ¿realmente podríamos ser libres dentro de un mundo en el que no existiera la posibilidad de hacer el mal?, ¿tendría sentido la vida en semejante escenario de ausencia de mal y, en consecuencia, de no libertad? </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Tp8VgGF5wgI/XoS9ad4_GSI/AAAAAAAADBM/llEAViVPpT0OQJV5xfSCKF4rbaGWY9RGQCNcBGAsYHQ/s1600/marta-nael-f9670254febe3cbc2132a8b1ceaa682d-d51wtmy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="733" data-original-width="1100" height="213" src="https://1.bp.blogspot.com/-Tp8VgGF5wgI/XoS9ad4_GSI/AAAAAAAADBM/llEAViVPpT0OQJV5xfSCKF4rbaGWY9RGQCNcBGAsYHQ/s320/marta-nael-f9670254febe3cbc2132a8b1ceaa682d-d51wtmy.jpg" width="320" id="id_a9e0_54cc_e706_5ff0" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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No, Dios no nos ha enviado el coronavirus; no quiere castigarnos a nosotros ni tenía la más mínima intención de ponerles las cosas difíciles al pastor y a las hormigas del cuento de J. J. Benítez. Las inundaciones, los incendios y la pandemia forman parte de un mundo en continua transformación y desorden dentro del cual actuamos en libertad pero sobre el que, a menudo muy a nuestro pesar, tenemos una capacidad limitadísima de influir. </div>
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En el <i>Atmabodha Upanishad</i> existe una metáfora preciosa para explicar la relación entre <i>atman</i>, el individuo, y <i>brahman</i>, el todo. <i>Atman</i> es la ola que surge del océano de <i>brahman</i> y que, como toda ola, después de su breve despliegue de belleza acuática regresará a <i>brahman</i>. Mientras somos ola somos agua, pero cuando dejamos de ser ola y nos fundimos en <i>brahman</i>, seguimos siendo agua. Cada vida es una excrecencia del Todo. Casi podemos pensar en cada uno de nosotros como un náufrago encaramado en una precaria balsa sobre la cresta de su ola, pretendiendo tenerlo todo bajo control y rogándole al mar que le obedezca y no le haga sufrir, momentos antes de que la ola rompa. El agua de la ola es el <i>atman</i>, nuestra verdadera naturaleza, mientras el náufrago es el ego, quien se ha empoderado ensoberbecido, se cree lo más importante del Universo y espera que el viento sople a su son. El náufrago, lo acepte o no, tiene los segundos contados: en unos instantes la ola se hundirá en el mar, el ego desaparecerá y de nuevo sólo quedará <i>atman</i> diluido en <i>brahman</i>. Después, una ola volverá a surgir y el ciclo se repetirá. <br>
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A modo de conclusión escribiré acerca de lo que opino debería hacer cada uno. En primer lugar, desesperarse, quejarse y clamar al Cielo o a la Moncloa son gestos estériles que sólo contribuyen a generar más ruido. Lo que no se hizo en su momento no se puede hacer ya, y ahora lo que nos queda es que cada cual actúe según su deber. En lo que respecta a la mayoría de nosotros, la tarea es bien sencilla: quedarnos en casa y contribuir lo menos posible a la proliferación de la enfermedad. Un esfuerzo menor, teniendo en cuenta el terrible peso y responsabilidad que recae sobre los desbordados sanitarios y los políticos con sus palos de ciego. En cierto modo incluso hasta tiene algo de poético ver a la Humanidad unida en algo por vez primera. En esta crisis no hay distinción entre naciones ni clanes ideológicos; el virus no conoce fronteras. Aprendamos de los errores y rememos juntos.</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-26362123556847992020-04-01T18:24:00.002+02:002020-04-01T19:32:21.817+02:00¿Tolera Dios el mal?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-sNaZJZT3bBE/Xnyx3ceTqlI/AAAAAAAADAA/aDBlj0RB3RE06yC-DLyYJ1Ru-37mV0EkgCNcBGAsYHQ/s1600/Cicer%25C3%25B3n_denuncia_a_Catilina%252C_por_Cesare_Maccari.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="614" data-original-width="1024" height="191" src="https://1.bp.blogspot.com/-sNaZJZT3bBE/Xnyx3ceTqlI/AAAAAAAADAA/aDBlj0RB3RE06yC-DLyYJ1Ru-37mV0EkgCNcBGAsYHQ/s320/Cicer%25C3%25B3n_denuncia_a_Catilina%252C_por_Cesare_Maccari.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cesare Maccari. Cicerón denuncia a Catilina. s. XIX.</td></tr>
</tbody></table>
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Cuenta la leyenda que los habitantes de aquel mundo, cansados de soportar tantas calamidades, decidieron celebrar una magna asamblea. Y a la llamada de los líderes acudieron seres de todas las razas y rincones de aquel remoto lugar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Todos, por igual, se sentían desgraciados. Las lluvias inundaban sus campos y aniquilaban a sus gentes. El fuego arrasaba sus ciudades y bosques. Las enfermedades diezmaban las poblaciones y los enemigos se abatían sobre sus pueblos, sembrando la muerte y la destrucción.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y aquellos seres, profundamente creyentes, se lamentaban en los siguientes términos:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
— ¿Por qué tolera Dios el mal? ¿Qué utilidad le reporta tanta catástrofe y desatino?<br />
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Después de arduos debates, aquella asamblea decidió interrogar a Dios sobre tan clara injusticia.<br />
<br />
Una comisión de príncipes y ministros de las iglesias se dirigió entonces a la llamada "Montaña Sagrada" donde Dios había sido visto con frecuencia.<br />
<br />
El resto del pueblo, en hilera y a una prudencial distancia, siguió a sus sacerdotes.<br />
<br />
Al alcanzar la cima, los sumos pontífices, en efecto, descubrieron la figura inmensa, casi infinita, de su Dios. Y postrándose de rodillas, formularon estas preguntas:<br />
<br />
— ¿Oh, poderoso Dios! Dinos: ¿por qué consientes tanto mal? ¿Por qué envías la lluvia que inunda nuestras tierras? ¿Por qué permites la esclavitud? ¿Por qué nos arrojas en manos de nuestros enemigos?<br />
<br />
Y aquel poderoso ser dejó de tocar la flauta y, dirigiendo la mirada hacia la larga fila de hormigas, movió la cabeza en señal de desaprobación, al tiempo que lamentaba con sus ovejas:<br />
<br />
— ¿Por qué tolera Dios tanta injusticia?... ¿Por qué nos envía la lluvia y el pedrisco? ¿Por qué nos exige que trabajemos de sol a sol mientras éstas sólo tienen que alargar la mano para recoger el grano?<br />
<br />
<br />
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<div style="text-align: right;">
J. J. Benítez. La otra orilla (pág 25-26). 1992.</div>
<br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-KLuw_1iOq7k/XnyxfLcLgTI/AAAAAAAAC_4/D0pyhD_qg50xoFoFwF2qqevK692L4qARQCNcBGAsYHQ/s1600/B%25C3%25B6cklin%252C_Arnold_-_Die_Klage_des_Hirten_-_1866.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1161" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-KLuw_1iOq7k/XnyxfLcLgTI/AAAAAAAAC_4/D0pyhD_qg50xoFoFwF2qqevK692L4qARQCNcBGAsYHQ/s320/B%25C3%25B6cklin%252C_Arnold_-_Die_Klage_des_Hirten_-_1866.jpg" width="232" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Arnold Böcklin. La queja del pastor. 1866.</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
</div>
</div>
Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-30092980791598795782019-12-30T13:31:00.003+01:002019-12-31T18:19:07.553+01:00Hijos del caos.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-noEl2LGZdrY/XgntszPkIEI/AAAAAAAAC-w/sZBAm7m0RJ4wqgyFvneJpsBPT-k6vW3dQCNcBGAsYHQ/s1600/bigbang.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-noEl2LGZdrY/XgntszPkIEI/AAAAAAAAC-w/sZBAm7m0RJ4wqgyFvneJpsBPT-k6vW3dQCNcBGAsYHQ/s320/bigbang.jpg" width="320" id="id_2f35_7a31_976c_b531" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
<br>
<blockquote class="tr_bq">
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. <br>
Éste era en el principio con Dios. <br>
Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. <br>
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. <br>
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: right;">
San Juan 1:1-5
</div>
</blockquote>
</div>
<br>
<div style="text-align: justify;">
Lo llamaron <i>Big Bang</i>. Una gran explosión que fue el origen de todo. Antes, la nada. O lo que nuestros cerebros, tristes herramientas pensantes constreñidas a un espacio de tres dimensiones y una línea de tiempo de una sola dirección, entienden por nada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
El caos dominaba la creación. En los primeros instantes, del orden de picosegundos después del <i>Big Bang</i>, cobraron forma las leyes físicas bajo las que se gobernaría todo. Sin embargo, la temperatura era demasiado elevada como para que se formaran siquiera partículas subatómicas y un caldo opaco de borboteante magma constituido por radiación y precursores de materia abarrotaba el espacio en expansión. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Materia... y antimateria. Un microsegundo después del <i>Big Bang</i> la temperatura bajó lo suficiente como para permitir la aparición de un sinnúmero de partículas fundamentales de cargas eléctricas antagónicas: quarks y antiquarks, fusionados a su vez en hadrones y antihadrones que se enfrentaban entre sí como dos ejércitos alineados para la batalla. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Y entonces todo estuvo a punto de desaparecer: la creación pareció destinada a autodestruirse sin haber cumplido todavía su primer segundo cuando la materia y la antimateria se aniquilaron mutuamente en una colisión de inimaginables proporciones. Inexplicablemente, del <i>Big Bang</i> no había surgido una cantidad perfectamente simétrica de materia y antimateria, sino que alrededor de una diez mil millonésima fracción de la materia sobrevivió haciendo posible que en la sopa quedasen fideos. </div>
<br>
<div style="text-align: justify;">
Los primeros átomos se formaron durante los primeros veinte minutos: simples isótopos de hidrógeno y helio ionizados constituidos por uno o dos protones y neutrones. Entonces, durante miles de años de expansión, el universo se enfrió. Alrededor de trescientos cincuenta mil años más tarde dejó de ser un caldo opaco y se convirtió en un espacio transparente con átomos estables de hidrógeno y helio por el que por fin podían viajar los fotones... salvo que aún no había ninguna luminaria en el oscuro vacío.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-QRAS9UaAqg8/XgntusNp3oI/AAAAAAAAC_A/I7Aki3QZ53QEWcjyzxOT6pj7mXR7oBxzQCEwYBhgL/s1600/star%2Bsystem.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="1440" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-QRAS9UaAqg8/XgntusNp3oI/AAAAAAAAC_A/I7Aki3QZ53QEWcjyzxOT6pj7mXR7oBxzQCEwYBhgL/s320/star%2Bsystem.jpg" width="320" id="id_d629_3fd7_a019_f3b4" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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A partir de ese momento las densas nubes de materia comenzaron a colapsar bajo su propia atracción gravitatoria hasta que los atómos de hidrógeno primordiales se fusionaron, dando origen a las primeras estrellas. Doscientos millones de años habían transcurrido desde el <i>Big Bang </i>y al fin se hizo la luz.<br>
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Las primeras estrellas fueron verdaderos colosos de varios centenares de masas solares, incluso algunos millares. A modo de referencia, en la actualidad las estrellas más masivas cuentan con veinticinco masas solares y tan sólo algunas pocas superan el centenar.<br>
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En el núcleo incandescente de aquellas estrellas primigenias los átomos de hidrógeno se fusionaron en pares dando lugar a átomos de helio; al cabo de algunos millones de años el hidrógeno se agotó, el núcleo se enfrió y las estrellas colapsaron bajo su propio peso, lo que a su vez elevó la temperatura y reinició el núcleo, que empezó a fusionar helio en carbono y oxígeno. Los sucesivos aumentos de temperatura y densidad del núcleo condujeron a procesos de fusión cada vez más complejos en los que se fraguaron sodio, magnesio, azufre, calcio y otros elementos hasta el hierro, con veintiséis protones.<br>
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En el corazón de las estrellas la creación se diversificaba, pero aquella situación no estaba destinada a durar para siempre. Las estrellas de menor masa podían permanecer estables durante miles de millones de años reteniendo en su interior la diversidad material. Las más masivas, en cambio, agotaron su combustible a marchas forzadas y se volvieron inestables con rapidez. En términos estelares esto supone menos de un centenar de millones de años frente a los nueve mil millones de años en que se estima la vida de una estrella de pequeño tamaño como nuestro sol.<br>
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Entonces, y tras un repentino colapso durante la sucesión de procesos nucleares, las estrellas masivas, una tras otra, estallaron en forma de supernova. Una entidad pensante que observara aquello se habría sentido sobrecogida: la belleza, la armonía de aquellas formas esféricas brillantes surgidas del caos del <i>Big Bang</i> quedaron destruidas tras un corto orgasmo de luz.<br>
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Pero aquello no era ni mucho menos el fin. En el lugar de aquellas ciclópeas bolas de fuego inmoladas quedaron enormes nubes de materia compuestas del hidrógeno que las había constituido originalmente pero también de elementos más pesados como el carbono, nitrógeno, oxígeno y hierro que se habían forjado en sus núcleos y también otros metales más complejos como bromo, zinc y oro generados durante el caos de la propia supernova.<br>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-a3HdiByrHx0/Xgnttz3kTuI/AAAAAAAAC_Q/92s1ilf2hZcySxGJooRy4FUSPRD8v1ABwCEwYBhgL/s1600/rocky%2Bsystem.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="632" height="190" src="https://1.bp.blogspot.com/-a3HdiByrHx0/Xgnttz3kTuI/AAAAAAAAC_Q/92s1ilf2hZcySxGJooRy4FUSPRD8v1ABwCEwYBhgL/s320/rocky%2Bsystem.jpg" width="320" id="id_d6d_30cd_8f96_f2b5" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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A partir de aquellas nebulosas todo volvió a empezar: la materia danzó, interactuó entre sí durante millones de años y repitió el proceso una y otra vez. La flamante complejidad de la materia permitió que se aglomerara en algo más que meras esferas de hidrógeno; fue así como a las nuevas estrellas las acompañaron planetas gaseosos, rocosos, asteroides, cometas y una miriada de otros objetos. Dentro del sinfín de galaxias nacían y morían los sistemas estelares, se construía, destruía y de nuevo el ciclo se reiniciaba. Al cabo del tiempo la creación ya tenía todos los mimbres necesarios y, en algunos lugares, aún no tenemos la certeza de si muchos o pocos, las nubes de materia surgidas a partir de holocaustos estelares dieron lugar a planetas rocosos iluminados por soles como el nuestro aptos para la vida.<br>
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Casualidad o causalidad. Se puede pensar que la interacción aleatoria de la materia en las condiciones adecuadas es suficiente para crear vida, como el que agita una sopa de letras esperando encontrarlas perfectamente ordenadas en un soneto de Quevedo: habrá que removerla millones, trillones de veces, pero con tiempo y paciencia todo es posible. A partir de ahí, la evolución se encargará de todo. La estadística como demiurgo: un tipo de fe muy extendido entre los escépticos y al menos tan respetable como la noción de que la materia, el tiempo y el espacio hayan sido creados con un determinado y misterioso propósito y que todo, incluidos nosotros mismos, formemos parte del plan.<br>
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Diez mil millones de años después del <i>Big Bang</i>, en un insignificante rincón de una anodina galaxia, a la luz de una tenue estrella y bajo la atmósfera de un pequeño planeta rocoso que el bueno de Carl Sagan describiera como un punto azul pálido, emergió la vida. Durante cuatro mil millones de años la vida proliferó y se desarrolló, desde simples organismos unicelulares hasta animales complejos. Un sinnúmero de especies lo poblaron con mejor y peor suerte: reptiles y plantas, insectos y peces, mamíferos y aves, algas y anfibios. Volcanes, terremotos, glaciaciones y meteoritos varios la amenazaron y muchas especies se extinguieron, pero generación tras generación la vida persistió y se aferró a la supervivencia contra toda adversidad, a veces precariamente, otras esplendorosa. Finalmente, hoy hace apenas un par de millones de años, un suspiro en la escala cósmica, apareció una especie en concreto: un mamífero homínido que al cabo del tiempo y por primera vez, sin que aún sepamos muy bien cómo, trascendió la mera perpetuación y reproducción bajo las que se habían limitado a operar todos los seres vivos y fue capaz de plantearse las grandes cuestiones: ¿por qué y para qué?</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-GLKaIgIERpI/Xgnts0MkwAI/AAAAAAAAC_M/ak2MdZwJQ4QAjbAVavWfr1s_I3_HcEwHwCEwYBhgL/s1600/God%2Blife%2Bhuman.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="285" data-original-width="640" height="142" src="https://1.bp.blogspot.com/-GLKaIgIERpI/Xgnts0MkwAI/AAAAAAAAC_M/ak2MdZwJQ4QAjbAVavWfr1s_I3_HcEwHwCEwYBhgL/s320/God%2Blife%2Bhuman.jpg" width="320" id="id_e2e0_e3a_1564_43c6" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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Somos hijos del caos: el entorno perfectamente sincronizado en que nacemos y morimos surgió de una papilla inimaginablemente desordenada, los ladrillos que constituyen nuestros cuerpos fueron forjados en los núcleos incandescentes de estrellas destruidas hace eones, la vida que nos rodea y que tan cotidiana se nos antoja es una privilegiada rareza y nuestra capacidad de componer música o poesía un auténtico milagro en un universo de infinita belleza y precisión pero que, por lo que sabemos, en su mayor parte permanece en inerte silencio.<br>
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Seguramente ningún ser humano resuelva en vida las principales preguntas de la existencia. Sin embargo, la intuición nos lleva a algunos a concluir que toda esta armoniosa complejidad que damos por sentada no ha podido ser fruto de la casualidad y el azar y que todo tiene un sentido, que somos pequeñas piezas de un gran concierto cósmico. Sabemos que no estaremos aquí para siempre pero, al mismo tiempo, percibimos que nuestras insignificantes existencias se diluyen en un océano suprapersonal del que también formamos parte y al que retornaremos cuando tiempo, espacio y materia concluyan en un último suspiro.<br>
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Mientras tanto, entre nuestras cuatro paredes y bajo nuestro cielo el tictac seguirá avanzando. En estos días celebramos un nuevo final de ciclo: el año 2019 concluye y abre paso al 2020. Detrás quedan buenos y malos recuerdos, dolorosas pérdidas y fascinantes victorias que la arena del reloj barrerá cuando una vez más se voltee para comenzar otra cuenta atrás. Este año 2019 se llevó a mi madre. Hace justo diez años mi padre se marchó también. En tantos otros lugares del mundo, millones de familias dieron la bienvenida con alborozo a una nueva criatura. La materia que una vez dio vida a mis padres se reordenará y dará origen a nuevas formas, repitiendo el ciclo una y otra vez. Finalmente, el universo terminará enfriándose hasta el cero absoluto y el silencio total de la materia o se contraerá en un <i>Big Crunch</i> a partir del cual se reiniciará el proceso. Otros universos surgirán y desaparecerán en una loca danza aparentemente sin sentido. <br>
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Terminar y empezar, vivir y morir, perder y ganar son compases de la misma melodía. Siempre lo ha sido y siempre lo será. En medio, nosotros, podemos empeñarnos en forcejear contra el avance imparable de esa rueda que todo se lo lleva u observar, aceptar y participar en el concierto del que hemos surgido, al que pertenecemos y en el que, más que estando, seguiremos siendo.</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-290034532457587862019-11-27T16:13:00.002+01:002020-07-23T12:00:57.399+02:00Abhyāsa y vairāgya: Los pilares del método tradicional y el talón de Aquiles de los teacher trainings.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_c4c0_ddea_3878_4841" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ICN_EfwnkEE/Xd6NsRLeBlI/AAAAAAAAC9s/VOidjclJU7MRO61IUsxz5fp0D1R-dzJ9wCNcBGAsYHQ/s1600/IMG_7486.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="753" data-original-width="1600" height="150" id="id_47c7_fb2c_8b84_940d" src="https://1.bp.blogspot.com/-ICN_EfwnkEE/Xd6NsRLeBlI/AAAAAAAAC9s/VOidjclJU7MRO61IUsxz5fp0D1R-dzJ9wCNcBGAsYHQ/s320/IMG_7486.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Instante de una clase guiada en Ashtanga Yoga Bilbao.</td></tr>
</tbody></table>
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<div style="text-align: justify;">
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Se ha hablado mucho en este blog acerca del método tradicional de Ashtanga Yoga: <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/03/el-metodo-tradicional-de-ashtanga-yoga.html" target="_blank">lo que es</a>, <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/04/evoluciones-o-distorsiones-lo-que.html" target="_blank">lo que no es</a>, <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/05/un-viaje-atras-en-el-tiempo-hacia-el.html" target="_blank">lo que fue</a>... Si entre todas sus características hubiera que destacar una, no cabe duda de que en primer lugar y por encima de todo, el método tradicional de Ashtanga Yoga se fundamenta en una relación larga, de años de duración, entre el estudiante y su profesor.</div>
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De vez en cuando acuden a nuestra escuela personas que, por ejemplo, afirman saber hacer la primera serie completa pero que, tras rascar un poco en la superficie, revelan que en realidad la han aprendido en un <i>workshop </i>o <i>teacher training</i> de un mes o algunas semanas de duración. El atracón de <i>asanas, </i>por supuesto, nunca es un gesto gratuito de generosidad, sino que detrás siempre hay un profesor de dudosas intenciones que a cambio de la vomitona de posturas recibe una cantidad exorbitada por encima del millar de euros.<br>
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Sin ninguna excepción, y como resulta lógico, esta fórmula de aprendizaje resulta, por utilizar un eufemismo, incompleta. El estudiante no ha tenido tiempo de digerir la práctica ni saborear su evolución, desconoce la técnica de respiración o es incapaz de aplicarla, se lía con el orden de los <i>vinyasas </i>y posturas, omite algunas y confunde otras, mira al vecino o consulta el póster de la pared para cerciorarse de que no se ha equivocado y, en definitiva, su práctica se queda en un nivel muy superficial y pretencioso orientado en la mera ejecución de una rutina física poco consolidada y sujeta con alfileres.<br>
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La realidad es que en la práctica de Ashtanga Yoga hay un sinfín de detalles y sutilezas que nunca se podrán comprar en un <i>teacher training</i> y que uno sólo podrá descubrir por sí mismo mediante su propio esfuerzo prolongado a lo largo del tiempo y la guía de su profesor, el cual actúa como el catalizador de una reacción química; no es el protagonista principal pero sin él -o ella- difícilmente se obtendrá el resultado esperado.<br>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-ZfNOL1eaNuI/Xd6OiCjOxlI/AAAAAAAAC90/9iG2KpuzZ68Z2ybwKT9bhhJwIKXZEBuCQCNcBGAsYHQ/s1600/Guru-1024x1005-1024x1005.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1006" data-original-width="1024" height="314" id="id_56ff_785c_90d2_65ce" src="https://1.bp.blogspot.com/-ZfNOL1eaNuI/Xd6OiCjOxlI/AAAAAAAAC90/9iG2KpuzZ68Z2ybwKT9bhhJwIKXZEBuCQCNcBGAsYHQ/s320/Guru-1024x1005-1024x1005.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div>
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<b>Del <i>parampara</i> sin límite de tiempo a los <i>teacher trainings</i> de doscientas horas.</b><br>
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Durante siglos el yoga permaneció recluido en monasterios y entornos muy reducidos. No existían escuelas de yoga como las conocemos hoy, sino que la enseñanza de yoga se limitaba en exclusiva a la relación <i>guru-shishya</i> <i>parampara </i>según la cual se esperaba que el discípulo conviviera durante muchos años con su gurú como un miembro más de su familia y recibiera así los conocimientos. Así se transmitió el yoga hasta que se produjo su expansión en Occidente. Las primeras tradiciones que salieron de la India, a saber: el <i>Raja </i><i>Yoga</i> de Vivenkananda, el <i>Kriya Yoga</i> de Paramahansa Yogananda y el <i>Shivananda Yoga</i> de Vishnudevananda pertenecían a líneas monásticas y retenían muchas de las formas de un <i>ashram</i> de tal manera que las personas interesadas en profundizar debían, en cierto modo y al menos durante un tiempo, retirarse del mundo.<br>
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Fue Krishnamacharya quien, durante el primer tercio del siglo veinte, rompió con este modelo de enseñanza y estableció un nuevo paradigma cuya onda expansiva retumba hasta hoy. Él no fue un monje ni un renunciante o <i>shadu</i>. De hecho rechazó varias veces cargos eclesiásticos de prestigio y con alta compensación económica que se le ofrecieron. Por una promesa.<br>
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De acuerdo con el sistema tradicional <i>guru-shishya</i>, cuando el maestro ha considerado que el entrenamiento de su discípulo ha concluido, le exige a éste su <i>guru dharsina</i>, su paga, que puede ir desde una compensación económica hasta una misión; el gurú nunca pedirá algo injusto o inalcanzable, pero sí algo que sabe no le resultará sencillo al <i>shishya</i>. En el caso de Krishnamacharya, a cambio de los siete años de aprendizaje a su lado, Ramamohan Brahmacharya le pidió que dedicara su vida a enseñar yoga y se casara y mantuviera una familia. Es decir, que fuera un maestro de yoga dentro de la sociedad y para la sociedad, no un eremita del bosque ni un monje recluido en un monasterio. Krishnamacharya cumplió su promesa y se convirtió en un yogui de ciudad, un hombre con mujer, hijos y responsabilidades mundanas que enseñaba yoga a estudiantes universitarios, obreros, oficinistas, padres y madres de familias y que acabó con la noción establecida de que al adentrarse en el yoga uno le cerraba la puerta a la sociedad.<br>
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Cuando Albert Einstein se dio cuenta del gigantesco potencial de la energía nuclear, se estremeció. Al igual que un cuchillo puede utilizarse para trinchar fruta pero también para matar, Einstein sabía que la energía nuclear podía constituir una valiosa herramienta que ayudara a la humanidad, pero también conocía al ser humano y sabía que no tardaría mucho en encontrar una aplicación destructiva a esa inmensa fuente de energía.<br>
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La comparación es un tanto exagerada, sin duda, pero en verdad me pregunto si a Krishnamacharya, cuya dilatada vida se prolongó hasta 1989 y quien por lo tanto fue testigo de la expansión por el mundo de su manera de enseñar yoga, también le estremecieron las consecuencias de lo que había contribuido a crear. De hecho ya en 1934, mucho antes de la globalización del <i>hatha yoga</i>, Krishnamacharya advertía: <i>"Los extranjeros roban, bien a sabiendas o ingenuamente, muchas grandes obras y técnicas de nuestra tierra, y entonces fingen haberlas descubierto ellos mismos. Después, nos las traen aquí y nos las venden [...] Si esto continúa, ellos puede que incluso hagan lo mismo con nuestras técnicas de yoga. En cuanto a esto, sólo podemos decir que la culpa la tenemos nosotros por no leer nuestros textos de yoga/Yoga Sastras) y poner en práctica sus técnicas. Si nos quedamos dormidos, ¡puede que llegue un día en que los extranjeros también se conviertan en nuestros profesores de yoga! [...] Es lamentable que esta actitud sea similar a esos casos en que intercambiamos nuestras copas de oro con jarras extranjeras hechas de apestosas pieles de animales. No dejemos que nuestros hijos hereden estas malas prácticas." </i>Yoga Makaranda, página 83.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_4821_5539_6dfa_a6ce" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lAwAuSWnwNI/XOZlVtYcUzI/AAAAAAAAC1A/AixV_711K7gtoJpFkJ3SGwWLNBD6HwnSwCPcBGAYYCw/s1600/Krishnamacharya%2BMysore%2Bstudents.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="845" data-original-width="1600" height="169" id="id_198a_3f2_a98e_c0bd" src="https://1.bp.blogspot.com/-lAwAuSWnwNI/XOZlVtYcUzI/AAAAAAAAC1A/AixV_711K7gtoJpFkJ3SGwWLNBD6HwnSwCPcBGAYYCw/s320/Krishnamacharya%2BMysore%2Bstudents.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tirumalai Krishnamacharya con sus estudiantes en la escuela de yoga en Mysore. 1934.</td></tr>
</tbody></table>
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Al escribir estas líneas hacía un año que Krishnamacharya había abierto la <i>yogashala</i> de Mysore, en la que por primera vez en la Historia se ponía la enseñanza de yoga al alcance de cualquiera sin necesidad de entrar en un monasterio o someterse a ningún rito iniciático de renuncia. A pesar del párrafo anterior, que denota un profundo conservadurismo y nacionalismo por parte de Krishnamacharya, él mismo enseñaría a extranjeros (véase Indra Devi) y otro tanto harían todos sus discípulos desde BKS Iyengar o Pattabhi Jois hasta Desikachar, Rangaswami y Mohan. Por lo tanto, cabe pensar que Krishnamacharya sí estuvo abierto a que el yoga que había enseñado se propagara por todo el mundo y seguro que lo vio con buenos ojos.<br>
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El problema surgió cuando los métodos de enseñanza se diluyeron en el fango de la mediocridad. En este artículo he citado ya a numerosos maestros de yoga, desde Vivekananda hasta Desikachar. Algunos aprendieron yoga abrazando la vida monástica y otros como laicos pero, si hay un elemento común a todo ellos es que su aprendizaje se prolongó durante un largo periodo de tiempo. Vivekananda, Yogananda y Vishnudevananda fueron <i>swamis </i>y aprendieron de sus <i>gurús </i>dentro de <i>ashrams</i>, Vivekananda durante cinco años, Yogananda durante diez y Vishnudevananda durante otros diez; Krishnamacharya no fue un monje, pero sí pasó siete años conviviendo en una cueva con su gurú Ramamohan Brahmachari; Pattabhi Jois estudió con Krishnamacharya durante dos décadas, el mismo periodo que Sharath permanecería a su lado; por último, Desikachar, Rangaswami y Mohan estuvieron con Krishnamacharya durante las últimas tres décadas de su vida. Es decir, ninguno aprendió de su maestro durante doscientas, trescientas o quinientas horas distribuidas en un puñado de fines de semana o condensadas en un mes.<br>
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Tampoco puede ser de otra manera. El yoga es una disciplina compleja que toca muchos aspectos de la fisiología humana desde la salud física hasta la psicología y que incluso osa adentrarse en el pantanoso terreno de la espiritualidad. Algo tan sustancioso no se aprende en dos patadas; requiere de un largo proceso de maduración y la experiencia es un requisito <i>sine qua non </i>tanto para el estudiante como, por supuesto, el aspirante a profesor. Patanjali dedica algunos de sus primeros <i>sutras </i>precisamente a esta idea:<br>
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<blockquote class="tr_bq">
1.12<br>
अभ्यासवैराग्याभ्यां तन्निरोधः॥१२॥<br>
<i>Abhyāsa vairāgyābhyāṁ tannirodhaḥ</i>||12||<br>
La reducción (<i>nirodhah</i>) de las actividades y modificaciones mentales (<i>citta vritti</i>) se obtiene por la práctica asidua (<i>abhyāsa</i>) y por el desapego (<i>vairāgya</i>).
</blockquote>
<br>
<blockquote class="tr_bq">
1.13<br>
तत्र स्थितौ यत्नोऽभ्यासः॥१३॥<br>
<i>Tatra sthitau yatno'bhyāsaḥ</i>||13||<br>
La práctica asidua (<i>abhyāsa</i>) es el esfuerzo persistente por estar firmemente establecido (en un estado exento de modificaciones mentales - <i>citta vritti nirodha</i>).
</blockquote>
<br>
<blockquote class="tr_bq">
1.14<br>
स तु दीर्घकालनैरन्तर्यसत्कारासेवितो दृढभूमिः॥१४॥<br>
<i>Sa tu dīrgha kāla nairantarya satkārāsevito dṛḍha bhūmiḥ</i>||14||<br>
<i>Abhyāsa</i> deviene firmemente establecido si persiste durante un tiempo prolongado, sin interrupción y con devoción.
</blockquote>
<br>
<blockquote class="tr_bq">
1.15<br>
दृष्टानुश्रविकविषयवितृष्णस्य वशीकारसञ्ज्ञा वैराग्यम्॥१५॥<br>
Dṛṣṭānuśravika viṣaya vitṛṣṇasya vaśīkāra saṃjñā vairāgyam||15||<br>
<i>Vairāgya </i>es el dominio (sobre los deseos y sentimientos) que está presente en aquellos que no están apegados a las cosas reales o imaginarias (visibles o invisibles).</blockquote>
<div style="text-align: right;">
(<a href="https://www.adivinario.com/textos_yoga/yoga_sutras_patanjali/texto_ysp_1.php" rel="nofollow" target="_blank">Fuente</a>)</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_1cec_7e9c_2aad_7f16" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-pZyMiPagzm0/Xd6Q1FUdDGI/AAAAAAAAC-A/srcRt39bNugBqywCPXBXgYK0vVutI5hRACNcBGAsYHQ/s1600/IMG_1420.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" id="id_b67a_914a_4af8_3435" src="https://1.bp.blogspot.com/-pZyMiPagzm0/Xd6Q1FUdDGI/AAAAAAAAC-A/srcRt39bNugBqywCPXBXgYK0vVutI5hRACNcBGAsYHQ/s320/IMG_1420.jpeg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El mejor <i>training </i>de Ashtanga Yoga: unos cuantos miles de horas de clases estilo Mysore.</td></tr>
</tbody></table>
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Hoy día nos encontramos con que los peores augurios de Krishnamacharya se han cumplido: los occidentales, en concreto los norteamericanos, se han dado cuenta del inmenso potencial económico de las formaciones de yoga y han convertido la tradicional relación <i>guru-shishya parampara</i> en una lamentable caricatura. Eso de estudiar durante años al lado de un <i>gurú</i> está pasado de moda, ¡qué aburrido! Ahora, para convertirse en un reconocido profesor de yoga ni siquiera hace falta haber practicado yoga en absoluto; es suficiente con irse de vacaciones en el mes de agosto a Bali o Rishikesh y apuntarse a un <i>teacher training</i> de doscientas horas en un <i>resort </i>de lujo. ¿Para qué vas a ser estudiante de yoga durante años si directamente puedes convertirte en profesor en un solo mes? La piñata se ha roto con entusiasmo y hoy día, tanto en los Estados Unidos como en la India y también seguro que en tu propia ciudad, muchas escuelas de yoga ofrecen esta clase de formaciones en las que el intercambio de conocimientos entre profesor y alumno se limita a unas decenas de horas, menos incluso de lo que se necesita para convertirse en técnico instalador de aires acondicionados.<br>
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<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>¿Sabes? Me he hecho profesor de Kung-Fu.<br>
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>Pero, ¿cómo? Si al menos hasta antes del verano nunca habías hecho artes marciales.<br>
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>Sí, pero en agosto me he apuntado a un teacher training de Kung-Fu y ahora ya soy cinturón negro por la Kung-Fu Alliance International y puedo dar clases.<br>
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>Ah, pues qué bien. ¿Puedo hacerlo yo también? Me he cansado de mi trabajo y quiero dar un giro a mi vida. Además, eso de profesor de Kung-Fu suena muy <i>cool</i>.<br>
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>Sí, claro. Mira este sitio donde tienen un curso de diez fines de semana a partir de octubre. Yo voy a hacer cien horas adicionales para sacarme el primer <i>dan</i>. Y el verano que viene haré un intensivo de profundización de tres semanas para llegar al segundo <i>dan </i>de quinientas horas.<br>
<span style="background-color: white; color: #222222; font-family: sans-serif; font-size: 14px;">— </span>Qué bien, ¡muchas gracias!<br>
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Esta conversación, que en el caso del Kung-Fu se antoja completamente surrealista, ocurre en el mundo del yoga de manera cotidiana. El Kung-Fu es una disciplina oriental con un importante componente físico sustentado sobre un sólido cuerpo filosófico y todo el mundo sabe que los maestros de Kung-Fu son personas que lo han practicado durante muchos años al lado de un maestro experimentado y para los que el Kung-Fu es un verdadero estilo de vida, no una aventura de verano. Sin embargo, no se sabe muy bien cómo, el imaginario colectivo se ha convencido de que en el caso del yoga esto no es así y que hay caminos más rápidos y sencillos. Muchas gracias, Occidente. Muchas gracias, <i>Yoga Alliance</i>. Habéis degradado una disciplina milenaria y la habéis equiparado al zumba y aerobox de los gimnasios. Enhorabuena.<br>
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El sistema de Ashtanga Yoga pone el dedo en la llaga y señala precisamente esto. Si practicas de acuerdo con el método tradicional, en un mes de práctica diaria apenas habrás rascado la superficie, así que olvídate siquiera de terminar la primera serie y por supuesto destierra de tu cabeza la ridícula idea de convertirte en profesor. Durante un buen tiempo los nudos planteados por la problemática física te mantendrán suficientemente ocupado. De hecho, ten en cuenta que cuanto más fácil te resulte más tiquismiquis se pondrá el profesor y más exigente será contigo. Y no por mala leche: nuestro papel es hacer que la práctica te resulte una experiencia agradable e inocua pero también que a través de ella descubras cosas que anidan en ti que quizás no te gustan tanto y que siempre has procurado evitar. Porque a veces la realidad no es tan bella como imaginas: no te sale todo perfecto y en Ashtanga Yoga cada día te vas a dar de bruces contra tus limitaciones, que te aseguro antes o temprano descubrirás; tu orgullo se verá herido y sentirás una combinación variable de frustración, ira, envidia, cansancio y miedo. Hay personas que al cabo de algunas semanas o meses abandonan, derrotadas por sus modificaciones mentales. Quizás encuentren una manera mejor de gestionarlas en otro sitio y les deseamos la mejor de las suertes. Otras persisten y, al cabo del tiempo, saborean la magia de <i>abhyāsa</i> y <i>vairāgya</i>, esos grandes desconocidos en los <i>teacher trainings</i> y sobre los que, como suele decirse, tal que las alas de un pájaro, se sustenta el método tradicional de Ashtanga Yoga.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_7d03_8486_6b95_ed52" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-8yjK31s3A-Y/Xd6RlpnqEDI/AAAAAAAAC-I/G63YDrjw1vsZgyVnY7wI_NIdn_-ojQ5hgCNcBGAsYHQ/s1600/3_full.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1129" data-original-width="1600" height="225" id="id_2ffc_ee6e_fd3c_8b69" src="https://1.bp.blogspot.com/-8yjK31s3A-Y/Xd6RlpnqEDI/AAAAAAAAC-I/G63YDrjw1vsZgyVnY7wI_NIdn_-ojQ5hgCNcBGAsYHQ/s320/3_full.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Póster con las dos primeras series de Ashtanga Yoga. El que escribe estas líneas tardó tres años de práctica diaria en terminar la primera serie y once años adicionales en terminar la segunda. Entre 7.000 y 8.000 horas.</td></tr>
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<b>Abhyāsa y vairāgya: las alas del método tradicional.</b><br>
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Frente a una manera de enseñar pretenciosa, con una agenda de plazos en la que hay que llegar a determinado punto en determinado tiempo y en el que los estudiantes pagan cierta cantidad de dinero a cambio de un premio seguro, se sitúa el método tradicional. Porque si <i>abhyāsa</i> se define por un esfuerzo sin interrupciones, con devoción y mantenido durante un largo periodo de tiempo, y <i>vairāgya</i> por el dominio del deseo, no pueden quedar mejor ejemplificados que en la práctica tradicional de Ashtanga Yoga.<br>
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Antaño, a un aspirante que se acercaba a un maestro con la intención de aprender yoga se le solía plantear un desafío mediante el cual demostraba que su interés era sincero y que el maestro no iba a malgastar su tiempo con un cazurro que se arrugaría ante la primera dificultad. Una vez superado el reto, daba comienzo un periodo de instrucción de duración indeterminada que concluía cuando el maestro exigía su <i>darshina</i>.<br>
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Krishnamacharya rompió este modelo de enseñanza aceptando a estudiantes de yoga como el médico que acepta a pacientes, sin distinciones y sin exigirles mérito alguno a cambio de empezar. No obstante, Krishnamacharya era perfectamente consciente del valor del aprendizaje a largo plazo; él mismo lo había experimentado durante su estancia de siete años en Nepal con Brahmachari, y así lo trató de inculcar. Algunos de sus estudiantes, tal y como sucede en todas las escuelas de yoga del mundo y en tantas otras esfera de la vida, lo abandonaron de forma prematura. Otros, en cambio, siguieron a su lado hasta que la vida los separó. Uno de ellos fue Pattabhi Jois, quien estudió al lado de Krishnamacharya durante prácticamente todo el tiempo que permaneció éste en Mysore desde 1933 hasta 1948-1953 además de los dos años en Hassan. En cierta ocasión afirmó: <i>"Al principio éramos muchos estudiantes; al final sólo quedamos tres."</i> Pattabhi Jois vivió aquellos años de Mysore, entendió qué era lo que su maestro quería enseñar, y trató de reproducirlo en sus propias clases. El resto de escuelas que nos hacemos llamar "tradicionales", intentamos seguir ese modelo.<br>
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No dirigimos un <i>ashram</i>, no exigimos votos monacales ni imponemos difíciles pruebas de acceso a los estudiantes. Ni siquiera podemos aspirar a que toda persona que comienza a practicar Ashtanga Yoga en una escuela tradicional vaya a hacerlo durante toda su vida, pero los profesores tradicionales tenemos que enseñarle como si en verdad fuese a hacerlo durante toda su vida. Es decir, como si tuviéramos años y décadas de trabajo por delante. Aunque sepas que la persona va a estar en la escuela sólo durante un mes. Lo más precioso que como profesores podemos hacer es plantar en ellas una semilla que tal vez no germine durante el tiempo que esté en nuestra escuela, pero que sea lo más genuina posible para que quizás, más adelante, sea el comienzo de un pequeño brote del que surja un hermoso árbol. El buen profesor será alguien que se esfuerza en inculcar el amor, la devoción por una práctica consistente a largo plazo en la que se saborea cada paso, y no alguien que regala <i>asanas </i>como si fueran <i>confetti </i>para asegurarse de que se le paga un mes más. El largoplacismo es una de las mejores lecciones de esta práctica con importantes aplicaciones para el resto de tu vida: hazte responsable y si deseas algo, empeña el debido esfuerzo y aprende que todo lo bueno se hace esperar.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_9d50_80e2_2a2e_9707" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/--XOMw8KWdZQ/Xd6SgDikPvI/AAAAAAAAC-U/UZ4p2Q9M_WcQHE_7byUYx7JEeeOtcbscQCNcBGAsYHQ/s1600/IMG_1554.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" id="id_206d_63d1_7994_f5bb" src="https://1.bp.blogspot.com/--XOMw8KWdZQ/Xd6SgDikPvI/AAAAAAAAC-U/UZ4p2Q9M_WcQHE_7byUYx7JEeeOtcbscQCNcBGAsYHQ/s320/IMG_1554.jpeg" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ajuste de <i>marichyasana D</i> en Ashtanga Yoga Bilbao.</td></tr>
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Tampoco se trata sólo de una cuestión de tiempo y paciencia. El propio concepto de un aprendizaje con una fecha de inicio y otra de finalización sobre el que se basan los <i>teacher trainings</i> atenta contra el segundo principio sobre el que se sustenta el método tradicional: <i>vairāgya</i>, el no apego.<br>
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Piénsalo: es muy distinto aprender algo cuando te impones una fecha límite que cuando no tienes prisa. Si en tu cabeza mantienes un calendario con hitos marcados estás generando una serie de expectativas que, muy a menudo, serán poco realistas. Tampoco tienes que ser una persona apagada, vacía de ilusiones. Es perfectamente legítimo que quieras aprender más y que te salgan las cosas bien. Lo que no tiene sentido es que pretendas que te salgan todas en un mes. O que observes a un practicante con diez, veinte años de experiencia, y quieras ya mismo llegar a ese punto pasando por alto todo el proceso que ha llevado a esa persona a ese punto e ignorando que tu propio proceso no tiene porqué tardar el mismo tiempo ni llevarte al mismo punto.<br>
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La comparación es uno de nuestros peores enemigos. La sociedad nos ha educado para ser competitivos y nos ha convencido de que si no estamos al mismo nivel que el resto somos unos mierdas. Esto lo trasladamos a todos los aspectos de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones y, por sorprendente que pueda parecer, también a la práctica de <i>asanas</i>. Porque, desde luego, no nos fijamos en lo bien que respira esa persona, en lo concentrada que está y lo poco que se distrae. Nos fijamos en lo bonitas que son las figuras que hace y apretamos los dientes deseándolas para nosotros. ¿Acaso se puede ser más ridículo? ¿Qué te está aportando a ti lo que sucede en la esterilla de al lado o lo que has visto en Youtube? ¿De veras crees que te están arrebatando algo? No tiene explicación lógica pero es totalmente cierto y algo muy humano: cuando vemos a otras personas lograr lo que nosotros no podemos, aunque sean unas tristes <i>asanas</i>, nos corroe la envidia. Y esta envidia surgida del deseo nos vuelve ambiciosos, y si no logramos nuestro objetivo nos dejamos arrastrar por la ira, y si lo logramos nos volvemos soberbios y avariciosos, porque nos creemos importantes y queremos seguir siéndolo, y cuando tenemos algo queremos todavía más, y más, y más. Y el círculo se repite sin fin.<br>
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Este patrón de comportamiento lo conocemos todos bien. De hecho se ha repetido una y otra vez desde el principio de los tiempos, desde que en el ser humano se desarrolló la capacidad de consciencia. Y bien, puedes alimentar esa rueda de deseo y ambición, ira y avaricia, orgullo y apego en un ciclo sin fin, o puedes hacer algo por intentar romperlo.<br>
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El método tradicional de Ashtanga Yoga te brinda una hermosa oportunidad para ello. El hecho de que a menudo no se sacien tus deseos, el hecho de que haya una práctica que te muestre cosas que deseas hacer pero que no eres capaz de hacer y otras que no deseas hacer pero que tienes que hacer, el hecho de que haya un profesor que te diga que pares cuando necesitas ser parado y no cuando a ti te gustaría parar, es una gran manera de plantearte sobre la esterilla los mismos problemas que sueles encontrarte fuera de ella para que los trabajes. Lo que tienes que resolver no es el problema en sí, sino tu manera reiteradamente errónea de relacionarte con el conflicto. Y para que esto suceda, para que exista la probabilidad de que atisbes el éxito, que se traduce no en la resolución física de posturas sino en una capacidad de volcarse hacia dentro, de experimentar plenamente el presente, de dejar de ser esclavo de los veleidosos sentidos y, por tanto, para que lleves una vida más plena, feliz y en armonía dentro y fuera de la esterilla, tienes que erradicar la raíz del problema: el apego al éxito y el rechazo al fracaso.<br>
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Ashtanga Yoga, en efecto, es un campo de entrenamiento para la mente disfrazado de una compleja coreografía de <i>asanas </i>respiradas. Sin embargo, es un camino largo en el que no hay atajos. Como en toda disciplina oriental que se precie y, en realidad, cualquier cosa que merezca la pena, hace falta disciplina y humildad. Disciplina para sacrificar porciones significativas de tu tiempo de ocio y de sueño durante un largo periodo de tiempo, quizás el resto de tu vida. A decir verdad, cuando la disciplina se ha asentado ya no supone un gran esfuerzo; ¿sientes pereza a la hora de limpiarte los dientes, o lo haces antes de acostarte y ya? Probablemente tu educación temprana sirvió para grabar en tu cabeza la rutina de lavarte los dientes; llegado este punto lo haces cada día y no se te ocurre no hacerlo. Es un proceso de limpieza que llevas a cabo sin plantearte el esfuerzo que te supone porque lo has estado haciendo durante tanto tiempo de forma ininterrumpida que ya prácticamente forma parte de ti; no te reconocerías sin limpiarte los dientes. Y humildad para saber reconocer que tú sólo eres un pequeño agente en la compleja receta que se está cocinando; muchos elementos se escapan fuera de tu control y lo único que puedes hacer es empeñar tu mejor esfuerzo y presencia en cada momento, sin que tu satisfacción se fundamente en la consecución de premios. ¿Tienes depositadas grandes expectativas cada vez que acudes a lavarte los dientes? ¿Acaso piensas: "hoy sí que me va a salir mejor que nunca"? ¿Rompes a llorar de alegría cuando te informan de que no tienes caries y esa noche te limpias los dientes aún con mayor entusiasmo? ¿Te resulta demoledor escuchar que necesitas un empaste y la siguiente vez que te limpias los dientes lo haces abatido, o quizás dejas de hacerlo porque consideras que has fracasado y no merece la pena continuar haciéndolo? Pues eso: esfuerzo constante ininterrumpido y sin apego. Disciplina y humildad. <i>Abhyāsa</i> y <i>vairāgya.</i></div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-91057999950328069562019-10-09T14:55:00.003+02:002019-10-09T16:37:50.817+02:00¿Por qué te para tu profe de Ashtanga?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-xkc7jrQgK60/XZ3lHYu9ivI/AAAAAAAAC9M/iYtLw1G-HwkPU3YRSwaUmWUA2bwuIzDkACNcBGAsYHQ/s1600/fondo%2Bcartel%2B1B%2BNines.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="1191" height="226" src="https://1.bp.blogspot.com/-xkc7jrQgK60/XZ3lHYu9ivI/AAAAAAAAC9M/iYtLw1G-HwkPU3YRSwaUmWUA2bwuIzDkACNcBGAsYHQ/s320/fondo%2Bcartel%2B1B%2BNines.jpg" width="320" id="id_e2bd_3ddd_aca7_b068" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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Esta entrada ahonda en uno de los grandes temas que se han planteado en este blog en anteriores entradas (<a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2017/08/me-ensenas-la-siguiente-postura.html" target="_blank">aquí</a>, <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2018/03/maestro-de-yoga-o-bufon-que-ajusta.html" target="_blank">aquí</a>, <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2018/10/trece-anos-de-ashtanga-yoga.html" target="_blank">aquí</a> y <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/07/ashtanga-wars-la-linea-tradicional.html" target="_blank">aquí</a>) y que sin duda surge a menudo en las escuelas tradicionales de Ashtanga Yoga: el hecho de que sea el profesor y sólo el profesor quien decida cuándo ha llegado el momento de que el estudiante aprenda un nuevo <i>asana</i>. Se trata de una cuestión que no pocas veces genera tensiones, especialmente en el caso de personas acostumbradas a otros estilos de yoga guiados en que todo el mundo hace la clase de principio a fin y a quienes les suele resultar más difícil aceptar eso de que las paren. </div>
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Cuando Ashtanga Yoga se enseña de acuerdo con lo que hoy se conoce como el método tradicional, si una persona está ejecutando de forma deficiente determinada postura no se le permitirá seguir adelante hasta que logre resolverla suficientemente. En consecuencia, es habitual que al cabo de cierto tiempo: meses, semanas o incluso días, la persona se queje y le diga al profesor, de manera explícita o implícita, que ya está harta y que a ver si no se le puede enseñar lo siguiente. O bien, que desaparezca y deje de acudir a las clases, a menudo sin despedirse, como si el profesor que no le enseñó más allá la hubiese ofendido gravemente o no hubiese cumplido su parte en un bizarro acuerdo de dinero a cambio de <i>asanas</i> que se estaba dando por supuesto.</div>
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A los estudiantes que comienzan a aprender en Ashtanga Yoga Bilbao les suelo hablar de "la meseta", una analogía que sirve para explicar una situación a la que se enfrentan todas las personas que comienzan con esta práctica si se las enseña de la manera tradicional que se ha venido propugnando desde el KPJAYI por parte de Pattabhi y Sharath Jois. La meseta, constituida por una subida pronunciada y una larga llanura, representa el ritmo de aprendizaje de <i>asanas</i>. En un primer día típico, un nuevo estudiante aprende los nueve <i>vinyasas </i>de s<i>urya namaskar A</i> y las tres posturas finales sentado. Para alguien que no ha hecho nunca yoga antes, eso suponen cuatro cosas nuevas en un único día, incluidos los nueve movimientos del primer saludo al sol. En su segundo día, si se acuerda bien de lo que aprendió en la anterior clase, seguramente aprenda el <i>surya namaskar B</i> con sus diecisiete <i>vinyasas</i>. En su tercer día se le añadirán las dos primeras posturas de pie: <i>padangushtasana </i>y <i>padahastasana;</i> el cuarto los dos <i>trikonasanas</i>, al día siguiente los <i>parsvakonasanas</i>, al otro los cuatro <i>prasaritas</i>... <br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_3ca1_c408_b208_93d8"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-FjA0E5bZ0CQ/XZ3XXN_xmVI/AAAAAAAAC8k/dKH7BlWBhxwYe8Ad1u9qXrPQM-TEGlS6ACNcBGAsYHQ/s1600/DSC00329.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-FjA0E5bZ0CQ/XZ3XXN_xmVI/AAAAAAAAC8k/dKH7BlWBhxwYe8Ad1u9qXrPQM-TEGlS6ACNcBGAsYHQ/s320/DSC00329.JPG" width="320" id="id_94eb_599c_4afb_28a8" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Utthita hasta padangushtasana</i> by Fernando Gorostiza.</td></tr>
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Cada persona es distinta y aunque suele ser habitual que de un día a otro la gente se haga cierto lío con los saludos al sol, los <i>trikonasanas</i> o los <i>parsvakonasanas</i> que se le enseñaron la víspera y que por lo tanto algunos días no se enseñe nada nuevo sino que las sesiones se empleen en recordar y consolidar, también se da el caso de gente con una buena memoria corporal o que cuenta con la ventaja de haber practicado antes otros estilos de yoga basados en Ashtanga Yoga y que día tras día es capaz de reproducir a la perfección lo que se le ha enseñado y que lo sostiene energéticamente, es decir, no termina derrengada de cansancio. Con esas personas no hay inconveniente en que durante un buen tiempo y de manera sistemática aprendan algo nuevo casi en cada clase. En la primera etapa del aprendizaje tampoco se exige completar todas las posturas; así que, por ejemplo, si alguien no es capaz de estirar las piernas por completo en <i>padangushtasana </i>o de hacer una torsión perfecta en <i>parivrtta</i> <i>parsvakonasana</i>, no se la detiene y se le deja seguir construyendo su rutina. Si fuera de otra manera y en este punto se esperara del estudiante que resolviese cada postura de manera satisfactoria, más de tres cuartas partes de la gente que empieza Ashtanga Yoga no aprendería más allá de <i>utthita hasta padangushtasana</i> o <i>ardha baddha padmottanasana</i>, las dos primeras posturas de la primera serie que consisten en sendos equilibrios de dificultad considerable cuya forma completa pocas personas pueden aspirar a resolver durante un buen tiempo. De hecho, no es de extrañar que, históricamente, estas dos posturas de equilibrio se añadieran a la rutina una vez se hubiese completado la primera serie, tal y como sabemos hoy por los primeros estudiantes occidentales que viajaron a Mysore en la década de 1970.<br>
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La cosa cambia cuando se alcanza cierto punto de la práctica. Creo que todos los profesores de Ashtanga Yoga que lean esto estarán de acuerdo conmigo en que, por lo general, la permisividad en el ritmo de aprendizaje de <i>asanas</i> no se extiende más allá de los <i>marichyasanas</i>; el propio <i>marichyasana A</i> pero más en concreto las variantes <i>B</i>, <i>C</i> y <i>D</i> en las que se efectúan medios lotos, torsiones o una combinación de ambos. No se trata del primer medio loto que se hace en la serie ni mucho menos: anteriormente, la mencionada postura de equilibrio de pie <i>ardha baddha padmottanasana</i> y la de suelo <i>ardha baddha padma paschimattanasana</i> ya lo planteaban. Pero, si bien en las anteriores posturas no se establecía como requisito que el nuevo estudiante fuera capaz de atar el loto antes de continuar adelante, en <i>marichyasana B</i> y <i>D</i> sí. Se trata del primer gran escollo con que se topa un buen porcentaje de estudiantes de Ashtanga Yoga, el momento en que su ascensión se detiene en seco y los sitúa ante una extensa llanura en la que no se atisban pronunciadas subidas como la que se acaba de dejar atrás. En el caso de una persona afortunada con caderas abiertas, quien dice <i>marichyasana D</i> también dice <i>bhujapidasana</i>. La primera serie ha llegado a su parte "caliente" que entraña mayor dificultad y, a partir de aquí, para desgracia de los coleccionistas de <i>asanas, </i>se acabó lo de una nueva postura al día. A partir de ese punto los pasos serán lentos, pero firmes.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_a93d_3b27_f934_c550"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-YLxxOpZSDto/XZ3WSS2bbuI/AAAAAAAAC8M/FAABZt_NRzM0OHMgW-6d6d0h9s2yMTSMACNcBGAsYHQ/s1600/IMG_3504.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1067" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-YLxxOpZSDto/XZ3WSS2bbuI/AAAAAAAAC8M/FAABZt_NRzM0OHMgW-6d6d0h9s2yMTSMACNcBGAsYHQ/s320/IMG_3504.JPG" width="213" id="id_eef0_e1d3_68f6_b96d" style="width: 213px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Marichyasana D</i> by Nines Blázquez.</td></tr>
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No se trata de un simple capricho del método tradicional: esto tiene un porqué. A algunas personas se lo explico de la siguiente manera: <i>"Ya has echado las verduras al puchero; ahora hay que esperar a que el fuego las ablande."</i> En otras palabras, ya se han planteado suficientes problemáticas físicas y es la hora de afinar y comenzar a trabajar las partes más sutiles de la práctica. Una de ellas, como resulta evidente, crear las aperturas y la fortaleza físicas necesarias para continuar adelante de manera segura pero también, y no menos importante, la honestidad y la paciencia.<br>
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Desde el punto de vista físico no hay practicante de Ashtanga Yoga con al menos cien clases de experiencia a sus espaldas que no reconozca que en la parte final de su práctica se sitúan sus mayores dificultades, aquello en lo que más incómodo se encuentra y más le cuesta resolver. La serie de <i>asanas</i> fue diseñada con gran inteligencia para que lo anterior prepare para lo siguiente y, a menudo, la clave para resolver lo que tan complicado resulta se halla no ahí, sino antes. Volviendo a la postura que para muchos practicantes de Ashtanga Yoga se erige en el gran némesis: ¿que no te sale <i>marichyasana D</i>? Pues date cuenta de que toda la secuencia de suelo inmediatamente anterior, desde <i>ardha baddha padma paschimattanasana</i> en adelante se compone de giros de cadera y de que en las posturas de pie, en <i>parsvakonasana</i> y <i>virabhadrasana</i>, incluidos los que haces en el saludo al sol <i>B</i>, estás movilizando y estirando la articulación que en <i>marichyasana D</i> se ve demandada. Por lo tanto, no pases de puntillas por las partes de la práctica que ya conoces, con prisa por llegar a lo último, lo difícil, donde te atascas, sino que saborea cada postura y cada <i>vinyasa</i> o, mejor dicho, respira cada postura y cada <i>vinyasa</i>. Fisiológicamente, la práctica sólo puede comprenderse como un todo en el que lo primero sirve de base para lo siguiente. De la misma forma que el furgón de cola de un tren no podrá nunca ir más rápido que el vagón restaurante al que está enganchado, sino que todos avanzarán a la vez al son de la locomotora, los <i>asanas</i> de las series de Ashtanga Yoga no mejorarán de manera aislada, sino conjunta. Tal es así que, si tu ojo es lo suficientemente experto, un simple <i>surya namaskar A</i> bastará para conformarte una idea bastante acertada del nivel de práctica de un estudiante.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_123_2440_1b54_9949"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-jhv7vzQSeW4/XZ3XvAfeVYI/AAAAAAAAC80/oh2kb-6ruHQ9dJP04l1BCst904OBSW6qwCNcBGAsYHQ/s1600/DSC00390.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="180" src="https://1.bp.blogspot.com/-jhv7vzQSeW4/XZ3XvAfeVYI/AAAAAAAAC80/oh2kb-6ruHQ9dJP04l1BCst904OBSW6qwCNcBGAsYHQ/s320/DSC00390.JPG" width="320" id="id_6340_3ecf_619b_985d" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Supta kurmasana</i> by Fernando Gorostiza.</td></tr>
</tbody></table>
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Seguramente haya muchas personas que discrepen de esto, sobre todo las <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/07/ashtanga-wars-la-linea-tradicional.html" target="_blank">adscritas a la “vieja escuela”</a> que aboga por el “más es mejor”, la creencia de que no hay que parar a nadie y de que cuanto más se haga antes llegarán las aperturas o de que si se trabaja todo en paralelo más probabilidades habrá de ir deshaciendo los nudos que afrontándolos de forma secuencial. Puede que esto tenga algo de sentido, sobre todo si se entiende la práctica en términos de entrenamiento físico: cuantas más cosas se hagan, más músculos se moverán y más calorías se quemarán. Sin embargo, al mismo tiempo que crees estar trabajando más y mejor el cuerpo, estás sembrando la semilla de la frustración y regándola con la fuente inagotable de la codicia, quizás aderezada con la sal de la envidia por lograr lo que has visto a otros hacer en clase y la pimienta del orgullo que se está viendo relegado a un segundo plano cuando en otras esferas de la vida siempre consigues ser el protagonista. </div>
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El problema principal radica en que algunas posturas son las llaves que abren la puerta de otras. Por ejemplo, centrándonos sólo en la primera serie, si una persona no ha resuelto <i>marichyasana B</i> ni <i>C</i>, difícilmente podrá aspirar a completar la versión <i>D</i>, mientras que algo como <i>garbha pindasana</i> directamente le será imposible. Si la apertura de la articulación sacro iliaca no se observa en <i>prasarita padottasana </i>y en toda la colección de flexiones hacia delante, posturas relacionadas de mayor dificultad situadas posteriormente en la serie como <i>kurmasana</i> o <i>uppavishta konasana</i> quedarán vetadas. Si no se ha concedido aún el tiempo necesario para que los <i>bandhas</i> se desarrollen de tal manera que exista cierta fluidez en los medios <i>vinyasas</i> entre postura y postura y lado y lado, es seguro que <i>navasana</i> será muy pobre. Entretanto, un <i>navasana</i> débil es indicativo de que la segunda parte de <i>uppavishta konasana</i> no se podrá ejecutar satisfactoriamente, y a su vez un mal <i>uppavishta</i> cerrará las puertas a <i>supta konasana</i> y <i>ubhaya padangushtasana</i>, por no decir <i>urdhva mukha paschimattanasana</i>. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_1c16_3a7b_4933_9fcd"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WKjYLJMWYsU/XZ3YoBh179I/AAAAAAAAC9A/TD9FUpTfdoUNnJJa6XQg87NK4hP7iqT3ACNcBGAsYHQ/s1600/IMG_3531.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1067" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-WKjYLJMWYsU/XZ3YoBh179I/AAAAAAAAC9A/TD9FUpTfdoUNnJJa6XQg87NK4hP7iqT3ACNcBGAsYHQ/s320/IMG_3531.JPG" width="213" id="id_2ce2_9fb2_afea_1337" style="width: 213px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Garbha pindasana</i> by Nines Blázquez.</td></tr>
</tbody></table>
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En conclusión, la única manera de completar la primera serie sin parar a nadie en ninguna postura, con el solo requisito de que se acuerde del orden y sin exigirle un nivel mínimo de resolución antes de avanzar, es mediante trampas. Trampas para evitar las dificultades del <i>asana</i> en cuestión e ignorar las propias limitaciones y trampas que, a medida que se avance a través de una serie cada vez más exigente, tendrán que ser cada vez más numerosas y cada vez mayores. Trampas en forma de adaptaciones, modificaciones y facilitaciones en las que harás todo a medias, sin tener la experiencia completa de ningún <i>asana</i> y jugando peligrosamente sobre el filo de la navaja de la lesión.</div>
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Y todo, ¿para qué? Después de la primera serie viene la segunda, y después la tercera y la cuarta, la quinta y la sexta. Si has satisfecho tus deseos y terminado la primera serie de cualquier forma, ¿qué impedirá que a continuación aspires a terminar la segunda del mismo modo? Y claro, después de la segunda querrás saber cómo es la tercera, y así sucesivamente hasta la sexta. La ambición humana no tiene fin; es como un horno al rojo vivo que se traga todo lo que se le echa y que además cada vez que engulle algo se aviva aún más. Y aparte del hecho evidente de que se están haciendo <i>asanas </i>de yoga, la pregunta es: ¿hay algo de yoga en esto? Creo que no hace falta que responda yo mismo; mejor se lo dejaré a Buda citando las tres primeras de sus Cuatro Nobles Verdades:</div>
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<ol>
<li>La vida es sufrimiento.</li>
<li>La raíz del sufrimiento es el deseo.</li>
<li>El fin del sufrimiento consiste en suprimir el deseo.</li>
</ol>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Y por no dejar coja a la mesa citaré también la cuarta verdad que refiere al Noble Óctuple Sendero, un método de -curiosamente- ocho partes que seguir para lograr el cese del deseo y por ende del sufrimiento. </div>
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En realidad, el deseo no es malo en sí. Todos en la vida nos vemos impulsados por el deseo: tenemos aspiraciones, ilusión, ambiciones... Son motores necesarios que nos ponen en marcha, que nos motivan para emprender y actuar. No hay nada mejor que alzarse sobre hombros de gigantes para ver más lejos, y una de las mayores enseñanzas que transmitió a este respecto Krishna en el Bhagavad Gita es la de que el verdadero problema radica no en los deseos que te movieron a actuar, sino en el apego a las consecuencias de esos actos. Es decir, uno ha de obrar de acuerdo con su <i>dharma</i>, su deber natural. Ha de hacer aquello que le corresponde y de la mejor manera posible. Ahora ya, también tiene que ser consciente de que el fruto de sus acciones no depende exclusivamente de uno mismo, sino que en el resultado final confluyen muchos otros factores y agentes que se escapan a su control y que nunca podrán ser dominados por completo. Por lo tanto, el problema está en que tu alegría y tristeza dependan de que tus deseos sean colmados o no: si todo sale como yo esperaba, soy feliz; si no, soy infeliz.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-w6GjgwoP330/XZ3VyKwdfrI/AAAAAAAAC8E/9iNYC_OlKFsY5FuKEO83kRwyBlptEFL0wCEwYBhgL/s1600/cartel%2Bajustes%2Bfernando%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="1191" height="226" src="https://1.bp.blogspot.com/-w6GjgwoP330/XZ3VyKwdfrI/AAAAAAAAC8E/9iNYC_OlKFsY5FuKEO83kRwyBlptEFL0wCEwYBhgL/s320/cartel%2Bajustes%2Bfernando%2B%25281%2529.jpg" width="320" id="id_8bcc_6771_c958_a358" style="width: 320px; height: auto;"></a></div>
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Veámoslo a través de un ejemplo: Yo soy un agricultor y tengo un terreno en el que quiero plantar tubérculos y trigo. He calculado que con la mitad de la cosecha podré alimentar a mi familia mientras que con la otra mitad acumularé excedentes que venderé en el mercado para comprarme un tractor que me permitirá duplicar las ganancias al año próximo. Trabajo duramente de sol a sol durante toda la primavera y el verano en pos de ese objetivo. Aro el terreno, protejo la siembra de los pájaros, riego los brotes, elimino las malas hierbas, esparzo abono... todo va viento en popa con el trigo y las patatas creciendo sanas y fuertes y de veras siento que mi esfuerzo está siendo recompensado.<br>
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Sin embargo, durante una noche, a pocas semanas del inicio de la cosecha, una lluvia de granizo asola toda la comarca. Cuando, aterrado, salgo a comprobar los estragos del granizo en mi terreno, descubro con horror que todo el trigo se ha echado a perder. Sólo han sobrevivido las patatas bajo tierra, y con ellas tendremos que alimentarnos, sin excedentes de trigo y sin tractor.</div>
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¿Hay algo que el agricultor pudiera haber hecho para evitar la desgracia? Nada. Él hizo todo lo que estaba en su mano y con la mejor intención, pero tuvo la mala suerte de que el tiempo le tuviera reservada una desagradable sorpresa. Ahora, el hecho de que se sienta feliz o infeliz, la cosecha de sólo patatas le parezca suficiente o no y se pase todo el año lamentándose por el trigo perdido o lo relegue a un mero contratiempo puntual, depende por completo de él. ¿Tenía apego a los resultados de sus actos? ¿Su alegría o abatimiento estaban sujetos en gran parte a la calidad de aquella cosecha a la que tanto esfuerzo había dedicado y en la que tantas esperanzas tenía depositadas? Éxito y fracaso, gozo y pena: una relación de proporciones simple que resume el gran dilema al que los seres humanos se enfrentan y que está detrás de muchos de sus males.</div>
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Nos gusta rodearnos de belleza y que todo salga perfecto. Queremos que lo bueno llegue hasta nosotros, permanezca y no nos abandone nunca. En cambio, lo malo lo queremos lejos durante el mayor tiempo posible. La realidad es que a largo plazo no resulta posible mantener esta situación. Pese a todos nuestros esfuerzos, tarde o temprano lo bueno se irá y lo malo llamará a nuestra puerta. Cuanto antes nos demos cuenta de esto, antes podremos hacer algo para estar preparados.</div>
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El método de Ashtanga Yoga en su forma tradicional incide precisamente en esto. Se trata de un entorno de trabajo diseñado para plantarte ante ciertas situaciones que despertarán a veces el deseo y otras la aversión, que generarán sentimientos de placer y bienestar, pero también de frustración e ira y que no aspira a ser una experiencia sencilla sino todo lo contrario: un reto y una provocación que te ofrezca la oportunidad de transformarte desde dentro más allá de volverte más fuerte y flexible. Si aprendes a encontrar el camino de en medio y entender que no todo llega cuando se quiere, que la realidad tiene vida propia, no podemos moldearla a nuestro antojo, es distinta cada día y a menudo no coincide con nuestras aspiraciones y, por supuesto, si antes no arrojas la toalla derrotado y abandonas, sino que aceptas que una práctica honesta no es compatible con el deseo de hacer más de cualquier manera y que tu realidad actual es la que es, entonces estarás aprendiendo sobre la esterilla una gran lección que podrás trasladar a la vida. Por eso es necesario que escuches “no”, que haya alguien que te diga que pares y señale tus puntos débiles ofreciéndote la oportunidad de trabajarlos y, de nuevo, respirarlos.</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-91047195627731592162019-09-21T19:58:00.002+02:002019-09-21T20:57:38.655+02:00Cuarto cumpleaños de Ashtanga Yoga Bilbao: Equinoccio y yoga.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_532d_2d6c_4868_a31f"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-gpQ6KKppBl0/VeyUgyZa0SI/AAAAAAAABKQ/xqq_VNGqdpwlvO7Uyd6NeL32_oWbu02QwCPcBGAYYCw/s1600/CARTEL%2B21SEPTAF.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1128" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-gpQ6KKppBl0/VeyUgyZa0SI/AAAAAAAABKQ/xqq_VNGqdpwlvO7Uyd6NeL32_oWbu02QwCPcBGAYYCw/s320/CARTEL%2B21SEPTAF.jpg" width="225" id="id_53_726c_7392_d5bc" style="width: 225px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cartel inaugural del 21 de septiembre del 2015.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
Tal día como hoy hace cuatro años Ashtanga Yoga Bilbao abrió sus puertas. Desde entonces, estos muros han visto transcurrir alrededor de seis mil horas de clases en las que cientos de personas han aprendido el método tradicional de Ashtanga Yoga.<br>
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La elección del 21 de septiembre del 2015 como fecha de apertura fue obligada por las circunstancias; el contrato de alquiler se había firmado el 10 de julio y nuestra intención era abrir lo antes posible. Sin embargo, las obras de reforma no pudieron terminar antes y hasta la misma víspera estuvimos ultimando preparativos. Finalmente, todo confluyó hacia aquel lunes 21 de septiembre en que tenía lugar el equinoccio de otoño, una feliz coincidencia que sólo cabía interpretar como un buen augurio.</div>
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Hace unas semanas, repasando el Yoga Makaranda de Krishnamacharya, en la página 86 me encontré con la siguiente frase:</div>
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<b><i>Época para comenzar la Práctica de Yoga. </i></b><br>
<i><br></i>
<i>Es bueno comenzar la práctica de Yoga en primavera (abril-mayo) u otoño (octubre-noviembre) o el principio del invierno (diciembre). Si se empieza de esa manera, evitaremos enfermedades y la práctica de yoga reportará buenos resultados. Si la práctica de Yoga es iniciada en otros meses, los resultados serán mediocres.</i><i><br></i>
<i><br></i><br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_ba99_8e48_a0b2_7015"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Ufepi6g0H2E/XYZiJM37dAI/AAAAAAAAC7c/XbXQegdeEVIfuzP9L0r-BDpBOF7x5ngNQCNcBGAsYHQ/s1600/Tirumalai%2BKrishnamacharya.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-Ufepi6g0H2E/XYZiJM37dAI/AAAAAAAAC7c/XbXQegdeEVIfuzP9L0r-BDpBOF7x5ngNQCNcBGAsYHQ/s1600/Tirumalai%2BKrishnamacharya.jpg" id="id_560_c6d3_9eb5_c33" style="width: 225px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tirumalai Krishnamacharya.</td></tr>
</tbody></table>
<i><br></i>
La cuestión de comenzar la práctica cada día antes del amanecer ya la hemos referido en <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2017/02/ashtanga-yoga-bilbao-en-india-practica.html" target="_blank">otras ocasiones en este blog</a>, pero por lo visto Krishnamacharya también sentía predilección por que la gente comenzara a aprender yoga en dos momentos concretos del año: octubre/noviembre o abril/mayo justo después de los equinoccios de primavera y otoño.</div>
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La elección de los meses de octubre y noviembre parece del todo lógica en un país como la India que durante los meses de verano se ve cotidianamente asolado por las lluvias torrenciales del monzón. En nuestra cultura los meses de septiembre y octubre también son los habituales para iniciar nuevas actividades: tras las vacaciones de verano la gente regresa a las rutinas del curso y es más proclive a comenzar una colección por fascículos o a incorporar el yoga en su ocio.</div>
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No obstante, sorprende que los meses de abril y mayo también le resulten propicios a Krishnamacharya. El solsticio de equinoccio en nuestra cultura suele estar cerca del parón de Semana Santa y es cierto que en un mes como abril e incluso mayo hay un buen número de personas naturalmente dispuestas a emprender la práctica de yoga. Lo mismo sucede en enero tras las vacaciones de Navidad, momento que podría estar recogido en el párrafo de Krishnamacharya cuando se refiere al comienzo del invierno o finales de diciembre.<br>
<br>
Sin embargo, quienes conocemos Mysore sabemos que abril y mayo son con diferencia los meses más calurosos de todo el año. Yo siempre he evitado rigurosamente esos meses por los relatos de calor extremo que me han llegado. De hecho la mayoría de profesores de yoga afincados en la India que conozco suelen suspender sus clases en esos meses. El propio Pattabhi Jois solía aprovechar los meses de abril y mayo para salir de Mysore y viajar por el mundo y, del mismo modo, la temporada de enseñanza de su nieto Sharath Jois se ha situado típicamente entre octubre y marzo. En los últimos años las temporada de Sharath es mucho más errática, con periodos de dos a cuatro meses en cualquier época del año desde junio a agosto y desde octubre a marzo, pero en cualquier caso continúa esquivando abril y mayo.<br>
<br>
Pero lo que más sorprende no es sólo que Krishnamacharya hable de esos meses como los idóneos para que la gente se sienta más inclinada a hacer yoga, sino que los eleve a la categoría de requisitos. Según el texto de Krishnamacharya, si una persona comienza a practicar yoga en pleno invierno o verano sólo cabe esperar un gran fracaso, tal y como si se tratara del ingrediente imprescindible de una receta o de plantar un árbol en la estación adecuada. Si lo haces de otra manera, el plato no estará bien cocinado y la semilla no germinará.<br>
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No recuerdo una explicación satisfactoria a este respecto en ninguno de los textos de Krishnamacharya. de su hijo Desikachar o de su nieto Kausthub de que dispongo pero, conociendo la importancia que se le da al sol en la tradición de Krishnamacharya, no resulta difícil señalar al equinoccio como el elemento clave. <i>"As above, so below" ("Tal y como es arriba, así es abajo").</i><br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_a7f1_d14a_d994_8c3b"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-sgWEvXgVOnE/XYZj-1TaxiI/AAAAAAAAC7o/6jdRuXmoggMsXkBv_nRuwrrP16Ang2EGACNcBGAsYHQ/s1600/solsticio-equinoccio-cke.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="630" height="198" src="https://1.bp.blogspot.com/-sgWEvXgVOnE/XYZj-1TaxiI/AAAAAAAAC7o/6jdRuXmoggMsXkBv_nRuwrrP16Ang2EGACNcBGAsYHQ/s320/solsticio-equinoccio-cke.jpg" width="320" id="id_f67_b554_8609_c247" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Solsticios y equinoccios.</td></tr>
</tbody></table>
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Los equinoccios señalan los dos momentos del año en los que el Sol se sitúa directamente sobre el plano del Ecuador de la Tierra. A medio camino entre los solsticios, en el equinoccio el día y la noche tienen exactamente la misma duración de doce horas y a partir de él el día y la noche comienzan a alargarse o acortarse. Tras el equinoccio de otoño que nos ocupa (y que en realidad tendrá lugar el próximo lunes 23) las noches comienzan a ser más largas que los días y, en consecuencia, disfrutamos de menos horas de luz al tiempo que las temperaturas bajan y el final del estío deja paso a las lluvias.<br>
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La consecuencia de esta reducción de horas de luz y del empeoramiento del tiempo atmosférico suelen ser desajustes en los ciclos del sueño y, en el caso de algunas personas especialmente sensibles, tristeza, debilidad o un malestar generalizado que se conoce como astenia otoñal.<br>
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Energéticamente, si los ciclos de la luna se pueden asociar a la respiración, con la transición de la luna nueva hacia la llena equivalentes a la inhalación y la transición de la luna llena hacia la nueva equivalente a la exhalación, los ciclos solares también: la inhalación solar comenzaría en el solsticio de invierno, cuando la energía se encuentra en su momento más bajo, y concluiría en el solsticio de verano, su punto más alto. La exhalación solar tendría lugar desde el solsticio de verano hacia el de invierno. Los equinoccios, por tanto, se sitúan a medio camino entre los polos de los solsticios, de la misma manera que la media luna creciente y menguante se encuentran a media distancia entre los extremos de la luna llena y la luna nueva.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_f1dc_d79d_7314_ddc0"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-6LCMRlWfCeY/XYZhDyENxhI/AAAAAAAAC7Q/vqGjSct_5Cco-C62EoWy9V5WZrDeaDs-gCNcBGAsYHQ/s1600/equinoccio_de_otoxo_recibe_esta_nueva_xpoca_al_estilo_maya.jpg_793492074.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="452" data-original-width="718" height="201" src="https://1.bp.blogspot.com/-6LCMRlWfCeY/XYZhDyENxhI/AAAAAAAAC7Q/vqGjSct_5Cco-C62EoWy9V5WZrDeaDs-gCNcBGAsYHQ/s320/equinoccio_de_otoxo_recibe_esta_nueva_xpoca_al_estilo_maya.jpg_793492074.jpg" width="320" id="id_40e2_8c53_ad83_3447" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Pirámide maya de Chichen Itzá al contraluz. Todas las culturas han atribuido propiedades mágicas a los ciclos solares.</td></tr>
</tbody></table>
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En la tradición de Ashtanga Yoga se respetan los ciclos lunares y se escogen los días de luna llena y nueva como días de descanso. <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2017/10/por-que-no-se-practica-ashtanga-yoga-en.html" target="_blank">En este artículo de nuestro blog</a> desglosamos los motivos energético, histórico y práctico de esta controvertida tradición exclusiva de este sistema de yoga. Desde el punto de vista energético, la razón que se esgrime para evitar la práctica es evitar esos momentos del ciclo lunar en que la energía se encuentra en su cenit y su nadir, su punto álgido y mínimo, por tratarse de días inciertos en los que podemos sentirnos más densos y testarudos o más livianos e inestables.<br>
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Otro tanto sucede con el ciclo solar. Los solsticios son los puntos álgidos energéticos, como la luna llena y la luna nueva, y desde este punto de vista tiene todo el sentido que Krishnamacharya sitúe el momento idóneo para comenzar la práctica de yoga en los equinoccios, equidistantes de los solsticios. En los equinoccios hay equilibrio: no hay ni poca energía ni demasiada, y nos encontramos en medio de fuerzas opuestas que se compensan la una a la otra: luz y oscuridad, receptividad y actividad, consciente e inconsciente, externo e interno. Estos dos extremos de la naturaleza y de nuestra propia humanidad se encuentran parejos y nos ofrecen la oportunidad de enfocar una nueva actividad como la práctica de yoga con ecuanimidad, sin demasiado entusiasmo ni demasiada desgana y con un interés y una actitud adecuadas para que la semilla que nos disponemos a plantar germine y eche raíces en tierra fértil.<br>
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Muchas personas han comenzado a practicar Ashtanga Yoga en este mes de septiembre y el próximo fin de semana tendrá lugar en nuestra escuela un nuevo <a href="http://www.ashtangayogabilbao.com/evento_iniciacion_092019.php" target="_blank">curso de iniciación</a> al Ashtanga Yoga. Si comienzas a practicar yoga en este equinoccio y estás leyendo esto, ¡enhorabuena porque Krishnamacharya y los astros están de tu lado! Entretanto, una temporada más, las personas que nos encontramos detrás de Ashtanga Yoga Bilbao, profesores y alumnos, continuaremos forjando una comunidad en la que aprender y crecer. ¡Te vemos pronto! </div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-37671035046036144252019-08-25T19:51:00.001+02:002019-09-06T09:48:15.819+02:00Quinta temporada de Ashtanga Yoga Bilbao: Un espacio fácil.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_84bf_c87b_c010_7b44" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-q_gTbVRWbJE/XWHk-Z9tFZI/AAAAAAAAC60/zyDrvZ52TYQiBRWmWgz28CT09_7q8OBawCLcBGAs/s1600/CARTEL%2BAJUSTES%2BNINES%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="1191" height="226" id="id_9cbd_65_9a24_ae5e" src="https://1.bp.blogspot.com/-q_gTbVRWbJE/XWHk-Z9tFZI/AAAAAAAAC60/zyDrvZ52TYQiBRWmWgz28CT09_7q8OBawCLcBGAs/s320/CARTEL%2BAJUSTES%2BNINES%2B%25281%2529.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">¡Nueva temporada en Ashtanga Yoga Bilbao!</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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Durante la celebración en Oviedo del sesenta cumpleaños de nuestro querido Tomás Zorzo (Rama) el pasado mes de febrero tuvimos la suerte de escuchar una preciosa reflexión acerca del verdadero sentido del yoga que deseo compartir en el blog. No grabé las palabras de Tomás y recurriré a mi memoria como única fuente; por lo tanto no se tratará de una transcripción literal y me tomaré las licencias que considere oportunas.</div>
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Tomás Zorzo comenzó su charla citando el famoso <i>sutra </i>2.46 de Patanjali: <i>sthira sukham asanam</i>. En un idioma tan polisémico como el sánscrito el abanico de traducciones e interpretaciones siempre es amplio, aunque en el caso de este <i>sutra </i>hay una traducción muy extendida que viene a decir tal que así: la postura (<i>asanam</i>) tiene que ser firme, fuerte, estable, resistente (<i>sthira</i>) y a la vez cómoda, fácil, relajada, sin esfuerzo (<i>sukham</i>). </div>
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Se trata del único <i>sutra </i>en el que Patanjali cita de forma explícita el término <i>asana</i> y resulta sumamente interesante porque describe las cualidades que tendría que reunir una postura de yoga bien realizada mediante una aparente paradoja: la postura debe ejecutarse con esfuerzo pero sin esfuerzo, ha de ser fácil y al mismo tiempo difícil, tanto firme como relajada. Todos los que practicamos <i>asanas</i> nos enfrentamos cotidianamente a la esencia de este <i>sutra</i> cuando tratamos de encontrar comodidad, amplitud y tranquilidad en las difíciles situaciones que nos plantean determinadas posturas. Esto es especialmente cierto en el caso de los practicantes de Ashtanga Yoga tradicional que seis días a la semana invariablemente y sin posibilidad de escapatoria nos encontramos con una buena ristra de situaciones que nos desafían y en las que tenemos que tratar de negociar con esa dualidad, ese tira y afloja, ese sutil equilibrio entre esfuerzo y relajación al que se refiere Patanjali.</div>
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Sin embargo, no iré más allá en este tema porque en la reflexión del día de su cumpleaños Rama tampoco ahondó en el significado del <i>sutra </i>completo, sino que más bien se centró en la etimología de la palabra <i>sukha</i>. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_d6a6_4014_7ad9_82ed" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-BWqHIVxUbMA/XWHkgo86azI/AAAAAAAAC6s/77lknGKdryA3ZzbhITQ815rg0Q6BoVw1gCEwYBhgL/s1600/IMG_7728.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" id="id_890a_465a_6aa4_7dc2" src="https://1.bp.blogspot.com/-BWqHIVxUbMA/XWHkgo86azI/AAAAAAAAC6s/77lknGKdryA3ZzbhITQ815rg0Q6BoVw1gCEwYBhgL/s320/IMG_7728.JPG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tomás Zorzo en plena exposición.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
<i>Sukha </i>(<i>sukham </i>es su declinación en acusativo singular)<i> </i>se divide en dos términos: <i>su</i>, que viene a significar agradable, bueno, fácil y <i>kha</i>, que indica lugar o espacio. <i>Sukha</i>: espacio fácil, en contraposición a <i>dukha</i>: espacio difícil, un concepto central en las filosofías tanto hinduista como budista y que hace referencia al sufrimiento del ser humano causado por la ignorancia que resulta de la identificación con el vehículo corporal perecedero.</div>
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Tomás explicó que en el yoga todo se reduce a encontrar un espacio fácil. Asimiló el ser humano a una habitación vacía, un espacio rodeado de paredes y un techo. Mantener las paredes y el techo en buen estado es importante, por supuesto. Si no lo hiciéramos, las paredes se cuartearían, el techo se desmoronaría y nuestra habitación sería un auténtico desastre en el que anidarían toda clase de alimañas en forma de enfermedad. Por eso hacemos <i>asanas</i>. Para obtener salud, para no tener que preocuparnos por nuestra supervivencia y poder centrar nuestra atención en lo que verdaderamente importa.</div>
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Porque lo importante de una habitación, claro está, no son sus paredes. Lo importante es el contenido, lo que hay dentro. Al principio, la habitación está vacía y el espacio es amplio. Podemos movernos con comodidad y sin impedimentos y saltar, bailar. Se trata de un espacio <i>fácil</i>. Sin embargo, con el paso del tiempo nuestra habitación se va llenando de obstáculos en forma de <i>samskaras</i>, o experiencias que nos condicionan. Pensad por ejemplo en un niño recién nacido para el que no existen prejuicios, cosas buenas ni malas. El niño puede observar una cagada de perro en el suelo y recogerla. Cuando se la lleve a la nariz y la huela, a la boca y la saboree, o aparezca alguno de sus padres y lo reprenda, entonces el niño aprenderá que eso es algo malo que no debe tocar. A partir de ese momento en su habitación habrá un mueble: un espacio por el que ya sabe que no hay que pisar. Y a medida que avance la vida iremos acumulando más y más muebles, cosas, personas o actos que nos gustan y que nos disgustan, que deseamos pero que desgraciadamente no llegan y que aborrecemos pero que por mucho que queramos evitar inexorablemente acaban llamando a nuestra puerta; en definitiva, que nos perturban y que convierten a nuestra habitación en un espacio cada vez más incómodo y difícil. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_d252_115d_dd16_222a" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lbeC6uGaf6c/XWHkg3hqBgI/AAAAAAAAC6w/d09Eb8YJgPsbWQRNLByfH4cFNcYT6ez6gCEwYBhgL/s1600/IMG_7723.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" id="id_44f8_40ff_3841_2359" src="https://1.bp.blogspot.com/-lbeC6uGaf6c/XWHkg3hqBgI/AAAAAAAAC6w/d09Eb8YJgPsbWQRNLByfH4cFNcYT6ez6gCEwYBhgL/s320/IMG_7723.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una vista general del público asistente a la celebración en Oviedo.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
Rama hablaba en la <i>shala </i>de práctica de su centro de yoga en Oviedo en la que estábamos hacinadas como cien personas llegadas de todos los rincones de España para rendirle homenaje. <i>"Imaginaos"</i>, dijo, <i>"que toda la gente que estáis aquí, escuchándome en silencio, de pronto os pusierais a gritar, a saltar, a pegar patadas. Entonces habríais convertido un espacio tranquilo, relativamente fácil a pesar de todos los que estáis aquí, en un espacio incómodo, sumamente difícil."</i></div>
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<i><br></i></div>
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Mediante esta hermosa analogía Tomás venía a decirnos que en realidad el yoga no va sólo de volvernos más fuertes, más flexibles y ser capaz de colocar los pies detrás de la cabeza, sino de encontrar comodidad en el interior, de convertir nuestra mente en un espacio tranquilo libre de conflictos, en armonía con nosotros mismos, con las demás personas con las que nos relacionamos y con nuestro entorno y que, en resumidas cuentas, nos permita llevar una vida más plena y feliz. </div>
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Los yoguis de las leyendas se retiraban a la naturaleza renunciando a la posesión de bienes materiales y al contacto con la sociedad en una búsqueda de sí mismos. Tal vez uno pudiera pensar que el camino del eremita constituye una eficaz manera de vaciar la habitación y de mantener a raya las luchas internas. A los pies de una cascada, rodeado de flores y acariciado por el trinar de los pájaros, ¿quién no está en paz? Sin embargo, alejarse de las fuentes de conflicto no es garantía de que el conflicto no vuelva a surgir cuando te enfrentes a ellas de nuevo. Así, el hecho de que dejes en casa el móvil cuando te marchas de vacaciones no significa que no vuelvas a usarlo de forma compulsiva cuando esté de nuevo en tu mano; puede que incluso lo cojas todavía con más ganas. También, alejarte durante una temporada de ese familiar que tanto detestas no evitará necesariamente que se desate una nueva trifulca cuando os reencontréis. En realidad, el conflicto no se soluciona sorteando sus fuentes, sino modificando la manera en que te relacionas con ellas. El trabajo, por lo tanto, hay que hacerlo desde dentro. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_d804_478f_5fed_b975" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-JTFtX-6dM7k/XWHkffYfwDI/AAAAAAAAC6o/2-X7Gj9xjTYJcesAAgTtsGgg-d9UgKgBQCEwYBhgL/s1600/IMG_7753.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" id="id_4673_6a24_570a_ef53" src="https://1.bp.blogspot.com/-JTFtX-6dM7k/XWHkffYfwDI/AAAAAAAAC6o/2-X7Gj9xjTYJcesAAgTtsGgg-d9UgKgBQCEwYBhgL/s320/IMG_7753.JPG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Entrañable fotografía con Susana, Borja y sus hijos y Tomás y Camino.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
Todo esto me ha venido a la cabeza cuando se ha acercado el momento de iniciar una nueva temporada en Ashtanga Yoga Bilbao: la quinta desde que abriéramos puertas el 21 de septiembre del año 2015 que tan lejano parece ya.</div>
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<br>Me temo que lo he escrito numerosas veces, pero insistiré: la práctica de Ashtanga Yoga tiene el estigma de ser muy física, muy externa. Las <i>shalas </i>de Ashtanga Yoga a veces parecen más bien escuelas de circo o de acrobacia y muchas personas se sienten atraídas o repelidas a partes iguales por ello.<br>
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No todo es lo que parece, y detrás de una práctica tan física como la de Ashtanga Yoga hay mucho más. En este sistema de yoga, me atrevería a decir que tal vez como en ningún otro, se ofrecen los elementos necesarios para convertir una práctica aparentemente externa en una profunda experiencia de introspección:<br>
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La ejecución de una rutina que te has aprendido de memoria, la sincronización de cada movimiento con una inspiración o espiración largas, los puntos de enfoque a los que llevar tu mirada, las contracciones y relajaciones conscientes a efectuar en distintas partes de tu musculatura, la atención que has de prestar cada segundo a cada cosa que está sucediendo en ese preciso momento desde tu piel hacia dentro; el respeto que has de tener hacia tus límites y tu situación de ese día, pidiendo permiso en cada postura, no exigiendo ni forzando; la gestión de energía que tienes que llevar a cabo para no llegar agotado a las partes de mayor exigencia de tu práctica; el hecho de que sea el profesor y no tu ambición quien decida cuándo progresas para que tu práctica madure de forma honesta en base a tu realidad particular, tus circunstancias, tu compromiso y tu dedicación; aprender a sentirte satisfecho y agradecido por haber hecho tu práctica, simplemente por haberla hecho y con independencia de la forma externa de tus figuras o de lo que haya podido hacer el vecino...<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_255_9388_3d75_a430" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-HFDBmL2ETSg/XWHlfZTQOHI/AAAAAAAAC7A/fQzDnjA1t84p6Ugaz5qWQ-hfq9HtTSf5wCLcBGAs/s1600/cartel%2Bajustes%2Bfernando%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="842" data-original-width="1191" height="226" id="id_ed75_265b_e948_a427" src="https://1.bp.blogspot.com/-HFDBmL2ETSg/XWHlfZTQOHI/AAAAAAAAC7A/fQzDnjA1t84p6Ugaz5qWQ-hfq9HtTSf5wCLcBGAs/s320/cartel%2Bajustes%2Bfernando%2B%25281%2529.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Quinta temporada en Ashtanga Yoga Bilbao.</td></tr>
</tbody></table>
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El párrafo anterior se podía haber resumido en sólo dos palabras: <i>ashtanga yoga</i>: el yoga de los ocho pasos de Patanjali, todos los cuales están recogidos, de manera directa o indirecta, en los puntos citados. La frustración, la ira, el miedo, la impaciencia, la envidia, la ambición, la distracción, la pereza, la noción equivocada de que esto no es para ti porque ya eres demasiado mayor o quizás demasiado joven o poco flexible o muy débil, la vanidad por que has conseguido tal cosa y la decepción porque no tienes otra, la sensación de que el profesor te tiene manía y no te quiere enseñar y sin embargo al otro sí; de que hace mucho tiempo que estás atascado en lo mismo y que nunca lograrás hacerlo; que antes podías hacer tal cosa y ahora que te has torcido un tobillo o has ganado unos kilos ya no... Son cosas que tienen que surgir, que surgirán y sobre las que tendrás que trabajar. ¿Acaso no te encuentras con todo eso también en la vida? A las clases de Ashtanga Yoga siempre puedes dejar de ir, pero de lo que seguro no podrás escapar será de que sigas reproduciendo esos mismos patrones fuera de la <i>shala</i>. Y dime, ¿cómo esperas solucionarlo? Pues fíjate: sobre la esterilla, cada día, tienes una oportunidad.<br>
<br>
Esto es lo que enseñamos en Ashtanga Yoga Bilbao. Dentro del paquete va incluido lo de los lotos, las extensiones de espalda, los equilibrios sobre brazos y los pies detrás de la cabeza, sí, pero créeme, si tu aspiración es apuntarte para ver cuántas posturas eres capaz de acumular, aprender a hacer el pino puente o porque quieres conseguir un cuerpo diez para el próximo verano, te vaticino ya lo que va a pasar: que no llegarás a navidades porque te cansarás al cabo de más bien poco y preferirás apuntarte a esas clases de yoga con música tan divertidas del gimnasio o similar donde no se te plantea ninguna clase de conflicto y simplemente te obsequian con una entretenida coreografía de <i>asanas</i>. Ashtanga Yoga es para todo el mundo, pero a menudo no es lo que la gente espera, y mucho menos la gente occidental con toda esa educación competitiva y basada en conseguir más y más que se nos ha inculcado desde pequeños.<br>
<br>
Así que para todo esto comienza una nueva temporada este lunes 26 de agosto del 2019 en Ashtanga Yoga Bilbao. Son todavía fechas de vacaciones y me figuro que iréis regresando a cuentagotas. De hecho todavía mantendremos los horarios de verano durante todas esta semana; a partir del lunes 2 de septiembre regresarán los <a href="http://www.ashtangayogabilbao.com/horarios.php" target="_blank">horarios habituales</a> con clases de lunes a sábado por la mañana, mediodía y tarde.<br>
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Estamos preparando varios eventos especiales para esta nueva temporada que anunciaremos próximamente y que tendrán lugar a partir del mes de enero. Por el momento simplemente tenemos confirmado un <a href="http://www.ashtangayogabilbao.com/evento_iniciacion_092019.php" target="_blank">nuevo curso de iniciación</a> el fin de semana del 28/29 de septiembre.<br>
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Durante las últimas semanas antes del parón veraniego os anunciamos nuestra intención de volver a viajar a la India en este mes de diciembre. Sin embargo, no tuvimos suerte a la hora de enviar la solicitud de la web de Sharath Jois, por lo que nos quedaremos aquí. Ya escribiré acerca de ello con mayor profundidad en otra entrada.<br>
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<div style="text-align: justify;">
¡Eso es todo! Muchas gracias por haber leído hasta aquí. Acudas o no a nuestras clases, ¡tú también formas parte de Ashtanga Yoga Bilbao!</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-51346510482356293892019-07-07T18:12:00.000+02:002019-07-08T16:35:37.786+02:00Ashtanga Wars: “La línea tradicional” versus “La vieja escuela”.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-ysLXdyj32lk/XSErdMhV7qI/AAAAAAAAC5k/ji3lw9VzjxEdHLmiexEIelSbk3xNbUj7gCLcBGAs/s1600/pattabhi-jois-manju-sharat-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="333" height="320" id="id_73ba_239_1bc7_3849" src="https://1.bp.blogspot.com/-ysLXdyj32lk/XSErdMhV7qI/AAAAAAAAC5k/ji3lw9VzjxEdHLmiexEIelSbk3xNbUj7gCLcBGAs/s320/pattabhi-jois-manju-sharat-1.jpg" style="height: auto; width: 213px;" width="213"></a></div>
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Durante los últimos meses se ha escrito largo y tendido en este blog acerca del <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/03/el-metodo-tradicional-de-ashtanga-yoga.html" target="_blank">método tradicional</a> de enseñanza divulgado desde el KPJAYI de Mysore. Por un lado se trató de <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/04/evoluciones-o-distorsiones-lo-que.html" id="id_7d91_f04_6463_fb12" target="_blank">aclarar la confusión</a> entre el Ashtanga Yoga que enseñó Pattabhi Jois y otros estilos que tuvieron su origen en la misma práctica de Ashtanga Yoga, de la que tomaron algunos elementos y a la que incluso se asemejan de forma notable, pero que se distancian de sus principios fundamentales y con la que, por respeto a la genuinidad del método tradicional, no deberían de ser confundidos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br>
El método tradicional en sí ha sido discutido en varias entradas. En primer lugar <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/03/el-metodo-tradicional-de-ashtanga-yoga.html" id="id_cc39_46bc_9f04_4909" target="_blank">expusimos sus principales características</a> utilizando como fuente la página web de Sharath Jois, anteriormente del KPJAYI (de <a href="http://www.kpjayi.org/" id="id_6c44_5e7b_b5b3_38dc" rel="nofollow" target="_blank">www.kpjayi.org</a> pasó a <a href="http://www.sharathjois.com/" id="id_27b5_4350_82e2_ed48" rel="nofollow" target="_blank">www.sharathjois.com</a>). Sharath ha modificado recientemente la web y esa información no está disponible en este momento y no sabemos si volverá a estarlo, así que su inclusión en el blog sin duda fue una ocurrencia muy oportuna. Las entradas posteriores se han centrado en una investigación histórica en torno a los orígenes del método tradicional, analizando los <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/05/un-viaje-atras-en-el-tiempo-hacia-el.html" id="id_80b7_d741_6f19_2a7f" target="_blank">cambios acaecidos durante las últimas ocho décadas</a> de enseñanza de Pattabhi y su nieto Sharath Jois y <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/06/yogasanagalu-el-ashtanga-yoga-de.html" id="id_c5a4_d16d_ae97_5e68" target="_blank">desgranando el contenido del Yogasanagalu</a>, un libro de Krishnamacharya inédito fuera de la India que fue escrito en 1941 y que tiende un claro puente entre la enseñanza de Pattabhi Jois y su gurú. A estas dos entradas podría añadirse la que hace un tiempo se dedicó al <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2018/01/la-leyenda-del-yoga-korunta.html" target="_blank">Yoga Korunta</a>, el misterioso texto medieval que Krishnamacharya aprendió de Ramamohan Brahmachari y en el que presuntamente se basó el método de Ashtanga Yoga, completando así un interesante mosaico informativo del método tradicional, su origen y su evolución.<br>
<br>
El artículo que en estos momentos estás leyendo surge de la necesidad de explicar una situación un tanto compleja que a menudo se plantea dentro del sistema de Ashtanga Yoga: la diversidad de criterios entre profesores adscritos al mismo método tradicional. ¿Cómo que <i>diversidad</i>? ¿No se supone que todos los profesores y profesoras que han estado en Mysore han conocido el mismo método, bebido de la misma fuente, y que por tanto todos deberíamos comportarnos como clones, como réplicas exactas de Pattabhi y Sharath Jois capaces de reproducir palabra por palabra y gesto por gesto su manera de enseñar?</div>
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Esa clase de pregunta sólo se la puede plantear alguien que no ha practicado nunca Ashtanga Yoga, o que lo ha hecho durante muy poco tiempo y se ha conformado una opinión tremendamente sesgada basada en clichés: dado que la práctica de Ashtanga Yoga consta de secuencias cerradas de <i>asanas</i> que mantienen siempre el mismo orden y, puesto que para avanzar hasta la siguiente postura se espera que uno haya completado satisfactoriamente todo lo anterior, entonces los profesores tradicionales de Ashtanga Yoga nunca, y cuando digo nunca es nunca, dejarán a nadie avanzar más allá de <i>marichyasana D</i> a menos que consiga atarse sin ayuda y ni siquiera más allá de <i>utthita hasta padangushtasana</i> si no es capaz de mantenerse en equilibrio con la pierna estirada y su dedo gordo sujeto con la mano.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_4bb7_758_1f99_7d61" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-XS5P6t6JZPw/XSEqgM9eFUI/AAAAAAAAC5c/oi8kHJzPX0Q3vgMZfLhhlGEHEwoDaERFgCLcBGAs/s1600/Peter%2BSanson%2BSharathji%2BGuruji.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1107" data-original-width="1600" height="221" id="id_ebef_9edd_1aff_59ad" src="https://1.bp.blogspot.com/-XS5P6t6JZPw/XSEqgM9eFUI/AAAAAAAAC5c/oi8kHJzPX0Q3vgMZfLhhlGEHEwoDaERFgCLcBGAs/s320/Peter%2BSanson%2BSharathji%2BGuruji.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Peter Sanson junto a sus dos maestros: un jovencísimo Sharathji y Guruji.</td></tr>
</tbody></table>
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<b>La línea tradicional actual: un solo método, muchos profesores.</b></div>
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Cualquiera que haya practicado Ashtanga Yoga el tiempo suficiente sabe que no hay dos profesores iguales: Pattabhi Jois no era igual que Krishnamacharya, Sharath no es igual que Pattabhi y, por supuesto, Borja tampoco es igual que Sharath y ni Nines ni yo somos iguales que Borja; ni siquiera somos iguales entre nosotros dos. Y sin embargo, todos formamos parte del mismo linaje: Pattabhi aprendió de Krishnamacharya, Sharath de Pattabhi, Borja de Pattabhi y Sharath y nosotros de Borja, en cuyo regazo transcurrió la mayor parte de nuestra vida yóguica. Lo mismo se puede decir de otros tantos profesores y profesoras "tradicionales" que pueda haber en Tokyo, Buenos Aires o Barcelona: cada cual ha tenido un proceso de desarrollo único en el que han intervenido su carácter, su personalidad, sus circunstancias, la investigación que ha llevado a cabo como practicante, la influencia que en él han tenido sus profesores, las conclusiones a las que ha llegado a través de su propia experiencia enseñando, su habilidad, sus aptitudes, sus conocimientos, sus intuiciones... contribuyendo todo ello a convertirlo, sí, en alguien que transmite el método tradicional de Ashtanga Yoga, pero que lo hace a su manera única e irrepetible.<br>
<br>
¿La misma práctica pero profesores diversos? Una rueda de molino difícil de tragar para quienes se hayan hecho a la idea de que esto de Ashtanga Yoga consiste en ejecutar secuencias de <i>asanas </i>en un orden establecido y bajo una serie de normas rígidas que convierten al profesor en poco más que un muñeco reemplazable, en una figura hasta cierto punto prescindible porque dará igual estar con uno que con otro. Si fuera así, no tendría el menor sentido apuntarse a talleres o retiros con profesores distintos al tuyo que además cuestan un ojo de la cara y ni siquiera viajar a Mysore a conocer la fuente. Si bien por un lado reconozco, tal y como suele destacar Sharathji, quien aprendió de Pattabhi Jois y de nadie más, la importancia de consolidar una relación de muchos años con un maestro en quien se confíe, también me resulta interesante el contacto con otros profesores para enriquecerse con diferentes puntos de vista. Estoy de acuerdo en que el mejor maestro será la práctica diaria durante muchos años y que no habrá <i>workshop</i> ni <i>teacher training</i> que la sustituya, aunque al mismo tiempo que reconozco en Borja al maestro que me ha acompañado durante el grueso de mi singladura y quien más me ha influido, también reivindico el papel que han desempeñado en mi periplo personal maestros como Peter Sanson, Tomás Zorzo, Gabriella Pascolli, José Carballal y el propio Sharath Jois, a cuyos pies he practicado no pocas veces, quienes me han ofrecido valiosas aunque matizadas perspectivas del método tradicional de Ashtanga Yoga y sin los que, para bien o para mal, no sería el mismo.<br>
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La diversidad va un paso más allá cuando se toma en consideración la evolución histórica del método tradicional que ha sido expuesta en anteriores entradas. No hay discusión posible: a lo largo de las décadas la práctica de Ashtanga Yoga que enseñó Pattabhi Jois experimentó cambios que alteraron el método de enseñanza en mayor o menor medida. No hubo intromisiones por parte de terceras personas, sino que fue el propio Guruji y hasta Sharath quienes se encargaron de hacerlas en un proceso de adaptación a la realidad de los nuevos tiempos dentro de lo que se denominó el Ashtanga Yoga Research Institute - AYRI (Instituto de Investigación de Ashtanga Yoga). En los <i>posts</i> anteriores se han analizando los cambios cosméticos acaecidos en las secuencias de <i>asanas</i>, en el ordenamiento de las series, pero el asunto es todavía más complejo y atañe a los propios criterios de enseñanza, a lo que se espera inculcar en un estudiante y a las reglas o normas bajo las cuales una persona en concreto progresa a través de las series.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_c69f_d94_9abd_b45f" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-EBQI2us46ko/Wz-KMHMXjJI/AAAAAAAACVo/OeL03jvcNHYY0nlGgHRQe3_opG_62ElRQCPcBGAYYCw/s1600/Borja%2BPeter%2BJose.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="958" data-original-width="1080" height="283" id="id_3962_6a43_7394_5624" src="https://1.bp.blogspot.com/-EBQI2us46ko/Wz-KMHMXjJI/AAAAAAAACVo/OeL03jvcNHYY0nlGgHRQe3_opG_62ElRQCPcBGAYYCw/s320/Borja%2BPeter%2BJose.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Tres profesores de la línea tradicional muy queridos por nosotros: Borja, Peter y José. Retratados juntos en Ashtanga Yoga Madrid en mayo del 2018.</td></tr>
</tbody></table>
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De nuevo, el interesantísimo libro <i>Guruji: A Portrait of Sri K. Pattabhi Jois Through the Eyes of His Students</i> (<i>Guruji: Un retrato de Sri K. Pattabhi Jois a través de los ojos de sus estudiantes</i>) de Eddie stern y Guy Donahaye supone una impagable referencia histórica, con entrevistas a personas que fueron testigos de la enseñanza de Guruji en diferentes periodos y cuyos valiosos testimonios retratan la evolución de su enseñanza a través de las décadas. Repasemos a continuación las palabras de varios estudiantes, algunos de ellos muy queridos por nosotros, que estuvieron con Pattabhi Jois a partir de mediados de 1980 y que giran en torno a la misma cuestión metodológica:<br>
<br>
<i>"Te ayudaba a ser paciente. Practica, practica, practica. Necesitas tiempo. Esto es algo que algunos estudiantes sabían. Pasaban allí mucho tiempo. Necesitas tiempo para progresar a nivel físico y espiritual. Como occidentales, nuestra relación con el tiempo es que lo queremos todo rápido. Él decía; 'Mañana. No, mañana. Necesitas tiempo.' Él quitaba esta ansiedad. Te hacía enfrentarte a ella. Esto forma parte del cambio. '¡Quiero empezar la tercera serie!' Éste era mi caso. Vine muchas veces pero no me quedaba más de uno o dos meses. Cada vez que regresaba, tenía que volver a empezar desde el principio. Tardaba mucho tiempo en aprender un asana, y otro asana. No llegaban rápido y entonces tenía que volver a casa. Entonces, al año siguiente, lo mismo, quizás un asana más. (...)" </i>Tomás Zorzo. (Página 257)<br>
<br>
"<i>Abhyasa es una práctica consistente durante un largo periodo de tiempo con intenciones claras. Cualquiera que sea nuestra práctica, si la hacemos con constancia, incluso si es una pequeña práctica, obtenemos grandes beneficios. Llega un punto en que ciertos aspectos de la práctica se integran y Guruji me dijo que este punto es doce años. Después de doce años comenzamos a estabilizarnos en la práctica. (...)</i>" Annie Pace. (Página 321)<br>
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>"Ponía énfasis en ciertas cosas y tenías que hacerlas antes de que te avanzara. Buscaba un nivel de dominio en cada asana. Se fijaba más en los detalles de lo que la gente se pudiera imaginar. (...) Lo más importante que aprendí de Guruji fue la necesidad de tener paciencia. Una vez Guruji me mantuvo en el mismo asana durante siete años, lo que derribó un montón de barreras físicas y mentales. (...) Cuando al fin me avanzó hasta el siguiente asana, me di cuenta de que no importaba el asana en concreto; era más importante centrarse en el nivel de atención que uno lleva a la práctica. (...) Te hacía llamar a su oficina y te examinaba acerca de los nombres de los asanas, tenías que saber los nombres de los asanas (...) Y también te tenías que saber los vinyasas. (...) Te hacía trabajar en algo en concreto durante algún tiempo, y entonces cuando sentía que era necesario, corregía algo. Nunca tenía prisa. Cambiaba las cosas gradualmente, puede que en un periodo de seis meses tan sólo te diera una o dos instrucciones y poco a poco ajustaba las cosas. No en un día. Perseguía determinadas cosas, y cuando sentía que había llegado el momento, añadía algo más." </i>Peter Sanson. (Páginas 377-379)<br>
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Estos tres testimonios reflejan una realidad que las personas que hoy practican de acuerdo con el método tradicional conocen bien: en Ashtanga Yoga no hay prisas y se va avanzando de forma progresiva, frecuentemente a una velocidad mucho menor de lo que a nuestra ambición y a nuestro ego les gustaría. La práctica de <i>asanas</i> de Ashtanga Yoga se construye como una pirámide en la que las primeras hileras sostienen a las siguientes. Si se pasa de puntillas por encima de determinadas dificultades, sin trabajarlas, sin darles tiempo a madurarlas, mirando hacia otro lado evitándolas, se pagará más adelante, sino en lo inmediatamente siguiente sí cuatro <i>asanas</i> más allá, y al final la práctica se puede acabar convirtiendo en una sucesión de adaptaciones, trampas y cosas a medio hacer sin profundizar en ninguna. Por eso, el método tradicional aboga por consolidar la práctica y permitir que el proceso de purificación cree en el cuerpo los espacios suficientes para avanzar de forma segura. ¿Cuáles son los criterios, entonces? Los profesores y practicantes con experiencia seguramente ya estén familiarizados con ese conjunto de “reglas” no fijas que rigen la práctica tradicional de Ashtanga Yoga y que a menudo señalan puntos críticos de las series, hitos famosos por su dificultad y algunos de los cuales han de ser resueltos satisfactoriamente para seguir adelante, aunque a efectos de informar a los lectores ajenos a Ashtanga Yoga y a los posibles ashtanguis interesados en esta clase de tecnicismos, a continuación citaré algunos: <br>
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<li>Por supuesto, una persona ha de conocer la secuencia de memoria. Ya puede tratarse del sursuncorda o del mismísmo Nureyev y ejecutar cualquier <i>asana </i>sin esfuerzo, que si no recuerda por sí misma el orden, no continuará adelante. En Ashtanga Yoga se persigue que la persona se haga responsable, que se ocupe de su práctica, por lo que la dependencia en una referencia externa tal que un profesor o un póster que recuerden qué viene a continuación es lo primero que hay que erradicar como paso preliminar para que la práctica comience a replegarse desde lo externo hacia lo interno.</li>
<li>El estudiante también ha de conocer los <i>vinyasas </i>exactos de cada postura. No he visto nunca a Sharath hacerle a nadie un examen de nombres de <i>asanas </i>o de <i>vinyasas </i>a la manera descrita por Peter, pero sí que he sido testigo de cómo detenía una clase guiada porque una persona se había comido el <i>vinyasa</i> diez (<i>dasa</i>) de <i>supta konasana</i>, en el que se levanta la cabeza sin soltar los pies y se exhala inmóvil, y hacérselo repetir a ella sola mientras el resto de la clase aguardaba. Y de los profesores autorizados, por supuesto, se espera que sepan los <i>vinyasas </i>al dedillo; Borja me contó que durante el curso para profesores que impartió Sharath en verano del 2010 muchos se llevaron severos rapapolvos porque no eran capaces de continuar la cuenta de una clase guiada en el momento en el que él se lo indicaba.</li>
<li>En la postura de equilibrio <i>utthita hasta padangusthasana</i> la pierna cuyo dedo gordo se agarra está completamente estirada.</li>
<li>En las posturas de medio loto de pie (<i>ardha baddha padmottanasana</i>) y sentado (<i>ardha baddha padma paschimattanasana</i>) la mano de atrás tiene que agarrar al menos el dedo gordo del pie en loto. </li>
<li>En las posturas con medio loto <i>marichyasana B</i> y <i>D</i> las manos tienen que agarrarse, al menos con los dedos, y estar la rodilla en loto en el suelo.</li>
<li>En <i>navasana</i> se debe mantener el pecho erguido y las piernas estiradas pero cerca del cuerpo, pudiendo casi tocar los pies con las manos. En cada <i>lolasana</i> (<i>astau</i>) hay que alzarse sin tocar el suelo con los pies, incluido el último antes del salto atrás a <i>chaturanga</i>.</li>
<li>En <i>bhuja pidasana</i> la persona ha de ser capaz de subir y bajar por sí sola e ir a <i>bakasana</i> sin tocar el suelo con los pies.</li>
<li><i>Supta kurmasana</i> estará bien hecha cuando uno consiga cogerse manos detrás de la espalda y cruzar los pies delante de la cabeza (no hace falta que sea por encima). </li>
<li>En <i>garbha pindasana</i> se deben dar entre cinco y nueve vueltas hasta completar un giro de 360 grados sin quedarse escorado y sin separar las manos de la frente. Hay que ser capaz de alzarse a <i>kukuttasana </i>sin que las piernas en loto resbalen por debajo de los codos y en cualquier caso sin tocar el suelo con las rodillas o trasero.</li>
<li>En <i>baddha konasana</i>, las rodillas y la barbilla tocan el suelo.</li>
<li>En <i>upavistha konasana</i>, el pecho ha de llegar al suelo con los pies apuntando hacia el techo. En <i>uphavista konasana B</i>, las rodillas deben de estar estiradas durante todo el recorrido desde abajo hacia arriba. </li>
<li>Esto último es de aplicación también en <i>supta konasana</i>, <i>ubhaya padangushtasana</i> y <i>urdhva mukha paschimattanasana</i>, en las que la subida ha de efectuarse con las piernas completamente estiradas durante todo el recorrido.</li>
<li>En<i> setu bandhasana</i> las piernas han de estirarse del todo. Algunos profesores sostienen que las plantas de los pies tienen que apoyarse completamente en el suelo, aunque personalmente yo no lo hago y ni Sharath ni otros profesores me lo han corregido jamás.</li>
<li>Para pasar a la serie intermedia uno ha de ser capaz de levantarse desde <i>urdhva dhanurasana</i> y volver a caer en tres ocasiones sin ayuda, lo que se conoce como <i>drop backs</i>. De nuevo, algunas personas afirman que el infame <i>catching</i> es condición obligatoria, pero en mi experiencia personal no ha sido así; Sharath sólo me ha insistido en el tema del <i>catching</i> una vez llegué a <i>kapotasana</i>, ya en la serie intermedia.</li>
<li>En <i>pashasana</i>, las manos deben agarrarse. Luego, es más importante una buena torsión que llevar los dos talones al suelo, alguno constitucionalmente imposible para muchas personas.</li>
<li>En <i>bhekasana</i> uno tiene que ser capaz de agarrarse los dos pies con las manos apuntando hacia delante.</li>
<li>En <i>dhanurasana</i> y <i>parsva dhanurasana</i>, los pies no se separan.</li>
<li>En <i>laghu vajrasan</i>a, con los codos estirados, la cabeza ha de descender completamente hasta el suelo y tocarlo durante las cinco respiraciones. Después se ha de ser capaz de subir.</li>
<li><i>Kapotasana</i> no se considera completada hasta que las manos agarran al menos los talones: uno de los grandes desafíos de Ashtanga Yoga para muchos. En mi caso particular bastó hacerlo con ayuda para que Peter Sanson en Madrid y Sharath en Mysore me dejasen avanzar a la siguiente postura; tampoco necesitaba demasiada ayuda, todo sea dicho. De hecho, por aquel entonces podía hacer la postura completa por mí mismo al segundo intento y a día de hoy la hago a la primera si hace suficiente calor.</li>
<li>En <i>supta vajrasan</i>a las manos tienen que agarrar los pies en loto durante todas las subidas y bajadas, aunque se acepta recibir un poco de ayuda por parte del asistente dejando cierto de margen de subida a las rodillas o agarrando las muñecas.</li>
<li>En las dos variantes de <i>bakasana</i> los pies no han de tocar el suelo hasta el salto atrás a <i>chaturanga </i>y los codos permanecer estirados, con las rodillas cerca de los sobacos.</li>
<li>En <i>bharadvajasana </i>la mano por detrás sujeta al menos el dedo gordo del pie en loto y la palma de otra mano se apoya completamente en el suelo. </li>
<li style="text-align: justify;"><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En <i>eka pada sirsasana</i> el pie ha da mantenerse detrás de la cabeza sin ayuda de las manos durante toda la postura, incluida la subida final a <i>chakorasana</i> previa al salto atrás.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En <i>dwi pada sirsasan</i>a los pies tienen que estar lo suficientemente insertados y separados entre sí como para permitir la elevación de la cabeza. De forma similar, en <i>yoga nidrasana</i> los pies tocarán el suelo con los pies bien cruzados detrás de la cabeza.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En <i>titthibasana A</i> las piernas se mantienen estiradas y apuntando hacia arriba, no horizontales. En la <i>B</i> las piernas lo más estiradas posible sin perder el agarre de las manos, que tampoco han de soltarse cuando se camina en <i>C</i>. En <i>D</i>, los talones separados y manos tocándose.</span></li>
<li style="text-align: justify;"><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">A <i>pincha mayurasana</i> hay que subir, claro está, sin ayuda externa, aunque es válido tanto subir primero con una pierna como con las dos a la vez, esto último mucho más difícil. Luego, en <i>karandavasana</i> hay que ser capaz de bajar y de remontar la postura: uno de los grandes retos para muchos practicantes. Por lo que he visto en Mysore, hay gente a la que se le exige lo máximo: que en la subida no se le separen los codos, y gente a la que se le da por buena la bajada completa en solitario y una subida asistida o una bajada y subida parcial.</span></li>
<li style="text-align: justify;">En <i>mayurasana</i>, rodillas estiradas y ni barbilla ni pies tocan el suelo.</li>
<li style="text-align: justify;">En <i>nakrasana</i>, pies juntos durante todos los saltos.</li>
<li style="text-align: justify;">En <i>vatayanasa</i>, culo hacia dentro, manos alzadas y mirada hacia arriba.</li>
<li style="text-align: justify;">En <i>parighasana</i>, los codos no tocan el suelo.</li>
</ol>
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Y aquí me quedo, porque no llego más lejos en mi práctica personal y no tengo unas nociones tan claras de lo que viene a continuación.<br>
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Todo esto es muy matizable. Cuando varios párrafos más arriba hacía la afirmación categórica de que no existen dos profesores iguales, ahora también hay que rendirse a la evidencia de que tampoco se hallarán nunca a dos estudiantes iguales. En una cadena de montaje industrial es posible encontrar multitud de piezas idénticas, pero afortunadamente con los seres humanos esto no funciona así. La consecuencia directa es que Ashtanga Yoga no se aplica a todas las personas de la misma manera y que, por ejemplo, no será lo mismo que alguien empiece con veinte años que con cincuenta, que haya hecho gimnasia rítmica desde los doce años o que se haya pasado los últimos treinta años detrás de la ventanilla de un banco, que sea deportista o que tenga sobrepeso, que no tenga problemas físicos o que lleve media vida lidiando con escoliosis, hernias y protusiones. Con un determinado tipo de personas habrá que ser más estricto, exigirles aquello que pueden llegar a dar y que en buena parte de las situaciones es una mera cuestión de tiempo, de paciencia, mientras que con otros habrá que ser más comprensivo, más laxo, y levantar la mano. En todo caso, la enseñanza no tendrá marcada una agenda de plazos ni de objetivos, y es seguro que la gente, tarde o temprano, tendrá que llevar a cabo un ejercicio de interiorización y de dirigir la práctica no hacia los <i>asanas</i> sino hacia lo esencial: la conexión con la respiración y con lo que acontece desde la piel hacia dentro. Una de las ideas principales, sin duda entre las más importantes, no será otra que proteger a la gente. De sí misma. Ya hablaremos de ello en las siguientes entradas.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_5c66_1435_f78b_5b8a" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-lXjHJ6a9q0U/XE24RwGreVI/AAAAAAAACrA/SZEakzorUUMFO_6ZM4PqRWp1KdjL5QDDACPcBGAYYCw/s1600/David%2Band%2BManju.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="239" id="id_aec0_9072_376_147c" src="https://1.bp.blogspot.com/-lXjHJ6a9q0U/XE24RwGreVI/AAAAAAAACrA/SZEakzorUUMFO_6ZM4PqRWp1KdjL5QDDACPcBGAYYCw/s320/David%2Band%2BManju.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">David Williams y Manju Jois, estudiantes de Pattabhi Jois hasta la década de 1970 y dos de los grandes exponentes de la vieja escuela.</td></tr>
</tbody></table>
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<b>La vieja escuela — The old school.</b></div>
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Así es el método tradicional tal y como lo hemos conocido las personas de nuestra generación y tal y como se ha divulgado desde el KPJAYI de Mysore durante muchas décadas. Sin embargo, a la hora de analizar el método tradicional no nos podemos olvidar de otra línea defendida por no pocas personas y en la que se discrepa de muchos de los aspectos aquí reseñados. Se trata de un grupo no pequeño de antiguos estudiantes de Guruji que cuentan con muchos seguidores y que sí, que aprendieron de Pattabhi Jois en Mysore durante años pero que tuvieron una experiencia muy distinta a la que hemos tenido nosotros o a la que hayan podido tener gente como Borja y Peter Sanson, quienes acumulan entre veinte y treinta años de viajes al KPJAYI. Puede que esta manera de enseñar a muchos nos resulte exótica, por no decir extraña, pero merece todo mi respeto porque no fue una invención suya sino que la recibieron del mismísimo Pattabhi Jois y, nos guste o no, la realidad es que de hecho así fue durante un buen tiempo el Ashtanga Yoga genuino. Sin más preámbulo, leamos en primer lugar varios testimonios recogidos en el libro de Eddie Stern y Guy Donahaye que se corresponden con la manera en que Guruji enseñaba entre los años 70 y principios de los 80:<br>
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<i>"Llegué a Mysore y comencé a aprender. Estaba con Nancy Gilgoff y nos quedamos en Mysore durante cuatro meses. Aprendí la primera serie, la segunda serie y la mitad de la tercera serie además del pranayama. Me sentí muy afortunado porque (...) nos prestó mucha atención. Practicábamos dos veces al día además del pranayama y estaba tratando de aprender tan rápido como podía. (...) Aprendía llegando temprano y observando a otra persona practicar y memorizando las posturas que iban después de lo que yo hacía. Establecí la disciplina de tratar de aprender ocho posturas cada día y así es como logré aprender las dos primeras series y la mitad de la tercera en aquella ocasión. (...) Durante los seis años siguientes, hasta que terminé de aprender todo el sistema que enseña, invertí toda mi energía en ello."</i> David Williams. (Páginas 18-20)</div>
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<i>“No fue hasta principios de 1982 que fui capaz de ahorrar dinero suficiente para hacer ese primer viaje a Mysore. Para entonces, había estado haciendo la práctica durante cuatro años y ya había aprendido las tres primeras series. (...) Me quedé tres meses. Tuvimos un relación excelente y mi experiencia en la India fue magnífica. Llegué a la conclusión de que tenía que dedicarme a enseñar yoga. Al final de mi tiempo allí le pedí a Guruji si estaba dispuesto a concederme un certificado de enseñanza. Él vaciló un instante y finalmente accedió. En ese momento no fui consciente de que nunca antes había extendido un certificado para enseñar a ningún estudiante occidental, así que no fue hasta mucho después que me di cuenta de la importancia de aquel acontecimiento.”</i> Tim Miller. (Página 67)</div>
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<i>"Pattabhi Jois tenía alrededor de sesenta años, y a esa edad era como un adolescente lleno de energía, ¡guau! (...) Estábamos un total de tres estudiantes extranjeros y yo tenía treinta y un años y estaba entusiasmado y hambriento por este yoga y con ganas de más y así que él simplemente se dejó llevar. Nos enseñó muchísimos asanas, como si trajera asanas en una carretilla y nos los arrojara encima. Nos ajustaba en cada postura. Si alguien no podía hacer el salto atrás, los lanzaba atrás cada vez con sus manos. Tenía tanta energía que no sabía qué hacer con ella, así que decidió que no era suficiente con una práctica al día. Practicábamos dos veces al día e incluso eso no era suficiente. Practicábamos dos series cada vez: primera y segunda por la mañana, la avanzada A por la tarde, además de una hora de pranayama, y adicionalmente nos enseñaba cómo hacer nauli y neti."</i> David Swenson. (Página 90)</div>
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En estos tres testimonios se trasluce una realidad muy distinta a la de los estudiantes que conocerían más tarde a Guruji. ¿Tres series en cuatro años, ni qué decir en cuatro meses? ¿Prácticas por la mañana y por la tarde? ¿<i>Asanas</i> a paladas, ocho nuevos cada día? ¿Certificado para enseñar tras un primer viaje a Mysore de tres meses? Cualquier practicante actual pensará que están hablando de series de póker, no del Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois en el que todo el mundo, aunque lleve veinte años practicando y complete la cuarta serie, tiene claro que en su primer viaje a Mysore tendrá suerte si se le permite comenzar la serie intermedia.<br>
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Algunos de estos estudiantes antiguos sólo conocieron a Pattabhi Jois durante sus primeras décadas de enseñanza en unas circunstancias muy distintas de las que se vivirían después. Jamás regresaron a Mysore y no mantuvieron el contacto con su maestro y con la evolución que experimentaría en años posteriores. Muchos de ellos se dedicaron a enseñar Ashtanga Yoga y, como es lógico, lo hicieron de acuerdo con lo que ellos mismos habían vivido. En la actualidad siguen activos y claro, cuando oyen hablar de Mysore y de la manera en que se está enseñando allá cuarenta o cincuenta años después de su última clase con Guruji, se llevan las manos a la cabeza.</div>
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Un ejemplo paradigmático lo constituye Manju Jois, hijo de Pattabhi Jois. Nació en 1944 y estudió con Guruji hasta los treinta y un años de edad. Se contaba entre sus alumnos más avanzados, asistía a su padre en las clases y fue clave en la difusión de Ashtanga Yoga por el mundo al darlo a conocer en el año 1972 a través de una exhibición en un <i>ashram</i> de Pondicherry en el que se encontraban los que serían pioneros occidentales, con quienes entabló una gran amistad. Cuando Pattabhi Jois realizó su primer <i>tour</i> en California en 1975, Manju decidió quedarse en Estados Unidos, donde enseñó yoga y se casó, y jamás regresó a Mysore. Pattabhi Jois se quedó solo al frente de las clases, cada vez más mayor y cada vez con más alumnos hasta que, en 1989, un jovencísimo Sharath comenzó a asistirlo a instancias de su madre Saraswathi.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_9253_a39c_7193_e144" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-zviUnCuEPUI/XSEsWKrLLeI/AAAAAAAAC5s/gcTUoRNal2Q6De6Q3R3JMxMoitkSmKs2QCLcBGAs/s1600/Manju%2BPattabhi%2BJois.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="465" height="320" id="id_4f79_b4ac_ee98_13c2" src="https://1.bp.blogspot.com/-zviUnCuEPUI/XSEsWKrLLeI/AAAAAAAAC5s/gcTUoRNal2Q6De6Q3R3JMxMoitkSmKs2QCLcBGAs/s320/Manju%2BPattabhi%2BJois.jpg" style="height: auto; width: 212px;" width="212"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Manju Pattabhi Jois.</td></tr>
</tbody></table>
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Las siguientes palabras al respecto del método tradicional actual las pronunció Manju Jois en <a href="https://insayoga.com/manju-jois/" id="id_8485_b0dc_79c_d04" rel="nofollow" target="_blank">una entrevista que se le hizo en el año 2017</a> y en la que el conflicto queda perfectamente descrito:</div>
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<i>“Es una malinterpretación, no debes parar a los alumnos, porque si los paras se congelan. Se han inventado todas estas reglas que no estaban al comienzo. Puede que no llegues a todo al principio, pero tienes que seguir practicando, hasta conseguirlo. Si no la gente se desilusiona. Cuando un profesor te dice que tienes que dominar una postura para seguir, ese no es un buen profesor, porque no sabe cómo acercarse al estudiante. Esta gente trae un mal nombre al yoga.”</i><br>
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Desde el punto de vista de Manju se entiende que no tenga sentido la manera en que hoy se enseña en Mysore; durante mucho años él vivió una experiencia muy diferente y no se le puede echar nada en cara por que sus conclusiones hayan sido distintas. No obstante, cuando se le lee protestar parece como si en 1975 cuando se mudó a los Estados Unidos hubiera aparecido en Mysore otro profesor distinto de su padre al que le hubiera dado por imponer reglas arbitrarías que implicaban que los estudiantes progresasen a través de las series a menor velocidad, y sinceramente creo que se equivoca, porque la realidad es que no fue ningún alienígena, sino <i>el mismo</i> Pattabhi Jois, quien se vio en la necesidad de cambiar una manera de enseñar que, tal y como analizaremos, tenía muchos inconvenientes y estaba acarreando peligrosas consecuencias.</div>
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En labios de David Williams, profesor adscrito a esta línea <i>old school</i>, que estuvo en Bilbao el pasado mes de abril y a quien también conocimos en Madrid en el 2015, la razón por la que Guruji comenzó a enseñar más despacio y a establecer posturas “llave” a partir de las cuales no se avanzaba si la persona no era capaz de completarlas, no fue otra que para poder acomodar a un mayor número de estudiantes en el reducido espacio de la <i>shala</i> de Lakshmipuram e ingresar más dinero. Antes, la práctica de una persona podía durar alrededor de dos horas. Después, si al no ser capaz de atarse en <i>marichyasana D</i> no se le permitía continuar, entonces su práctica quedaba reducída a poco más de una hora y otra persona podía entrar enseguida a ocupar su lugar, con lo que la capacidad de la <i>shala</i> prácticamente se duplicaba y el timbre de la caja registradora no paraba de sonar... </div>
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¿Profesor malo o codicioso? Ni David Williams ni Manju Jois estaban allí ni vieron ni vivieron lo que pasó, y personalmente me parece una falta de respeto referirse así a su padre, a su gurú, a su maestro, a quien al fin y al cabo le deben su propio prestigio y profesión, y se atrevan a arrojar semejante sombra de duda sobre el camino que siguió una vez ellos ya habían partido, negándole la posibilidad de evolucionar. </div>
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Tal es así que, durante la estancia de David en Bilbao traté de hacerle ver que algunos puntos concretos en los que tanto él como Manju basan sus críticas están equivocados o al menos son sólo parcialmente ciertos. Durante una cena saqué a colación la manida cuestión de que en Mysore nadie avanza más alla de <i>marichyasana D</i> si no es capaz de atarse las manos y le dije que, simple y llanamente, semejante cosa es mentira. Quien afirma algo así o no ha estado nunca en Mysore o ha estado un solo mes y con una venda en los ojos, porque yo personalmente conozco a gente con nombre y apellidos que, sin poder atarse en <i>marichyasana D </i>debido a problemas en los meniscos, desde su primer viaje a Mysore pudo practicar <i>navasana</i> y más allá. Uno de ellos en la actualidad es un profesor autorizado y gran amigo mío que practica parte de la serie intermedia con Sharath, el cual conoce su afección de rodilla y entiende que no pueda hacer <i>marichyasana D</i> de forma completa ni <i>garbha pindasana</i> ni ninguna otra postura que implique un loto intenso. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Lo que ya no ocurre, claro está, es que una persona aprenda ocho posturas nuevas cada día y en un par de meses termine la tercera serie de cualquier forma. Durante su <i>workshop</i> en Bilbao David afirmó que durante su periodo de estudio con</span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> Guruji, con tal de que recordases la secuencia y fueses capaz de sostener la práctica energéticamente, es decir, no terminases derrengado y hubiera que llevarte a casa con una pala, continuarías añadiendo más y más </span><i style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">asanas</i><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> realizando las adaptaciones necesarias hasta completar la serie primera y la intermedia, las cuales comprenden un catálogo terapéutico completo aunque demasiado extenso como para comprimirlo dentro de una sola secuencia. Una vez ya dentro de las series avanzadas, la propia dificultad de las posturas establecería el límite de lo que cada uno debería hacer.... ¡Como si en la primera serie o en la intermedia no hubiese ya <i>asanas</i> suficientemente difíciles! En fin...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">La idea detrás de esto, hay que reconocerlo, resulta interesante: dado que las secuencias de <i>asanas</i> de Ashtanga Yoga fueron diseñadas para aportar diferentes beneficios físicos: fortalecer y flexibilizar la musculatura, depurar los órganos, purificar el sistema nervioso... entonces, ¿para qué cerrar la puerta o restringir parte de esos beneficios por el simple hecho de que a uno le cueste atarse en <i>marichyasana D</i> o sea incapaz de ponerse de pie desde <i>urdhva dhanurasana</i>? Mejor hacerlo todo con modificaciones que hacer menos y perderse los beneficios de todo lo que vendría después, ¿verdad? Por lo tanto, de acuerdo con esta línea de enseñanza que el propio Pattabhi Jois propugnó durante varias décadas, no existen posturas “llave” ni nada parecido cuya consecución sea condición necesaria para proseguir adelante y una persona continuará añadiendo más y más siempre que recuerde el orden.</span><br>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span>
<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_74c6_8901_b195_5465" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-kFgr1tf8dFU/XSEpgA_H5BI/AAAAAAAAC5U/_N1F85hl8tobiTtrDdIfHdz85B9smySpwCEwYBhgL/s1600/Sharath-Jois-yoga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="180" id="id_6cc9_c7bb_81fb_85ac" src="https://1.bp.blogspot.com/-kFgr1tf8dFU/XSEpgA_H5BI/AAAAAAAAC5U/_N1F85hl8tobiTtrDdIfHdz85B9smySpwCEwYBhgL/s320/Sharath-Jois-yoga.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sharath Jois en la<i> main shala</i> del KPJAYI, en pleno ajetreo.</td></tr>
</tbody></table>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br><b>Conclusiones: Menos es más.</b></span>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
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En contra de lo que sucediera en los primeros tiempos, la apuesta actual del KPJAYI va en una línea más sosegada, más prudente y en la que se pretende inculcar que con precipitación no se llega a ningún buen puerto. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué Pattabhi Jois evolucionó hacia otros criterios, hacia un ritmo de enseñanza distinto? ¿Por qué se dejaron de enseñar las posturas a manos llenas, se ejecutaran de manera correcta o no? ¿Por hacerse el importante? ¿Por fastidiar a la gente? ¿Para que terminasen su práctica lo antes posible y así aumentar la capacidad de la <i>shala</i>? O sea, ¿para recaudar más?<br>
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La explicación económica se me antoja ridícula. Cuando Pattabhi Jois enseñaba en Lakshmipuram en la <i>shala </i>apenas cabía una decena de personas y había largas colas y esperas para entrar que con la progresiva popularización de Ashtanga Yoga no hicieron sino crecer. Quizás, cuando hasta los oídos de los antiguos estudiantes empezaron a llegar rumores acerca de estos cambios de criterio y una cadencia de aprendizaje más lenta, hasta cierto punto es lógico que algunos pudiesen pensar que se trataba de la respuesta al problema de espacio, en especial los que ya habían dejado de ir a Mysore. Sin embargo, con la nueva <i>shala </i>en Gokulam la capacidad se multiplicó de golpe seis veces, y los nuevos criterios se mantuvieron, en especial a medida que la figura de Sharath Jois fue cobrando un mayor peso. Hoy día, cuando Sharath enseña en el KPJAYI hay entre 300 y 400 alumnos cada día, y la escuela está abierta desde las cuatro de la madrugada hasta el mediodía. Nosotros hemos estado allí en numerosas ocasiones y hemos practicado al ritmo que hemos querido; a veces, con lesiones, la práctica la hemos hecho más lenta, más consciente, más respetuosa, con más repeticiones. Nunca jamás nadie nos metió prisa ni vimos a Sharath decirle a nadie que terminase ya porque estaba tardando demasiado. Muchas personas, incluso, tienen una práctica especialmente larga, con toda la primera serie y un buen trecho de la intermedia. Una manera sencilla de hacer que estas personas acorten la duración de su práctica es enseñarles nuevas posturas de la serie intermedia para que hagan enseguida el <i>full split</i> (practicar sólo segunda serie). Y sin embargo, los que han estado ahí ya lo saben, Sharath nunca tiene prisa por hacerte avanzar.<br>
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La respuesta a esos interrogantes, tal y como nosotros lo entendemos, será vista con mayor amplitud en próximas entradas del blog aunque aquí ofrecemos un pequeño adelanto. En realidad se trata de una respuesta doble: filosófica y fisiológica. Desde el punto de vista filosófico, esta manera de enseñar es congruente con la aplicación de los <i>yamas </i>y <i>niyamas</i>, los principios fundamentales de conducta sobre los que se asienta el ashtanga yoga de Patanjali, y ofrece la oportunidad de trabajarlos desde una práctica que, para muchas personas, es simplemente física. Fisiológicamente, si se enseña con calma y se deja tiempo a que cada nueva postura sea convenientemente digerida, no es sino para reducir al mínimo la posibilidad de lesión y permitir que cada cuerpo se adapte de manera progresiva a una práctica que, no lo vamos a descubrir ahora, tiene una gran exigencia física.<br>
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Pattabhi Jois debió de llegar a estas conclusiones de forma natural dentro de su desarrollo como profesor. Ésta es mi hipótesis: Cuando Guruji comenzó a practicar con Krishnamacharya en Mysore, todos los estudiantes eran chicos jóvenes, estudiantes, militares, residentes del palacio y la mayoría se encontraba en buena forma física. Después, en la pequeña <i>shala </i>de su casa, estuvo enseñando a gente local durante veinticinco años antes de que llegasen los primeros occidentales. La forma de ser y circunstancias de los estudiantes indios junto a los que practicó en el Palacio de Mysore y a los que enseñó en su casa no tendría nada que ver con lo que vendría después. Los indios eran padres de familia, trabajadores, estudiantes de universidad, personas con problemas de salud o miembros de su familia, todos ellos gente que se sometía a su enseñanza a la manera india, es decir, con obediencia y respeto pero sin tomarse las cosas a la tremenda: disfrutaban del yoga como quien lleva a cabo un ritual diario sin tener depositadas grandes ambiciones en su práctica; después salían a la calle donde los esperaba su vida de verdad: trabajo, estudios y familia. Cuando Tomás Zorzo empezó a estudiar con Guruji en 1984 aún había mayoría de indios en la <i>shala</i>, y en cierta ocasión le escuché describir de la siguiente manera la situación que se respiraba en una <i>shala </i>en la que convivían indios y occidentales: <i>"Los indios practicaban como si estuvieran haciendo reverencias, dando gracias a la vida. Los occidentales, en cambio, practicaban como si en cualquier momento fuese a aparecer alguien con una cámara para sacarles una fotografía."</i> Creo que también fue Tomás quien nos contó esta otra anécdota: durante una clase guiada Guruji fui interrumpido por un cartero justo cuando se encontraba haciendo la cuenta de respiraciones para <i>sirsasana</i>, la postura sobre la cabeza. Tenía que ir a recoger un paquete o una carta a la oficina postal y, ni corto ni perezoso, abandonó la clase de la misma. Los indios, que en cuanto Pattabhi Jois se ausentaba de la <i>shala </i>en busca de café no tardaban en ponerse a charlar entre ellos, bajaron de <i>sirsasana </i>enseguida. Varios occidentales, en cambio, siguieron en <i>sirsasana </i>sin bajar, empecinados; nadie les había dicho que salieran de la postura. Al cabo de una buena media hora Guruji regresó de la oficina postal, y allí seguían en <i>sirsasana</i> mientras el resto de los estudiantes ya se había marchado. <br>
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En efecto, la llegada de occidentales debió de suponer un gran choque para Guruji. De pronto, llegaron hasta él una serie de personas extranjeras que por lo visto no tenían nada que hacer en la vida sino aprender su yoga. Entre sus prioridades no se contaba el trabajo, la familia ni los estudios, y estaban dispuestos a entregarle a Pattabhi Jois todo su tiempo y energía. Y por lo visto, y a tenor de los testimonios que hemos transcrito más arriba, Guruji se dejó llevar por el entusiasmo de estos estudiantes y empezó a enseñarles todo lo que podían digerir: montones de posturas nuevas, sesiones extra de <i>pranayama</i>, varias prácticas de <i>asanas </i>al día... Y su estómago parecía no tener fondo porque cada vez querían más.<br>
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¿Cuál fue la consecuencia directa de todo esto? No hace falta ser un genio: las lesiones. Si tenéis ocasión de hablar con sinceridad con los antiguos estudiantes de Pattabhi Jois, todos os dirán lo mismo: la gente se rompía. Esa idea de conseguir más, de acumular cada vez más <i>asanas</i>, se retroalimentaba y lejos de aplacar la sed, la exacerbaba y hacia que los cuerpos fuesen llevados al límite. La gente era animada a ir más allá, a conseguir aquello para lo que no estaban preparados aún, y Ashtanga Yoga se convirtió en una suerte de selva en la que imperaba la ley de selección natural: los más fuertes sobrevivían, el resto se quedaba apartado en la cuneta, deshecho, y no regresaba. El mismo Tomás, ya en la década de 1980 lo corrobora: Pattabhi Jois hacía ajustes brutales en muchos <i>asanas</i>, a menudo le daba la sensación de que estaba experimentando con ellos, y él mismo y varios de sus compañeros sufrieron graves lesiones de las que aún tienen secuelas. Esta cuestión de las lesiones y la dificultad a la hora de casar esta exigente disciplina con la competitiva mentalidad de Occidente se acabaría convirtiendo en un caballo de batalla cuyos ecos se alargan hasta el día de hoy. Un tema recurrente en las conferencias de Peter Sanson es que la mayoría de personas que practicaban a su lado cuando empezó ya no lo hacen, y no porque hubieran perdido la motivación o querido dejar la práctica de manera voluntaria, sino porque no fueron capaces de mantenerse en ella a largo plazo. José Carballal habló de lo mismo en el último taller al que asistimos: el ochenta por ciento de sus compañeros de práctica no sobrevivieron al paso del tiempo y quince años después muy pocos continúan: el enfoque hacia el aspecto físico de los <i>asanas </i>los desgastó.<br>
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Finalmente, Guruji tomó la decisión de parar el carro. La experiencia de las primeras décadas no debía de ser todo lo buena que cabía esperar y una nueva manera de enseñar fue cobrando forma. Su ayudante Sharath, que no había conocido los primeros tiempos (empezó a practicar en serio a partir de 1989) se convirtió en el gran defensor de este enfoque más sosegado. Tomás Zorzo fue testigo de esa especie de <i>transición </i>entre las dos maneras de enseñar. Recuerdo un par de anécdotas que nos contó: la primera de ellas cuando Guruji le preguntaba a la gente a ver porqué no hacía tal <i>asana </i>y la respuesta era que Sharath no les dejaba hacerlo todavía. La respuesta de Pattabhi Jois solía ir acompañada de una risita: <i>"Ah, Sharath, hehe."</i> Otras ocasiones, en cambio, surgía el conflicto, y Guruji discutía con Sharath para que no parara a los antiguos estudiantes a los que había enseñado en el pasado más de lo que Sharath consideraba prudente: <i>"Old student! Respect old students!" </i>(<i>"¡Antiguo estudiante! ¡Respeta a los estudiantes antiguos!"</i>)<br>
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Nuestra intención con este artículo y los que están por llegar, y me imagino que tal y como cabía esperar de una escuela autorizada por el KPJAYI, ha sido exponer las dos maneras en que se ha enseñado Ashtanga Yoga y explicar los motivos por los que, en nuestra opinión, el método tradicional tal y como lo enseñó Pattabhi Jois durante sus últimas décadas y tal y como ha continuado enseñándolo Sharathji hasta el día de hoy como cabeza visible del <i>parampara</i>, es el más adecuado para transmitir el método de Ashtanga Yoga porque de hecho es el resultado de un proceso de investigación que se ha llevado a cabo por parte de su divulgador principal durante casi un siglo aplicándolo a cientos, miles, decenas de miles de personas y porque está orientado a inculcar un hábito de práctica que se pueda mantener durante toda la vida. </div>
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Es decir, creemos que en esta manera de enseñar no hay lugar a los cortoplacismos, a los atajos ni a la consecución de objetivos rápidos y, a pesar de que reconozcamos que existan otras formas alternativas que puedan tener su razón de ser, preferimos defender con todas sus consecuencias aquello en lo que creemos, incluso si ello implica perder a alumnos o resultar menos interesantes comercialmente. Queremos que la gente que empiece a practicar Ashtanga Yoga lo haga no durante dos meses, un verano o un año, sino durante treinta, cuarenta, cincuenta años, y una de las primeras lecciones que tendrán que aprender para llegar a hacerlo es que la realidad honesta de cada uno en el momento presente no siempre se va a corresponder con las insaciables aspiraciones de la mente y el ego. En Ashtanga Yoga, al igual que en tantas otras esferas de la vida, menos es más.<br>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-23681003382486650492019-06-19T22:37:00.000+02:002019-11-26T22:01:03.578+01:00Yogasanagalu: El Ashtanga Yoga de Krishnamacharya.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-03flvcBFlhI/XPz-HXK6uiI/AAAAAAAAC14/rSENqDFe1Mc7WSa_1U2KEgbFZoKuneFNQCLcBGAs/s1600/Yogasanagalu%2BAnthony%2BSatya.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="878" data-original-width="540" height="320" id="id_9c6e_7f9c_d669_5211" src="https://1.bp.blogspot.com/-03flvcBFlhI/XPz-HXK6uiI/AAAAAAAAC14/rSENqDFe1Mc7WSa_1U2KEgbFZoKuneFNQCLcBGAs/s320/Yogasanagalu%2BAnthony%2BSatya.jpg" style="height: auto; width: 196px;" width="196" /></a></div>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span>
<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">El 24 de febrero de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, el semanario norteamericano Life publicó un insólito reportaje fotográfico titulado </span><i>“Hablando de fotografías... esto es yoga auténtico” (Speaking of pictures... this is real yoga)</i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">. El fotógrafo Wallace Kirkland había estado recorriendo la India durante seis meses documentando con su cámara el </span><i>"extraño museo de logros humanos y excentricidad que es India"</i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> y sus pies le habían llevado nada más ni nada menos que hasta la escuela que dirigía Krishnamacharya en el Palacio Jaganmohan de Mysore donde había tenido ocasión de fotografiar a varios de sus estudiantes realizando </span><i>asanas </i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">que, aunque a nosotros nos puedan resultar familiares, los lectores de Life de aquel entonces sin duda habrían estado de acuerdo en tildar de </span><i>excéntricas</i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">.</span><br />
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Estados Unidos desempeñó un papel protagonista en la Segunda Guerra Mundial, pero a comienzos del año 1941 todavía permanecía neutral (el ataque japonés contra Pearl Harbour tendría lugar en diciembre) y los vientos de guerra al otro lado del Atlántico soplaban lo suficientemente lejanos como para que los medios de difusión pudiesen ocuparse de asuntos triviales tal que el tratado en este reportaje, cosa que los entusiastas de Ashtanga Yoga actuales agradecemos enormemente por su gran valor documental. Si te interesa, puedes consultar la publicación original <a href="https://books.google.es/books?id=EEkEAAAAMBAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false" rel="nofollow" target="_blank">en el siguiente enlace (página 10 y siguientes)</a>. El texto que encabeza el artículo es el siguiente:</span><br />
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_719f_308_92f4_59b6" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-47KGYY0R7kc/XPz0VI9Ia_I/AAAAAAAAC1k/t-3Ez1R4TWY-uDt-882bWQorWTIiS52twCLcBGAs/s1600/Life%2Bmagazine%2BThis%2Bis%2BYoga%2B1941%2B10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1162" height="320" id="id_bb18_8ffa_54eb_2026" src="https://1.bp.blogspot.com/-47KGYY0R7kc/XPz0VI9Ia_I/AAAAAAAAC1k/t-3Ez1R4TWY-uDt-882bWQorWTIiS52twCLcBGAs/s320/Life%2Bmagazine%2BThis%2Bis%2BYoga%2B1941%2B10.jpg" style="height: auto; width: 232px;" width="232" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera página del artículo fotográfico sobre los estudiantes de Krishnamacharya publicado en la revista Life en febrero de 1941.</td></tr>
</tbody></table>
<i><br />"Estas fotografías suponen un catálogo de veinte de las incontables posturas retorcidas mediante las cuales el alma de un yogui indio busca escapar de la prisión inmortal de su cuerpo humano. Muestran el yoga no como el espectáculo callejero de medio pelo de un fákir barbudo, sino tal y como se practica en su forma más pura por parte de jóvenes y gráciles devotos de una religión honorable. [...]</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><i><br /></i></span>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><i><span style="vertical-align: inherit;"><span style="vertical-align: inherit;">El término yoga, mediante conexiones con las lenguas arias, da origen al término "yugo" y significa precisamente eso. El yoga busca literalmente unir el alma del individuo con el alma del universo que todo lo impregna. Este estado de gracia se consigue sólo después de la muerte por parte de quien durante su vida ha extinguido con gran celo el deseo carnal por vivir. Puede saborearse antes de la muerte mediante el trance extático que un yogui experimentado alcanza a lo largo de una vida de disciplina física y mental. Al contrario de otros cultos hindúes, el yoga no sólo postula la mera subyugación ascética del cuerpo al anhelo del alma. Su catálogo de contorsiones se entiende mejor como ejercicios que pretenden que el cuerpo esté sano, sereno y libre de enfermedades y desórdenes que puedan distraer al alma con preocupaciones carnales. </span></span></i></span><br />
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><i><br /></i></span>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><i>Los yoguis que se muestran aquí fueron fotografiados en la escuela de Mysore, que recibió el apoyo de Sri Kanthirava Narasimharaja Wadiyar Bahadur, Maharajá de Mysore y el Príncipe hindú más grande de la India. Se demuestran posturas avanzadas a las que pocos yoguis hoy dedican tiempo suficiente como para llegar a dominarlas. Son ejecutadas de una manera tranquila, sosegada y mantenidas durante largos periodos de tiempo. Cada postura ha sido pensada para otorgar un beneficio concreto, pero el resultado general es un físico tan bien tonificado como el de cualquier atleta norteamericano. También conceden un extraordinario control sobre tanto la musculatura voluntaria como la involuntaria. Un ejemplo típico es el control del diafragma, mediante el cual un yogui puede reducir el ritmo de la respiración desde alrededor de 1.100 respiraciones por hora hasta 76 y, con disciplina mental, lograr un trance de unión dichosa con el alma del universo." </i></span><br />
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_f97f_19c0_806b_637e" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-BaFHkdGKtas/XPz0YIhqN0I/AAAAAAAAC1o/xG9Vadb45-AbvdhZsp4DPKOF8KaOT8hrgCEwYBhgL/s1600/Life%2Bmagazine%2BThis%2Bis%2BYoga%2B1941%2B11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1164" height="320" id="id_5e6b_9964_f291_576e" src="https://1.bp.blogspot.com/-BaFHkdGKtas/XPz0YIhqN0I/AAAAAAAAC1o/xG9Vadb45-AbvdhZsp4DPKOF8KaOT8hrgCEwYBhgL/s320/Life%2Bmagazine%2BThis%2Bis%2BYoga%2B1941%2B11.jpg" style="height: auto; width: 232px;" width="232" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Colección de fotografías con espectaculares posturas que Krishnamacharya enseñaba y que hoy forman parte de las series de Ashtanga Yoga. Si sabes inglés, merece la pena ampliar la imagen y leer los pies de foto.</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">A pesar de que el artículo no cite expresamente a Krishnamacharya y sí a su patrocinador el Maharajá Jayachamarajendra Wadiyar (sobrino y sucesor de Krishnaraja Wadiyar IV, promotor original de Krishnamacharya fallecido en 1940), sin duda supone una de las más tempranas referencias que ha habido en Occidente, sino la más temprana, al yoga de Krishnamacharya. El momento histórico no era el más idóneo y, a pesar de lo espectacular de las imágenes, se entiende que el reportaje no suscitara el interés del público más allá de una lectura ligera de domingo: los acontecimientos bélicos aún acapararían toda la atención durante varios años y se puede afirmar que el mundo no estaba maduro para el yoga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En este reportaje fotográfico de la revista Life hay, sí, un buen puñado de muestras gráficas de lo que se puede interpretar como el “Ashtanga Yoga” de Krishnamacharya. De hecho, todos los <i>asanas</i> fotografiados se pueden localizar dentro de alguna de las series de Ashtanga Yoga actuales. Sin embargo, en este <i>post</i> no se pretendía simplemente sacar a la luz esta curiosa publicación, sino otra todavía más desconocida, de hecho a día de hoy inédita, y mucho más relevante, que casualmente también fue publicada en el mismo año 1941 y cuyo autor fue el propio Tirumalai Krishnamacharya: el <i>Yogasanagalu</i> o <i>La Gema de las Asanas de Yoga</i>, un texto que me ha tenido absorto durante las últimas semanas, sino meses, </span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">y que me ha parecido crucial para demostrar y </span>entender <span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">la conexión, a veces puesta en duda, entre Pattabhi Jois y su gurú Tirumalai Krishnamacharya.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span>
<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_ad3a_1430_9a69_4528" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-dwN-ZXQFPfg/XQqaqCT81II/AAAAAAAAC3c/rGRi72mdCq43VXet7AAp00-QdftnH-JUACLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Byoung.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="874" data-original-width="522" height="320" id="id_1396_8056_e109_b8a0" src="https://1.bp.blogspot.com/-dwN-ZXQFPfg/XQqaqCT81II/AAAAAAAAC3c/rGRi72mdCq43VXet7AAp00-QdftnH-JUACLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Byoung.jpg" style="height: auto; width: 191px;" width="191" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El joven Krishnamacharya. Las fotografías de <i>asanas </i>que ilustran el artículo a partir de aquí fueron publicadas en el Yogasanagalu en su edición 1972 cuando Krishnamacharya contaba con... ¡84 años! Personalmente, me parecen más espectaculares que las de la revista Life; a esa edad ni siquiera creo estar vivo.</td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><b>Del Yoga Makaranda al Yogavali: la obra escrita de Krishnamacharya.</b></span></div>
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<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br /></span>
Sobre Krishnamacharya se ha hablado y escrito mucho. Este blog es una buena muestra de ello. La Krishnamacharya Yoga Mandiram, una asociación creada en 1976 por su hijo TKV Desikachar, se ha encargado de preservar para la posteridad el gran legado de Krishnamacharya y durante décadas ha realizado una gran labor de rescate, memoria, conservación, traducción y divulgación.<br />
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Cuando viajamos a Mysore siempre nos dejamos caer por las principales librerías y, en cuanto vemos una publicación que desprenda el más leve aroma a Krishnamacharya, no dudamos en comprarla A menudo, no obstante, son libros tales como <i>Health, Healing and Beyond</i> o <i>The Yoga of the Yogi</i>, en los que se habla <i>acerca de </i>Krishnamacharya y están repletos de interesantes recuerdos y testimonios pero, dato importante, <i>no</i> han sido <i>escritos por</i> Krishnamacharya y por lo tanto no son fuentes de primera mano.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
A tenor de lo que hay disponible a día de hoy tres décadas después de su muerte, cualquiera podría llegar a la conclusión de que la obra de Krishnamacharya, quien recordemos vivió durante más de cien años y fue un reputado intelectual, fue escasa. Pese a que tampoco se pueda decir que fuera un autor prolífico, sí que escribió bastante más de lo que cabe inferir a partir de lo que uno puede encontrar hoy asomándose por las librerías de Occidente. <a href="http://www.sutrajournal.com/krishnamacharyas-yoga-rahasya-by-eric-shaw#_edn1" rel="nofollow" target="_blank">Algunas fuentes</a> afirman que Krishnamacharya escribió varias decenas de textos, aunque también reconocen que la mayoría se trata de obras menores. Nosotros tenemos, por ejemplo, un pequeño poemario titulado Yoganjalisaram que no cuenta con mucho más de treinta poemas de unos pocos versos cada uno. Es un librito de poca monta en el que el comentario de cada poema escrito por Desikachar “pesa” tres o cuatro veces más que el poema en sí y que, para variar, resulta sumamente difícil de localizar hasta el punto de que la última vez que estuvimos en Mysore quise regalarlo y no pude encontrarlo. Por lo visto Krishnamacharya escribió un segundo libro de poemas titulado Dhyanamalika que no he visto nunca y parece que además fue autor de un significativo número de <a href="http://krishanamcharysaoriginalashtanga.blogspot.com/p/on-this-page-some-krishnamacharya.html" rel="nofollow" target="_blank">escritos menores</a> que se podrían calificar de poco más que panfletos, entre ellos varios comentarios a textos clásicos y un inédito librito titulado Yoganjali. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_cf21_cec8_8227_7bc7" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-pNWw3eCOKBo/XQqcRx-tm2I/AAAAAAAAC4A/5b5eSMJRuO8smeDujx2b-Y5DgwusOlpRQCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bpurvattanasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="614" data-original-width="844" height="232" id="id_3cf2_16dd_21bc_d766" src="https://1.bp.blogspot.com/-pNWw3eCOKBo/XQqcRx-tm2I/AAAAAAAAC4A/5b5eSMJRuO8smeDujx2b-Y5DgwusOlpRQCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bpurvattanasana.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Purvattanasana.</i></td></tr>
</tbody></table>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El problema principal con la obra de Krishnamacharya es la ausencia de traducciones. Sus obras fueron publicadas originalmente en idioma <i>kannada</i> o <i>tamil</i> y, por motivos que desconozco, durante décadas nadie se molestó en traducirlas a otros idiomas, de manera que un amplio porcentaje todavía hoy permanece en la sombra para la mayor parte del mundo no indio. Entre las obras mayores escritas por Krishnamacharya se cuentan cuatro libros que versan en torno a la práctica de yoga, a saber: </div>
<div style="text-align: justify;">
<ul>
<li>Yoga Makaranda - El Néctar del Yoga (1934). </li>
<li>Yogasanagalu - La Gema de los Asanas de Yoga (1941).</li>
<li>Yoga Rahasya - El Secreto del Yoga (Publicado en 1998, probablemente escrito en 1937).</li>
<li>Yogavali - La Esquina del Yoga (1988). Un solo capítulo; Krishnamacharya fallecería en 1989 sin terminarlo.</li>
</ul>
Entre estos últimos cuatro a día de hoy tan sólo el Yoga Makaranda cuenta con una gran difusión. Fue traducido al inglés por Desikachar y publicado en el 2011, una fecha terriblemente tardía casi ocho décadas después de su edición original en <i>kannada</i>. Por su parte, el incompleto Yogavali y el Yogasanagalu parecen no haber sido traducidos nunca mientras que del Yoga Rahasya tan sólo he encontrado una edición en francés que en lo que a mí respecta es lo mismo que si estuviera en ruso. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_e12e_756_155c_12f0" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-p5xIe03lV54/XQqcbYVeuTI/AAAAAAAAC4I/-MgBfadKU5E9q8Y_F8k-rbc9nOb5J2SdQCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bjanu%2Bsirsasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="831" data-original-width="1056" height="251" id="id_6389_7669_9dce_14d1" src="https://1.bp.blogspot.com/-p5xIe03lV54/XQqcbYVeuTI/AAAAAAAAC4I/-MgBfadKU5E9q8Y_F8k-rbc9nOb5J2SdQCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bjanu%2Bsirsasana.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Janu sirsasana A.</i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
El Yoga Makaranda, por tanto, se ha erigido durante la última década en el referente por antonomasia de la obra escrita del conocido como padre del yoga moderno. Además, fue publicado durante la época dorada de Krishnamacharya a los cuarenta y cinco años de su madurez física: los años de Mysore, en los que disfrutó del apoyo del Maharajá y estuvo al cargo de la mítica escuela de la que tanto se habla hoy y a la que, como hemos visto, la revista Life dedicaría un espectacular reportaje siete años más tarde. El joven Pattabhi Jois también acababa de llegar a Mysore donde se había reencontrado con su viejo gurú y a cuyo lado reanudaría los estudios de yoga. La lógica dicta que el Yoga Makaranda debería de recoger precisamente todo aquello que Pattabhi Jois estaba destinado a aprender.<br />
<br />
Sin embargo, a los arqueólogos de Ashtanga Yoga interesados en rastrear el origen del método divulgado por Pattabhi Jois, el Yoga Makaranda les deja -nos deja- un sabor agridulce, porque si bien sí se reconocen en él numerosos elementos de la práctica actual de Ashtanga Yoga como cuarenta y dos <i>asanas </i>y sus secuencias de pasos o <i>vinyasas</i>, en cambio no permite establecer la relación directa que cabría esperar entre el yoga de Krishnamacharya y el Ashtanga Yoga que popularizaría Pattabhi Jois, con unas series de <i>asanas </i>definidas (primera, intermedia y avanzadas) y un método aplicable a todas las personas en un orden concreto pero que cada una aprendería paso a paso de acuerdo con sus circunstancias, sino que más bien parece proporcionar un catálogo de posturas de las que el profesor deberá extraer secuencias acordes con las necesidades del estudiante por el estilo del Viniyoga o el Vinyasa Krama que Desikachar y Ramaswami divulgarían varias décadas más tarde. De hecho, a lo largo del texto Krishnamacharya referencia en numerosas ocasiones los conceptos de <i>Vinyasa </i>(paso) y <i>Krama </i>(secuencia), pero no emplea nunca el término Ashtanga Yoga para definir ninguna práctica de <i>asanas</i>, lo que refuerza esta impresión.<br />
<br />
Más todavía, al comienzo del libro Krishnamacharya cita un total de veintisiete textos yóguicos que le han servido en el proceso de redacción y, sorprendentemente, entre ellos no figura el misterioso Yoga Korunta al que Pattabhi Jois siempre aludía como fuente principal del método. ¿Mintió Pattabhi Jois o hay algo que se ha estado pasando por alto desde, digamos, los últimos setenta y ocho años?<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_cf17_3d1b_3cc9_b915" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ocmmRX84X1U/XP0CH4D2mxI/AAAAAAAAC2E/O8MBk9dYpXMglFDFDxqACDG6aYu6YC0EQCLcBGAs/s1600/Yogasanagalu%2Btitulo%2B5.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="887" data-original-width="567" height="320" id="id_520d_8f58_ddb1_23b8" src="https://1.bp.blogspot.com/-ocmmRX84X1U/XP0CH4D2mxI/AAAAAAAAC2E/O8MBk9dYpXMglFDFDxqACDG6aYu6YC0EQCLcBGAs/s320/Yogasanagalu%2Btitulo%2B5.jpg" style="height: auto; width: 204px;" width="204" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Página 5 del Yogasanagalu con la información editorial en inglés de esta edición 1981.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>Yogasanagalu: el eslabón perdido.</b><br />
<br />
En 1941, el mismo año que el reportaje de Wallace Kirkland vio la luz en la revista Life, fue publicado un libro de Krishnamacharya llamado <i>Yogasanagalu </i>- <i>La Gema de los Asanas de Yoga</i>. En la fecha de publicación del Yoga Makaranda la escuela de Krishnamacharya en el Jaganmohan Palace de Mysore apenas llevaba un año abierta, pero para 1941 ya llevaba ocho años en pleno rodaje y por las expertas manos de Krishnamacharya habían pasado varios centenares de alumnos, algunos de los cuales se habían convertido en los experimentados practicantes de las fotografías al comienzo de este <i>post </i>y entre los cuales se encontraba el mismo Pattabhi Jois. El Yogasanagalu, en consecuencia, fue escrito tras la consolidación de Krishnamacharya como profesor de una escuela de yoga abierta a amplios grupos de estudiantes. A nada que hiciera referencia a la enseñanza de Krishnamacharya en aquellos momentos, el Yogasanagalu debía de hacer honor a su nombre y encerrar más de una piedra preciosa digna de ser contemplada.</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El Yogasanagalu tuvo cuatro ediciones, las últimas dos publicadas en 1972 y 1981 y revisadas por el propio Krishnamacharya. A pesar de ello, nunca se tradujo al inglés desde el <i>kannada</i> original ni se publicó fuera de la India. A todos los efectos, para los no indios era un libro perdido.<br />
<br />
Anthony Grim Hall, profesor de yoga y reconocido <i>blogger</i>, desempeñó un papel protagonista en toda esta historia cuando hace cosa de siete años subió a su blog un ejemplar escaneado de la última edición del Yogasanagalu que había llegado a sus manos a través de uno de sus lectores. Estaba en <i>kannada </i>y por tanto, resultaba indescifrable, pero la casualidad quiso que entre las seguidoras de Anthony se contara una generosa mujer de Mysore llamada Satya Murthy que se ofreció a traducir el texto. Al cabo de varios meses de estrecha colaboración entre los dos concluiría el “<a href="https://grimmly2007.blogspot.com/p/yogasanagalu-translation-project.html" rel="nofollow" target="_blank">Proyecto de Traducción</a>" (<i>Translation Project</i>) del Yogasanagalu, dejando sus secretos al descubierto más de siete décadas después de su publicación.<br />
<br />
Desde su primera página el Yogasanagalu me ha dejado boquiabierto; se trata de un documento de valor incalculable que responde preguntas, disipa dudas y tiende un claro puente entre las enseñanzas de Krishnamacharya y Pattabhi Jois a un nivel mucho mayor de lo que ocurre en el Yogamakaranda. Al mismo tiempo el Yogasanagalu evidencia grandes diferencias y contradicciones respecto al metodo tradicional que conocemos hoy, lo cual unido a los cambios que se discutieron en la <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/05/un-viaje-atras-en-el-tiempo-hacia-el.html" target="_blank">anterior entrada</a> sugiere una evolución a lo largo de las décadas que no se limitó a Pattabhi Jois y que en algunos aspectos fue radical. En pocas palabras: el Yogasanagalu constituye una pieza maestra del puzzle, imprescindible para comprender la transición del método de Ashtanga Yoga desde Krishnamacharya hasta Pattabhi Jois.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_d34_e176_efaf_fd35" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-CFqFR2uzccQ/XP0EarzxwfI/AAAAAAAAC2Q/cMHlESFCFm8HQ0TtGoq1wz_8V7uB6_zxwCLcBGAs/s1600/Yogasanagalu%2BYoga%2BKorunta%2B9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="889" data-original-width="583" height="320" id="id_d8a5_8007_396c_976f" src="https://1.bp.blogspot.com/-CFqFR2uzccQ/XP0EarzxwfI/AAAAAAAAC2Q/cMHlESFCFm8HQ0TtGoq1wz_8V7uB6_zxwCLcBGAs/s320/Yogasanagalu%2BYoga%2BKorunta%2B9.jpg" style="height: auto; width: 209px;" width="209" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Página 9 del Yogasanagalu con el detalle de la bibliografía.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
Tan pronto como en la página 9, el Yogasanagalu me hizo caer de culo. En el artículo acerca del <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Yoga_Makaranda" rel="nofollow" target="_blank">Yoga Korunta en Wikipedia</a> aparece esta frase: <i>"De acuerdo con el libro </i>Yoga Body: Los orígenes de la Práctica de Posturas Moderna<i> de Mark Singleton, este legado de Krishnamacharya es una de las bases para las "luchas de poder" entre las escuelas rivales de yoga moderno; comenta que es sorprendente que Jois u otros discípulos no hicieran copias del valioso documento </i>(el Yoga Korunta)<i> y que Krishnamacharya ni siquiera se molestara en citarlo en su Yoga Makaranda de 1934"</i>, cosa que es cierta y de la que ya he hablado anteriormente; en la bibliografía del Yoga Makaranda Krishnamacharya cita veintisiete libros y el Yoga Korunta no aparece entre ellos, lo cual resulta un tanto vergonzoso desde el punto de vista de la tradición de Ashtanga Yoga habida cuenta de que Krishnamacharya y el misterioso Yoga Korunta constituyen dos de sus pilares fundamentales. Pues bien, ¿qué bibliografía cita Krishnamacharya en el Yogasanagalu de 1941? Veamos qué dice la susodicha página 9:<br />
<div>
<br /></div>
<i>No intenté un detallado repaso de todos los antiguos textos de yoga puesto que haría que este libro fuera muy largo y quizás aburriría a los lectores. Por favor, disculpadme. Este escrito se basa principalmente en los siguientes textos:</i><br />
<ul>
<li><i>Patanajayogasutra.</i></li>
<li><i>Hathayogapradipika.</i></li>
<li><i>Rajayogaratnakara.</i></li>
<li><i><b>Yogakuranti.</b></i></li>
<li><i>Upanishads relacionados con yoga.</i></li>
<li><i>Aprendizaje obtenido de mi Gurú y mi propia experiencia.</i></li>
</ul>
En negrita queda marcada la irrefutable referencia bibliográfica al Yoga Korunta por parte de Krishnamacharya. ¡Por favor, que Mark Singleton lea esto y alguien corrija la entrada de Wikipedia!<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_5457_a8be_a06c_cf82" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-zj-rnfrtwjg/XQqcCgzLzGI/AAAAAAAAC38/nfuP7-YrszI8cnpjrUbedzTr3Gzrp9D6ACLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bardha%2Bmatsyendrasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="708" data-original-width="965" height="234" id="id_2708_a797_1d0e_7ba7" src="https://1.bp.blogspot.com/-zj-rnfrtwjg/XQqcCgzLzGI/AAAAAAAAC38/nfuP7-YrszI8cnpjrUbedzTr3Gzrp9D6ACLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bardha%2Bmatsyendrasana.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Ardha matsyendrasana.</i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
En las páginas inmediatamente siguientes (entre la 2 y la 8 de la traducción al inglés) Krishnamacharya deja un verdadero rastro de perlas sin el menor desperdicio:<br />
<br />
<i>"El Maharaja de nuestro estado de Karnataka, su alteza Sri Krishna Rajendra, un defensor entusiasta del yoga que ha practicado este <b>Patanjala ashtanga yoga</b> durante muchos años bajo su gurú y ahora con el deseo de que sus súbditos también se beneficien de esta práctica ha iniciado 1) La Patha Shala de Sánscrito del Maharaja 2) La Yoga Shala del <b>Palacio Jaganmohana</b> 3) La Patha Shala de Sánscrito de Bangalore 4) La universidad de Mysore 5) La Yoga Shala de Chitradurga y para contribuir a la práctica de yoga ha ordenado la publicación y propagación de los libros Yogamakaranda, Yogasanagalu y Yoganjali en kannada (...)</i><br />
<i><br /></i>
<i>El autor de todos estos libros es también el profesor de yoga de su Alteza. (...)</i><br />
<i><br /></i>
<i>Su Alteza Sri Krishnarajendra Wadeyar, quien ha practicado este sistema durante muchos años, se dio cuenta de que la felicidad de los ciudadanos estaba menguando debido a la falta de práctica de yoga y promovió la propagación del yoga en muchos países. Estableció una escuela de yoga en el Palacio Jaganmohan el <b>11 de agosto de 1933</b> para que el público tuviera a su disposición una práctica regular de yoga. (...) </i><br />
<i><br /></i>
<i>Desde el tiempo en que empezó esta shala de yoga hasta el presente, aproximadamente <b>mil personas</b> se han beneficiado enormemente.</i><br />
<i><br /></i>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_3c98_72b1_5b0f_c41d" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-MiMsdMvS5Kg/XQqcl3o6xcI/AAAAAAAAC4Q/j5L6X5HvZkAnJQfM4_eBS0uDz86QV6BAwCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bmarichyasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="796" data-original-width="1055" height="241" id="id_a90e_ad4c_8e55_b488" src="https://1.bp.blogspot.com/-MiMsdMvS5Kg/XQqcl3o6xcI/AAAAAAAAC4Q/j5L6X5HvZkAnJQfM4_eBS0uDz86QV6BAwCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bmarichyasana.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Marichyasana A.</i></td></tr>
</tbody></table>
<i><br /></i>
<i>Esta shadana de yoga ha sido <b>dividida en tres series</b>: la serie del poder o fuerza, la serie de tratamiento y la serie espiritual.</i><br />
<i><br /></i>
<i>La serie de poder se clasifica en mente y cuerpo.</i><br />
<i>La serie de tratamiento se divide en kosha (envoltura) y nadi (latido).</i><br />
<i>La serie espiritual no tiene divisiones.</i><br />
<i><br /></i>
<i>La primera serie requiere de muchas yogasanas y algo de pranayama.</i><br />
<i>La segunda serie necesita algunas asanas sencillas y tres pranayamas.</i><br />
<i>La tercera serie requiere pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.</i><br />
<i>Más tarde se muestra una tabla que incluye estos. "</i><br />
<br />
Mereciendo la pena destacar los siguientes puntos:<br />
<br />
<ol>
<li>Define lo que él enseña (y el Maharaja ha practicado) como ashtanga yoga, el mismo nombre que después emplearía Pattabhi Jois y con el que se ha dado a conocer el mundo. Es ampliamente conocida la confusión entre el Ashtanga Yoga divulgado por Pattabhi Jois y el ashtanga yoga de Patanjali y siempre pensé que la elección de ashtanga yoga como nombre para el método había sido cosa de Pattabhi Jois, quien colgó el cartel “Ashtanga Yoga Nilayam" en la puerta de su casa de Lakshmipuram. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en el Yogamakaranda, en este Yogasanagalu el propio Krishnamacharya lo llama ashtanga yoga.</li>
<li>Proporciona la fecha exacta (11 de agosto de 1933) en que se abrió la escuela de yoga en el Palacio Jaganmohan bajo el patrocinio del Maharajá, a quien había estado enseñando yoga desde 1926. Se conoce, además que desde 1931 había estado enseñando en la Universidad de Sánscrito. En el momento de publicación del Yogasanagalu (1941, ocho años tras la apertura) la nada despreciable cifra de mil personas había aprendido yoga con Krishnamacharya, lo cual arroja una idea de la envergadura de su escuela. Las fechas y datos proporcionados me resultan muy interesantes así como la referencia al desconocido libro Yogavali y la escuela de yoga en Chitradurga, localidad natal de Krishnamacharya, de la que no había oído hablar. </li>
<li>Divide la práctica en tres series, lo cual les resultará familiar a todos los practicantes de Ashtanga Yoga. Sin embargo, lo que asevera a continuación respecto a las divisiones de cada serie y de lo que consta cada una resulta confuso y se aleja de lo que hoy entendemos por serie primera, segunda y tercera. No obstante, la tabla a la que hace referencia y que veremos más adelante resultará sumamente reveladora.</li>
</ol>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_ab33_48c7_6320_82da" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-89EnVXsTSKY/XQqbxkPgv7I/AAAAAAAAC3w/xkzYD8f3dHsYPOG8MWVf-yHAu-IY6UcFgCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bkrounchasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="889" data-original-width="683" height="320" id="id_9219_e577_17d1_59ae" src="https://1.bp.blogspot.com/-89EnVXsTSKY/XQqbxkPgv7I/AAAAAAAAC3w/xkzYD8f3dHsYPOG8MWVf-yHAu-IY6UcFgCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bkrounchasana.jpg" style="height: auto; width: 245px;" width="245" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Krounchasana.</i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
De igual manera que en el Yoga Makaranda, Krishnamacharya dedica una gran parte del texto a explicar la ejecución de varios <i>asanas</i> y sus vinyasas o pasos correspondientes, pero con una gran diferencia: proporciona numerosos detalles acerca de la metodología de enseñanza, de la respiración, del enfoque que ha tenido que adoptar al enseñar a un grupo amplio de estudiantes con diferentes circunstancias, capacidades y experiencia, y muchos otros pequeños detalles de la práctica que tienen continuidad hoy. Algunas de las frases resultan tan interesantes desde el punto de vista de los practicantes actuales de Ashtanga Yoga que bien merecen ser comentadas:<br />
<br />
Tan pronto como en la página 8 (siempre haré referencia a la edición traducida) se establecen los principios de la práctica que va a explicar en posteriores hojas: <i>"En las posiciones de yoga en las que los ojos, cabeza y frente se elevan, la inhalación debe hacerse lentamente a través de las fosas nasales hasta llenar los pulmones. Entonces el pecho es empujado hacia delante y se infla, contrayendo fuertemente el abdomen, enfocando los ojos en la punta de la nariz y alargando los músculos de la espalda tanto como sea posible. (...) En las posiciones de yoga en que los ojos, cabeza, frente, pecho y cabeza se bajan, debemos exhalar lentamente. Apretando fuertemente el abdomen, hay que cerrar los ojos." </i>Lo cual concuerda con los tres pilares fundamentales de la práctica tradicional de Ashtanga Yoga también conocidos como <i>tristana</i>: <i>vinyasa </i>(cada paso, cada movimiento ascendente sobre una inhalación y cada movimiento descendente sobre una exhalación), <i>bandha </i>(contracciones musculares relacionadas con cada <i>vinyasa</i>) y <i>dristhi </i>(mirada a la punta de la nariz; ya lo de cerrar los ojos sí que supone una discordancia que, aviso, no será la única).<br />
<br />
Más adelante se adentra con mayor detalle en la relación entre <i>asana </i>y respiración de la manera que se conoce hoy en el método tradicional. Así, en la página 75 Krishnamacharya afirma que <i>"al hacer la respiración suave y larga y concentrando o enfocando la mente en la respiración, se obtiene la perfección en la postura"</i> y en la 102 <i>"Normalmente durante la práctica de yogasanas, la inhalación y la exhalación se llevan a cabo a través de la traquea profunda, sutilmente y con sonido. Esto es una práctica común con todo el mundo. A este tipo de respiración se le llama anuloma ujjayi"</i>. De manera interesante, hoy día Sharath Jois insiste en que no llamemos <i>ujjayi</i> a la respiración que hacemos durante la práctica, sino <i>"free breathing with sound"</i> o <i>"respiración libre con sonido." </i> Adicionalmente, en la página 108 Krishnamacharya afirma que <i>"Cuando se comienza a enseñar a estudiantes o pacientes que acuden para ser tratados, los instructores de yoga en primer lugar han de demostrar la inhalación y exhalación profunda y sutil de acuerdo con el sistema ujjayi. (...) Después ofrecerán oraciones primero a Patanjali y después a Ananta Nagaraja y a continuación comenzarán"</i>, lo cual refuerza la importancia de la respiración y es precursor a la costumbre de Pattabhi Jois de empezar la práctica con el mantra de Ashtanga Yoga en el que se rinden honores a Patanjali, encarnación de Adisesa o Ananta.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_1fbf_2b15_6e59_671" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-qCpoRv-ZJuY/XQqbpqmqWII/AAAAAAAAC3s/LoRuIa5gM-IobSv8fNx0w07VzwIboXJmQCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Butpluthih.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1023" data-original-width="777" height="320" id="id_5995_8c47_8da4_6675" src="https://1.bp.blogspot.com/-qCpoRv-ZJuY/XQqbpqmqWII/AAAAAAAAC3s/LoRuIa5gM-IobSv8fNx0w07VzwIboXJmQCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Butpluthih.jpg" style="height: auto; width: 243px;" width="243" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Utpluthih.</i></td></tr>
</tbody></table>
<br />
En la página 10 aparece una frase que Pattabhi Jois repetía con frecuencia y que según él era una cita del Yoga Korunta: <i>"Las yogasanas deben practicarse sólo con vinyasas y nunca sin él."</i> bajo la siguiente advertencia: <i>"Practicar yogasanas sin vinyasa adelgazará y consumirá el cuerpo".</i> Y también en esa página 10 establece el principio de <i>vinyasa </i>completo o <i>full vinyasa</i> que se mantiene hasta hoy de manera vestigial cuando en las posturas de suelo se enuncia <i>"sapta"</i> o "siete" como primer <i>vinyasa</i>: <i>"Los vinyasas de 1 a 7 son iguales en todos los asanas". </i><br />
<br />
La organización de una clase de la manera que hoy se conoce como estilo Mysore es indicada por Krishnamacharya en varias páginas: <i>"Cuando se enseña yoga en grupo, es aconsejable separar a la gente en diferentes tipos: obesos, delgados, de corta estatura (...) No todos pueden realizar todos los tipos de práctica. (...) Los asanas que son posibles para una persona delgada pueden resultar imposibles para una obesa. Sin embargo, no necesitamos aumentar el número de instructores. Los practicantes de yoga pueden ser divididos aproximadamente en base a sus tipos corporales y el mismo instructor puede enseñarles. También se puede agrupar a los practicantes en dolencias comunes y enseñarles. (..)"</i> (página 10-11). <i>"(...) los asanas deben practicarse cuando resulte apropiado a medida que la gente vaya consiguiendo la capacidad suficiente"</i> (página 77). <i> "Es una idea equivocada alejada de la realidad pensar que todos necesitan practicar todos los yogasanas (...) Al igual que la medicina, los yogasanas también se recetan de acuerdo al tipo de cuerpo y la condición de cada uno" </i>(página 97). Pese a que estas frases puedan ser objeto de interpretación y no todo el mundo esté de acuerdo en que a a partir de ellas se pueda inferir que Krishnamacharya enseñara de la manera que hoy se conoce como “estilo Mysore”, pido al lector que sea paciente y le emplazo a que continúe leyendo hasta el siguiente apartado subtitulado en negrita.<br />
<br />
Y de nuevo en la página 13 Krishnamacharya escribe unas palabras que, dichas a su manera, Pattabhi Jois popularizaría mucho después: <i>"Las personas perezosas no podrán lograr ningún progreso (...) Las personas con coraje superan los obstáculos. (...) La yoga sadhana es para gente de todas las edades." </i>Junto con:<i> "La casta, el credo, el género, la edad, etcétera, no han de ser un obstáculo. Todo el mundo necesita bienestar"</i> (página 97) y <i>"Tanto los jóvenes, ancianos, muy débiles debido a una enfermedad, si hacen la práctica de yoga de la manera correcta y sin pereza, obtendrán los beneficios deseados"</i> (página 98).<br />
<br />
Para concluir este apartado me referiré a uno de los aspectos más polémicos del método de Ashtanga Yoga: esa ley no escrita según la cual los ejercicios de <i>pranayama</i> no han de ser practicados hasta que el estudiante haya comenzado o esté a punto de comenzar la tercera serie, lo cual debido al nivel de exigencia y la dificultad que entrañan las dos primeras series implica que la mayoría de practicantes de Ashtanga Yoga no llegarán nunca a ser aptos para la práctica de <i>pranayama</i>. Este argumento se sustenta en el <i>sutra</i> 2.49 de Patanjali que afirma que <i>"Una vez se ha dominado asana, entonces se realiza pranayama que consiste en interrumpir el movimiento de inhalación y exhalación"</i> y también es apoyado por Krishnamacharya con la siguiente frase del Yogasanagalu: <i>"Aquellos que no son expertos en yogasana no serán capaces de dominar pranayama" </i>(página 85) Me imagino que esto es objeto de debate porque Krishnamacharya tampoco establece una clara línea divisoria aunque, eso sí, el término <i>"experto"</i> o <i>"proficient"</i> en inglés define también a su tercera serie de <i>asanas</i> tal y como se analizará en los siguientes párrafos.<br />
<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_435_de36_aa39_9ce4" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vwWX14vsxJ8/XQopThTYnTI/AAAAAAAAC24/ufs7nz66-VUgAknBgjmLpfPXQakTkkjOACLcBGAs/s1600/Tabla%2Basanas%2BYogasanagalu%2B1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="556" data-original-width="909" height="195" id="id_41ad_7b74_7ae5_ac50" src="https://1.bp.blogspot.com/-vwWX14vsxJ8/XQopThTYnTI/AAAAAAAAC24/ufs7nz66-VUgAknBgjmLpfPXQakTkkjOACLcBGAs/s320/Tabla%2Basanas%2BYogasanagalu%2B1.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera página de tablas de <i>asanas </i>en el Yogasanagalu. Original en kannada edición 1981.</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<b>Las tres series de <i>asanas </i>de Ashtanga Yoga según Krishnamacharya. </b><br />
<br />
El plato fuerte del Yogasanagalu, como su propio título indica (<i>La Gema de las Asanas de Yoga</i>), se concentra en la explicación de <i>asanas</i>. El libro, sí, incluye la descripción pormenorizada, <i>vinyasa</i> a <i>vinyasa</i>, de varias posturas. 28 <i>asanas</i> en concreto, divididas en dos grupos entre las páginas 22 y 74 (21 <i>asanas</i>) y entre las páginas 109 y 121 (siete <i>asanas</i>). La mayoría de las descripciones les resultarán muy familiares a los practicantes de Ashtanga Yoga porque concuerdan ampliamente con la práctica tradicional que se hace hoy con la importante salvedad de que, en numerosas ocasiones, Krishnamacharya indica que se deben de realizar <i>kumbhakas </i>o retenciones del aire tras exhalar o tras inhalar. De las enseñanzas que Pattabhi Jois recibió de Krishnamacharya sin duda ésta se perdió en el tiempo, porque a día de hoy y no me consta que fuese distinto en décadas pasadas, durante la práctica de <i>asanas </i>de Ashtanga Yoga no se lleva a cabo ninguna retención.<br />
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Pero detalles aparte, sin duda lo más sorprendente del libro respecto a la cuestión de los <i>asanas </i>son las tablas recogidas entre las páginas 16 y 21 en las que aparece un resumen de cerca de 121 <i>asanas</i> totalmente inédito en la bibliografía de Krishnamacharya en el que se especifica el nombre de cada postura, su número de <i>vinyasas</i>, la posición del <i>asana</i>, estado o <i>vinyasa</i> en que se ejecuta cada postura manteniéndola durante varias respiraciones, el tipo de respiración (con retención tras exhalar o inhalar, sin retención, etcétera) que hay que llevar a cabo en cada una, los beneficios físiológicos que aportan y, lo que más me ha llamado la atención, la clasificación o agrupación de cada <i>asana</i> dentro de una de tres series que el mismo Krishnamacharya denomina <i>“primary group” </i>(grupo primario), <i>“middle group”</i> (grupo medio) y <i>“proficient or advanced”</i> (experto o avanzado).</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_70a5_414_3236_6a6e" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-xj2v5Dfz5_g/XQlQ69TZ82I/AAAAAAAAC2o/yM8m0fALOXQcIR2F1lQ03BkICRQhoXe0gCLcBGAs/s1600/Yogasanagalu%2Bprimary%2Bseries%2Bfull.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1140" data-original-width="888" height="320" id="id_2c8a_a43e_ce64_d83a" src="https://1.bp.blogspot.com/-xj2v5Dfz5_g/XQlQ69TZ82I/AAAAAAAAC2o/yM8m0fALOXQcIR2F1lQ03BkICRQhoXe0gCLcBGAs/s320/Yogasanagalu%2Bprimary%2Bseries%2Bfull.jpg" style="height: auto; width: 249px;" width="249" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12.8px;">Grupo primario de </span><i style="font-size: 12.8px;">asanas </i><span style="font-size: 12.8px;">según Krishnamacharya en el Yogasanagalu. Incluye lo que hoy se conocen como posturas fundamentales (desde <i>padangushtasana </i>hasta <i>parsvottanasa</i>)</span></td></tr>
</tbody></table>
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Krishnamacharya en el Yogamakaranda describía 72 <i>asanas</i>, en este Yogasanagalu describe 28, muchas de las cuales ya fueron cubiertas en el Makaranda. Las posturas descritas tanto en el Yogamakaranda como en el Yogasanagalu no parecen haber sido expuestas en un orden concreto, sino que tan pronto se indican los <i>vinyasas </i>de un <i>asana </i>que hoy se reconocería dentro de la primera serie como a continuación se explica una postura perteneciente a la segunda, la tercera o la cuarta. En las tablas del Yogasanagalu, en cambio, nos encontramos con 121 posturas, muchas de las cuales no son descritas en ningún lado a menos que la edición que han traducido Anthony y Satya esté incompleta, y en este caso, aunque con algunos matices, sí se encuentran agrupadas con coherencia.</div>
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Cualquier persona familiarizada con las series de Ashtanga Yoga reconocerá con facilidad que el <i>“primary group”</i> se corresponde con la actual primera serie, <i>“middle group”</i> con la actual intermedia y <i>“proficient”</i> con las actuales tercera, cuarta y hasta quinta series avanzadas, aunque tal vez esta última no resulte tan evidente porque la mayoría no las conocemos con la suficiente profundidad. Hay excepciones notables, por supuesto, pero en general el número de <i>vinyasas </i>y el estado de cada <i>asana </i>se asemeja enormemente a lo que hoy se practica. Así, por ejemplo, <i>padangushtasana </i>y <i>padahastasana </i>cuentan con 3 <i>vinyasas</i>, <i>trikonasa </i>y <i>parsvakonasana </i>con 5, <i>ardha baddha padma paschimattanasa</i> y <i>janu sirsasana</i> con 22, <i>bujha pidasana</i> con 15... todo lo cual concuerda con los <i>vinyasas </i>que se practican hoy y que cualquiera puede escuchar en una clase de Ashtanga Yoga tradicional con la cuenta en sánscrito (omitiendo, claro está, los primeros seis y los dos últimos <i>vinyasas </i>en las posturas de suelo en las que sólo se practica el <i>half vinyasa</i> o <i>medio vinyasa</i>). También me resulta interesante comprobar cómo la secuencia de los guerreros con <i>utkatasana </i>y <i>virabhadrasana A</i> y <i>B</i>, aunque no sea descrita en el texto, sí se la puede reconocer tal y como es hoy en las tablas del Yogasanagalu con sus 13 y 16 <i>vinyasas </i>respectivos y el estado de los guerreros correctamente indicados en los <i>vinyasas </i>7, 8, 9 y 10.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_e82e_2742_cdb4_7e24" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-BE-rb7Z09L4/XQlQ5q1iUVI/AAAAAAAAC2w/MR1EC19clY8rHO00_xlY77L3t2wH49qdgCEwYBhgL/s1600/Yogasanagalu%2Bintermediate%2Bseries%2Bfull.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="762" data-original-width="848" height="287" id="id_72d9_9366_5ccb_33f7" src="https://1.bp.blogspot.com/-BE-rb7Z09L4/XQlQ5q1iUVI/AAAAAAAAC2w/MR1EC19clY8rHO00_xlY77L3t2wH49qdgCEwYBhgL/s320/Yogasanagalu%2Bintermediate%2Bseries%2Bfull.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12.8px;">Grupo medio de </span><i style="font-size: 12.8px;">asanas </i><span style="font-size: 12.8px;">según Krishnamacharya en el Yogasanagalu.</span></td></tr>
</tbody></table>
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La cuestión del ordenamiento de las posturas es ya harina de otro costal. Tras comprobarlo personalmente estoy en condiciones de afirmar que en las tablas de <i>asanas </i>del Yogasanagalu aparecen absolutamente todas las posturas de las series primera e intermedia que se practican hoy e incluso que la inmensa mayoría (en el caso de la serie primera el 100% y en el de la segunda el 70%) se encuentran dentro de su serie correcta de acuerdo con el estándar actual. <span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Sin embargo, el ordenamiento en sí tiene mucho de “extraño”; por ejemplo, la primera postura de la primera serie es efectivamente <i>padangushtasana </i>y la primera de la intermedia <i>pashasana</i>, pero el orden tal y como lo conocemos está muy alterado de tal modo que, por ejemplo, <i>trikonasana </i>se ejecuta después de <i>prasarita padottanasana </i>o</span><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> </span><i>utkatasana </i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">y </span><i>virabhadrasana </i>antes de <i style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">uttitha hasta padangusthasana,</i><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> tras <i>tiriangmukha ekapada</i> aparecen los <i>marichyasanas </i>y después <i>ardha baddha padma paschimattasana</i>,</span> las posturas de la secuencia final aparecen "dispersas" entre el grupo primero y medio mientras que un buen puñado de posturas de la serie intermedia aparecen en el grupo experto o avanzado... </div>
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En realidad hay demasiadas diferencias como para enumerarlas todas. Las personas interesadas pueden consultar las tablas e identificarlas por sí mismas. Yo lo he hecho, y para aclararme en todo este embrollo he confeccionado unas tablas que compartiré a continuación (ver más abajo, tablas con colores). </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_4b18_b8b6_c3f5_7696" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Qw_u8HDCyms/XQlQ6utioSI/AAAAAAAAC2s/s4Q4mgs6nDk5U5xEPYqi_4Yu0YGZaXgbgCEwYBhgL/s1600/Yogasanagalu%2Badvanced%2Bseries%2Bfull.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1186" data-original-width="842" height="320" id="id_bcb5_dbc6_7650_ffd9" src="https://1.bp.blogspot.com/-Qw_u8HDCyms/XQlQ6utioSI/AAAAAAAAC2s/s4Q4mgs6nDk5U5xEPYqi_4Yu0YGZaXgbgCEwYBhgL/s320/Yogasanagalu%2Badvanced%2Bseries%2Bfull.jpg" style="height: auto; width: 227px;" width="227" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Grupo experto o avanzado de <i>asanas </i>según Krishnamacharya en el Yogasanagalu.</td></tr>
</tbody></table>
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Esencialmente he comparado las series de <i>asanas </i>del Yogasanagalu con las actuales series de <i>asanas </i>de Ashtanga Yoga. El orden de exposición es el mismo que aparece en el Yogasanagalu. En las dos primeras columnas he añadido la información correspondiente a las series de Ashanga Yoga que se practican hoy: la primera columna indica a qué serie corresponde la postura (<b>F</b>: Secuencia Fundamental; <b>P</b>: Primera Serie; <b>E</b>: Secuencia Final; <b>I</b>: Serie Intermedia; <b>A</b>: Tercera Serie o Serie Avanzada A; <b>B</b>: Cuarta Serie o Serie Avanzada B) y la segunda columna el orden que la postura ocupa dentro de su serie. Con el fin de facilitar el reconocimiento de las series de Ashtanga Yoga de hoy dentro de las tablas del Yogasanagalu he utilizado colores e incluido una leyenda dentro de la propia imagen. <br />
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Por otro lado, en las columnas tercera y cuarta he situado las posturas tal y como aparecen listadas en el Yogasanagalu de Krishnamacharya: la tercera columna indica el número del <i>asana</i> dentro de su serie o grupo (una mera secuencia 1, 2, 3,...) y la cuarta columna su nombre tal y como aparece escrito en el Yogasanagalu. Como suele decirse, una imagen vale más que mil palabras:</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_2d0f_e2e_ed82_903c" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-e-9HD-n6pIE/XQoyIphBNSI/AAAAAAAAC3E/Op7FuVeLB8IQiXFEOiTH6ffxHgCIHcQrwCLcBGAs/s1600/Yogasanagalu%2Bvs%2Bhoy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1201" data-original-width="821" height="320" id="id_caf2_d941_38c2_b4cf" src="https://1.bp.blogspot.com/-e-9HD-n6pIE/XQoyIphBNSI/AAAAAAAAC3E/Op7FuVeLB8IQiXFEOiTH6ffxHgCIHcQrwCLcBGAs/s320/Yogasanagalu%2Bvs%2Bhoy.jpg" style="height: auto; width: 218px;" width="218" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Comparación entre los tres grupos de <i>asanas</i> del Yogasanagalu y las cuatro primeras series de <i>asanas</i> del método tradicional de Ashtanga Yoga actual. </td></tr>
</tbody></table>
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Tras lo cual, merece la pena comentar lo siguiente:<br />
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<li>Algunos <i>asanas </i>del comienzo del grupo primario no tienen correspondencia con las series actuales de Ashtanga Yoga: <i>uttanasana</i>, <i>chaturangadandasana</i>, <i>urdhwamukhaswanasana</i> y <i>adhomukhaswanasana</i>. Bueno, en realidad son posturas que forman parte de los <i>vinyasas </i>completos que se realizan en todas las posturas de suelo y de los propios saludos al sol. Hay que decir que Krishnamacharya no hace ninguna referencia a los saludos al sol en todo el Yogasanagalu. ¿Serían un invento que añadiría Pattabhi Jois tiempo después integrando en la práctica a modo de calentamiento estas cortas secuencias de posturas básicas? Algunos así lo afirman y, por lo que se puede deducir a partir de estas tablas de <i>asanas</i>, tampoco podemos desmentirlos. </li>
<li>Los <i>asanas</i> de la secuencia final, tal y como he dicho anteriormente, se encuentran distribuidas en la última parte del grupo primario e intermedio, como si en sí constituyeran parte de la secuencia de posturas y no su culminación común. </li>
<li>Parte de la actual serie intermedia se diluye dentro del grupo de posturas avanzadas. Me congratula encontrar <i>karandavasa</i> entre ellas, un <i>asana</i> harto difícil de la actual serie intermedia que muchos nos hemos preguntado cómo narices se le pudo haber ocurrido meterla allí a Guruji.</li>
<li>El grupo de posturas avanzadas parece hallarse mucho menos elaborado que los dos primeros grupos en los que los paralelismos y semejanzas con las dos primeras series de hoy resultan evidentes. En el grupo experto Krishnamacharya no ha proporcionado tantos detalles como en los dos primeros, lo cual deja entrever que quizás no le concediera demasiada importancia a las posturas avanzadas. Esto es algo lógico dado que, ¿cuántos de sus estudiantes practicarían las secuencias avanzadas? Al igual que sucede hoy en cualquier escuela, incluido el KPJAYI que dirige Sharath, lo normal sería que entre el millar de alumnos que había estudiado con Krishnamacharya entre 1933 y 1941, la mayoría hubiera sido capaz de practicar únicamente los dos primeros grupos de <i>asanas</i>, lo que sugiere que quizás el grupo avanzado no estuviera tan pulido como el resto. Esto concuerda con la enseñanza de Pattabhi Jois, el cual siempre diría que lo importante eran las dos primeras series porque en ellas se llevaba a cabo el principal proceso de sanación y transformación; las series avanzadas eran para poco más que exhibiciones. También cabe recordar que las series avanzadas son las que en mayor medida modificó Pattabhi Jois, quien al principio (hasta los años 70) únicamente enseñaba dos series avanzadas (A y B) muy largas y que posteriormente las dividiría en cuatro (A, B, C y D). </li>
<li>He identificado varios <i>asanas</i> de las actuales series tercera y cuarta que no aparecen recogidas en el grupo avanzado del Yogasanagalu y las he dejado anotadas. Igualmente, hay algunas pocas posturas avanzadas que han quedado "descolgadas" sin localizarse dentro de ninguna serie actual. No me he tomado la molestia de averiguar cuáles son las posturas de la quinta y sexta series; seguramente se encuentren dentro de ellas.</li>
</ol>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_d5f3_19c7_9cfb_3367" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Tcr5ZjHlWQM/XQqbX1qxFbI/AAAAAAAAC3k/y0rTJK5lBZYi80OtlNgIj0wlb5j8Ip-JACLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2Bsalamba%2Bsarvaungasana.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1033" data-original-width="794" height="320" id="id_a831_7642_27ab_626e" src="https://1.bp.blogspot.com/-Tcr5ZjHlWQM/XQqbX1qxFbI/AAAAAAAAC3k/y0rTJK5lBZYi80OtlNgIj0wlb5j8Ip-JACLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2Bsalamba%2Bsarvaungasana.jpg" style="height: auto; width: 245px;" width="245" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Salamba sarvangasana</i>: la reina de los <i>asanas</i>.</td></tr>
</tbody></table>
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<b>Conclusiones.</b><br />
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A partir de todo esto cada cual puede extraer sus propias conclusiones y, claro está, yo expondré las mías. Pese a todas las diferencias, desde mi punto de vista el Yogasanagalu es una prueba escrita irrefutable de la relación entre el método de Ashtanga Yoga tradicional que divulgó Pattabhi Jois y la enseñanza de Krishnamacharya durante sus años dorados en Mysore. Si a los lectores del Yoga Makaranda aún les pudiese quedar alguna duda, tras estudiar el Yogasanagalu ya no cabe ninguna: lo que Pattabhi Jois enseñó se encuentra aquí, la metodología estilo Mysore, los <i>asanas</i>, los <i>bandhas</i>, los <i>dristhis</i>, las series primera, intermedia y avanzada...<br />
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Es probable que no conozcamos nunca el contenido del Yoga Korunta, presunto texto germinal del yoga de Krishnamacharya y por extensión del Ashtanga Yoga divulgado por Pattabhi Jois, pero de hallarlo, las personas que pretendieran encontrar en él una referencia literal a lo que Krishanamacharya o Pattabhi Jois enseñaron sin duda quedarían decepcionadas. El yoga no se ha enseñado nunca ni se ha transmitido de generación en generación a partir de libros encorsetados sino a través de una enseñanza viva basada en el aprendizaje y experiencia personal. Ramamohan Brahmachari no recibió de su gurú, quienquiera que fuera, el contenido de un texto que debía ser seguido a pies juntillas y tampoco se lo transmitió así a Krishnamacharya. Cuando Krishnamacharya se disponía a enseñar yoga a una persona no se limitaba a aplicar los párrafos de un libro letra por letra, sino que desplegaba todo su arsenal de conocimientos y, en base a las necesidades y circunstancias de su estudiante o paciente, le prescribía un trabajo concreto.<br />
<br />
En el momento en que Krishnamacharya se enfrentó a la tesitura de abrir una escuela de yoga a la que acudirían cientos de estudiantes, hubo de adaptar su enfoque. Ya no resultaba factible enseñar algo completamente distinto a cada uno, sino que, y esto es una suposición mía en base a las tablas del Yogasanagalu, tuvo que agrupar a los estudiantes e irles enseñando de manera sistemática unas secuencias de posturas más o menos fijas a través de las cuales cada uno iría avanzando progresivamente de acuerdo con su capacidad y compromiso. Fue allí cuando, seguramente, aplicó las series de <i>asanas </i>que, de una manera que desconocemos, recogía el Yoga Korunta, y que sin duda requirieron de un proceso de investigación personal por parte de Krishnamacharya con sus estudiantes como conejillos de indias.<br />
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Pattabhi Jois fue uno de aquellos estudiantes. Estudió con Krishnamacharya cuando era un adolescente entre 1927 y 1929 en Hamman y posteriormente de adulto en Mysore al menos entre 1933 y 1950, fechas de apertura y cierre de la escuela de Krishnamacharya en el Jaganmohan Palace. Un total de veinte años. En 1948 Pattabhi Jois abrió una <i>shala </i>en su casa cuando Krishnamacharya aún se encontraba en la ciudad, y emprendió su propio camino de enseñanza e investigación con un fuerte vínculo con las enseñanzas de su gurú, de quien al fin y al cabo lo había aprendido todo.<br />
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El Yogasanagalu, escrito en 1941, constituye un extraviado testimonio de todo aquello que al fin hemos tenido ocasión de hojear. Ojalá que este blog haya servido para hacerlo llegar a más gente y para arrojar algo de luz sobre los orígenes del método tradicional de Ashtanga Yoga.</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-70311931489615739002019-05-22T15:50:00.001+02:002019-05-30T16:05:23.931+02:00Un viaje atrás en el tiempo hacia el origen del método tradicional de Ashtanga Yoga.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-TBWlC2PWUr4/V4VYnul1V8I/AAAAAAAABpI/EGXiPwZ0FkMWRr7CCE3qPl2OwCSlVBGKACPcBGAYYCw/s1600/Sharath%2BKrishnamacharya%2BPattabhi.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="421" data-original-width="640" height="210" id="id_379e_fa8_c6f1_3012" src="https://4.bp.blogspot.com/-TBWlC2PWUr4/V4VYnul1V8I/AAAAAAAABpI/EGXiPwZ0FkMWRr7CCE3qPl2OwCSlVBGKACPcBGAYYCw/s320/Sharath%2BKrishnamacharya%2BPattabhi.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div>
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El “método tradicional” al que hace pocos meses se dedicó una <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/03/el-metodo-tradicional-de-ashtanga-yoga.html" style="border-bottom: 1px dashed; color: #995976;" target="_blank">entrada en este blog</a> hace referencia a la manera en que transmitimos Ashtanga Yoga las escuelas que nos consideramos adscritas a la línea de enseñanza de los maestros que desde Mysore divulgaron este método de yoga. Por lo tanto, es la manera en que enseña hoy Sharath Jois en el KPJAYI y, por extensión, la manera en que enseñó Pattabhi Jois a Sharath, la manera en que enseñó Krishnamacharya a Pattabhi, la manera en que Ramamohan Brahmachari enseñó a Krishnamacharya, y la manera de enseñar descrita en el Yoga Korunta que Brahmachari conocía de memoria. Ha llegado hasta nuestros días como un sistema de yoga perfectamente definido, reconocible y cerrado que se imparte igual en todas partes desde India a Chile y Suecia a Nueva Zelanda.</div>
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En base a esto, al método tradicional se le suele atribuir un carácter inamovible, monolítico, con la idea de que los diversos gurús desde Ramamohan Brahmachari hasta Sharath se han limitado a transmitirlo de forma literal a través de las generaciones sin alterar un ápice las enseñanzas recogidas en el misterioso y antiquísimo Yoga Korunta: <span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0); text-size-adjust: auto;">un conjunto solemne de leyes escritas a fuego sobre tablas de piedra, inalterables a lo largo del tiempo. La gran pregunta es: ¿realmente ha permanecido siempre igual?</span>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_960d_b11b_ffc2_684c" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-PEh9l2osIP4/Wl6G_CRrT6I/AAAAAAAACMc/zxMqhCWH-u4Fb-EjWw5S0C7lKuwsyPpbQCPcBGAYYCw/s1600/Backup%2B16012018%2B306.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" id="id_202b_3c79_df69_8679" src="https://4.bp.blogspot.com/-PEh9l2osIP4/Wl6G_CRrT6I/AAAAAAAACMc/zxMqhCWH-u4Fb-EjWw5S0C7lKuwsyPpbQCPcBGAYYCw/s320/Backup%2B16012018%2B306.JPG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El Yoga Korunta o, simplemente, unos viejos pergaminos en sánscrito que decoran la portada interior del Yoga Mala. </td></tr>
</tbody></table>
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El Yoga Korunta es un texto perdido y Ramamohan Brahmachari un enigmático eremita de quien sólo se conoce lo que Krishnamacharya dijo y escribió acerca de él, por lo que hoy no resulta posible estudiar los cimientos originales sobre los que descansa el así llamado método tradicional. La propia enseñanza de Krishnamacharya tuvo muchas facetas y sus numerosos discípulos enseñaron de maneras muy diversas. Fuera cual fuera la forma de enseñar que desplegó Krishnamacharya en Mysore, de lo que no cabe duda es que lo que Pattabhi Jois enseñaría al mundo no fue el único yoga de Krishnamacharya.</div>
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La mejor prueba disponible a día de hoy es el Yoga Makaranda, un libro de Krishnamacharya publicado en 1934 durante sus años de Mysore y traducido al inglés por su hijo Desikachar en el tardío 2011. Constituye la principal referencia de la enseñanza de Krishnamacharya en esa época y de manera sorprendente no concuerda con lo que en teoría Pattabhi Jois debía de estar aprendiendo en el momento en que fue publicado el libro. En él se describen los <i>vinyasas </i>de numerosas posturas que se encuentran en la primera, segunda y tercera series de Ashtanga Yoga, pero no se identifican ni las series de posturas ni el ordenamiento que posteriormente popularizaría Pattabhi Jois; parece más bien un catálogo general del que extraer distintas secuencias personalizadas, lo que lo situaría mucho más próximo al Viniyoga de Desikachar o al Vinyasa Krama de Srivatsa Ramaswami que al Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois que conocemos.</div>
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Desde el punto de vista de los defensores del método tradicional de Ashtanga Yoga el Yoga Makaranda es un libro sonrojante que en cierto sentido pone en tela de juicio las mismas bases del método tradicional. Pese a que todas las posturas descritas en el Yoga Makaranda puedan ser identificadas dentro del sistema de Ashtanga Yoga y al hecho de que el número de <i>vinyasas </i>de cada una coincida ampliamente con lo que después enseñaría Pattabhi Jois, Krishnamacharya en cambio no suscribe la agrupación de los <i>asanas</i> en una serie básica, intermedia y avanzada destinadas a ser aprendidas secuencialmente, establece que cada postura debe de ser mantenida no durante cinco o diez respiraciones, sino durante varios minutos, y el Yoga Korunta, supuesto origen de todo el sistema <i>vinyasa</i>, ni siquiera es citado en la bibliografía.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_531a_3d91_2fc_d3bf" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-JGwJU-1WUDg/XOWvdbYu5EI/AAAAAAAAC0w/_arTKt4GGxoG07FXxFEZQsqf4DgzbuNoQCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2BYoga%2BMakaranda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1247" height="320" id="id_3ec_5980_e287_ad3a" src="https://1.bp.blogspot.com/-JGwJU-1WUDg/XOWvdbYu5EI/AAAAAAAAC0w/_arTKt4GGxoG07FXxFEZQsqf4DgzbuNoQCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2BYoga%2BMakaranda.jpg" style="height: auto; width: 249px;" width="249"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Yoga Makaranda: El Néctar del Yoga, escrito por T. Krishnamacharya.</td></tr>
</tbody></table>
<br></div>
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Así pues, el Yoga Makaranda como evidencia de la conexión de Krishnamacharya con el método tradicional de Ashtanga Yoga resulta cuando menos inconcluyente. No obstante, a este respecto no he dicho aún mi última palabra y os emplazo a leer la siguiente entrada de este blog en el que se hará una espectacular revelación.</div>
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A diferencia de lo dicho acerca del Yoga Korunta, Brahmachari y Krishnamacharya, la enseñanza de Guruji, de Pattabhi Jois, sí ha sido ampliamente documentada y muy especialmente a partir de su primer contacto con los occidentales en 1972. Existen numerosas referencias en forma de publicaciones, vídeos y testigos que aprendieron con él en diferentes periodos y que han relatado su experiencia. A priori cabría pensar que Pattabhi Jois enseñó siempre lo mismo, limitándose a transmitir el legado de Krishnamacharya. Pues bien, la realidad histórica nos permite afirmar que a lo largo de las siete décadas de enseñanza de Guruji. el conocido como método tradicional ha experimentado no pocos cambios.</div>
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<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"></span><br></div>
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<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0); text-size-adjust: auto;">En realidad, tampoco hace falta ser un dechado de virtudes detectivescas tal que Sherlock Holmes; c</span><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">ualquier practicante de Ashtanga Yoga mínimamente leído o lo suficientemente curioso sabe que a lo largo de las décadas la práctica de Ashtanga Yoga transmitida por Pattabhi Jois ha sufrido alteraciones y que éstas se produjeron sin la intromisión de terceras personas: el mismo Pattabhi Jois se encargó de hacerlas. Que nadie se lleve las manos a la cabeza; la esencia de lo que hoy día se entiende como método tradicional </span>ha sido fundamentalmente la misma<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> a lo largo de las más de seis décadas de enseñanza de Pattabhi Jois </span>pero, hay que reconocerlo, no de manera literal. Guruji siempre enseñó en clases estilo Mysore personalizadas en las que hacía avanzar a sus estudiantes de forma progresiva a través de unas series de posturas conocidas como primaria, intermedia y avanzada. Sin embargo,<span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> algunos detalles más o menos notorios como el ordenamiento de las series, las posturas incluidas en ellas o los </span><i>vinyasas</i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> y </span><i>dristhis</i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"> en algunos </span><i>asanas </i><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">sí que cambiaron a lo largo del tiempo y lo que en otras décadas formaba parte de la práctica habitual hoy resultaría exótico y sería corregido. Veamos algunos ejemplos.</span></div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_b92a_9867_fc41_3b84" style="margin-left: auto; margin-right: auto; padding: 4px; position: relative; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://4.bp.blogspot.com/-s0DKcIg3RN4/XOVC-uAxpzI/AAAAAAAACzs/PBqmvrapEWkZAp8bTXVZVu69683TpAZIwCLcBGAs/s1600/3_full.JPG" imageanchor="1" style="border-bottom: 1px dashed; color: #995976; margin-left: auto; margin-right: auto; text-decoration-line: none;"><img border="0" data-original-height="1129" data-original-width="1600" height="225" id="id_1cdf_e0b6_37e4_d5f8" src="https://4.bp.blogspot.com/-s0DKcIg3RN4/XOVC-uAxpzI/AAAAAAAACzs/PBqmvrapEWkZAp8bTXVZVu69683TpAZIwCLcBGAs/s320/3_full.JPG" style="border: 0px none transparent; height: auto; outline: none; position: relative; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 11.088px;">Póster editado por el Instituto de Ashtanga Yoga de Mysore pero con exactamente las mismas imágenes que el editado por Lino Miele.</td></tr>
</tbody></table>
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<div style="text-align: justify;">
En Ashtanga Yoga Bilbao disponemos de un par de publicaciones (un libro y un póster) editadas en el año 2000 por Lino Miele, veterano estudiante italiano de Guruji, en las que Sharath sirve de modelo en los <i>asanas, </i>avaladas por el propio Pattabhi Jois quien cedió su imagen en ambas y escribió un prefacio en el libro, y que presentan numerosas discrepancias respecto a la práctica que conocemos hoy, a saber:</div>
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<ol style="text-align: left;">
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de <i>parivritta parsvakonasana </i>o <i>parsvakonasana B </i>(no en el póster pero sí en el libro). Un clásico. Guruji la introduciría en la serie de forma tardía. </li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Tres versiones de <i>paschimattanasana</i>: A, B y C e incluso cuatro (en el póster): A, B, C y D. Hoy día se hace sólo A y C (o D); si la persona no puede llegar a cogerse la muñeca, entonces A y B (o C). Yo comencé con Borja practicando las cuatro versiones; tras un viaje a Mysore de una de sus profesoras en el 2007 en que comprobó que Guruji ya sólo enseñaba dos, me quedé con las A y B actuales.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de <i>baddha konasana B</i>. Tras llevar la barbilla al suelo en <i>baddha konasana A</i>, Guruji no guía a los estudiantes a la versión con la frente en los pies. En su momento incluso llegaría a haber tres variantes: consistiendo la C en permanecer erguido con las plantas de los pies hacia el techo.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Contrapostura de <i>yoga mudra</i>, inclinándose hacia atrás. Hoy día no se hace.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;"><i>Sirsasana C</i>. Tras <i>sirsasana A</i>, Sharath no baja las piernas a noventa grados sino que levanta la cabeza del suelo sobre los brazos y lleva la mirada hacia su ombligo, con la barbilla contra el cuello en <i>jalandarabhanda</i>. Hoy día esto no se hace, aunque yo personalmente en Mysore le he visto a Sharath durante alguna de sus conferencias demostrarla como parte de las variantes de <i>sirsasana</i>.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;"><i>Dristhis</i> o puntos a los que llevar la mirada. Un gran tema digno de una entrada aparte en el blog. El libro de Lino Miele establece el <i>dristhi brumadhye </i>(entrecejo) en los <i>vinyasas </i>tres, cinco y siete del saludo al sol y en las posturas <i>kurmasana</i>, <i>upavistha konasana</i>, <i>supta konasana</i>, <i>laghu vajrasana </i>y <i>yoga nidrasana</i>. En la actualidad, por indicación expresa de Sharath, en toda la primera y segunda serie, el <i>dristhi</i> <i>brumadhye </i>sólo debe ser hecho en una postura: <i>yoga nidrasana</i>. </li>
</ol>
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No son diferencias escandalosas, aunque sí resultan significativas a la hora de valorar la afirmación categórica de que Pattabhi Jois preservó y transmitió a pies juntillas el método de Ashtanga Yoga tal y como lo recibió de Krishnamacharya. Guruji falleció en mayo del 2009. Si una década antes de su muerte ya se encuentra un buen puñado de diferencias, ¿qué pasará si nos remontamos más atrás?</div>
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<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/aUgtMaAZzW0/0.jpg" frameborder="0" height="266" id="id_28c3_c39_ead0_5d46" src="https://www.youtube.com/embed/aUgtMaAZzW0?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
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<div style="text-align: justify;">
Existen unos vídeos filmados en 1993 sobre un fondo claro en los que Guruji guía a seis de sus estudiantes más experimentados a lo largo de la primera y segunda series. El formato y presentación de los vídeos es muy formal, intencionadamente serio, con el claro propósito de exponerlos como la versión “oficial” de las dos primeras series. Se trata de unos vídeos muy populares con varios millones de visualizaciones que pueden encontrarse fácilmente en Youtube y que constituyen otra prueba irrefutable, en este caso videográfica, de que la práctica, o al menos algunos de sus elementos, hace veinticinco años no eran exactamente iguales a como son ahora. Suelo emplearlos en mi práctica personal para hacer la primera serie guiada y los tengo muy vistos, aunque cualquiera familiarizado con la práctica de Ashtanga Yoga puede examinarlos y comprobar por sí mismo las diferencias respecto al estándar actual. A continuación enumeraré las que he identificado, ciñéndome a la primera serie:</div>
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<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">De nuevo, ausencia de <i>parsvakonasana B y </i><i>baddha konasana B</i>.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de medio <i>vinyasa </i>tras el <i>paschimattanasana</i> de la secuencia final justo después de los <i>backbendings</i>. Desde <i>paschimattanasana </i>los estudiantes directamente se tumban, esperan cinco respiraciones en posición supina, y desde ahí suben directamente a <i>salamba sarvangasana</i>. Hoy día se hace un medio <i>vinyasa </i>tras <i>paschimattanasana </i>y, sin esperar tumbado cinco respiraciones, tras una sola exhalación, se sube a <i>sarvangasana</i>. </li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Cuenta de veinticinco respiraciones en <i>sirsasana A</i> y diez respiraciones en <i>sirsasana B</i>. Hoy día sólo se cuentan quince en A y diez en B.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Cuenta de veinticinco respiraciones en <i>utpluthih</i>. Hoy día se cuentan sólo diez aunque, eso sí, mucho más lentas.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de <i>mantra </i>final o <i>mangala mantra</i>. Tras el medio <i>vinyasa </i>de <i>utpluthih </i>los estudiantes saltan a través y se tumban. Hoy día se hace un <i>vinyasa </i>completo hasta <i>samastitih</i>, se recita el <i>mantra </i>final y de nuevo se hace un <i>vinyasa </i>cumpleto hasta <i>sukhasana </i>(posición supina de descanso).</li>
</ol>
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Tampoco se puede decir que se trate de modificaciones revolucionarias que pongan la práctica patas arriba pero, de nuevo insisto, son una prueba al alcance de todo el mundo de que el método tradicional no es un monolito incólume que jamás se ha tocado ni movido un milímetro.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_e757_aea6_f82c_71d9" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-EO9L8w9BOvs/XOVO9c0r4wI/AAAAAAAAC0M/pCqi9db0WC4kzL2SYQ8dchN7tYUIdljEQCPcBGAYYCw/s1600/1%2BGuruju%2BSyllabus%2B1973%2527s%2B-%2BNancy%2BGilgoff%2Bcopy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1132" height="320" id="id_82f_f8ec_8eab_9008" src="https://1.bp.blogspot.com/-EO9L8w9BOvs/XOVO9c0r4wI/AAAAAAAAC0M/pCqi9db0WC4kzL2SYQ8dchN7tYUIdljEQCPcBGAYYCw/s320/1%2BGuruju%2BSyllabus%2B1973%2527s%2B-%2BNancy%2BGilgoff%2Bcopy.jpg" style="height: auto; width: 226px;" width="226"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Primera página del <i>syllabus </i>que conocieron los primeros occidentales que fueron a Mysore. El resto de páginas puedes consultarlas <a href="https://grimmly2007.blogspot.com/2012/08/the-original-ashtanga-yoga-syllabus.html" rel="nofollow" target="_blank">aquí</a>.</td></tr>
</tbody></table>
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</div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué sucede si nos remontamos más atrás en el tiempo? Hace menos de dos meses recibimos en Bilbao la visita de David Williams, quien estudió con Guruji intensivamente entre 1973 y 1979. Tras 1979 David no regresó jamás a Mysore, y desde entonces ha enseñado la práctica de Ashtanga Yoga tal y como él la conoció. En verdad se puede decir que David Williams es una cápsula del tiempo viviente que permite abrir una ventana hacia la práctica de Ashtanga Yoga de hace cuarenta años. En Bilbao tenemos frescas las clases guiadas de David en las que proporcionó todo lujo de detalles, y algunas de las diferencias más notorias entre lo que David aprendió de Guruji y lo que hoy se enseña son éstas:</div>
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<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Las posturas de pie de la primera serie, es decir, <i>utthita hasta padangusthasana</i>, <i>ardha baddha padmottanasana</i>, <i>utkatasana </i>y <i>virabhadrasana </i>se aprendían sólo cuando la persona ya había completado la primera serie. Al principio, desde <i>parsvottanasana </i>se pasaba directamente al suelo.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de numerosos <i>vinyasas</i>. Las tres variantes de <i>janu sirsasana</i> se ejecutaban sin medio <i>vinyasa </i>entre lados ni entre posturas, tal y como sucede hoy día entre <i>dandadasa </i>y los <i>paschimattanasanas</i>. Una vez terminadas los tres <i>janu sirsasanas</i>, entonces sí se hacía un medio <i>vinyasa</i>. Lo mismo sucedía con las cuatro variantes de <i>marichyasana </i>y los tres <i>konasanas </i>(<i>baddha</i>, <i>upavistha</i> y <i>supta</i>). Tras <i>baddha </i>se abrían las piernas para hacer <i>upavistha</i>, y tras <i>upavistha B</i> se tumbaba uno directamente sobre su espalda para hacer <i>supta</i>. Y por cierto, en <i>upavistha</i> David aprendió coger los dedos de los pies y no los laterales o talones. <i>Ubhaya padangusthasana</i> y <i>urdhva mukha paschimattasana</i> también se hacían juntas, sin <i>vinyasa </i>entre ellas simplemente cambiando la posición de las manos.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Cincuenta respiraciones en <i>utpluthih</i>, con respiración de fuelle o <i>bastrika</i>.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Cabeza hacia abajo en todas las flexiones hacia delante, lo que es contradictorio con el <i>dristhi padagre </i>en el dedo gordo del pie que establece hoy el método tradicional.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Ausencia de clases guiadas. David Williams y los primeros estudiantes sólo conocieron las clases estilo Mysore. En palabras de David, la primera vez que fue testigo de una clase guiada fue durante un <i>tour </i>en Estados Unidos al que asistió tanta gente que Pattabhi Jois no vio viable hacer una clase estilo Mysore con tanta gente. Ahí fue cuando por primera vez tras varios años de estudio con Guruji David escuchó lo de:<i>”Ekam inhale, dve exhale, trini inhale head up...”</i>. Hoy día las clases guiadas semanales son un cotidiano elemento más del método tradicional.</li>
<li style="margin: 0px 0px 0.25em; padding: 0px; text-align: justify;">Sin duda la diferencia más radical está en la propia estructura de las series. La serie intermedia termina con <i>supta urdhva pada vajrasana</i> y no con la secuencia de siete <i>sirsasanas </i>con que termina hoy. Las series avanzadas son sólo dos y no las cuatro de hoy. Posteriormente Pattabhi Jois dividiría y reestructuraría las dos series avanzadas en cuatro.</li>
</ol>
</div>
<div>
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Aquellos pioneros occidentales, David Williams, Nancy Gilgoff y Normal Allen, recibieron de Pattabhi Jois un <i>syllabus</i>, un programa de estudios año a año en el que se exponían las series de asanas, kriyas, pranayamas y libros que habían de ser estudiados cada curso. Tuvimos suerte de que conservaran esas páginas que hoy día cualquiera puede consultar <i>online</i>. Cabe suponer que el <i>syllabus</i> existía ya antes de la llegada de occidentales, por lo que se le puede considerar una referencia objetiva de lo que Guruji estaba enseñando en la década de 1970 e incluso antes.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_637f_feea_d285_fe4d" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-gsGaBDCrFVA/XOVO9IDuvXI/AAAAAAAAC0U/9mPEw6Sw0mkbrGgmU5_SkcfmBalAl4YzwCPcBGAYYCw/s1600/2%2BGuruju%2BSyllabus%2B1973%2527s%2B-%2BNancy%2BGilgoff%2Bcopy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="453" height="320" id="id_d709_4a59_a449_1514" src="https://4.bp.blogspot.com/-gsGaBDCrFVA/XOVO9IDuvXI/AAAAAAAAC0U/9mPEw6Sw0mkbrGgmU5_SkcfmBalAl4YzwCPcBGAYYCw/s320/2%2BGuruju%2BSyllabus%2B1973%2527s%2B-%2BNancy%2BGilgoff%2Bcopy.jpg" style="height: auto; width: 226px;" width="226"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Segunda página del syllabus. Click <a href="https://grimmly2007.blogspot.com/2012/08/the-original-ashtanga-yoga-syllabus.html" rel="nofollow" target="_blank">aquí</a> para ver el resto.</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
Si se analiza el <i>syllabus </i>de cerca hay muchas cosas que cualquier practicante de Ashtanga Yoga actual encontrará chocantes. Por ejemplo, y aparte de todo lo dicho antes, sorprende que, aparentemente y por decreto, una persona en su segundo año practique ya la serie intermedia y en su tercer año la tercera (que en realidad serían la tercera y la cuarta de hoy). Habría que preguntárselo a los protagonistas, pero me figuro que no se trataba de cursos anuales “estrictos” y, de hecho, un hombre especialmente dotado para hacer <i>asanas </i>como David Williams, y a pesar de que los criterios de exigencia de Guruji por aquel entonces pudieran ser mucho más laxos que los que posteriormente impondría, tardó siete años con largas estancias de seis y más meses, y no cuatro, en completar el <i>syllabus</i>. Otros mucho más humildes ya no tenemos dedos suficientes en las manos para contar los años y sin embargo aún no hemos terminado la segunda. Llama la atención también que los <i>pranayamas </i>se empiecen a enseñar en el segundo año junto con la serie intermedia. En la actualidad muy poca gente, tan sólo los practicantes de series avanzadas, conoce los seis ejercicios de <i>pranayama.</i></div>
</div>
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¿Podemos retroceder más atrás todavía? Algunos estudiantes antiguos de Guruji que a día de hoy están vivos, tales como BNS Iyengar o su hijo Manju Jois, sin duda podrían realizar grandes aportaciones. No obstante, existe una referencia muy fidedigna que se remonta al año 1958, apenas una década después de que Pattabhi Jois inaugurara su escuela de Ashtanga Yoga (Ashtanga Yoga Nilayam) en Lakshmipuram: el Yoga Mala, el primer y único libro que escribió el mismo Pattabhi Jois, publicado en inglés en 1999 y que abre una nueva ventana a los albores del método tradicional. </div>
</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_adfe_5ac3_bce4_f6a2" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-t-oHxriCqKA/XOVZ8FUpTbI/AAAAAAAAC0g/TjFgLiJ-w-0MKwtSMsWIwhTkxCZYYKydQCLcBGAs/s1600/sri-k-pattabhi-jois-yoga-mala.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="650" data-original-width="650" height="320" id="id_70bf_b9d3_46e4_1a9d" src="https://2.bp.blogspot.com/-t-oHxriCqKA/XOVZ8FUpTbI/AAAAAAAAC0g/TjFgLiJ-w-0MKwtSMsWIwhTkxCZYYKydQCLcBGAs/s320/sri-k-pattabhi-jois-yoga-mala.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Yoga Mala: El Rosario del Yoga, escrito por Sri K. Pattabhi Jois. </td></tr>
</tbody></table>
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En el Yoga Mala sólo se describe la primera serie, pero aporta numerosos detalles y de nuevo permite identificar varias diferencias:</div>
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<span style="text-align: justify;"><ol>
<li><span style="text-align: justify;">La no inclusión en la serie de </span><i style="text-align: justify;">parivritta parsvakonasana</i><span style="text-align: justify;"> y </span><i style="text-align: justify;">baddha konasana B</i><span style="text-align: justify;"> y la sí existencia de tres versiones de </span><i style="text-align: justify;">paschimattasana</i><span style="text-align: justify;">, tal y como se observaría durante varias décadas posteriores. Lo que conocemos hoy día, por tanto, ha sido una modificación contemporánea relativamente reciente.</span></li>
<li><span style="text-align: justify;">Se describen o indican los </span><i style="text-align: justify;">vinyasas </i><span style="text-align: justify;">completos -</span><i style="text-align: justify;">full vinyasa</i><span style="text-align: justify;">- de todas las </span><i style="text-align: justify;">asanas </i><span style="text-align: justify;">hasta regresar a </span><i style="text-align: justify;">samasthiti</i><span style="text-align: justify;">, por lo que las agrupaciones de </span><i style="text-align: justify;">asanas </i><span style="text-align: justify;">sin </span><i style="text-align: justify;">vinyasas </i><span style="text-align: justify;">entre lados o entre posturas que Nancy Gilgoff y compañía conocieron no están documentadas aquí. </span></li>
<li><i style="text-align: justify;">Sirsasana </i><span style="text-align: justify;">y </span><i style="text-align: justify;">sarvangasana </i><span style="text-align: justify;">se han de ejecutar durante mucho más que unas meras quince o veinticinco respiraciones. En palabras del propio Pattabhi Jois: </span><i style="text-align: justify;">"...un aspirante debería empezar practicándola primero durante cinco, diez y quince minutos... [al cabo de los años] debería ser capaz de permanecer en el </i><span style="text-align: justify;">asana </span><i style="text-align: justify;">durante tres horas completas."</i><span style="text-align: justify;"> Y por cierto, no se menciona </span><i style="text-align: justify;">sirsasana B</i><span style="text-align: justify;"> ni </span><i style="text-align: justify;">sirsasana C </i><span style="text-align: justify;">ni la contrapostura de </span><i style="text-align: justify;">yoga mudra</i><span style="text-align: justify;">.</span></li>
<li><span style="text-align: justify;">El Yoga Mala no especifica los </span><i style="text-align: justify;">dristhis </i><span style="text-align: justify;">en cada postura, pero resuelve el asunto de si bajar o no la cabeza que tanto exasperaba a David Williams de forma salomónica. En la descripción de </span><i style="text-align: justify;">janu sirsasana</i><span style="text-align: justify;"> establece: </span><i style="text-align: justify;">"Entonces, haciendo </i><span style="text-align: justify;">rechaka </span><i style="text-align: justify;">(exhalando) lentamente, coloca la frente o la barbilla en la rodilla de la pierna estirada."</i><span style="text-align: justify;"> Y en la página anterior se muestran, en tándem, una fotografía de Pattabhi Jois en </span><i style="text-align: justify;">ardha baddha padma paschimattanasana</i><span style="text-align: justify;"> con la cabeza hacia abajo al modo </span><i style="text-align: justify;">jalandarabandha </i><span style="text-align: justify;">que enseña David Williams y debajo a Sharath en </span><i style="text-align: justify;">tiriangmukhaikapada paschimattanasana</i><span style="text-align: justify;"> mirando hacia el pie tal y como se practica hoy. Por lo visto, y pese a que el mismísimo Krishnamacharya en la mayoría de fotografías que existen sí mantiene la cabeza hacia abajo, a Guruji no le parecía un detalle crucial y no tuvo reparos en cambiarlo.</span></li>
</ol>
</span>
<br>
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</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_1e05_7d41_35a6_7d75" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-zL3Mr0EYNGY/XOVZ-E7ducI/AAAAAAAAC0k/RNTRg69qcrMA-rOyW09T5id9RNQp3l2iACLcBGAs/s1600/yoga%2Bmala%2Bardha%2Bbaddha%2Btiriangmukhaikapada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="988" height="320" id="id_ac2c_23b4_1467_7bb5" src="https://3.bp.blogspot.com/-zL3Mr0EYNGY/XOVZ-E7ducI/AAAAAAAAC0k/RNTRg69qcrMA-rOyW09T5id9RNQp3l2iACLcBGAs/s320/yoga%2Bmala%2Bardha%2Bbaddha%2Btiriangmukhaikapada.jpg" style="height: auto; width: 197px;" width="197"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Página 74 del Yoga Mala con el detalle de las cabezas. El <i>dristhi </i>en la que hace Sharath está en el pie. En la que hace Pattabhi Jois... ¿en el ombligo?</td></tr>
</tbody></table>
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Esta situación ha alimentado toda clase de especulaciones. Mucha gente cree -creemos- que el método tradicional de Ashtanga Yoga que ha llegado hasta nuestros días ha sido el resultado de una transmisión genuina de conocimientos entre reputados maestros. Sin embargo, la cadena flaquea en uno de sus eslabones, el de Pattabhi Jois, casualmente el que más conocemos y mejor documentado está, quien no se limitó a transmitir un legado sino que a lo largo de las décadas decidió modificar numerosos elementos de una tradición supuestamente milenaria. Las preguntas son inevitables: ¿Por qué necesitó hacer eso? ¿Acaso el método que había recibido no era ya lo suficientemente perfecto que se vio en la obligación de mejorarlo? Y más allá, ¿por qué no hay pruebas de que Krishnamacharya de hecho enseñase lo que posteriormente divulgaría Pattabhi Jois? ¿Por qué Iyengar, Desikachar, Ramaswami e Indra Devi enseñaron un yoga tan distinto del de Pattabhi Jois si Krishnamacharya fue el maestro de todos? ¿Por qué el Yoga Makaranda no menciona el Yoga Korunta ni da una explicación plausible a las series de Ashtanga Yoga? Hay opiniones para todos los gustos y yo daré la mía aunque, por supuesto, seamos conscientes de que nunca faltarán detractores de burdos argumentos que pongan en duda que Pattabhi Jois siquiera estudiase con Krishnamacharya y sugieran que se autoproclamó heredero del legado de Krishnamacharya para crear un imperio económico basado en una gran farsa.</div>
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Ya se ha hablado de esto en innumerables ocasiones pero insistiré una vez más. Lo primero que hay que entender es que Krishnamacharya tuvo una dilatada vida de enseñanza que se prolongó durante más de setenta años y a lo largo de la cual enseñó a numerosas personas, muchas de las cuales a su vez se convertirían en profesoras de yoga: Pattabhi Jois, BKS Iyengar, Indra Devi, AG Mohan, Ramaswami, Desikachar... En verdad sorprende que, habiendo tenido al mismo maestro, cada uno de ellos haya enseñado de maneras tan distintas. Una persona que observe una clase de Yoga Iyengar y después observe otra de Vinyasa Krama jamás podría concluir que ambos estilos tuvieran un mismo punto de origen: Krishnamacharya. Lo mismo sucede en el caso de Ashtanga Yoga y el yoga que enseñaría en Holywood Indra Devi, quien curiosamente fue coetánea de Pattabhi Jois en los tiempos de Mysore. </div>
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Todo esto ha llevado a un capítulo de lo que se conoce como las "guerras del yoga" (<i>yoga wars</i>), con los diferentes discípulos de Krishnamacharya disputándose entre sí su legado y tratándose de erigirse en los legítimos transmisores del verdadero yoga de Krishnamacharya. La camaleónica capacidad didáctica de Krishnamacharya era legendaria y personalmente no me cabe duda de que, en realidad, todos ellos sin excepción enseñaran honestamente lo que aprendieron de Krishnamacharya. Lo que seguramente ocurrió fue que Krishnamacharya decidió enseñarles de maneras distintas, bien porque consideraba que era lo más adecuado para ellas o porque él mismo se encontraba en una etapa distinta de su vida. Por ejemplo, cuando Krishnamacharya abrió su escuela de Mysore en 1933 contaba con cuarenta y cuatro años, y cuando marchó a Madrás en 1953 tenía sesenta y cuatro. Es lógico pensar que a los cuarenta no enseñara igual que con setenta u ochenta. También, en Mysore mantuvo una escuela con docenas de estudiantes practicando a la vez, pero a Indra Devi, al Maharajá y seguramente a muchos otros los enseñaba a solas, en un entorno particular, lo mismo que sucedería en Madrás. Por eso, también parece lógico pensar que Pattabhi Jois, un estudiante más dentro de un grupo numeroso, no aprendiera igual que Indra Devi o los estudiantes a los que atendía de uno en uno en los obscuros tiempos de Chennai. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_16df_1406_d62_7e6"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-lAwAuSWnwNI/XOZlVtYcUzI/AAAAAAAAC08/rx0dqk72C5gL7iuhapZXNQQOQrnV7h3FwCLcBGAs/s1600/Krishnamacharya%2BMysore%2Bstudents.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="845" data-original-width="1600" height="169" src="https://4.bp.blogspot.com/-lAwAuSWnwNI/XOZlVtYcUzI/AAAAAAAAC08/rx0dqk72C5gL7iuhapZXNQQOQrnV7h3FwCLcBGAs/s320/Krishnamacharya%2BMysore%2Bstudents.JPG" width="320" id="id_f4de_c6af_5fe_32a" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Krishnamacharya con sus estudiantes en una exhibición colectiva durante los años de Mysore.</td></tr>
</tbody></table>
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Quizás no sepamos nunca si el Yoga Korunta existió o no, pero es probable que, de haber existido esos maltrechos pergaminos medievales, su contenido no fuera lo suficientemente completo como para considerarlo un tratado definitivo, sino que tal vez hubiese muchos aspectos abiertos a interpretaciones. Fueran cuales fueran los conocimientos que Brahmachari transmitió a Krishnamacharya, seguramente éste tendría que empeñar una gran inventiva y esfuerzo a la hora de ponerlos en práctica y aplicarlos en personas reales. Y su gran campo de pruebas fue la <i>yogashala</i> del Jaganmohan Palace en Mysore, con cientos de chicos jóvenes a su disposición a lo largo de dos décadas. Todo parece indicar que fue en estas clases grupales, y no en las que impartiría de forma privada, donde Krishnamacharya decidió enseñar las series descritas en el Yoga Korunta.</div>
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De nuevo todo son conjeturas mías pero, durante su periodo de estudio con Krishnamacharya Guruji quizás fuera testigo del proceso de construcción de un método de yoga aplicable a grandes grupos de personas basado en el Yoga Korunta, que no literal al Yoga Korunta porque seguramente no había un cuerpo en el Yoga Korunta lo suficientemente sólido al que ceñirse letra por letra. De hecho, tengo entendido que el niño Manju Jois fue testigo de cómo su padre y Krishnamacharya refinaban las series y los <i>vinyasas </i>de cada postura durante los últimos años de estancia de éste en Mysore. Es decir, sí se puede decir que Pattabhi Jois verdaderamente recogió un legado y lo mantuvo para la posteridad, aunque también se vio en la tesitura de continuar el proceso de refinamiento iniciado por Krishnamacharya.<br>
<br>
De hecho, durante las conferencias de los sábados en Mysore a veces se le pregunta a Sharath Jois acerca de esas maneras distintas de enseñar algunos elementos de la práctica que se han conocido a través de antiguos estudiantes. La respuesta -bastante textual- que le escuché a Sharath en una ocasión fue la siguiente: <i>"Entonces era yo muy joven como para recordarlo. Sé que mi abuelo cambió algunas cosas porque pensaba que así estaban mejor. Comprendo que las personas que estudiaron con él en otras épocas enseñen de la manera en que aprendieron." </i>Y no en vano, durante mucho tiempo tiempo la escuela de su abuelo se denominó AYRI: Ashtanga Yoga Research Insititute o Instituto de Investigación de Ashtanga Yoga.</div>
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Por último, también quiero que se entienda que las diferencias metodológicas que se han citado en esta entrada son muy técnicas. Ashtanga Yoga es mucho más que unas series de posturas con un número de <i>vinyasas </i>y sus principios fundamentales no han cambiado. Las personas que estamos muy metidas en esto somos capaces de detectar con claridad la ausencia de un <i>asana </i>o la existencia de una variación respecto al estándar, pero una persona que comenzase a practicar Ashtanga Yoga tradicional en el 1969 y otra que lo hiciera en el 2019 tendrían experiencias muy similares, sino idénticas, aprendiendo postura a postura directamente del profesor, con énfasis en el sistema de respiración <i>vinyasa</i>, los <i>bandhas</i> y los <i>dristhis</i> y recibiendo indicaciones y ajustes personalizados. El hecho de que en determinados momentos a una se le omitiese una postura por aquí o se le añadiese otra por allá y similar, qué queréis que os diga, resulta un tanto intrascendente.<br>
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Si te ha interesado este tema presta atención a la siguiente entrada porque, como he adelantado al comienzo del artículo, me dispongo a poner al alcance del lector en castellano una obra inédita de Krishnamacharya con espectaculares revelaciones que vendrán muy a propósito con todo lo que se ha discutido aquí. </div>
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<ol style="background-color: white; color: #656565; font-family: "Open Sans", Arial, sans-serif; font-size: 13.86px; font-weight: 1000;">
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-90742032731932099652019-04-25T17:39:00.004+02:002020-12-23T15:16:53.313+01:00Practicar -también- en vacaciones.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_4d91_43a0_2d63_db36" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-yXisUKhfdPw/XMHRt4eKBwI/AAAAAAAACys/5jF2CwR9hjsWokG4ucw7ExvM5qVqOxC6QCLcBGAs/s1600/0fdebf9a-dfde-42da-94cf-b84eb4b2c061.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" id="id_8474_5031_7c60_9241" src="https://3.bp.blogspot.com/-yXisUKhfdPw/XMHRt4eKBwI/AAAAAAAACys/5jF2CwR9hjsWokG4ucw7ExvM5qVqOxC6QCLcBGAs/s320/0fdebf9a-dfde-42da-94cf-b84eb4b2c061.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con Borja y Susanna en Badalona la pasada Semana Santa. </td></tr>
</tbody></table>
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Las personas que practicamos Ashtanga Yoga de acuerdo con la tradición del KPJAYI de Mysore descansamos un día a la semana -típicamente sábado o domingo- además de en las lunas llenas y nuevas. Es decir, nuestros pies se colocan sobre la esterilla cinco o seis días semanales, independientemente de si hace frío o calor, luce el sol o graniza y es invierno o verano. También practicamos en navidades, Semana Santa y el día de nuestro cumpleaños.</div>
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<div style="text-align: justify;">Mucha gente que observa desde fuera este estilo de vida se queda perpleja: <i>"Pero, ¿no vais a descansar ni siquiera en estos días de fiesta?"</i> Y me figuro que, más de uno, al descubrir que de hecho, y salvo inevitable fuerza mayor, la práctica de cinco/seis días a la semana la mantenemos durante las cincuenta y dos semanas de que consta el año, concluye que, o bien debemos de padecer algún trastorno mental obsesivo-compulsivo, o quizás que hemos sido abducidos por una secta que nos ha convertido en unos verdaderos fanáticos. En cualesquiera de los casos tenemos un serio problema y necesitamos ayuda urgente.</div>
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No deja de ser curioso que esta clase de pensamientos ronden la cabeza de personas que, de analizar fríamente sus hábitos, sin duda encontrarían alguna actividad, sino un buen número de ellas, a la que dedican ingentes cantidades de tiempo de manera regular y que son completamente vacías o, si no del todo, sí que han crecido de manera grotesca hasta ocupar enormes porciones de sus vidas. Así, ¿cuánto tiempo dedica el ciudadano medio a ver la televisión, navegar por Internet, husmear en las redes sociales, cotillear sobre la vida de otros, alimentar sus grupos favoritos de Whatsapp, salir de copas, etcétera, etcétera?<br />
<br />
No quiero decir que haya que evitar ninguna de estas cosas, sino hacer hincapié en el hecho de que la gente sí que tiene a su disposición amplios intervalos de tiempo libre, lo que ocurre es que las decisiones que cada día toma le suelen llevar a invertirlo, y en ocasiones desperdiciarlo, en algunos de los entretenimientos ligeros que ofrece la vida moderna.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-n-1hJ-6p8K8/XMHRv73PKEI/AAAAAAAACzQ/fFyPWi25LkYt3Z456vNcDRMe6-SHSTVkACEwYBhgL/s1600/IMG_0207.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1440" data-original-width="1440" height="320" id="id_84cf_d462_4fd2_216c" src="https://1.bp.blogspot.com/-n-1hJ-6p8K8/XMHRv73PKEI/AAAAAAAACzQ/fFyPWi25LkYt3Z456vNcDRMe6-SHSTVkACEwYBhgL/s320/IMG_0207.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div>
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No hay nada de malo en ello siempre que sea lo que uno quiere. Para muchas personas el fin último en la vida puede consistir en exprimir al máximo el fin de semana, salir de fiesta y desmadrarse, acumular horas y horas de experiencia en videojuegos o pegarse atracones de televisión y prensa rosa. Es un fin perfectamente loable que no va conmigo, pero allá cada cual.<br />
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El problema surge cuando nos llega el momento en que, por ejemplo, nos proponemos aprender a tocar un instrumento musical, hacer una colección de sellos, plantar un bonsai, leer los cien mejores libros de la Literatura universal, apuntarnos a un gimnasio para perder peso, construir una maqueta del Titanic, cultivar un huerto o aprender a bailar tango, pero con la manida excusa de la falta de tiempo no superamos nunca la fase de proyecto. Se trata de una situación que todos conocemos bien: los grandes planes de septiembre o enero suelen quedarse en nada para cuando llegan los meses de noviembre o marzo.</div>
<div style="text-align: justify;">
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Con el yoga sucede algo parecido. La mayoría esgrimimos la misma queja: no tenemos tiempo, y en base a ella lo abandonamos o no llegamos a empezarlo nunca. Pero, curiosamente, esto se aplica solamente a nuestra práctica. Ya no es que no dispongamos de noventa minutos diarios (lo que típicamente llevaría completar la primera serie), sino ya ni siquiera los treinta o quince minutos necesarios para mantener una práctica mínima pero, en cambio, siempre tenemos de sobra para comer, dormir, viajar, trabajar, ir de compras, alternar con gente y entretenernos. No tenemos tiempo para la práctica, y sin embargo, las preocupaciones, el miedo, la ira, la inseguridad y la ansiedad siguen estando allí robándonos preciosos momentos de nuestra vida y nuestro descanso. Los <i>smartphones</i>, <i>iPads</i> y Facebook devoran también enormes legajos y tampoco vemos ningún problema en ello. Pero en lo que respecta a la práctica, nos acucia el tiempo. ¿Por qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El yoga es una actividad especialmente susceptible a ser abandonada por un motivo muy claro: asusta. Su planteamiento físico es sólo una gabardina, es decir, su capa más externa y visible. Debajo subyace una propuesta a la que el ser humano no está acostumbrado, consistente en retirar la mente del mundo exterior de los objetos y voltearla hacia el silencioso, desconocido y a menudo inquietante, mundo interior.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-KLuBM4GpLGM/XMHRtyzVqvI/AAAAAAAACzU/SjF0ko8SsLcFTRdts_q-dvHCO15cvRcUQCEwYBhgL/s1600/5b01cd59-82f5-426f-833d-1a310f96e82e.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" id="id_2f2_af56_bfd9_2da1" src="https://1.bp.blogspot.com/-KLuBM4GpLGM/XMHRtyzVqvI/AAAAAAAACzU/SjF0ko8SsLcFTRdts_q-dvHCO15cvRcUQCEwYBhgL/s320/5b01cd59-82f5-426f-833d-1a310f96e82e.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div>
<br />
Este proceso de retirada del mundo externo resulta difícil, y hay dos razones para ello. La primera es nuestra estrecha familiaridad con el mundo externo. Esto es lo que conocemos. Esto es donde hemos nacido. Vivimos aquí y moriremos aquí. Nuestras nociones de pérdida y ganancia, fracaso y éxito las define el mundo externo y se constriñen a él. Lo percibimos completo, sólido. Creemos firmemente en la realidad de este mundo externo y, en pocas palabras, resulta extremadamente difícil abandonarlo.<br />
<br />
El segundo motivo por el que se nos hace tan arduo girar la mente hacia dentro es que conocemos muy poco acerca de la dimensión interna de la vida. Lo poco que sabemos se basa en cortos destellos intuitivos o en lo que otras personas han dicho o escrito. Dado que no tenemos una experiencia directa de la realidad interna, no estamos del todo convencidos de que ni siquiera exista. Para la mayoría de nosotros, el mundo interno no tiene sustancia y la duda socava nuestra creencia en él. Sentimos curiosidad, sí, pero nos parece lejano, inalcanzable.<br />
<br />
Como resultado de ello, la exploración del mundo interno y la permanencia en él durante cierto periodo de tiempo no figura entre nuestras prioridades. A menos que estemos convencidos de la importancia de conocer dicha dimensión interna, jamás empeñaremos el tiempo y la energía suficientes en investigarla. Y a menos que practiquemos con persistencia durante un largo periodo de tiempo, el hábito erigido sobre nuestra práctica no llegará nunca a ser lo suficientemente intenso como para sobreponerse a los hábitos que distraen nuestra mente y la arrastran una y otra vez de vuelta hacia lo externo.<br />
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La pasada Semana Santa estuvimos en Badalona en un retiro de Ashtanga Yoga con nuestro querido profesor Borja. Fotografías obtenidas durante esas vacaciones ilustran esta entrada del <i>blog</i>. Practicamos todas las mañanas de Jueves Santo a Domingo de Resurrección. La misma práctica que hacemos en solitario de manera cotidiana durante todo el año pero con otras personas alrededor y en presencia de Borja. Para nosotros fue un verdadero placer volver a sentirnos alumnos a los pies de Borja, aunque me imagino que a muchas personas les costará entender que durante nuestras vacaciones hayamos optado por continuar levantándonos temprano para hacer lo que ya hacemos durante el resto del año, y que encima lo hayamos disfrutado. </div>
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<a href="https://3.bp.blogspot.com/-h7E-NHYAnz0/XMHRvpZq8tI/AAAAAAAACzM/ziHrfVN61vYYjTgluwxuO3U_mGy_x5CzQCEwYBhgL/s1600/be5528d9-b169-4923-a452-868959fb4c5a.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1036" data-original-width="1600" height="207" id="id_6253_c8be_748c_3c10" src="https://3.bp.blogspot.com/-h7E-NHYAnz0/XMHRvpZq8tI/AAAAAAAACzM/ziHrfVN61vYYjTgluwxuO3U_mGy_x5CzQCEwYBhgL/s320/be5528d9-b169-4923-a452-868959fb4c5a.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div>
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Las personas que piensen así seguramente estén relacionando la práctica de yoga con la noción que tienen de madrugar para ir al trabajo: un trabajo que necesitan para subsistir pero que les desagrada y del que durante las vacaciones prefieren olvidarse por completo. La cuestión de fondo es que para nosotros la práctica no supone ninguna obligación desagradable y mucho menos un castigo o una tortura que nos hemos impuesto.</div>
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Por desgracia, la vida de muchos se ha convertido en una suerte de carrera de caballos en la que no desempeñamos el papel de jinete que lleva las riendas, sino el del caballo al que se hace galopar desbocado a base de espuelazos o latigazos hacia no se sabe muy bien dónde. Si madrugamos, no es porque así lo hayamos decidido, sino porque no nos queda más remedio y porque si no lo hacemos recibiremos una reprimenda por parte de terceras personas o instituciones que se erigen en nuestro <i>jockey </i>fustigador particular. La disciplina impuesta desde fuera la asumimos sin chistar obedientes, pero nos cuesta mucho establecerla si es para algo que nos atañe sólo a nosotros mismos.<br />
<br />
En mi antiguo trabajo en Madrid, a menudo mis compañeros me preguntaban si no se me hacía insoportable practicar yoga después del trabajo o levantarme temprano para hacerlo antes. Yo, que después de tantos años conocía bien las circunstancias vitales de algunos, les recordaba que ellos cada día demostraban ser capaces de embarcarse en una verdadera odisea matutina de dos horas de duración para trasladarse en transporte público desde Alcalá de Henares o Alpedrete hasta el centro de Madrid. Su réplica era que, claro, si no cumplían con el horario laboral corrían el riesgo de sufrir un despido procedente por parte de la empresa, pero que a mí nadie me iba a amonestar de ninguna forma si no me presentaba en la clase de yoga.<br />
<br />
Mi última palabra era la siguiente: <i>"La diferencia es que vosotros asumís la disciplina como obligación. En el caso del yoga, yo lo hago por gusto."</i><br />
<br />
En efecto, hacer por gusto algo que se ha convertido en un deber o, mejor aún, que uno mismo ha convertido en un deber. Porque educar y proveer a los hijos es algo que se hace con mucho gusto, pero también es una obligación ineludible. Salir al monte cada domingo, acudir a clases de saxofón los martes y jueves, jugar al Scalextric el fin de semana o volverse vegetariano no son actividades que encadenen a nadie y que se pueden abandonar en cualquier momento, pero si se mantienen a lo largo del tiempo con gran persistencia al final se pueden llegar a convertir en disciplinas asumidas con gusto que te hacen sentir bien, que te agradan, que quieres mantener cerca de ti y revivirlas una y otra vez y que incluso acaban conformando tu propio estilo de vida.<br />
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<a href="https://4.bp.blogspot.com/-3A27WR0DhvA/XMHRuFiRQ3I/AAAAAAAACzI/7i8UI6yP5v4hLKio-DeXXLB79rWg9rJMgCEwYBhgL/s1600/243b2068-0944-4c39-a33c-876773a87f60.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" id="id_edd7_fbc1_e67f_c899" src="https://4.bp.blogspot.com/-3A27WR0DhvA/XMHRuFiRQ3I/AAAAAAAACzI/7i8UI6yP5v4hLKio-DeXXLB79rWg9rJMgCEwYBhgL/s320/243b2068-0944-4c39-a33c-876773a87f60.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320" /></a></div>
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Justo esto es lo que es el yoga para nosotros. La forma de yoga que practicamos, Ashtanga Yoga, exige esfuerzo y dedicación. Cada día de práctica supone un notable esfuerzo físico y mental, pero no la vemos como una inaguantable obligación ni como una manera de mortificarnos sino todo lo contrario: se trata de una rutina diaria que nos hace sentir bien, nos proporciona bienestar y ayuda a asentar nuestras emociones.<br />
<br />
Durante la conferencia de los sábados en Mysore a menudo la gente le pregunta a Sharath Jois qué puede hacer para mantener la motivación al regresar a casa. A veces su respuesta es así de sencilla: <i>"¿No te limpias los dientes cada día? Pues haz también cada día tu práctica."</i> Este profiláctico paralelismo resulta muy acertado porque describe la práctica no como una rutina de ejercicios de la que uno se puede aburrir, sino como una forma de limpieza, de chequeo de sistemas, de comprobación del estado de la maquinaria que se ha incorporado a tu vida como el limpiarse los dientes tras una comida, ponerse los zapatos antes de salir a la calle, prepararse la cena por la noche y tantas otras cosas que llevamos a cabo a lo largo del día sin plantearnos si tendremos ganas de hacerlas o no.<br />
<br />
Al practicar cada día o, mejor dicho, los cinco/seis días a la semana que practicamos quienes lo hacemos de acuerdo con el método tradicional, nos estamos poniendo ante un espejo que proyecta no nuestra imagen, sino la situación actual en que nos encontramos. La práctica es un patrón, una regla de medir siempre con la misma longitud, y al colocar sobre ella tu respiración y los movimientos de tu cuerpo se te ofrece la oportunidad de observar de manera íntima y silenciosa el estado particular de tu mente en ese día. ¿Respiras como la suave brisa del mar o más bien como un búfalo en celo? ¿Estás tranquilo y centrado o quizás estás volviendo una y otra vez a ese problema que tanto te angustia? ¿Acaso has empezado suave y lento y a medio camino has metido el turbo como si tuvieras que salir corriendo a algún lado? ¿Estás presente en cada <i>asana </i>o a cada momento estás pensando en lo que viene después? ¿Aflojas cuando y donde tienes que aflojar o estás apretando y contrayendo de forma innecesaria para conseguir llegar más lejos? ¿Has terminado la práctica casi sin darte cuenta o tenías ganas de terminar cuanto antes y has buscado el reloj con la mirada veinte veces? Las posturas en sí habrán sido ejecutadas con mejor o peor aspecto, pero lo que es seguro es que tu experiencia interna de hoy habrá sido distinta de la de mañana. Una persona que te saque sendas fotografías hoy y mañana en <i>parivritta trikonasana</i> puede que no note diferencia cuando las compare. Sin embargo, más allá de la imagen externa que haya captado el objetivo, tu sabes que tu experiencia interna, tu proceso de reflexión en el <i>asana </i>habrá sido distinto cada día. Al final, aprendes que la mejor práctica se siente dentro y no se puede capturar en ninguna foto. Y este conocimiento será algo que ni las frustraciones de la vida, sus éxitos y fracasos, las temidas lesiones ni la inevitable vejez te podrán arrebatar jamás.<br />
<br />En resumidas cuentas, la principal fuente de motivación surge de nosotros mismos. La pereza, la resistencia y el desánimo se desmoronan desde el momento en que la práctica adquiere tanto sentido como experiencia reflexiva que no encontramos ningún motivo para dejar de hacerla. Ni siquiera durante las vacaciones.<br />
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<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</div>
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<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: justify; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<div style="margin: 0px; text-align: center;">
<i>"Obsessed is the word lazy people use to describe the dedicated."</i><br />
<i><br /></i>
<i>"Obsesionados es la palabra que los perezosos emplean para describir a los entregados"</i></div><div style="margin: 0px; text-align: center;"><i><br /></i></div><div style="margin: 0px; text-align: center;"><i><br /></i></div><div style="margin: 0px; text-align: center;"><i><br /></i></div><div style="margin: 0px; text-align: center;"><i><br /></i></div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-68836901684306632792019-04-10T11:15:00.001+02:002019-04-12T18:11:16.148+02:00¿Evoluciones o distorsiones? Lo que Ashtanga Yoga no es.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Vpp4iw5B42c/XJeF_D2qhOI/AAAAAAAACwM/RSNUpRoZD1AY-yqddaSj4OclHDozAwrLwCLcBGAs/s1600/Ashtanga%2BYoga%2Bwhat%2Bit%2Bis%2Bnot.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="1390" height="138" id="id_38b3_6885_fac0_c011" src="https://1.bp.blogspot.com/-Vpp4iw5B42c/XJeF_D2qhOI/AAAAAAAACwM/RSNUpRoZD1AY-yqddaSj4OclHDozAwrLwCLcBGAs/s320/Ashtanga%2BYoga%2Bwhat%2Bit%2Bis%2Bnot.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div>
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A lo largo de los tres años y medio largos de existencia de Ashtanga Yoga Bilbao, y diríase que cada vez con mayor frecuencia, nos surge la peculiar situación de tener que explicarle a gente que creía haber practicado Ashtanga Yoga que en realidad no había practicado Ashtanga Yoga</div>
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La casuística es amplia. Ha habido desde quien afirmaba haber practicado ya Ashtanga Yoga y quería conocer “nuestro método”, hasta personas que reconocían ser profesoras de Ashtanga Yoga pero desconocían por completo eso de la práctica “estilo Mysore”. Lo más llamativo son los autoproclamados practicantes de "otra forma de Ashtanga Yoga", como si por ahí existiera un amplio abanico de estilos bajo el epígrafe "Ashtanga Yoga" entre los que escoger.</div>
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Lo primero que tengo que decir es que la gente es libre de hacer aquello que guste y de la manera que más le guste. La única pega la sitúo en la integridad y coherencia de aquello que se dice enseñar, que a veces se reduce a una simple cuestión de nomenclatura. </div>
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Pattabhi Jois enseñó una práctica de posturas sincronizadas con un forma especial de respiración mediante el concepto de <i>vinyasa </i>y ordenadas en secuencias de dificultad creciente que se enseñaban en un formato de práctica autónoma, sin guía externa, en lo que se dio a conocer como estilo Mysore, en alusión a la ciudad en la que Guruji vivió, aprendió y enseñó. Más tarde, y con el objeto de clarificar los pasos exactos, los <i>vinyasas</i> que componían cada <i>asana</i>, comenzó a enseñar clases guiadas que servían de complemento a las clases estilo Mysore. Esto no es <i>nuestro</i> método, sino <i>el</i> método, lo que se acabaría conociendo como el método tradicional de Ashtanga Yoga al que se dedicó la <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2019/03/el-metodo-tradicional-de-ashtanga-yoga.html" id="id_2290_29ef_4f72_dcba" target="_blank">penúltima entrada</a> de este <i>blog</i>.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_14b0_d94f_bf37_1800" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-7NSF5OZcnIw/XJeH0Wgu5eI/AAAAAAAACwY/sGYpyX3FdN4HjKtwKxqwcKQmjKosWjpSQCLcBGAs/s1600/Mysore%2Bstyle%2Bclass%2BBilbao.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="320" id="id_4617_909f_d2be_cac0" src="https://3.bp.blogspot.com/-7NSF5OZcnIw/XJeH0Wgu5eI/AAAAAAAACwY/sGYpyX3FdN4HjKtwKxqwcKQmjKosWjpSQCLcBGAs/s320/Mysore%2Bstyle%2Bclass%2BBilbao.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Aspecto de una clase de Ashtanga Yoga tradicional en Ashtanga Yoga Bilbao.</td></tr>
</tbody></table>
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A este estilo de yoga a cuya divulgación dedicó su vida Guruji lo llamó Ashtanga Yoga, lo cual quizás no fue lo más acertado porque invitaba a confundirlo con el yoga de los ocho pasos (ashtanga) descrito por el sabio Patanjali en el segundo capítulo de los Yoga Sutras. Se dice que el texto medieval (Yoga Korunta) en que estaba basado el método de Jois se encontraba enrollado en un pergamino junto con una copia de los Yoga Sutras cuando fue encontrado por Krishnamacharya en la Biblioteca de Calcuta, lo que sugería que el método de <i>asanas </i>debía de ser aprendido junto con el texto filosófico. El yoga de los ocho pasos de Patanjali, obviamente, hacía referencia a un sistema de yoga mucho más amplio y en ningún caso constreñido a las enseñanzas de Krishnamacharya y Jois, pero el hecho de que se hubiesen hallado juntos en el mismo rollo los relacionaba de manera inequívoca, y por eso Guruji debió considerar legítimo el empleo del nombre de Ashtanga Yoga Nilayam (Estudios de Ashtanga Yoga) cuando abrió su escuela en 1948. En realidad. se trataba de "su manera" de practicar el ashtanga yoga, el yoga de los ocho pasos de Patanjali, la manera que él había aprendido de Krishnamacharya y la que él enseñaba, con la práctica directa de las cuatro ramas externas (<i>yama</i>, <i>niyama</i>, <i>asana </i>y <i>pranayama</i>) y la práctica indirecta, sutil, de las cuatro ramas internas (<i>pratyahara</i>, <i>dharana</i>, <i>dhyana</i>, <i>samadhi</i>). </div>
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A partir de la década de 1970 el Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois se difundió por el mundo y el término "ashtanga" se acabó identificando casi totalmente con el yoga de Pattabhi Jois, lo que en cierto modo eclipsaba al ashtanga yoga descrito en los Yoga Sutras de Patanjali, texto fundacional del yoga como sistema filosófico y en el que absolutamente todos los estilos de yoga se fundamentan. En esto Guruji no tuvo la culpa; el interés del mundo se centró más en la práctica física que en el soporte filosófico que pudiese haber detrás. Habría sucedido algo parecido si las enseñanzas de Freud se hubieran asociado totalmente al término "Psicología" o las leyes de Newton al término "Física". Freud desarrolló sus investigaciones dentro del ámbito de la psicología y Newton del de la física y perfectamente podía afirmarse que eran grandes figuras en ambas, pero habría sido un error que, debido a la creciente popularización de los métodos divulgados por Newton y Freud se hubiera acabado produciendo una identificación completa de la psicología freudiana con la Psicología en su sentido más general o de la física newtoniana con la Física con mayúsculas.</div>
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<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/bsbwAjrQTh4/0.jpg" frameborder="0" height="266" id="id_d2ad_d2d8_ff4e_ea87" src="https://www.youtube.com/embed/bsbwAjrQTh4?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
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En cualquier caso, el Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois con el tiempo adquirió un estatus de marca, de prestigio. Se trataba de un estilo de yoga genuino de la India enseñado por un linaje de maestros indios pero que, a diferencia de otros yogas más devocionales, más meditativos, más filosóficos, más internos que habían llegado a Occidente, era muy exigente desde el punto de vista físico y adoptaba un aspecto espectacular entre los practicantes experimentados. Guruji no dejaba de lado ni mucho menos los aspectos internos del ashtanga yoga de Patanjali; de hecho pensaba que mediante la práctica de las ramas externas se podía llegar a las internas de forma indirecta. En lo que no creía era en la eficacia de las técnicas intelectuales como medio para alcanzar el estado de <i>nirodha</i>, <i>samadhi </i>o iluminación. En sus propias palabras (ver vídeo sobre este párrafo): <i>"No preguntes teoría. No necesitas teoría. Hay dos métodos: externo e interno. El método externo consiste en practicar yama, niyama, asana y pranayama. El interno consta de pratyahara, dharana, dhyana, samadhi. Es posible corregir lo externo. Lo interno es imposible de corregir. Sigue el método: practica, practica, practica y, al final, el interior, mirar a Dios, se volverá posible. No basta con un mes, dos meses, un año, dos años, diez años... hace falta toda la vida de práctica. Así es el método."</i> Y en Occidente, donde las apariencias externas nos obsesionan, se cogió el rábano por las hojas y el enfoque externo de Guruji, sólo su enfoque externo, no tardó en cosechar un gran éxito. </div>
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Si algo caracteriza a los norteamericanos es su visión comercial. Estados Unidos fue el primer lugar de Occidente al que llegó Ashtanga Yoga y donde se produjo su explosión. Algunos estudiantes se convirtieron en profesores y enseñaron en sus ciudades el método que aprendían en Mysore. David Williams, quien hace pocos días impartió un <i>workshop</i> en Bilbao, fue uno de los primeros. En sus talleres afirma que él enseña exactamente lo mismo que aprendió con Pattabhi Jois, sin la menor alteración. Como él, una constelación de estudiantes de Guruji divulgaron el yoga de Mysore fuera de la India.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_49bb_538e_afd_8340" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-LIF6yrOjR1Y/XJePwlt5HuI/AAAAAAAACw4/lEuOyWp7jEwRTHQ9Py-htdvOl7iYaaSUACLcBGAs/s1600/Mysore%2Bstyle-Lakshmipuram.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1053" data-original-width="1600" height="210" id="id_7e3a_8f3b_c37f_cb3c" src="https://1.bp.blogspot.com/-LIF6yrOjR1Y/XJePwlt5HuI/AAAAAAAACw4/lEuOyWp7jEwRTHQ9Py-htdvOl7iYaaSUACLcBGAs/s320/Mysore%2Bstyle-Lakshmipuram.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Método tradicional en la <i>old shala</i> de Lakshmipuram.</td></tr>
</tbody></table>
<br></div>
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Pero muchos otros profesores no se limitarían a enseñar lo que habían aprendido de Guruji y quisieron innovar. El método de Ashtanga Yoga tenía muchas ventajas, pero también inconvenientes. Por ejemplo, y siempre desde el punto de vista del profesor, resultaba muy incómodo tener que enseñarle el sistema completo desde cero a cada nuevo estudiante; se convertía en un proceso tedioso que requería que hubiera varios profesores en cada clase y que hubiese que estar muy pendiente de las personas principiantes, asegurándose de que memorizaban la serie y no se limitaban a copiar a la persona de al lado. También, muchas personas se acababan aburriendo de practicar siempre la misma secuencia y de no hacer cosas nuevas cada día, o perdían la paciencia porque no lograban progresar a través de las series en poco tiempo. A otros les abrumaba tener que memorizar la secuencia de asanas; el esfuerzo requerido se les antojaba insoportable. Por eso, muchas personas acababan dejando las clases de Ashtanga Yoga y, me imagino, se apuntaban a un gimnasio o a una escuela de aeróbic donde no se les hacía pensar y encontraban el entretenimiento físico que buscaban.</div>
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<br></div>
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Debido a todo esto, principalmente en Estados Unidos a partir de finales de la década de 1980 y principios de 1990 comenzarían a surgir “variantes” de Ashtanga Yoga, métodos de yoga claramente basados en el Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois, con secuenciación de <i>asanas</i> mediante la misma técnica de <i>vinyasa</i> y una estructura de práctica similar compuesta de saludos al sol, posturas de pie, posturas de suelo y secuencia de cierre, pero que se alejaban del método tradicional. Entre otras cosas, las clases no se impartían en estilo Mysore, sino que eran siempre guiadas: al practicante ya no se le exigía memorizar ninguna secuencia, sino que el profesor diseñaba una serie de <i>asanas</i> distinta cada día extraida de las series de Pattabhi Jois y dirigía al grupo a través de ella, a menudo demostrando él mismo lo que venía a continuación y proporcionando alternativas para los diferentes niveles de estudiantes.</div>
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<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Las clases estaban abiertas a toda clase de variantes. Así, en <i>adho mvkha svanasana</i> el profesor podía proponer levantar una de las piernas por el estilo de la cola de un escorpión, o en el saludo al sol B sustituir el <i>vinyasa</i> en el que se hace la posición del guerrero o <i>virabhadrasana</i> por alguna variante de <i>vashistasana</i>. La clase estaba abierta a la originalidad e incluso se podía acompañar con música al gusto, desde éxitos del pop hasta temas relajantes. De hecho, la valía y éxito de un profesor la determinaba su capacidad de improvisar y sorprender con cosas nuevas cada día. </div>
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<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_8aa4_2ee8_8964_39c1" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-08y0U6LHJAM/XJeKDmw3u9I/AAAAAAAACws/ylpJRD7Ft9YE3KayWh85bu1MVJLbegJlgCLcBGAs/s1600/Bryan%2BKest%2BPower%2BYoga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="710" height="141" id="id_546f_a0bd_bd3a_d014" src="https://1.bp.blogspot.com/-08y0U6LHJAM/XJeKDmw3u9I/AAAAAAAACws/ylpJRD7Ft9YE3KayWh85bu1MVJLbegJlgCLcBGAs/s320/Bryan%2BKest%2BPower%2BYoga.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Bryan Kest durante una clase de Power Yoga.</td></tr>
</tbody></table>
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los grandes exponentes de esta nueva manera de practicar yoga fue Bryan Kest, antiguo estudiante de Pattabhi Jois que decidió desviarse de la enseñanza original de su maestro y fundar, bajo el debido <i>copyright</i>, el estilo que pasó a conocerse como Power Yoga, el Yoga del Poder. Entre sus compañeros de Mysore Bryan Kest era famoso por ser una persona muy fuerte procedente del mundo del <i>fitness</i> a la que se le daban bien los equilibrios sobre manos que se practican en la tercera serie pero que las pasaba canutas en los giros de cadera de la serie primera y las extensiones de columna de la intermedia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Bryan era muy consciente de que la manera tradicional de practicar Ashtanga Yoga haría que muchos de sus estudiantes tardasen años en progresar a través de las series. Sin embargo, con su invención, el Power Yoga, todos podrían practicar <i>asanas</i> de la tercera serie desde el primer día aunque, eso sí, todas las posturas que requerieran de una aproximación sosegada, individualizada, que la mayoría no pudiera hacer a la primera, se omitían discretamente. Además de por sus aptitudes gimnásticas, Bryan era también famoso por su gran visión comercial; fue uno de los pioneros a los que se les ocurrió coser esterillas de algodón a esterillas de goma para que la gente pudiese practicar sin resbalarse con el sudor. Vendería esas esterillas con cierto éxito, pero sin duda fue el Power Yoga lo que le daría fama mundial y llenaría su cuenta bancaria de ceros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que pasó a continuación no deja de tener cierta gracia. La gente que observaba el panorama desde fuera, veía por un lado a los practicantes de Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois con sus secuencias dinámicas de posturas, su sudor, su sonido raro al respirar y sus cuerpos estilizados, y por el otro veían a los que practicaban Power Yoga estilizados, sudados, respirando raro y entrelazando <i>asanas</i>, y acabaron pensando que se trataba de LO MISMO.<br>
<br>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/WkB93FF52VQ/0.jpg" frameborder="0" height="266" id="id_e56e_433b_de8d_8d6a" src="https://www.youtube.com/embed/WkB93FF52VQ?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
<br>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;">Una muestra de la lamentable "guerra del yoga" entre BKS Iyengar y Pattabhi Jois, antiguos compañeros. Aquí, Iyengar ridiculiza el yoga de Pattabhi Jois y lo confunde con el Power Yoga de su alumno "díscolo" Bryan Kest. Por suerte, tengo entendido que al final de sus días se reconciliaron.</span></div>
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Así es cómo se produjo la gran confusión. El Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois y el Power Yoga de Bryan Kest acabaron siendo sinónimos a ojos del público. Existe un vídeo muy desafortunado de BKS Iyengar burlándose del yoga de Pattabhi Jois (ver vídeo sobre este párrafo) al que describe como <i>“el Power Yoga de Pattabhi Jois”</i>, en el que guía a un estudiante a través de movimientos frenéticos y en el que describe el yoga que enseñó su viejo maestro Krishnamacharya en Mysore como una mera forma de ejercicio físico diseñada para desarrollar los músculos de los miembros de la familia real del Palacio. atribuyéndose a sí mismo el verdadero legado de Krishnamacharya en lo que respecta al yoga. Las guerras del yoga, ya se sabe...<br>
<br>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: left;">Para sortear el tema del <i>copyright</i> la cosa fue todavía más allá, y diferentes profesores comenzaron a enseñar su propia forma de yoga inspirada en el sistema de Pattabhi Jois. Otro de los más notorios fue Larry Schultz, antiguo estudiante de Pattabhi Jois también y que se dedicó a enseñar series de <i>asanas </i>modificadas respecto al método tradicional que aprendió en Mysore. Al principio, y pese a que era perfectamente consciente de las distorsiones que estaba introduciendo, lo llamaba Ashtanga Yoga, aunque a mediados de la década de 1990, y mientras ejercía de profesor de yoga de los miembros de la banda de rock Grateful Dead, uno de ellos le propuso que lo llamase "Rocket Yoga" porque <i>"te lleva allí más rápido"</i>, y desde entonces se lo conoce así y tiene su propio sello de <i>copyright</i>. </span><br>
<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_fe32_2dc4_e238_d246" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-kfkxEzsh7uQ/XJeJhlJ98RI/AAAAAAAACwk/i0UxQOoOH-cAFJIrre7IOaXlWgxAc2vDQCLcBGAs/s1600/Evolution%2Bfrom%2BAshtanga%2Bto%2BRocket.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="864" height="133" id="id_c251_af00_db76_b1a8" src="https://2.bp.blogspot.com/-kfkxEzsh7uQ/XJeJhlJ98RI/AAAAAAAACwk/i0UxQOoOH-cAFJIrre7IOaXlWgxAc2vDQCLcBGAs/s320/Evolution%2Bfrom%2BAshtanga%2Bto%2BRocket.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Polémica sucesión de imágenes en la que se expone a Larry Schultz, creador del Rocket Yoga, como una "evolución" del Ashtanga Yoga.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
El abanico se fue abriendo cada vez más, y se podía decir que en algunos lugares había casi tantos estilos de yoga como profesores, que pugnaban entre sí por ofrecer las mejores clases con las secuenciaciones de <i>asanas </i>"definitivas". En esa precisa situación me vi yo cuando conocí Ashtanga Yoga, o lo que creía era Ashtanga Yoga, durante el viaje de tres meses que hice a San Diego tras terminar la carrera en el año 2005. Durante casi noventa días practiqué a diario diferentes estilos de yoga dinámicos en clases guiadas con idéntica estructura: saludos al sol de dos tipos, posturas de pie, posturas de suelo y secuencia final. <span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0); text-align: left;">Recuerdo los nombres de varios profesores, algunos de los cuales, luego lo supe, resultaban ser bastante famosillos: Gerhard Gessner, Carolina Vivas, Ana Forrest, Shiva Rae, Steven Earth... Todos ellos afirmaban enseñar su propio estilo, mezcla e influencia de otros, pero le ponían nombres rimbombantes para distinguirlos entre sí, a saber: Flow Vinyasa, Ashtanga Vinyasa, Forrest Yoga, Vinyasa Prana, Morning Flow, Dynamic Yoga, Ashtanga Improved... Pese a mi confusión tenía la ligera idea de que </span><span style="text-align: left;">el Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois era el trasfondo y base común de todos ellos, y de hecho cuando regresé a España en enero del 2006 y encontré trabajo en Madrid, a la hora de retomar la práctica de yoga busqué en Google el término "Ashtanga" esperando encontrar lo que tanto me había fascinado durante aquellos tres meses en San Diego.</span><span style="background-color: rgba(255, 255, 255, 0); text-align: left;"> </span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br>
¿Y qué tenía que decir Pattabhi Jois acerca de todo esto? Pues no se quedó callado, ni mucho menos. A Larry Schultz simplemente lo llamaría el <i>"hombre malo de Ashtanga Yoga"</i> (<i>"bad man of Ashtanga Yoga"</i>), pero parece que el tema de que el Power Yoga de Bryan Kest se confundiera con lo que él enseñaba le debió molestar bastante, hasta el punto de llegar a escribir una carta abierta a Yoga Journal, la revista de yoga con mayor divulgación en los Estados Unidos, en términos muy severos. La famosa carta <a href="http://aylibrary.blogspot.com/2012/10/a-letter-from-srik-pattabhi-jois-to.html" id="id_5ee6_c48f_c1cc_4e5a" rel="nofollow" target="_blank">se publicó</a> en noviembre del año 1995 y la reproducimos a continuación, traducida al castellano:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_6565_1232_c9b5_3422" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-tZZ_Ixs8LK8/XJeQb7FeZ8I/AAAAAAAACxA/KDTJPTPD4p49bEgXkp972o0ZbtrpaMPtACLcBGAs/s1600/Guruji_white.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="567" height="320" id="id_9a3f_336f_7f7_e4cb" src="https://4.bp.blogspot.com/-tZZ_Ixs8LK8/XJeQb7FeZ8I/AAAAAAAACxA/KDTJPTPD4p49bEgXkp972o0ZbtrpaMPtACLcBGAs/s320/Guruji_white.jpg" style="height: auto; width: 212px;" width="212"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Guruji en la puerta de la <i>new shala</i> de Gokulam.</td></tr>
</tbody></table>
<br>
<i>Me ha decepcionado descubrir que muchos estudiantes novatos hayan cogido Ashtanga Yoga y lo hayan convertido en un circo para su propia fama y lucro. El propio nombre "Power Yoga" degrada la profundidad, propósito y método del sistema de yoga que recibí de mi gurú, Sri T. Krishnamacharya. El poder es una propiedad de Dios. No es algo que se pueda recaudar para el ego de uno. Los métodos de yoga parciales que se desvían de su propósito interno pueden hacer que se acumulen los seis venenos (deseo, ira, codicia, ilusión, engaño y envidia) en torno al corazón. El sistema completo de ashtanga practicado con devoción conduce a la libertad dentro del propio corazón. El Yoga Sutra 2.28 confirma esto: "Yogaanganusthanat asuddiksaye jnanadiptih avivekakhyateh", lo cual quiere decir que "la práctica de todos los aspectos del yoga destruye las impurezas de manera que la luz del conocimiento y discriminación brille." Es desafortunado que estudiantes que todavía no han madurado su propia práctica hayan modificado el método y recortado la esencia de un linaje antiguo para acomodarlo a sus propias limitaciones.</i><br>
<i><br></i>
<i>El sistema de Ashtanga Yoga nunca debería ser confundido con "power yoga" ni ninguna otra creación caprichosa que va en contra de la tradición de muchos tipos de textos de yoga. Sería una vergüenza que la preciosa yoga de la liberación se perdiera en el barro de un ignorante culto al cuerpo. </i><br>
<br>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_4627_21b4_1c5d_68cf" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-TBWlC2PWUr4/V4VYnul1V8I/AAAAAAAABpI/EGXiPwZ0FkMWRr7CCE3qPl2OwCSlVBGKACPcBGAYYCw/s1600/Sharath%2BKrishnamacharya%2BPattabhi.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="421" data-original-width="640" height="210" id="id_cff9_25a9_ca6b_5e04" src="https://4.bp.blogspot.com/-TBWlC2PWUr4/V4VYnul1V8I/AAAAAAAABpI/EGXiPwZ0FkMWRr7CCE3qPl2OwCSlVBGKACPcBGAYYCw/s320/Sharath%2BKrishnamacharya%2BPattabhi.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">De Krishnamacharya a Sharathji pasando por Pattabhi Jois mediante la transmisión <i>guru-shishya parampara</i>; no menos de veinte años de aprendizaje mediaron entre uno y otro.</td></tr>
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Quede claro que con todo esto no trato de menospreciar otros estilos, sino de reivindicar la integridad de la manera de enseñar yoga que Pattabhi Jois recibió de Krishnamacharya, preservó para las generaciones venideras y que ha desempeñado un papel crucial en la divulgación del yoga por el mundo a partir de la segunda mitad del siglo veinte. El hecho de que Ashtanga Yoga se sustente en un linaje de reputados maestros indios versados en yoga y filosofía, y de que asiente sus cimientos en un antiguo texto medieval le confiere un gran respaldo, una enorme autoridad, y en consecuencia muchos de sus "estilos modificados" han pretendido subirse al carro de Pattabhi Jois para encontrar legitimidad a través de él llegando a autoproclamarse "evoluciones" o "mejoras" del Ashtanga Yoga original cuando, a lo sumo, se trata de distorsiones. Lo que deberían hacer es recorrer su propio camino y no pretender arrogarse una potestad que no les corresponde ni adherirse a un linaje que no es el suyo de la misma forma que un acordeonista que toca en el metro no debería jactarse de ser una evolución de Mozart pese a que, aparentemente, ambos produzcan música.<br>
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El principal problema que hay con todas esas variantes de Ashtanga Yoga surgidas en Occidente es que su enfoque sesgado provoca que por el camino se pierda una buena parte del propósito original y, por eso, más allá de las diferencias metodológicas en que incurran, no deberían de ser confundidos con Ashtanga Yoga. En concreto, Ashtanga Yoga tiene una característica clave del yoga de Krishnamacharya que resulta imposible de reproducir en ninguno de esos estilos de yoga pensados para que cualquier persona se incorpore cualquier día a una clase de yoga guiada y la complete de principio a fin como si se hubiese metido en una clase de zumba: la personalización. O, como decía Krishnamacharya: <i>"Enseña lo que está dentro de ti pero no como se aplica a ti, sino como se aplica a la persona que está ante ti."</i> <br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_86ed_5c2d_72f8_ae2b" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-ysz3ia0QCMM/XJe3DOW2vQI/AAAAAAAACxM/ewF2rybKXTIihOS_I6ePcxxAB0GC91VpACLcBGAs/s1600/srivatsa-ramaswami-krishnamacharya-personal-photo-chanting-1968.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1164" data-original-width="1600" height="232" id="id_df1c_ac31_148c_d593" src="https://2.bp.blogspot.com/-ysz3ia0QCMM/XJe3DOW2vQI/AAAAAAAACxM/ewF2rybKXTIihOS_I6ePcxxAB0GC91VpACLcBGAs/s320/srivatsa-ramaswami-krishnamacharya-personal-photo-chanting-1968.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Un jovencísimo Srivatsa Ramaswami junto a Tirumalai Krishnamacharya durante una sesión de chanting en 1968. Merece la pena destacar que por aquel entonces Krishnamacharya contaba ya con ochenta años de edad, que no aparenta para nada. Fallecería en 1989.</td></tr>
</tbody></table>
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Los estilos de yoga conocidos como Vinyasa Yoga y similar a menudo se asocian al Vinyasa Krama de Krishnamacharya que se ha divulgado a través de Srivatsa Ramaswami, un estudiante de Krishnamacharya durante las últimas tres décadas de su vida, a Matthew Sweeney, otro estudiante de Ashtanga Yoga que se apartó de la enseñanza original de Pattabhi Jois o incluso al Viniyoga de Desikachar, hijo de Krishnamacharya. En su libro Yoga Makaranda, publicado en la década de 1930, Krishnamacharya describe las secuencias completas de <i>vinyasas </i>para un buen número de posturas que se encuentran en la primera y segunda series de Ashtanga Yoga, pero no en el mismo orden en que se ejecutan, y lo llama Vinyasa Krama. Durante el último tercio de su prolongada vida Krishnamacharya enseñó en Madrás en entornos muy reducidos, casi siempre de una sola persona, a las que prescribía secuencias de <i>asanas </i>personalizadas de acuerdo con el problema específico que tuvieran. Srivatsa Ramaswami llegaría a identificar un centenar de secuencias.<br>
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Personalmente me parece un enfoque sumamente interesante pero, en la práctica, no hay (o al menos no he conocido nunca) ninguna escuela con clases de Vinyasa Yoga o de Vinyasa Krama en la que se enseñe así, enseñando desde cero una secuencia adaptada a cada persona que cada cual memoriza y practica bajo supervisión, sino que la fórmula que acaban adoptando es la que existe por doquier en Estados Unidos y de la que el Power Yoga de Bryan Kest constituye paradigma: sesiones guiadas con secuencias distintas cada día a las que la gente, bisoña o veterana, se incorpora. Me imagino que el Viniyoga o el Vinyasa Krama es muy difícil de implementar cuando se trata de enseñar a un grupo de alumnos y no a uno sólo cada vez, lo que me lleva a pensar que seguramente fuera durante su estancia en Mysore y ante la tesitura de tener que enseñar a grupos de estudiantes cuando Krishnamacharya enseñó el método tal y como estaba descrito en el Yoga Korunta. Es decir, lo que Pattabhi Jois aprendió fue la fórmula general que implementó Krishnamacharya al tener que enfrentarse a grupos de alumnos y gestionar el hecho de que hubiera en la misma clase personas de diferentes circunstancias y niveles. Creo lógico pensar que una clase de Vinyasa Yoga o de Vinyasa Krama basada en cualquiera de las secuencias que pudiera haber ingeniado Krishnamacharya para una persona en concreto pero que se enseña en un formato guiado para un grupo de personas en el que todas hacen lo mismo adolece del mismo problema de despersonalización que el resto de estilos de los que he hablado. El Vinyasa Krama de Krishnamacharya tiene el propósito de proporcionar secuencias distintas para atender diferentes necesidades individuales, no de proporcionar un abanico de secuencias a fin de ofrecer entretenimiento variado, y a menos que se trate de un grupo de clones idénticos, en una clase de auténtico Vinyasa Krama cada persona debería de estar practicando una secuencia prescrita específicamente para ella. De hecho, una clase estilo Mysore de Ashtanga Yoga en la que unas personas practican simplemente saludos al sol, otras completan la secuencia de pie, otras practican hasta los <i>marichyasanas</i>, otras terminan la primera serie y otras ya han avanzado a través de la segunda, es una clase de Vinyasa Krama en grupo.<br>
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Hace unos meses relaté los pormenores de cómo, en abril del 2006, <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2018/10/trece-anos-de-ashtanga-yoga.html" id="id_f8b7_f0c7_662_6cde" target="_blank">conocí a Borja</a>, un encuentro que cambiaría mi vida para siempre. Fue entonces y gracias a la gran labor de Borja que tuve ocasión de descubrir cómo era el auténtico Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois. Al cabo del tiempo, tras comprobar en primera persona el impacto del método como practicante y como asistente ayudar a terceras personas a experimentarlo por sí mismas, aprendí a valorar el alcance y sutileza de lo que se estaba haciendo, esa “cirujía sin bisturí” (<i>knifeless surgery</i>) que en cierta ocasión escuché a un profesor comentar. Mi tarea y la de Nines en Ashtanga Yoga Bilbao no es otra que ejercer de transmisores de este método. Seguro que mediante una enseñanza menos tradicional, o menos “dogmática” como les gusta decir a algunos, adaptada a los gustos locales, atraeríamos a más clientela. Pero para eso ya estuvieron Bryan y Larry. Nosotros somos muy pequeños y el yoga muy grande, y desde un planteamiento honesto todo lo que podemos y debemos hacer es hacer llegar a la gente lo que hemos aprendido de la forma en que lo hemos aprendido.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_640e_8be3_63d3_93ba" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-l2H-kXOcLWY/XJe8W-3viGI/AAAAAAAACxY/CU14P8VRcUwe9l6Jv6t1j0QosCYalV53wCLcBGAs/s1600/Mysore%2Bstyle%2BAshtanga%2BYoga%2BMadrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="661" data-original-width="992" height="213" id="id_4bba_f063_1920_40ae" src="https://3.bp.blogspot.com/-l2H-kXOcLWY/XJe8W-3viGI/AAAAAAAACxY/CU14P8VRcUwe9l6Jv6t1j0QosCYalV53wCLcBGAs/s320/Mysore%2Bstyle%2BAshtanga%2BYoga%2BMadrid.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sesión estilo Mysore en Ashtanga Yoga Madrid con Borja en primer plano, ayudando a un estudiante a colocar la pierna derecha en medio loto.</td></tr>
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La gente hoy día tiende a pensar que la práctica de Ashtanga Yoga es muy difícil, apta sólo para una élite en excelente forma física, y que para empezar es mejor hacerlo con otros estilos más sencillos. Justo esto fue lo que nos decía una chica que vino con nosotros un día a hacer una clase guiada y que al parecer siempre había practicado Ashtanga Yoga en clases guiadas. Otra persona que acudió a nuestro centro en otra ocasión afirmó, para mi sorpresa, haber sido instruida como profesora de Ashtanga Yoga, pero sólo en la modalidad de clases guiadas.</div>
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Éste es el problema: cuando Ashtanga Yoga se enseña mal. Es entonces cuando se asocia a personas jóvenes, fuertes y flexibles que parecen haber nacido para hacer toda clase de contorsiones. La primera clase de Ashtanga Yoga de una persona será todo lo sencilla que se requiera, y al cabo de un mes, un año o una década, cada persona no tendrá porqué estar haciendo lo mismo. Y todo lo que no sea así, no se debería de llamar Ashtanga Yoga. No porque nadie te vaya a denunciar o te vaya a poner una multa. Simplemente porque NO ES VERDAD.<br>
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En realidad, cuando una persona decide abrir una escuela de Ashtanga Yoga no se enfrenta a ninguna traba legal por parte de las instituciones: esencialmente puede hacer lo que le dé la real gana. En el caso de Ashtanga Yoga Bilbao hemos optado por seguir el camino que, a nuestro entender, era el "correcto". Nuestra escuela cuenta con licencia de actividad del Ayuntamiento de Bilbao como escuela de meditación y yoga, estamos dados de alta en el Impuesto de Actividades Económicas y pagamos IVA, IRPF y cuota de autónomos. De igual forma, Ashtanga Yoga Bilbao <a href="https://sharathjois.com/teachers-directory/europe/" rel="nofollow" target="_blank">figura entre las escuelas</a> "oficiales" listadas en la web del Instituto de Ashtanga Yoga de Mysore que hoy dirige Sharath Jois.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_f1_2f66_1a7d_a152" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-7IjPPoUHovg/XJe-rr6n5bI/AAAAAAAACxk/bPuLNRjxN54fSvuIHdfQ__wK3y9TSh8KQCLcBGAs/s1600/NBM%2By%2BFGE%2Bantes%2Bde%2Babrir%2BAYB.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="960" height="320" id="id_a3f3_2635_2be2_2344" src="https://4.bp.blogspot.com/-7IjPPoUHovg/XJe-rr6n5bI/AAAAAAAACxk/bPuLNRjxN54fSvuIHdfQ__wK3y9TSh8KQCLcBGAs/s320/NBM%2By%2BFGE%2Bantes%2Bde%2Babrir%2BAYB.JPG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Nines y Fernando ante la puerta de Ashtanga Yoga Bilbao tras colocar la placa en la puerta y pocos días antes de inaugurar la escuela, en septiembre del 2015.</td></tr>
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Sin embargo, ¿resulta imprescindible ser una escuela "oficial" para enseñar Ashtanga Yoga? En absoluto. Si alguien decide abrir una academia de flauta, seguro que a esa persona se le exige que haya pasado por el conservatorio y tenga el título correspondiente que la capacite para enseñar a otras personas a tocar dicho instrumento. Si opta por abrir una clínica dental, me figuro que el Colegio Oficial de Odontólogos estará al tanto de que esa persona esté colegiada y por tanto haya pasado por la pertinente universidad. Si quiere enseñar judo, la Federación Nacional de Judo velará por que se trate de un maestro federado que haya superado las pruebas de cinturón negro y tomará las medidas oportunas si no es así. Lo mismo ocurrirá si esa persona pretende abrir un bufé de abogados, una autoescuela, una farmacia o una academia de inglés; hasta necesitará un diploma de manipulador de alimentos para poder regentar un simple bar. Lo curioso del caso es que a la hora de abrir una escuela de Ashtanga Yoga o, de cualquier otro estilo de yoga, no se le exigirá nada.</div>
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Así es, por muy sorprendente que parezca, en la enseñanza de yoga existe un gran vacío legal que habilita a cualquier persona a ponerse a impartir clases de lo que sea sin que nada ni nadie la acredite. Las diferentes asociaciones nacionales e internacionales de yoga que existen no tienen ninguna autoridad legal ni están reconocidas por ningún gobierno como reguladoras de nada. Con tal de que pagues tus impuestos, a todos los efectos legales da absolutamente igual que enseñes el tipo de yoga que te apetezca y como te dé la real gana.</div>
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Recientemente se produjo una polémica <a href="https://www.yogacentersc.es/system/assets/163/original/SJdo._Mercantil_de_22_marzo_de_2018.pdf?1524734105" rel="nofollow" target="_blank">sentencia judicial</a> relacionada con las escuelas de Yoga Iyengar que viene muy a propósito. Resulta que existe una Asociación Española de Yoga Iyengar (<a href="https://aeyi.org/" rel="nofollow" target="_blank">AEYI</a>) que reúne a todos los profesores reconocidos en la escuela original de BKS Iyengar en Pune con el objetivo de salvaguardar la integridad de su método. Entre otra tareas, se encarga de regular el riguroso proceso de formación de profesores Iyengar, que deben de haber atravesado de forma satisfactoria los cuatro niveles de estudiante en alguna escuela oficial y aprobar un examen práctico supervisado por la propia AEYI antes de comenzar un periodo de varios años de formación al lado de un maestro reconocido por la AEYI. Para ello, tienen registrada la marca Iyengar y se encargan de denunciar a todo aquel que pretenda utilizar el nombre Iyengar sin haber pasado a través de ellos. Es un caso único entre los estilos de yoga; en los demás impera la anarquía organizativa.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_934b_7e8a_7368_4c98" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-JApAH4LeMgY/XJe_znS8DFI/AAAAAAAACx4/dVfpIFGbDncwm0U02CdrdoQkfq5hjl_0gCLcBGAs/s1600/Gurujis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="916" data-original-width="1600" height="183" id="id_2e91_4332_da76_e232" src="https://2.bp.blogspot.com/-JApAH4LeMgY/XJe_znS8DFI/AAAAAAAACx4/dVfpIFGbDncwm0U02CdrdoQkfq5hjl_0gCLcBGAs/s320/Gurujis.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los dos Gurujis: BKS Iyengar y Pattabhi Jois, reconciliados al final de sus vidas.</td></tr>
</tbody></table>
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Pues bien, existe una escuela en Madrid que lleva años impartiendo <i>teacher trainings</i> de Yoga Iyengar fuera del ámbito de la AEYI. Frente al estricto proceso de la AEYI, que conlleva un periodo de unos siete años de constante dedicación, esta escuela ofrece una titulación avalada por ella misma en un periodo de diez fines de semana, con el único requisito de haber practicado con ellos durante un año. La AEYI denunció a dicha escuela por uso indebido del término Iyengar y el pasado mes de julio salió la sentencia en la que se desestimaba la denuncia de la AEYI y se permitía a dicha escuela continuar impartiendo sus formaciones de Yoga Iyengar al margen de la línea "oficial".<br>
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Si esto sucede en el caso del Yoga Iyengar, qué no pasará con el resto de estilos que ni siquiera cuentan con nada parecido una Asociación Nacional. Lo cierto es que cuando alguien comienza a practicar yoga es raro que se ponga a investigar acerca de estilos y suele fiarse de que lo que va a recibir es una enseñanza fidedigna. La realidad es que cualquiera es libre de ponerse a enseñar yoga y etiquetarlo como Iyengar, Hatha, Kundalini, Ashtanga Yoga o lo que mejor le parezca independientemente de cuál haya sido su recorrido y compromiso en dichos linajes. Dentro de este contexto, es terrible algo que de hecho nos sucede a menudo: gente que se pone en contacto con nosotros porque quiere empezar Ashtanga Yoga y que no sabe si apuntarse a las clases normales o a un <i>teacher training</i> o, lo que es más gracioso todavía, a la que no le interesan las clases regulares, sino los posibles cursos de formación que podamos impartir.<br>
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Yo no tengo pelos en la lengua ni me distingo por ser diplomático. Tampoco hace falta; hay gente que parece pensar que cuando alguien se dedica a enseñar yoga se vuelve muy "zen", habla con voz apostada y cree que todo es amor, luz y de colores. No fue el caso de Krishnamacharya, Iyengar, Pattabhi, Sharath ni tampoco el mío y, cuando algo me parece mal, lo digo a la cara. A esta clase de personas interesadas en convertirse en maestros de Ashtanga Yoga en dos patadas procuro dejarles claro que la mejor manera de comenzar a aprender alguna disciplina, y menos una oriental, no es directamente pensando en ser profesor, sino siendo estudiante. <i>"¿Acaso crees que las casas se construyen desde el tejado?"</i>, suelo decirles. A menudo aducen que son profesores de otros estilos y que, claro, ya parten con cierta ventaja. <i>"Entonces. si yo sé tocar la flauta y quiero aprender a tocar el violín, ¿crees que no hace falta que empiece a aprender con humildad desde abajo?"</i>. Con frecuencia se enfadan porque se consideran juzgadas y no vuelvo a saber de ellas, pero yo al menos creo haber cumplido con mi deber dándoles un baño de realidad y quizás, tal vez, haya logrado que se lo piensen dos veces antes de tirar a la basura algunos miles de euros en formaciones pretenciosas e inútiles. Porque seguramente muchas de esas personas terminen apuntándose a uno de los famosos -o infames- cursos de la Yoga Alliance que se imparten por el mundo, Bilbao y alrededores incluido.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_86b8_8202_5bac_ed79" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-XiqT4cZpcho/XJe_aiF3omI/AAAAAAAACxs/vrK2kcb4cswnqvzQe2mlYCkI2JE39C8LwCLcBGAs/s1600/Yoga%2BAlliance%2Bsellos.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="502" data-original-width="1600" height="100" id="id_577_2504_ef66_ccd9" src="https://3.bp.blogspot.com/-XiqT4cZpcho/XJe_aiF3omI/AAAAAAAACxs/vrK2kcb4cswnqvzQe2mlYCkI2JE39C8LwCLcBGAs/s320/Yoga%2BAlliance%2Bsellos.png" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Colección de sellos de la Yoga Alliance. <i>"¡Estampitas, estampitas! ¿Quién compra una estampita?"</i></td></tr>
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La <a href="https://www.yogaalliance.org/" rel="nofollow" target="_blank">Yoga Alliance</a>, una asociación con ánimo de lucro creada en Estados Unidos, es hoy por hoy la organización más conocida a nivel mundial detrás de las formaciones de yoga. Apenas hay formación en yoga que se precie que no incluya uno de esos bonitos sellos RYT (<i>Registered Yoga Teacher</i>) como premio final.<br>
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La Yoga Alliance nació con la idea de regular las formaciones de yoga cubriendo ese vacío normativo del que he hablado. Para ello, estableció unos estándares que debían cumplir las formaciones y creó varios niveles de competencia, siendo los más conocidos los de doscientas y quinientas horas de formación. Los problemas con la Yoga Alliance son varios, siendo el principal que no realiza el menor esfuerzo por comprobar la rigurosidad de las formaciones que respalda. Ya lo afirman ellos mismos: se limitan a mantener un registro, un listado de profesores que pagan una cuota anual por mantenerse en la lista y nada más. Pero por motivos que desconozco la pertenencia a la Yoga Alliance a día de hoy es sinónimo de seriedad para muchos, cuando la realidad es que la calidad de las formaciones está sujeta al criterio y rigor de los propios formadores. Y claro, cuando tu principal negocio se fundamenta en llenar tus cursos de formación, tus criterios se reducen al mínimo y, con tal de que la gente pague los entre dos mil y tres mil euros que se suelen pedir, no les niegas el acceso al "conocimiento" entre comillas. Es decir, que si padeces una crisis profesional y en el mes de mayo se te ocurre: <i>"Uhm, voy a dejar mi trabajo y ponerme a enseñar yoga"</i>, ten por seguro que, a pesar de que nunca antes hayas practicado yoga, podrás encontrar alguna formación que comience el mes de junio y que en el mes de julio tengas ya el título con el sello de la Yoga Alliance entre tus manos con el único sacrificio de un puñado de billetes y menos de treinta días de tu tiempo. Y, para mayor horror, al cabo de dos años de permanencia en la lista, tú mismo podrás también ofrecer tus propias formaciones y contribuir a que crezca la bola de nieve y a transmitir, cual teléfono roto, lo que creíste aprender pero en realidad y en mejor de las casos ingenuamente, malaprendiste, tal y como le sucedió a esa chica que después de su mes de <i>teacher training</i> estaba convencida de que Ashtanga Yoga se enseñaba en clases guiadas. Increíble pero cierto. <br>
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Asi que, ¿de veras creías que ese <i>teacher training</i> de un mes no era una pérdida de tiempo y sobre todo de dinero sino que te iba a dejar sobradamente preparado para enseñar Ashtanga Yoga? ¿Creías que ese rimbombante sello de la Yoga Alliance no era papel mojado sino que te iba a reconocer internacionalmente como maestro? Pues abre bien los oídos, mira mis labios y presta atención porque sólo lo diré una vez: te estafaron. Algo aprendiste, claro, faltaría más, pero créeme que habrías aprendido mucho más si todo ese dinero lo hubieses invertido en varios años de práctica diaria, aportándote algo que la Yoga Alliance nunca te podrá vender: experiencia y conocimiento sinceros, sin pretensiones ni a razón de quince euros por hora. Pero claro, lo entiendo, fuiste presa de las garras de la publicidad y del gran vicio de Occidente: conseguir las cosas rápido por medio de atajos.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_31c3_c8cc_1afd_f965" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-pmvUDUibg8A/XJfCtYJXw_I/AAAAAAAACyE/d1B0-7JBp1A83vTQNdm4pOLhKYEcJ-FtwCLcBGAs/s1600/Borja%2BRomero-Valdespino%2By%2BJuanba%2BRomance%2BAshtanga%2BYoga%2BMadrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="640" height="320" id="id_a8c9_b5f9_7f5f_297f" src="https://1.bp.blogspot.com/-pmvUDUibg8A/XJfCtYJXw_I/AAAAAAAACyE/d1B0-7JBp1A83vTQNdm4pOLhKYEcJ-FtwCLcBGAs/s320/Borja%2BRomero-Valdespino%2By%2BJuanba%2BRomance%2BAshtanga%2BYoga%2BMadrid.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Diez años a los pies de Borja Romero-Valdespino, seis de los cuales como asistente. Así fue mi<i> teacher training</i>. En esta entrañable imagen Borja ajusta en <i>pashasana </i>a Juanba Romance, gran amigo de los tiempos en Ashtanga Yoga Madrid.</td></tr>
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Ahora te toca afrontar la realidad: lo que has aprendido tampoco es Ashtanga Yoga, y me atrevería a decir que ni siquiera yoga por un simple motivo que puedes encontrar en uno de los primeros sutras de Patanjali, el 1.12: <i>"Abhyasa vairagyabhyam tannirodhah"</i> que traducido viene a significar algo así: <i>"El estado de yoga se logra a través de la práctica (abhyasa) y el desapego (vairagya)." Abhyasa </i>es un término sánscrito que comprende tres conceptos: la práctica con plena fe, sin interrupciones y durante un largo periodo de tiempo, y constituye en sí un argumento suficiente para desestimar la validez de la inmensa mayoría de los<i> teacher trainings</i> tal y como están concebidos en la actualidad, en especial los de la Yoga Alliance. Quizás a mucha gente le parezca suficiente con doscientas horas, sino condensadas en un mes sí a razón de un fin de semana al mes durante diez meses pero, tras saber cómo, por mencionar el linaje de Ashtanga Yoga que nos ocupa y que conozco bien, Krishnamacharya permaneció con Ramamohan Brahmachari durante siete años y medio de estudio y convivencia continuos en el Nepal, Pattabhi Jois durante veinticinco años entre 1927 y 1929 en Hassan y entre 1932 y 1953 en Mysore con Krishnamacharya, y Sharathji durante veintiún años entre 1989 y el 2009 en Mysore con Guruji, la evidencia de que las formaciones de doscientas horas son insuficientes cae por su propio peso.<br>
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En conclusión, Ashtanga Yoga vive una gran época, pero una época complicada. Miles de personas lo practican y millones lo tienen al alcance de la mano en su ciudad. Sin duda es una noticia fantástica que esta disciplina se haya expandido tanto por el mundo y haya contribuido de forma directa o indirecta a la generalización de la práctica de yoga que, simplemente por sus efectos positivos hacia la salud, supone algo bueno en un mundo cada vez más sedentario, más estresado y más enfermo que además parece haber abandonado su fe en la eficacia de las pastillas. Pero también corre peligro. Corre el peligro de convertirse en una mera alternativa de ejercicio a ser consumida en los gimnasios y centros de <i>fitness </i>entre una clase de <i>zumba</i> y otra de ciclo <i>indoor </i>por parte de gente obsesionada con lograr un cuerpo perfecto o una foto en la postura perfecta. La manera tradicional de enseñarlo, el método que enseñó Pattabhi Jois en Mysore, incluye muchas sutilezas que una aproximación no tradicional y poco rigurosa ciertamente pasarán por alto y que son precisamente las que lo apartan de la mera práctica física y lo convierten en algo más, desde una poderosa herramienta para hacer de la mente un afilado estilete que se pueda apuntar a voluntad hacia el objeto de atención deseado sin dispersiones ni distracciones, hasta un vehículo hacia la claridad que aparte el interés del ser humano de lo transitorio de lo externo y lo conduzca hacia un estado de imperturbable gracia. </div>
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El enfoque centrado más en la respiración que en la postura, más en la mente que en el cuerpo, en lo interior que en lo exterior, no son simples palabras bonitas para quedar bien y venderte la moto de que estás integrando mente y alma en una práctica física, sino las bases que fundamentan un viaje hacia lo que mora en el corazón lejos del canto de sirena de los sentidos. La autopráctica estilo Mysore, la correcta aplicación del concepto <i>vinyasa</i>, el empleo de <i>dristhis</i>, la comprensión de los <i>bandhas</i>, el progreso paulatino a través de las series, ganándose cada <i>asana</i> a través del propio esfuerzo y del conocimiento de uno mismo que permita deshacer nudos largo ha establecidos, no son cosas que se puedan apreciar en las fotos ni tampoco que se vayan a aprender en seguida, pero son precisamente los elementos que hacen que la práctica pueda trasladarse a un nivel más profundo y que diferencian al método tradicional de una rutina de ejercicio físico disfrazada de yoga. </div>
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Así pues, en Ashtanga Yoga Bilbao enseñamos de una manera que no es <i>nuestra manera</i>, sino <i>la manera</i> en que se enseña Ashtanga Yoga en todas las escuelas tradicionales desde aquí a Lima pasando por Seúl. Hemos asumido como deber traer a Bilbao la esencia de este sistema de yoga para que la gente que vive en esta ciudad tenga la auténtica experiencia de Ashtanga Yoga. A algunas personas les gustará más y a otras menos, pero al menos todas habrán tenido la oportunidad de conocerlo tal y como es.</div>
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Nuestro consejo final a navegantes: ocupa tu propio espacio y, si no enseñas el método tradicional, no lo llames Ashtanga Yoga. Tienes muchos nombres a escoger e infinitos que puedes inventarte. No contribuyas, por favor, a diluir un yoga de raíces milenarias en la superficial mercadotecnia o, como dijo Guruji, en el barro de un culto al cuerpo ignorante.</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-40473098170590208882019-03-25T13:49:00.001+01:002019-03-25T15:16:15.191+01:00"Cómo conocí a Guruji" by David Williams.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_b14f_b609_d35d_ee2f"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://4.bp.blogspot.com/-UUqquwILGsg/XJjNJasmGfI/AAAAAAAACyQ/Vu8JuWR4WMcxYczqplfWg96_llWmf7dQwCLcBGAs/s1600/Guruji%2BManju%2BDavid%2BWilliams.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="402" data-original-width="400" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-UUqquwILGsg/XJjNJasmGfI/AAAAAAAACyQ/Vu8JuWR4WMcxYczqplfWg96_llWmf7dQwCLcBGAs/s320/Guruji%2BManju%2BDavid%2BWilliams.jpg" width="318" id="id_38d8_98c8_e589_7392" style="width: 318px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Guruji, Manju y David.</td></tr>
</tbody></table>
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He estado practicando yoga desde mi último año de universidad en la Universidad de Carolina del Norte, en 1971. He mantenido una práctica de yoga ininterrumpida durante más de treinta años. La gente dice que tengo una gran disciplina. Yo les respondo que no es realmente disciplina. Simplemente me fascina observar lo que ocurre en mi vida si practico yoga.</div>
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Cuando estaba en la universidad, oía contar historias sobre yoguis de la India que se volvían más sabios al envejecer. Miraba a mi alrededor en Carolina del Norte y no encontraba a nadie que al hacerse mayor se hiciera más sabio. Esto me fascinaba.</div>
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En una granja vi a un amigo que se levantaba sobre su cabeza y ponía sus piernas en loto, y le pregunté a ver qué estaba haciendo. Me dijo que estaba haciendo yoga. Yo pensaba que estaba bastante en forma, pero sabía que no podía hacer nada de esto y le pedí que me enseñara. Me dijo que sí, y eso fue el principio. Cuanto más me adentraba, más me fascinaba y al fin decidí que debía ir a la India y encontrar un maestro de yoga de verdad.</div>
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Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que me convertí en una especie de detective en busca del yogui más grande. A cualquier sitio que llegaba, preguntaba a la gente y me apuntaba a clases de yoga. Mi búsqueda me llevó por toda la India. En la primavera de 1972 me encontraba en Pondicherry en el Ananda Ashram de Swami Gitananda. Ahí fue donde conocí a Manju, el hijo de Pattabhi Jois. Norman Allen y yo éramos amigos, y los dos conocimos a Manju y a su amigo Basaraju, quienes estaban viajando alrededor de la India haciendo exhibiciones de yoga en diferentes ashrams.</div>
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Lo vimos practicar la primera serie y entonces supe que eso era lo que estaba buscando. Mi intuición me dijo que eso era lo siguiente que debía aprender. Le pregunté a Manju cómo había aprendido esto y me respondió que su padre era un maestro de yoga que vivía en Mysore y que esto era lo que él enseñaba.</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;" id="id_9695_57da_848e_a70a"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-3biZXNHDH4o/VnYBM5CHlbI/AAAAAAAABQ0/3LN3EWt9S5sydPW3Hoy2FxPVc6d7F9dYgCPcBGAYYCw/s1600/pranayama-circle-encinitas-75-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="410" data-original-width="580" height="226" src="https://3.bp.blogspot.com/-3biZXNHDH4o/VnYBM5CHlbI/AAAAAAAABQ0/3LN3EWt9S5sydPW3Hoy2FxPVc6d7F9dYgCPcBGAYYCw/s320/pranayama-circle-encinitas-75-1.jpg" width="320" id="id_58_474c_2413_8b13" style="width: 320px; height: auto;"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Círculo de <i>pranayama </i>con Guruji,</td></tr>
</tbody></table>
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Mi visado estaba a punto de caducar, así que me marché de la India y ahorré dinero para regresar lo antes posible. En 1973 volví a la India y llegué a Mysore en tren y reservé una habitación en un hotel. Conmigo viajaba Nancy Gilgoff. Al día siguiente llamé a un <i>rickshaw</i> cuyo conductor me aseguraba saber dónde estaba Guruji. Nos subimos y nos llevó hasta la casa de un astrólogo que vivía en el mismo barrio en que vivía Guruji. La dirección no era ésa, pero el astrólogo sabía quién era Pattabhi Jois y envió al <i>rickshaw</i> al lugar correcto.</div>
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Cuando llegamos a casa de Guruji no se encontraba en casa; estaba en la Universidad de Ayurveda, pero se esperaba que regresara al cabo de un rato. Por suerte aquel día un chico indio llamado Coconut Raju estaba ahí para las clases de yoga. Hablaba un buen inglés y decidió quedarse con nosotros y ayudarnos ejerciendo de traductor. Nos hicimos amigos y lo hemos seguido siendo desde entonces.</div>
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Guruji regresó algunas horas después. Tenía una sonrisa amplia y agradable. Transmitía gran intensidad a través de su mirada y concentración, pero me gustaba su sonrisa. También tenía un aspecto muy saludable. Por aquel entonces tenía cincuenta y nueve años de edad. Su piel era radiante. Todo él era una persona radiante y en seguida supe que cualquier cosa que fuera la que él estuviera haciendo, yo también quería hacerla. </div>
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Fue hacia nosotros y nos preguntó: <i>"¿Cómo me habéis encontrado?"</i> Le respondí: <i>"Bueno, conocí a Manju y vi su exhibición de la primera serie y soy amigo de Norman Allen que ha estado aquí y quiero aprender yoga también. Practico a diario; realmente me encanta. Y por cierto, incluso he enseñado a algunas personas."</i> Ésta era mi gran ocurrencia para que me aceptara. Continué: <i>"Creo que deberías enseñarme para que no vuelva a Estados Unidos y enseñe mal a la gente."</i> Guruji se lo pensó un rato y respondió...</div>
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<img border="0" data-original-height="877" data-original-width="1240" height="226" src="https://2.bp.blogspot.com/-XdOl-XgfWIo/XE230O-I4WI/AAAAAAAACqw/i50ivXkANg40KqFYtu3Ek84ZnzZtH-prgCPcBGAYYCw/s320/David%2BWilliams%2BESP.jpg" width="320" id="id_520e_f19b_a371_134c" style="width: 320px; height: auto;"></div>
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¿Quieres saber más? ¡Pues ven a Ashtanga Yoga Bilbao y escucha el final de la historia de labios del propio David Williams! La próxima semana, del jueves 4 al domingo 7 de abril, tendrá lugar un <i>workshop </i>muy especial con el pionero del yoga en Occidente: "Ashtanga Yoga para el resto de tu vida." ¡Últimas plazas disponibles! <a href="http://www.ashtangayogabilbao.com/evento_davidwilliams_042019.php" target="_blank" id="id_a4a0_9ad6_e68c_c0fd">Haz click aquí</a> para más información.<br>
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<i>Fuente del texto: Guruji: <u>A portrait of Sri K. Pattabhi Jois through the eyes of his students</u>, by Guy Donahaye and Eddie Stern.</i></div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6585706928578748350.post-50011372076111878472019-03-21T08:48:00.000+01:002019-03-21T10:18:12.162+01:00Reflexiones para un día de luna llena, equinoccio y Holi.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-cyyEzS-RDJk/XJLDC8crglI/AAAAAAAACvU/UIyOPkn9MB0TxEgdybLGz-uAyIuwqG2qQCLcBGAs/s1600/DP.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="466" data-original-width="700" height="213" id="id_5083_42ec_36c9_c0d2" src="https://1.bp.blogspot.com/-cyyEzS-RDJk/XJLDC8crglI/AAAAAAAACvU/UIyOPkn9MB0TxEgdybLGz-uAyIuwqG2qQCLcBGAs/s320/DP.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></div>
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Anoche, en apenas cuatro horas, se sucedieron el equinoccio de primavera y la luna llena de marzo: el equinoccio a las 22:58 de la noche del miércoles 20 de marzo y la luna llena a las 2:43 de la madrugada del ya jueves 21 de marzo. Se trata de una feliz coincidencia astronómica que, además, ha hecho posible que justo hoy tenga lugar el festival Holi con el que los hindúes celebran el final del invierno y el comienzo de la primavera. La fiesta Holi es un homenaje al amor, a la amistad, a la igualdad, a la luz, y viene marcado por la última luna llena de los meses de invierno y no por el equinoccio solar, así que el de este año adquiere un especial significado porque se celebra justo en el momento del año en el que los días comienzan a ser más largos que las noches. </div>
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En cierto sentido resulta curioso que en la India se celebre el final del invierno precisamente ahora, cuando están atravesando la época más calurosa del año. Yo no he llegado a estar nunca en Mysore en estas fechas: siempre viajé entre octubre y febrero o entre julio y septiembre, pero sé por otras personas que las temperaturas a partir de marzo y hasta mayo se vuelven insoportablemente altas. De hecho, la temporada de enseñanza en el KPJAYI, tanto ahora con Sharath como cuando Guruji vivía, concluía al llegar el mes de marzo o a lo sumo con el primer día de abril, y si eso se retomaba en julio a fin de evitar los meses más tórridos. La llegada de los monzones ocasiona que los húmedos meses de verano sean mucho menos calurosos que la seca primavera. El solsticio, el día más largo en la India también sucede en junio, claro, pero desde el punto de vista de las temperaturas, su verano está teniendo lugar justo ahora. </div>
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Pero quizás sea justo ése el motivo por el que el festival Holi adquiere tanta importancia entre los hindúes. Las festividades indias van de acuerdo con el calendario lunar; el Holi se celebra alrededor del equinoccio de primavera y se convierte en una celebración de luz y color, con la gente arrojándose polvo y agua tintada los unos a los otros y hogueras que se encienden por doquier al estilo de San Juan. Sin embargo, no existe un festival similar en torno al solsticio de verano. Por lo tanto, puede afirmarse que el Holi es la celebración hindú al punto culmen del año solar. </div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_46f1_fa94_18c6_a59b" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-YBQX_wx8Tw4/XJLG1vNP-qI/AAAAAAAACvo/7LJVXpnVW-Ex1ssPZ2Op0wEezRGrr9OLwCLcBGAs/s1600/IMG_2411.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="213" id="id_1005_d92d_5c11_c15d" src="https://3.bp.blogspot.com/-YBQX_wx8Tw4/XJLG1vNP-qI/AAAAAAAACvo/7LJVXpnVW-Ex1ssPZ2Op0wEezRGrr9OLwCLcBGAs/s320/IMG_2411.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Polvo de colores en el mercado Devaraja, Mysore. Para teñir tejidos o ser derrochado en el festival Holi.</td></tr>
</tbody></table>
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El festival Holi hace referencia a Holika, un personaje malvado que aparece en una de las leyendas del Bhagavata Purana, texto antiguo que narra los triunfos de Krishna (Vishnu) sobre el mal que se ha apoderado del mundo. La historia dice tal que así: </div>
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<i>El Rey Hiranyakashipu reinaba sobre todos los demonios y se le había otorgado un don que le confería cinco poderes especiales: no podía ser herido por humano ni animal, ni dentro de edificios ni al aire libre, ni de día ni de noche, ni mediante armas arrojadizas ni empuñadas, ni en tierra, agua o aire. Hiranyakashipu creció arrogante, pensando que era Dios, y exigió que todo el mundo lo adorara sólo a él.</i><br>
<i><br></i>
<i>El único hijo de Hiranyakashipu, Prahlada, en cambio, no estaba de acuerdo. Él mantuvo su devoción en Vishnu, lo que enfureció a Hiranyakashipu. El Rey someió a Prahlada a crueles castigos, ninguno de los cuales surtió efecto en el niño ni alteró su determinación de hacer lo que creía correcto. Finalmente Holika, la malvada tía de Prahlada, engañó al niño para que se sentara sobre una pira de fuego con ella. Holika vestía una capa que la hacía inmune al fuego, mientas que a Prahlada no lo protegía nada. Según el fuego crepitaba, la capa se escapó milagrosamente de Holika y cubrió a Prahlada, quien sobrevivió mientras Holika ardió hasta la muerte. Vishnu entonces apareció bajo la forma de Narasimha, medio humano y medio león, al ocaso (cuando no era ni de día ni de noche), llevó a Hiranyakashipu al umbral de una casa (que no era ni dentro ni fuera), lo situó sobre su regazo (que no era ni tierra, agua ni aire) y entonces lo destripó y mató con sus garras de león (que no eran ni arma empuñada ni arrojadiza).</i><br>
<i><br></i>
<i>La hoguera Holika y el Holi simboliza la celebración de la victoria simbólica del bien sobre el mal, de Prahlada sobre Hiranyakashipu, y del fuego en el que ardió el mal, encarnado en Holika. </i><br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_f2cb_ea95_aec9_56a2" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-PNPFKmNiMPk/XJLDJe2OguI/AAAAAAAACvY/cWf07nTaGGEfdO3khPmFt8cu6MQ5KmrCwCLcBGAs/s1600/Narasimha-Killing-Hiranyakashipu-Prahlada-Garlanding-the-Lord_HDR.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="608" data-original-width="810" height="240" id="id_91d_e88_a415_d2e" src="https://2.bp.blogspot.com/-PNPFKmNiMPk/XJLDJe2OguI/AAAAAAAACvY/cWf07nTaGGEfdO3khPmFt8cu6MQ5KmrCwCLcBGAs/s320/Narasimha-Killing-Hiranyakashipu-Prahlada-Garlanding-the-Lord_HDR.jpg" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En las leyendas indias no se andan con rodeos: el mal es destripado sin piedad.</td></tr>
</tbody></table>
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Ashtanga Yoga Bilbao inició su andadura en un equinoccio de otoño: el 21 de septiembre del 2015. Con el de hoy, por tanto, hemos cumplido ya siete ciclos de equinoccio.</div>
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El siete es un número mágico en muchas tradiciones: siete eran los planetas clásicos de la antigüedad, siete fueron las maravillas del mundo, siete eran las columnas del templo de Salomón, siete son las virtudes capitales... y siete es también el piso en el que se ubica Ashtanga Yoga Bilbao. Casi se podía esperar que en nuestro séptimo equinoccio aconteciese algo especial, como así ha sido cuando la luna, el sol y el festival Holi han tenido a bien ponerse de acuerdo en el día de hoy.</div>
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Por lo tanto, y tal y como hemos hecho <a href="http://blog.ashtangayogabilbao.com/2015/09/equinoccio-de-otono-una-oportunidad.html" target="_blank">en otras ocasiones</a>, hoy es uno de esos días en que toca mirar atrás y hacer recapitulación, porque hace justo siete equinoccios nos propusimos hacer lo que hoy ya es una realidad: reunir en torno a Ashtanga Yoga Bilbao a una comunidad de personas afines y ayudarlas a emprender un camino de búsqueda hacia la salud, el bienestar y las respuestas.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_304e_7808_78db_b443" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://2.bp.blogspot.com/-w0g6ZBgAKMQ/XJLIDVNPVaI/AAAAAAAACv0/fT-JwBESMwgUaKVGxMziuoXbhE_zjZtcACLcBGAs/s1600/IMG_7874.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" id="id_9e38_3def_27f1_b5d9" src="https://2.bp.blogspot.com/-w0g6ZBgAKMQ/XJLIDVNPVaI/AAAAAAAACv0/fT-JwBESMwgUaKVGxMziuoXbhE_zjZtcACLcBGAs/s320/IMG_7874.JPG" style="height: auto; width: 320px;" width="320"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sesión estilo Mysore en Ashtanga Yoga Bilbao durante la tarde de ayer: víspera del festival Holi.</td></tr>
</tbody></table>
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Cada cual es hijo de su padre y de su madre y tiene sus circunstancias, lidia sus batallas y persigue sus objetivos. Sin embargo, cuando insistimos en sintonizar, en ajustar nuestra relación con la respiración, la esterilla y la postura, todos convergemos hacia el mismo punto.<br>
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El yoga por sí solo no va a solucionarle a nadie sus problemas pero, al igual que la respiración en torno a la cual se articula, puede insuflar vida y ofrecerte la oportunidad de hacer algo con ella. Al tiempo, la propuesta de retirar el foco hacia el interior pone a nuestro alcance destellos que nos alejan de todo aquello que nos azota en el exterior sembrando sufrimiento y dudas.<br>
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Pero ninguno somos ermitaños retirados de la sociedad y tras la práctica hemos de regresar a nuestros problemas, que siguen allí sin que el yoga los haya cambiado. Los momentos de armonía más o menos duraderos cosechados sobre la esterilla parecen no haber servido de mucho cuando, al regresar a casa o al trabajo, vuelves a enfrentarte a ese problema que te sume en la amargura.<br>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" id="id_b643_61e3_6c6b_f0a1" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://3.bp.blogspot.com/-DX-ao8IxnJY/XJLkjfldROI/AAAAAAAACwA/rNCRkLf8m4I6gcIu0yspgTy3XHTrWdV1wCLcBGAs/s1600/IMG_7872.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" id="id_dc2c_8420_8997_3b30" src="https://3.bp.blogspot.com/-DX-ao8IxnJY/XJLkjfldROI/AAAAAAAACwA/rNCRkLf8m4I6gcIu0yspgTy3XHTrWdV1wCLcBGAs/s320/IMG_7872.JPG" style="height: auto; width: 240px;" width="240"></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Los colores de las esterillas en Ashtanga Yoga Bilbao, diríase que cubiertos por el festival Holi.</td></tr>
</tbody></table>
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Si te preguntas cuál es entonces el significado de todo esto, en primer lugar ten en cuenta que tus compañeros de esterilla e incluso tus profesores a menudo se preguntan lo mismo. La respuesta no es fácil pero sí simple, y no es otra que enseñarte a regresar una y otra vez a la realidad. Cada respiración, cada mirada, cada movimiento, cada postura no es ni más ni menos que un entrenamiento de retorno a la realidad. Esto no va de ayudarte a conseguir ese futuro perfecto que anhelas ni a recuperar un pasado que echas de menos; se trata de pura y simple realidad, una realidad que a cada momento se te escabulle de entre los dedos, que cuando terminas una inhalación ya se te ha escapado pero que continúa en la siguiente exhalación, por lo que de nuevo tienes la oportunidad de reengancharte a ella, una realidad que no vas a poder prolongarla hasta el infinito, sino una realidad efímera que sólo puedes vivirla. Momento a momento, <i>asana </i>a <i>asana </i>y respiración a respiración.<br>
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Si eres capaz de trasladar esta idea de vivir en realidad al resto de tu vida, sin juzgar en base a lo que sucedió en el pasado ni actuar de acuerdo con lo que se te retornará en el futuro, sino hacer lo que sea correcto en cada momento, moverte en la dirección adecuada y estar presente en cada paso que das, entonces tendrás en tu mano la respuesta a muchas preguntas. Eso es el yoga.</div>
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Nosotros mismos estamos inmersos en ese arduo camino y te damos las gracias, tanto si nos estás acompañando en él a través de Ashtanga Yoga Bilbao, lleves mucho tiempo o poco, como si simplemente nos has seguido la pista desde la distancia a través de este <i>blog</i>. El viaje sobre la esterilla es fascinante pero sabe mucho mejor en compañía, al lado a personas con las que llenarlo de colores. De nuevo, gracias, y... ¡hasta el próximo equinoccio!</div>
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Fernando Gorostizahttp://www.blogger.com/profile/07864185160296550278noreply@blogger.com0