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miércoles, 23 de noviembre de 2016

¡Ashtanga Yoga Bilbao regresa a Mysore!

Nines y Fernando en la puerta del KPJAYI.

Pues sí; casi dos años después, volvemos a Mysore.  ¡Pero que nadie se rasgue las vestiduras, que será un viaje de ida y vuelta!  En mi caso sólo estaré fuera durante un puñado de semanas coincidiendo con las vacaciones de Navidad durante las cuales la escuela permanecerá cerrada.  Desde el 18 de diciembre hasta el 8 de enero, para ser concretos.  La estancia de Nines, la mitad más dulce de Ashtanga Yoga Bilbao, será un poquito más larga: hasta finales de enero. 

En realidad, desde que abrimos Ashtanga Yoga Bilbao en septiembre del 2015 hemos intentado viajar a Mysore varias veces para volver a estudiar en el Instituto de Ashtanga Yoga que dirige Sharath Jois, nieto de K. Pattabhi Jois, y hasta en tres ocasiones hemos sido rechazados.  Debido a la gran afluencia de gente, y tal y como vaticinaba la tendencia de los últimos años, mis dos solicitudes para diciembre del 2015 y diciembre del 2016 fueron rechazadas.  En realidad, el mes de diciembre es un mes bastante malo para intentar ir a Mysore porque la temporada de enseñanza de Sharath Jois empieza en octubre (el año pasado empezó en noviembre) y las personas que acuden el primer mes se suelen quedar dos o tres meses, ocupando buena parte de las plazas de los meses siguientes.  Sin embargo, mi sentido de la responsabilidad me desaconsejaba dejar en la estacada a los estudiantes de Ashtanga Yoga Bilbao en unos meses tan cruciales del curso como octubre o noviembre, así que en mi caso lo tenía claro: sería diciembre o nada.  

Los dos rechazos para ir a estudiar con Sharath Jois en los meses de diciembre del 2015 y 2016 fueron bien recibidos; el del año pasado incluso lo aceptamos como un toque de atención de la Providencia.  Apenas llevábamos tres meses abiertos y nuestro sitio se encontraba en Bilbao.  El de este año ha sido más previsible aún si cabe, porque tras un problema de overbooking en el Instituto de Ashtanga Yoga en el mes de noviembre, derivaron al mes de diciembre a un par de cientos de personas a las que habían aceptado en noviembre pero para las que posteriormente se dieron cuenta no había sitio.

El tercer rechazo, que tuvo lugar el pasado verano, resultó algo más sorprendente, por no decir doloroso.  De vez en cuando (cada dos años, aparentemente) Sharath organiza un curso especial para profesores autorizados durante los meses de julio y agosto.  Se trata de una espléndida oportunidad para estudiar con Sharath Jois junto con un grupo de profesores de Ashtanga Yoga procedentes de todo el mundo.  Sharath, por lo visto y según me contó Borja, que asistió al primero de esos cursos que Sharath impartió en el verano del 2010, se dirige a los asistentes no como alumnos, sino como profesores, y les da numerosos consejos y pautas acerca de cómo enseñar, algo para lo cual no hay tiempo durante los locos meses de la temporada regular, con clases ininterrumpidas desde las 04:30 de la mañana hasta el mediodía.  Al haber sido autorizado en enero del 2015, por primera vez tuve la posibilidad de ser elegido para asistir a uno de esos cursos dado que casualmente ese mismo verano Sharath organizaba uno.  Había que enviar una carta por correo postal con la pertinente solicitud debidamente cumplimentada, y al cabo de los meses recibí la respuesta: de nuevo "no".  En el correo de rechazo habían puesto en copia no oculta a todos los destinatarios, más de medio centenar, entre los cuales pude reconocer a varias personas que al igual que yo habían sido autorizadas la temporada pasada.  Todo sea dicho, entre los rechazados también reconocí a varios veteranos, pero tampoco era descabellado pensar que quizás Sharath hubiese optado por que los profesores noveles nos centrásemos en nuestras incipientes escuelas mejor que embarcarnos en un verano de periplo indio. 

Nines y Fernando junto al toro negro Nandi, en Chamundi Hill.

Nines, en cambio, ha tenido más suerte esta temporada.  La idea original era que yo viajase a Mysore a principios de diciembre mientras Nines se quedaba en Bilbao con las clases.  En vacaciones de Navidad viajaría ella a Mysore donde pasaríamos juntos las Navidades y después regresaría yo a Bilbao a impartir las clases de enero mientras Nines permanecía en la India.  Ha fallado la primera mitad del plan, la de viajar yo a Mysore a principios de diciembre, pero vamos a seguir adelante con el resto.

Las razones para regresar a Mysore son numerosas.  Tenemos pensado hacer algunas compras y encargos para la escuela de las que próximamente tendréis noticias los que formáis parte de Ashtanga Yoga Bilbao, pero el motivo principal es la devoción al linaje: Ashtanga Yoga es un estilo de yoga que apareció en un sitio muy concreto de manos de una persona muy concreta, y a mi modo de ver, aquellos que nos hemos comprometido a enseñarlo de la manera más íntegra posible debemos procurar seguir en contacto con la fuente original.  Suele decirse que si uno quiere hallar las aguas más puras de un río, ha de remontarlo hasta llegar lo más cerca posible de su nacimiento, de su fuente.  A medida que fluyen río abajo, al arrastrar sedimentos y mezclarse con afluentes y alcantarillas,  las aguas se vuelven turbias, por lo que sólo en el punto de partida original será posible encontrar aguas cristalinas.  Esta preciosa metáfora encierra lo que entiendo es una gran verdad: dado que este estilo de yoga fue transmitido por K. Pattabhi Jois en Mysore, en lo que posteriormente se ha llamado el Instituto de Ashtanga Yoga -KPJAYI-, es en Mysore y sólo ahí donde se encontrará en su forma más auténtica.

Quizás por ser ingeniero tenga una mente excesivamente cuadriculada, pero mi manera de pensar en lo que respecta a Ashtanga Yoga ha estado siempre tan en consonancia con esta búsqueda de la esencia más pura que todavía recuerdo que cuando en el año 2008 me disponía a viajar a Mysore por primera vez y mi maestro Borja me dijo que por su delicada salud no sería Guruji -K. Pattabhi Jois- sino Sharath quien estaría enseñando, me sentí terriblemente decepcionado, casi como si me fuesen a estafar cambiándome al mítico Pattabhi Jois por un mero subalterno, lo que hoy día puede sonar bastante gracioso.  "¿Sharath? ¿Quién narices es ése?", recuerdo que le espeté a Borja, ofendido.

Nines y Fernando en el hotel Lalitha Mahal en la Nochevieja del año 2013.

A pesar de las reticencias que yo y otros pudiéramos tener, lo cierto es que Guruji nos dejó en mayo del 2009 y que Sharath Jois, actual director del Instituto de Ashtanga Yoga y nieto de K. Pattabhi Jois, como el estudiante que más cerca estuvo de la fuente de la tradición durante más tiempo, es sin duda la persona de todo el mundo que se encontraba mejor posicionada para poder transmitir el método de Guruji con el máximo nivel de autenticidad.  Al final, por su esfuerzo y entrega se ha ganado por méritos propios el respeto de la comunidad internacional de Ashtanga Yoga y de los estudiantes nuevos y la mayoría de los antiguos, que ya lo llaman Guruji del mismo modo que antaño hicieran con su abuelo.  En el mundo hay multitud de buenos maestros, no cabe duda.  Pero por mucha implicación, por mucha dedicación y rigurosidad que tengan, todos ellos de manera consciente o inconsciente introducirán distorsiones.  Si cada uno de esos maestros se dedicase a enseñar a otros maestros, y estos a su vez a otros más, multiplicando las ramas y subramas del árbol, en cada salto se iría perdiendo cada vez más la enseñanza original hasta convertirla en un barrillo, en una confusa amalgama, tal y como de hecho sucede hoy con todos esos estilos Vinyasa que originalmente partieron del Ashtanga Yoga de Mysore y del que hoy prácticamente se puede decir que existen tantas modalidades distintas como profesores.  El propio Sharath no podrá enseñar nunca exactamente igual que su abuelo, pero nadie en el mundo ha tenido tan cerca la fuente del linaje y bebido durante tanto tiempo de aguas tan cristalinas, por lo que para enseñar con la mayor integridad posible, un maestro del sistema de Ashtanga Yoga tal y como lo enseñó Sri Krishna Pattabhi Jois, hoy por hoy ha de viajar a Mysore y aprender directamente de Sharath Jois.  De hecho, siempre me ha sorprendido sobremanera que nadie haga un viaje para estudiar yoga en Mysore, una ciudad por lo demás bastante anodina en la que no creo que un tour turístico de occidentales se detuviera más de un par de días, para otra cosa que no sea estudiar en el Instituto de Ashtanga Yoga.  Tiene que haber gente para todo, como suele decirse.

En contra de todo pronóstico a la luz de lo acontecido en meses anteriores, Nines recibió la buena noticia de que la aceptaban y finalmente estudiará con Sharath Jois en el mes de enero.  Viajaremos juntos el 18 de diciembre y pasaremos una nueva Navidad en la India.  Yo aún no tengo muy claro qué haré respecto a la práctica.  No tengo sitio con Sharath y su madre Saraswathi también ha completado aforo.  Mi primera opción es continuar practicando solo, cosa que llevo haciendo durante casi año y medio desde que nos mudamos a Bilbao y a lo que ya estoy más que acostumbrado.  No es que no eche de menos practicar con un profesor, pero tampoco me apetece estar con cualquiera.  En Mysore hay muchos para elegir y quizás recurra a la segunda opción y me acabe decantando por alguno de ellos, aunque me hace bastante poca gracia ponerme en manos de los oportunistas que se han asentado alrededor del Instituto de Ashtanga Yoga para aprovecharse de la fama mundial que K. Pattabhi Jois dio a Mysore y recoger las migajas que caen de la bandeja del Instituto de Ashtanga Yoga.  No soy amigo de sucedáneos e imitamonas; siento que mis maestros son Borja y Sharath y en Mysore cualquiera que no sea Sharath me va a saber a plato de segunda mesa. Si acaso, tal vez pueda resultar interesante el anciano BNS Iyengar, un viejo estudiante de Pattabhi Jois y del mismísimo Tirumalai Krishnamacharya que todavía está vivo y enseña en Mysore.  Y también sea quizás una buena idea asistir a las clases de filosofía de Arvind Pare, un ingeniero reconvertido a profesor de yoga tal que yo que imparte charlas geniales en torno a los yoga sutras y el Bhagavad Gita.  La verdad es que en Mysore hay un montón de alternativas para mantenerse ocupado y aprender, desde cursos de cocina a clases de pintura y flauta.  Ya veré sobre la marcha lo que termino haciendo.  

En realidad, detrás de todo esto subyace otra cuestión principal: la importancia de seguir siendo estudiante.  Un profesor que cree saberlo todo está acabado y para muchos de los que nos hemos convertido en profesores de Ashtanga Yoga a tiempo completo, Mysore es el sitio propicio para que nos podamos volver a sentir estudiantes en el sentido estricto de la palabra.  Aunque cada día en nuestra propia práctica personal y con los estudiantes de Ashtanga Yoga Bilbao tengamos una nueva oportunidad de seguir aprendiendo, no hay mejor lugar que Mysore ni mejor maestro que Sharath Jois para mantener el contacto con la enseñanza y la tradición que inspira a la comunidad de Ashtanga Yoga en todo el mundo.  Así es como entiendo, así es como entendemos  el compromiso en Ashtanga Yoga Bilbao.

3 comentarios:

  1. Me encanta leerte! Enhorabuena!! Justo últimamente me estoy planteando la necesidad de que en los próximos años haya en mi vida un viaje -no turístico- a la India. Había pensado en Mysore, aunque leyéndote me doy cuenta de que no es asunto fácil. También he pensado en pasar tiempo en algún ashram, pues estoy explorando el camino de la meditación y me está haciendo mucho bien. Y ya aprovecho la excusa para preguntarte por la meditación... ¿prácticas?

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    1. Mysore será una buena experiencia, ni lo dudes. Por mucho choque cultural que pueda haber, seguro que tu vida aquí es mucho más difícil que la que puedas tener en India y sobre todo en Gokulam, un oasis dentro de la vorágine de India.

      Sobre la meditación escribí una entrada en el post que quizás hayas leido ya. Habitualmente practico el sistema de asanas y respiración de Ashtanga Yoga y los pranayamas específicos de Ashtanga Yoga. No se enseña meditación en Ashtanga Yoga. En Madrid fui iniciado en la meditación con Ananda Marga, pero debo reconocer que no lo he mantenido.

      Besos y, de nuevo, gracias por leer el post.

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  2. Chicos! Que tengáis un bonito viaje y que disfrutéis y aprendáis mucho!

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