¿De qué va
 surya namaskar, más allá de constituir una interesante coreografía que nos hace entrar en calor y romper a sudar?  De nuevo, la 
verdadera naturaleza del saludo al sol, así como de la práctica de Ashtanga Yoga en conjunto, es limpiar el cuerpo a través de 
movimientos de energía.  Con cada respiración y movimiento se limpia y abre el cuerpo; pero en una suerte de limpieza y apertura que van mucho más allá del mero plano físico.
Los sabios de la antigüedad no contaban con las sofisticaciones de la ciencia moderna: no sabían nada de rayos X, escáneres, microscopios o análisis de sangre.  Su conocimiento llegó no a través del lado lógico, sino de la percepción intuitiva, lo que les permitió ver los problemas que acechan al ser humano de una manera muy particular y que no se puede entender desde la perspectiva analítico-lógica de la ciencia moderna.  Al igual que la acupuntura no tiene sentido desde el punto de vista de la medicina occidental, la cual jamás reconocerá la existencia de meridianos y del 
chi, tampoco es posible hallar explicaciones científicas a muchos de los conceptos que se manejan en el yoga y que me dispongo a describir ahora.  No se trata de ningún ejercicio de fe: la experiencia ha demostrado que técnicas que trabajan directamente sobre el cuerpo energético del ser humano, tales como la acupuntura o el yoga, obtienen resultados tangibles sobre el cuerpo físico. 
De acuerdo con el yoga, el cuerpo humano se halla constituido por cinco capas o planos de existencia: los 
koshas.  El cuerpo físico o 
annamaya kosha, objeto de interés de las ciencias empíricas actuales, es tan sólo uno de los planos.  Inmediatamente debajo -o encima, según se mire- se encuentra el cuerpo energético o 
pranayama kosha.  Ambos pertenecen al mismo ser, se retroalimentan, y no resulta posible aislarlos ni entender a uno sin el otro.
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| Los cinco koshas. | 
De este modo, lo que para la medicina moderna se reduce a una cuestión física, fisiológica, anatómica, metabólica u orgánica, desde el punto de vista del yoga puede tener explicaciones mucho más sutiles.  La manifestación en el plano físico de la energía del cuerpo energético se reduce al oxígeno de la respiración y al calor de los procesos metabólicos celulares.  Sin embargo, en el plano del cuerpo energético, la energía vital o 
prana responde a un concepto mucho más elevado que un simple gas respirable.  Según este punto de vista, al tiempo que el oxígeno entra en los pulmones y a través de las arterias se distribuye por el cuerpo, el 
prana entra en el cuerpo y circula a través de los 
nadis, una compleja red de canales internos de energía.  El 
prana es el óxigeno al mismo tiempo que algo intangible: una energía universal que se manifiesta de muchas maneras diversas y que en el ser humano lo hace en forma de energía vital.  Millares de 
nadis recorren nuestro cuerpo 
pránico, siendo los tres principales: 
sushumna, 
ida y 
pingala.  S
ushumna atraviesa el centro de la columna vertebral y coincide con el principal canal del sistema nervioso en el cuerpo físico pero, ojo, los 
nadis no tienen porqué corresponderse con nervio, arteria o ganglio alguno, porque lo que circula a través de ellos, en un plano distinto de existencia, es el 
prana. 
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| Los tres nadis principales y sus intersecciones sobre los chakras. | 
Los famosos 
chakras no son otra cosa que puntos situados sobre la columna vertebral en los que se producen importantes intersecciones de 
nadis, conformando "nudos" energéticos.  Casualmente -o "causalmente"-, cada uno de estos nudos coincide con alguno de los principales plexos o intersecciones de nervios y vasos sanguíneos y linfáticos del cuerpo físico: el plexo coxígeo -
muladhara chakra-, el plexo pélvico -
swadistana chakra-, el plexo solar -
manipura chakra-, el plexo cardíaco -
anahata chakra-, el plexo cervical -
visshudha chakra- y el quiasma óptico -
ajna chakra-.  El último y más elevado de los chakras -
sahasrara chakra- situado en lo alto de la coronilla, desde el punto de vista del yoga representa la frontera, el puente entre el cuerpo energético del ser humano y su espiritualidad.
Tradicionalmente, y en este caso con la lógica sí que nos puede resultar suficiente, se ha relacionado a cada uno de estos 
chakras con diversas características del ser humano.  Los tres 
chakras inferiores se corresponden con las funciones de excreción, de reproducción, de digestión y también con emociones primarias como la sexualidad, el deseo o la ira.  A medida que se asciende, los 
chakras son, por así decirlo, más "elevados".  De esa manera, en 
anahata nos encontramos con el amor, en 
visshudha con la comunicación, en 
ajna con la inteligencia y la intuición y por último, en 
sahasrara, con la espiritualidad.
Yoga chikitsa - yoga terapia.
Según la teoría de 
chakras, la armonía vital se alcanza sólo cuando 
todos los chakras están alineados.  En términos fisiólogicos podría decirse que cuando la columna está estirada y la circulación sanguínea, linfática y nerviosa son óptimas.  La alineación de los 
chakras, no obstante, es una tarea difícil debido a la existencia de tres fuerzas -
tamas, 
raja y 
sattva- que actúan sobre los 
nadis y en algunos casos los descompensan.  
Sattva es la fuerza de la pureza, de la luz, de la armonía.  
Raja es la fuerza de la pasión, de la agitación, del movimiento, del cambio.  
Tamas, por último, es la fuerza relacionada con la pesadez, la oscuridad, la estática, la gravedad, la tendencia a caer, envejecer, morir y corromperse.  
Tamas se alimenta de los venenos o 
kleshas que impregnan al ser humano y cuya consecuencia es la acumulación de 
apana: miedo a la muerte, aversión, apego a la continuidad, egoísmo e ignorancia espiritual.  Como resultado de la acción de los 
kleshas y de 
tamas, de los cuales no es posible escapar y cuya expresión energética es 
apana, los 
chakras tienen tendencia a desplomarse hacia abajo, hacia 
muladhara chakra, que a su vez también cae.
Las consecuencias fisiológicas de este desplome del 
chakra inferior, el de las necesidades físicas y el deseo sexual y con tendencia a colmarse de pesado 
apana, pero también el 
chakra de la estabilidad, el de estar enraizado sobre el suelo, son una postura caída, la espalda encorvada, debilidad, y en último término prolapsos, hernias y la pérdida de control de los esfínteres...  Según esta visión, a la postre, toda enfermedad física o mental se puede llegar a explicar en términos energéticos, en 
chakras descompensados o en bloqueos de 
nadis.
Por lo tanto, la idea en la práctica de Ashtanga Yoga es trabajar con la respiración y con contracciones del cuerpo físico para acceder al cuerpo energético y lograr que los
 chakras regresen a su posición de equilibrio y, al recuperar su armonía, se recobre la salud física y mental y se logre quizás el desarrollo espiritual.  Por suerte, contamos con algunas herramientas que nos permiten ejercer cierto control sobre el cuerpo energético y los flujos de 
prana y 
apana, que en cierta manera constituyen los polos positivo y negativo de nuestra particular pila energética.  Así, tal y como se ha descrito, con cada inhalación introducimos 
prana y con cada exhalación expulsamos 
apana, energía pesada, estancada, polución, dejando espacio a nuevo 
prana.  Es decir, al inhalar el 
prana baja, entra en el cuerpo y se distribuye, y al EXHALAR, al expulsar 
apana y crear espacio, el 
prana SUBE.  De ahí la importancia de la exhalación.  El simple hecho de expulsar aire hace fluir el 
prana hacia arriba a través de los 
nadis, lo cual eleva, estabiliza el 
muladhara chakra e invierte la tendencia de 
tamas.  Para intensificar esta acción, se utiliza el 
mula bandha, la contracción del ano y elevación del suelo pélvico y el 
uddiyana bandha, la contracción y succión del abdomen.
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| Representación de Agni, el dios del fuego. | 
¿Cómo nos deshacemos de 
apana?  En el caso del dióxido de carbono y de los excrementos está claro pero, dado que 
apana constituye un concepto energético mucho más sutil que los meros desechos orgánicos, parece que hace falta algún otro sumidero energético en el que librarnos de toda esa carga 
apánica.  Los sabios en la India hablaban de 
agni, el fuego purificador.  La iconografía hindú lo representa como una deidad en llamas que no envejece porque su fuego se renueva cada día.  Según algunas interpretaciones, 
agni es la expresión de 
purusha, la conciencia pura, el alma eterna, y habita dentro de todos los seres humanos en la región del ombligo, hogar del estómago y de 
manipura chakra.  El fuego se expresa en forma de calor, de determinación, de fuerza de voluntad, en su caso extremo de ira, y también en las funciones de digestión y purificación. 
Lo que se pretende en 
yoga chikitsa -yoga terapia- es elevar 
muladhara chakra, donde se ha concentrado 
apana como consecuencia de 
tamas, para acercarlo a 
agni, el fuego purificador, que eliminará y limpiará toda esa suciedad energética.  En los ejercicios de 
pranayama y en algunas posturas, tal que 
padmasana, se añaden elementos adicionales: 
rechaka kumbhaka, o retención a pulmones vacíos, 
puraka kumbhaka, o retención a pulmones llenos, y 
jalandhara bandha, o compresión de la garganta con la barbilla.  En todos ellos, lo que se persigue es elevar 
muladhara en la exhalación, bajar 
agni hacia 
muladhara en la inhalación al tiempo que se mantiene elevado 
muladhara mediante la acción de los 
bandhas, y entre tanto, mediante el cerrojo de la garganta, mantener al 
prana confinado y circulando.
La primera serie de Ashtanga Yoga, que en su mayor parte se compone de flexiones hacia adelante, incide en todos estos conceptos.  Las flexiones hacia delante alargan la exhalación, comprimen 
muladhara, el asiento de 
apana, y lo elevan hacia el fuego 
agni.  Al mismo tiempo, se mantiene 
mula bandha y 
uddiyana bandha, empujando 
apana todavía más hacia 
agni.  Las posturas con medio loto y con torsiones en las que el pie presiona contra el bajo abdomen, refuerzan aún más esta compresión y elevación de 
apana hacia el fuego purificador.
Con esto se explica también aquello de que las posturas invertidas sean tan importantes.  Algunas tradiciones consideran a 
salamba sarvaungasana y a 
sirsasana la madre y el padre de todas las asanas.  Al colocarse boca abajo en posición invertida, se anula la acción de la gravedad, de 
tamas, y 
muladhara chakra con su carga de 
apana se eleva -cae hacia el suelo- por efecto de la gravedad, acercándose a 
agni que, al ser una llama de fuego que de forma natural arde hacia arriba, se acerca a 
muladhara sin mayor esfuerzo.  Igualmente, esto explica que se recomiende a las mujeres no practicar durante los primeros días de la menstruación y no realizar posturas invertidas durante todo el período.  La menstruación no deja de ser una evacuación de 
apana, y dado que todo este sistema está orientado a contrarrestar 
apana e invertir su flujo, conviene no interferir demasiado en lo que al fin y a la postre es un necesario proceso natural de expulsión de energía 
tamásica.  Sería algo así como hacer todo lo posible por retener los excrementos dentro de los intestinos o de la vejiga en vez de dejarlos marchar.
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| Prana y apana, un equilibrio de energías opuestas harto difícil a veces. | 
En resumen, la práctica de Ashtanga Yoga ha de ser entendida no como una exhibición de posturas encaminadas a conseguir un cuerpo tonificado y bonito, sino como una 
terapia destinada a resolver los bloqueos energéticos que en el cuerpo material se manifiestan en forma de dolencias físicas, trastornos psicológicos y problemas emocionales.  A diferentes niveles, todos los seres humanos precisamos de esta terapia, porque ninguno nos vemos libres del influjo de 
apana, una forma de energía estancada y pesada que nos condiciona y que ha de ser limpiada para mantener o recuperar la salud y abrir nuestra mente a estados elevados de conciencia.  Las herramientas con las que contamos para conseguirlo son nuestro propio cuerpo, nuestro esqueleto y músculos, nuestra mente y la acción de la 
respiración.  Ésta desempeña un papel fundamental porque representa la principal fuente de 
prana a nuestro alcance y ha de constituir toda nuestra prioridad en la práctica.  No habrá 
asana sin respiración, y sin respiración no habrá 
asana.
Colocarse sobre la esterilla con todas estas ideas en mente resulta muy reparador.  Cuando se aprende a afrontar la práctica como una disciplina de movimiento de energías y de control de la mente y de la respiración, se produce un antes y un después.  Como decía Guruji, señalándose al pecho: 
"Ahí dentro hay una caja dentro de la cual está atman
, la conciencia pura.  Regresa a ese lugar.  Eso es el yoga."