Workshop con David Williams en Ashtanga Yoga Bilbao del 4 al 7 de abril. Click para información y reservas. |
[If you just wish to read David's original letter in English, please scroll down to the bottom of this article]
Dentro de apenas dos meses tendrá lugar en Ashtanga Yoga Bilbao uno de los mayores acontecimientos de nuestra corta historia: la visita del pionero David Williams, quien a lo largo de cuatro días entre el 4 y el 7 de abril nos deleitará con lo que para los entusiastas del yoga será un apasionante viaje a los orígenes.
El nombre de David Williams sin duda debería aparecer en cualquier "enciclopedia" de yoga que se precie. La Historia sabe que fue gracias al empeño de Pattabhi Jois que se preservó la enseñanza de Krishnamacharya durante sus años de Mysore, pero quizá muchos desconozcan que fueron David Williams y sus amigos Nancy Gilgoff y Norman Allen quienes le abrieron la puerta al exterior.
Hace muchas décadas que el mundo practica yoga; incluso se tiene la paradójica sensación de que en la actualidad se practica más yoga fuera que en la propia India, su cuna original. El yoga aparece en las películas, en las noticias, en los anuncios como reclamo; las glamurosas celebrities presumen de que van a clases de yoga e incluso la gente añade la palabra "yoga" en sus currículos como un aspecto positivo de su estilo de vida que merece la pena destacar. En definitiva, el yoga disfruta de un lustre que, si echamos tan sólo un poco la vista hacia atrás, tiene mucho de insólito.
A comienzos de este mes y con motivo de la fiesta de la Epifanía del Señor se escribió en este blog un artículo acerca de las epifanías, de los acontecimientos repentinos de importancia reveladora que han tenido lugar a lo largo de la historia, y entre las que incluimos nuestro particular listado de epifanías del yoga. Gracias a esas epifanías, esos hitos, el yoga dejó de ser una práctica marginal que a duras penas sobrevivía en el subsuelo de la sociedad hindú y dio el salto al mundo. Indudablemente, el encuentro de David Williams con Pattabhi Jois supuso una de las grandes epifanías en la Historia del yoga, cuyas repercusiones sacudirían las cuatro esquinas del globo tal que las ondas de un terremoto.
David Williams hace cuarenta años. ¡No intentes esto en casa! |
A menudo comienzan a asistir a nuestras clases personas que no habían practicado nunca Ashtanga Yoga pero sí otros estilos. Por defecto y pese a su experiencia previa les enseñamos en sesiones estilo Mysore desde cero, como si nunca hubiesen hecho yoga en absoluto. En algunos casos, en cambio, por lo rápido que entienden los fundamentos de la respiración libre con sonido propia de Ashtanga Yoga o por la manera en que se desenvuelven en los primeros vinyasas del saludo al sol A de Ashtanga Yoga, en seguida nos damos cuenta de que en realidad sí habían aprendido algunos elementos del método de Krishnamacharya divulgado por Pattabhi Jois.
"Bueno, pero esto es el saludo al sol de toda la vida", nos dicen, como si los nueve vinyasas del saludo al sol A y los diecisiete del saludo al sol B del método de Krishnamacharya se hubieran practicado en la India de forma ubicua desde tiempos inmemoriales y que, por lo tanto, Krishnamacharya y Pattabhi Jois no habían hecho sino "recoger" algo que ya existía previamente en muchos otros lugares. La realidad es que no, solemos explicar para desconcierto de muchos. En la actualidad, los practicantes de hatha yoga que comienzan sus sesiones de asanas con saludos al sol tienen dos únicos orígenes: el saludo al sol de la escuela Shivananda popularizada por Vishnudevananda y los saludos al sol de Krishnamacharya popularizados por Pattabhi Jois. Todos los saludos al sol que conozco, y si algún lector de este artículo tiene información al respecto que contradiga esta afirmación le agradecería me la hiciera llegar, pertenezcan al estilo que pertenezcan, son réplicas exactas o variantes de alguno de esos dos.
En efecto, debes saber que ese saludo al sol o Surya Namaskar que se enseña en tu gimnasio, o que tu profesora de yoga dinámico, power, integral, hatha, vinyasa, flow o lo que sea te ha enseñado de forma casi idéntica a lo que hace esa gente "rarita" de Ashtanga Yoga, durante veinte años a partir de la década de 1920 lo estuvo enseñando de forma exclusiva y en ningún otro lugar de la Tierra un señor llamado Tirumalai Krishnamacharya en su Yoga Shala junto al Palacio de Mysore y a partir de 1948 lo seguiría enseñando su discípulo aventajado Sri Krishna Pattabhi Jois en una habitación de su pequeña casita de Lakshmipuram con capacidad para ocho personas.
Guruji con su esposa Amma y su hija Sharaswathi en los tiempos de Lakshmipuram. |
Algunas personas afirman que el bueno de Krishnamacharya se inventó esas secuencias de movimientos ligados tomando como inspiración los entrenamientos de los luchadores tradicionales indios que tan populares debían ser por aquel entonces. En cambio, Krishnamacharya y Pattabhi Jois sostendrían que los saludos al sol junto con el resto del sistema de asanas sostenido por la sincronización con la respiración o vinyasa, una serie de contracciones musculares o bandhas y los puntos de enfoque con la mirada o dristhis pertenecían a un antiguo sistema de yoga descrito en el misterioso Yoga Korunta que Krishnamacharya había aprendido de su no menos misterioso gurú Ramamohan Brahmachary.
Fuera cual fuera su origen, lo cierto es que a partir de la década de 1970 los saludos al sol y el resto del método que enseñaba Pattabhi Jois dieron el salto al mundo. Resulta sobrecogedor, casi mágico, que una práctica que durante décadas había permanecido recluida entre las cuatro paredes de una habitación se haya difundido por todas las esquinas del globo desde Singapur hasta Los Ángeles y haya dado tanto que hablar como para que, por ejemplo, un señor de Bilbao en el año 2019 esté escribiendo acerca de ello desde su casa.
El Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois no se limitaría a saltar fronteras, sino que con el paso de las décadas fue impregnando la enseñanza de yoga en general y dejando su impronta en muchos otros estilos. Llamémoslo "evoluciones", "escisiones", "desviaciones" o simplemente "inspiraciones", pero al igual que sucede con linajes como el de Shivananda o el del otro gran discípulo de Krishnamacharya BKS Iyengar, lo cierto es que hoy día es posible encontrar la influencia de Pattabhi Jois en multitud de prácticas de yoga que no aparentan estar para nada relacionadas con el Ashtanga Yoga original. Y a menudo sin que ni siquiera lo sepan sus propios practicantes y profesores...
Esa divulgación empezó de casualidad. En 1964 un belga llamado Andre Van Lysebeth estudió con Pattabhi Jois durante algunos meses y dejó constancia de ello en un libro que se publicaría en Occidente en 1968 bajo el título Aprendo Yoga. Gracias a este autor belga por primera vez se puso el foco sobre el Ashtanga Yoga de Guruji, pero no sería hasta 1972 cuando se produjo la verdadera eclosión.
Tres veinteañeros, los norteamericanos Nancy Gilgoff, David Williams y Norman Allen se encontraban aprendiendo yoga en un ashram de Pondicherry, en la costa sudoriental de la India. Cierto día asistieron a una exhibición de asanas por parte de un joven que se encontraba de gira tratando de ganarse algunas rupias. Quedaron maravillados ante lo que vieron y le interrogaron al joven acerca de dónde había aprendido aquello. Se trataba de Manju, el hijo de Pattabhi Jois. El resto es Historia.
Si quieres conocerla de primera mano, Ashtanga Yoga Bilbao te brinda una gran oportunidad el próximo mes de abril desde el jueves 4 y hasta el domingo 7. David Williams estudió con Pattabhi Jois durante siete años intensos: entre 1973 y 1979, durante los cuales trató de pasar en Mysore el mayor tiempo posible, ávido de aprender. Conoció la práctica de Ashtanga Yoga en una época alejada de masificaciones, dentro de un ambiente muy íntimo, casi como un miembro más de la familia Jois. Y desde entonces ha dedicado su vida por entero a la enseñanza del método de Ashtanga Yoga.
En su taller, David Williams transmitirá sin distorsiones lo que aprendió en aquellos años arcaicos. Algunas de las cosas que aprenderás serán reveladoras y responderán a preguntas que quizás nunca te habías planteado pero que siempre habían estado ahí, otras directamente te sorprenderán hasta dejarte atónito. La práctica de Ashtanga Yoga ha permanecido esencialmente idéntica a lo largo de las décadas, pero David te mostrará matices que se han perdido en el camino y hará que viajes, como en una máquina del tiempo, cuarenta años atrás hasta esa casita en Lakshmipuram.
A modo de aperitivo, a continuación reproduciremos una carta que nos ha hecho llegar David dirigida a todas las personas que asistan a su taller con algunos consejos. La hemos traducido al castellano, aunque si quieres leer el original en inglés lo encontrarás inmediatamente debajo.
Y en el caso de que desees más información acerca de su taller, aquí te dejamos un enlace a nuestra página web con todo lujo de detalles. Si quieres reservar una plaza, escríbenos a info@ashtangayogabilbao.com o llámanos al 696123011 (también Whatsapp).
Carta abierta a los estudiantes de yoga.
¡Saludos desde Maui!
Cuando enseño Yoga siempre me vienen a la cabeza algunos grandes conceptos acerca de cómo se enseña y se practica Ashtanga Yoga que, en base a mi estudio, observación e ininterrumpida práctica personal, creo importante compartir en mis clases.
En primer lugar, y por encima de todo, espero que de mí puedas aprender que en tu práctica, "Si duele, lo estás haciendo mal." A lo largo de los años, he observado que demasiadas personas se están haciendo daño a sí mismas y haciendo daño a otras. La práctica de Yoga puede ser (y debería ser) una experiencia placentera desde el principio hasta el final. Lo importante es el mula bandha y la respiración profunda. Con la práctica diaria, es inevitable que uno se acabe volviendo más flexible.
A partir de mi propia práctica y observación, aprendí que ir más allá de tus actuales límites para entrar en una postura podía desembocar en lesiones, lo cual tiene como consecuencia que se necesita un tiempo para curar la lesión antes de retomar la práctica. Toda esta secuencia de eventos no sólo resulta desagradable, sino que además es contraria a mi creencia en que a través de una práctica diaria lenta y constante se puede aumentar la flexibilidad, al generar un calor interno propio con el que relajarse en las posturas en vez de verse forzado a llegar hasta ellas. He observado que este método más lento y constante resulta más saludable y al mismo tiempo permite que se desarrolle una mayor flexibilidad de una naturaleza más duradera que la que se obtiene mediante la fuerza bruta. Desgraciadamente, tal y como muchas personas han descubierto, ir más allá de los límites a menudo conduce a la suspensión o limitación de la actividad durante el inevitable periodo de recuperación. Este ciclo lleva a desagradables asociaciones con la práctica de Yoga en vez de a las agradables experiencias que me esfuerzo en inculcar y que siento son necesarias para que la práctica se pueda mantener durante toda la vida.
En mi taller, quiero mostraros a cada uno de vosotros cómo podéis hacer que las series de Ashtanga Yoga se conviertan en una práctica para toda la vida con una experiencia completamente placentera.
David Williams y Manju Jois en la actualidad |
Tres veinteañeros, los norteamericanos Nancy Gilgoff, David Williams y Norman Allen se encontraban aprendiendo yoga en un ashram de Pondicherry, en la costa sudoriental de la India. Cierto día asistieron a una exhibición de asanas por parte de un joven que se encontraba de gira tratando de ganarse algunas rupias. Quedaron maravillados ante lo que vieron y le interrogaron al joven acerca de dónde había aprendido aquello. Se trataba de Manju, el hijo de Pattabhi Jois. El resto es Historia.
Si quieres conocerla de primera mano, Ashtanga Yoga Bilbao te brinda una gran oportunidad el próximo mes de abril desde el jueves 4 y hasta el domingo 7. David Williams estudió con Pattabhi Jois durante siete años intensos: entre 1973 y 1979, durante los cuales trató de pasar en Mysore el mayor tiempo posible, ávido de aprender. Conoció la práctica de Ashtanga Yoga en una época alejada de masificaciones, dentro de un ambiente muy íntimo, casi como un miembro más de la familia Jois. Y desde entonces ha dedicado su vida por entero a la enseñanza del método de Ashtanga Yoga.
En su taller, David Williams transmitirá sin distorsiones lo que aprendió en aquellos años arcaicos. Algunas de las cosas que aprenderás serán reveladoras y responderán a preguntas que quizás nunca te habías planteado pero que siempre habían estado ahí, otras directamente te sorprenderán hasta dejarte atónito. La práctica de Ashtanga Yoga ha permanecido esencialmente idéntica a lo largo de las décadas, pero David te mostrará matices que se han perdido en el camino y hará que viajes, como en una máquina del tiempo, cuarenta años atrás hasta esa casita en Lakshmipuram.
A modo de aperitivo, a continuación reproduciremos una carta que nos ha hecho llegar David dirigida a todas las personas que asistan a su taller con algunos consejos. La hemos traducido al castellano, aunque si quieres leer el original en inglés lo encontrarás inmediatamente debajo.
Y en el caso de que desees más información acerca de su taller, aquí te dejamos un enlace a nuestra página web con todo lujo de detalles. Si quieres reservar una plaza, escríbenos a info@ashtangayogabilbao.com o llámanos al 696123011 (también Whatsapp).
Carta abierta a los estudiantes de yoga.
¡Saludos desde Maui!
Cuando enseño Yoga siempre me vienen a la cabeza algunos grandes conceptos acerca de cómo se enseña y se practica Ashtanga Yoga que, en base a mi estudio, observación e ininterrumpida práctica personal, creo importante compartir en mis clases.
En primer lugar, y por encima de todo, espero que de mí puedas aprender que en tu práctica, "Si duele, lo estás haciendo mal." A lo largo de los años, he observado que demasiadas personas se están haciendo daño a sí mismas y haciendo daño a otras. La práctica de Yoga puede ser (y debería ser) una experiencia placentera desde el principio hasta el final. Lo importante es el mula bandha y la respiración profunda. Con la práctica diaria, es inevitable que uno se acabe volviendo más flexible.
A partir de mi propia práctica y observación, aprendí que ir más allá de tus actuales límites para entrar en una postura podía desembocar en lesiones, lo cual tiene como consecuencia que se necesita un tiempo para curar la lesión antes de retomar la práctica. Toda esta secuencia de eventos no sólo resulta desagradable, sino que además es contraria a mi creencia en que a través de una práctica diaria lenta y constante se puede aumentar la flexibilidad, al generar un calor interno propio con el que relajarse en las posturas en vez de verse forzado a llegar hasta ellas. He observado que este método más lento y constante resulta más saludable y al mismo tiempo permite que se desarrolle una mayor flexibilidad de una naturaleza más duradera que la que se obtiene mediante la fuerza bruta. Desgraciadamente, tal y como muchas personas han descubierto, ir más allá de los límites a menudo conduce a la suspensión o limitación de la actividad durante el inevitable periodo de recuperación. Este ciclo lleva a desagradables asociaciones con la práctica de Yoga en vez de a las agradables experiencias que me esfuerzo en inculcar y que siento son necesarias para que la práctica se pueda mantener durante toda la vida.
En mi taller, quiero mostraros a cada uno de vosotros cómo podéis hacer que las series de Ashtanga Yoga se conviertan en una práctica para toda la vida con una experiencia completamente placentera.
Sospecho que cuando por primera vez viste la práctica, te dijiste, "Si hiciera esto, ¡sería genial para mí!" Así que ahí estás tú -- has observado la práctica y deseas continuarla. La clave reside en ser capaz de mantenerte practicando Yoga durante el resto de tu vida. Durante más de cuarenta y cinco años observando a miles de personas practicar Yoga, me he dado cuenta de que aquellos que persisten son los que han conseguido averiguar cómo disfrutarla. Aguardan con ilusión su práctica diaria y nada puede evitar que encuentren tiempo para hacerla. Se convierte en uno de los momentos más agradables de su día. Los demás, conscientemente, subconscientemente o inconscientemente, abandonan la práctica. Mi gran objetivo es hacer todo lo posible para inspirarte a establecer tu práctica de Yoga, no sólo durante los pocos días que estemos juntos, sino durante el resto de tu vida.
En segundo lugar, espero poder compartir contigo mi creencia en que el objetivo primordial del Yoga no es incrementar la flexibilidad y la fuerza. El aumento de la flexibilidad y de la fuerza son simplemente el resultado natural y el beneficio de una práctica diaria. Aunque la flexibilidad y la fuerza sean beneficios del Yoga importantes y notorios, yo creo que los objetivos de la práctica de Yoga son la auto-realización y ser capaz de mantenerse en equilibrio y con salud cada día. La salud es tu mayor riqueza. El DNA del cuerpo sabe cómo curarse; todo lo que necesita es la energía. Las prácticas de Yoga energizantes, rejuvenecedoras, pueden ser la fuente de esta energía.
Por último, espero que entiendas que mi taller es para todas las personas y todos los niveles. De vez en cuando me preguntan qué hace que alguien sea "bueno en Yoga." Rápidamente respondo que el mejor Yogui no es quien es más flexible, sino quien es capaz de mantener su atención en aquello que está haciendo, quien hace con mayor intensidad el mula bandha y quien respira más profundamente. Ha sido con la mayor de las tristezas que he observado a gente "compitiendo con su práctica de Yoga." También he observado a muchos otros desanimarse en su práctica porque perciben esta competición y les preocupa que jamás serán capaz de hacer su práctica con la flexibilidad y habilidad de otros que se encuentran más avanzados en las series. Mi objetivo es transmitir la idea que el más grande Yogui es aquel que disfruta más su práctica de Yoga, no el que puede conseguir la postura más retorcida. Estoy convencido, y espero ser capaz de transmitírtelo, que en tu práctica de meditación en movimiento lo importante es invisible al observador y está dentro de cada uno de vosotros.
Creo en el Yoga. Creo que cualquiera que tenga el deseo puede practicar Ashtanga, quizás con modificaciones personalizadas, de una manera que le proporcione placer, bienestar. Durante años he dicho: "Si alguien me dijera, 'Tienes quince minutos, una hora, etcétera, para hacer algo bueno por ti. Puedes usar mancuernas, una bicicleta o lo que sea,' empezaría con los Saludos al Sol de Ashtanga Yoga y la Primera Serie." Si alguien puede enseñarme algo mejor, estoy dispuesto a aprenderlo. A lo largo de más de cuarenta y cinco años de búsqueda he estudiado cinco o seis sistemas de Yoga. Para mí, no existe un programa de fitness físico, mental y emocional mejor que el sistema de Ashtanga Yoga. Espero que sientas lo mismo durante los días que pasemos juntos.
Espero con ilusión que llegue el momento de compartir mi práctica y experiencia contigo.
Tuyo en Yoga,
David Williams.
Workshop with David Williams at Ashtanga Yoga Bilbao from the 4th to the 7th of April. Click here for more details and reservations. (Switch to English language at the top right). You may also get in touch via email (info@ashtangayogabilbao.com) or phone (+34 696123011 - also Whatsapp). |
An open letter to Yoga students.
Greetings and Salutations from Maui!
When I teach Yoga, I am always reminded that there are some major concepts about how Ashtanga Yoga is taught and practiced, based on my personal study, observation, and uninterrupted practice, that I feel are important to share with my classes.
First, and foremost, I hope you can learn from me that in your practice, "If it hurts, you are doing it wrong." Through the years, I have observed that too many people are hurting themselves and hurting others. Yoga practice can be (and should be) pleasant from the beginning to the end. What is important is the mula bandha and deep breathing. With daily practice, it is inevitable that one will become more flexible.
From my own practice and observation, I learned that pushing your current limitations to get into a position could result in injury, which results in one needing to rest the injury to recover so they can resume their practice. This entire sequence of events is not only unpleasant, it is contrary to my belief that through slow, steady, daily practice one can achieve greater flexibility by generating one's own internal heat to relax into positions, rather than being forced into a position. I have observed this slower, steadier method is not only healthier, but it allows one to develop greater flexibility of a more lasting nature, than the kind that is forced. Unfortunately, as many have found, pushing one's current limitations can result in having to severely curtail or limit activity during recovery. This cycle can lead to unpleasant associations with one's Yoga practice, rather than the pleasant experiences I work to instill, and that I feel are necessary for a lifelong practice.
I suspect that when you first saw the practice, you said to yourself, "If I did this, it would be great for me!" So, here you are--you have observed the practice, and you want to continue it. The key is being able to continue practicing Yoga for the rest of your life. From over 45 years of observing thousands of people practicing Yoga, I realize that those who continue are the ones who are able to figure out how to make it enjoyable. They look forward to their daily practice and nothing can keep them from finding the time to do it. It becomes one of the most pleasant parts of their day. The others, consciously, subconsciously, or unconsciously, quit practicing. It is my goal to do everything I can to inspire you to establish your Yoga practice, not just for the few days we are together, but for the rest of your life.
In my workshop, I want to show each of you how you can do the Ashtanga Yoga series in a lifelong practice that is a completely pleasant experience.
I suspect that when you first saw the practice, you said to yourself, "If I did this, it would be great for me!" So, here you are--you have observed the practice, and you want to continue it. The key is being able to continue practicing Yoga for the rest of your life. From over 45 years of observing thousands of people practicing Yoga, I realize that those who continue are the ones who are able to figure out how to make it enjoyable. They look forward to their daily practice and nothing can keep them from finding the time to do it. It becomes one of the most pleasant parts of their day. The others, consciously, subconsciously, or unconsciously, quit practicing. It is my goal to do everything I can to inspire you to establish your Yoga practice, not just for the few days we are together, but for the rest of your life.
Secondly, I hope to share with you my belief that the ultimate goal of Yoga is not to increase flexibility and strength. Increased flexibility and strength are simply the natural results and benefits of daily practice. While additional flexibility and strength are important and apparent benefits of Yoga, I believe the goals of Yoga practice are self-realization and keeping oneself balanced and healthy on a daily basis. Health is your greatest wealth. The body's DNA knows how to heal itself; all it needs is the energy. The energizing, rejuvenating Yoga practices can be the source of this energy.
Lastly, I hope you will find that my workshop is for everyone at all levels. Occasionally I asked if someone is "good at Yoga." I quickly respond that the best Yogi is not the one who is most flexible, but the one who is the most focused on what he or she is doing, the one most intensely doing the mula bandha and deep breathing. It is with some sadness that I have observed people "competing with their Yoga practice." I have also observed others who are discouraged in their practice because they feel this competition and worry that they will never be able to do their practice with the flexibility and skill of others more advanced in the series. My goal is to convey the idea that the greatest Yogi is the one who enjoys his or her Yoga practice the most, not the one who can achieve the ultimate pretzel position. It is my belief, which I hope to convey to you, that in your practice of this moving meditation, what is important, is what is invisible to the observer, what is within each of you.
I believe in the Yoga. I believe that anyone who has the desire can do the Ashtanga practice, perhaps with personal modifications, in a way that is pleasant. For years, I have said, "If someone said to me, 'You have 15 minutes, one hour, etc., do something good for yourself. You can use barbells, bicycles, or whatever,' I would start doing the Ashtanga Yoga Salutations to the Sun and Primary Series." If someone can show me something better, I am ready to learn it. In my more than 45 years of searching, I have learned five or six systems of Yoga practice. For myself, I have not found a better physical, mental, and emotional fitness program than the Ashtanga Yoga system. I hope you will feel the same after our days together.
I look forward to sharing my practice and experience with you.
Yours in Yoga,
David Williams.