domingo, 27 de enero de 2019

Carta abierta de David Williams a los practicantes de Yoga.

Workshop con David Williams en Ashtanga Yoga Bilbao del 4 al 7 de abril.  Click para información y reservas.


[If you just wish to read David's original letter in English, please scroll down to the bottom of this article]


Dentro de apenas dos meses tendrá lugar en Ashtanga Yoga Bilbao uno de los mayores acontecimientos de nuestra corta historia: la visita del pionero David Williams, quien a lo largo de cuatro días entre el 4 y el 7 de abril nos deleitará con lo que para los entusiastas del yoga será un apasionante viaje a los orígenes.

El nombre de David Williams sin duda debería aparecer en cualquier "enciclopedia" de yoga que se precie.  La Historia sabe que fue gracias al empeño de Pattabhi Jois que se preservó la enseñanza de Krishnamacharya durante sus años de Mysore, pero quizá muchos desconozcan que fueron David Williams y sus amigos Nancy Gilgoff y Norman Allen quienes le abrieron la puerta al exterior. 

Hace muchas décadas que el mundo practica yoga; incluso se tiene la paradójica sensación de que en la actualidad se practica más yoga fuera que en la propia India, su cuna original.  El yoga aparece en las películas, en las noticias, en los anuncios como reclamo; las glamurosas celebrities presumen de que van a clases de yoga e incluso la gente añade la palabra "yoga" en sus currículos como un aspecto positivo de su estilo de vida que merece la pena destacar.  En definitiva, el yoga disfruta de un lustre que, si echamos tan sólo un poco la vista hacia atrás, tiene mucho de insólito.

A comienzos de este mes y con motivo de la fiesta de la Epifanía del Señor se escribió en este blog un artículo acerca de las epifanías, de los acontecimientos repentinos de importancia reveladora que han tenido lugar a lo largo de la historia, y entre las que incluimos nuestro particular listado de epifanías del yoga.  Gracias a esas epifanías, esos hitos, el yoga dejó de ser una práctica marginal que a duras penas sobrevivía en el subsuelo de la sociedad hindú y dio el salto al mundo. Indudablemente, el encuentro de David Williams con Pattabhi Jois supuso una de las grandes epifanías en la Historia del yoga, cuyas repercusiones sacudirían las cuatro esquinas del globo tal que las ondas de un terremoto.


David Williams hace cuarenta años.  ¡No intentes esto en casa!

A menudo comienzan a asistir a nuestras clases personas que no habían practicado nunca Ashtanga Yoga pero sí otros estilos.  Por defecto y pese a su experiencia previa les enseñamos en sesiones estilo Mysore desde cero, como si nunca hubiesen hecho yoga en absoluto.  En algunos casos, en cambio, por lo rápido que entienden los fundamentos de la respiración libre con sonido propia de Ashtanga Yoga o por la manera en que se desenvuelven en los primeros vinyasas del saludo al sol A de Ashtanga Yoga, en seguida nos damos cuenta de que en realidad sí habían aprendido algunos elementos del método de Krishnamacharya divulgado por Pattabhi Jois.

"Bueno, pero esto es el saludo al sol de toda la vida", nos dicen, como si los nueve vinyasas del saludo al sol A y los diecisiete del saludo al sol B del método de Krishnamacharya se hubieran practicado en la India de forma ubicua desde tiempos inmemoriales y que, por lo tanto, Krishnamacharya y Pattabhi Jois no habían hecho sino "recoger" algo que ya existía previamente en muchos otros lugares.  La realidad es que no, solemos explicar para desconcierto de muchos.  En la actualidad, los practicantes de hatha yoga que comienzan sus sesiones de asanas con saludos al sol tienen dos únicos orígenes: el saludo al sol de la escuela Shivananda popularizada por Vishnudevananda y los saludos al sol de Krishnamacharya popularizados por Pattabhi Jois.  Todos los saludos al sol que conozco, y si algún lector de este artículo tiene información al respecto que contradiga esta afirmación le agradecería me la hiciera llegar, pertenezcan al estilo que pertenezcan, son réplicas exactas o variantes de alguno de esos dos. 

En efecto, debes saber que ese saludo al sol o Surya Namaskar que se enseña en tu gimnasio, o que tu profesora de yoga dinámico, power, integral, hatha, vinyasa, flow o lo que sea te ha enseñado de forma casi idéntica a lo que hace esa gente "rarita" de Ashtanga Yoga, durante veinte años a partir de la década de 1920 lo estuvo enseñando de forma exclusiva y en ningún otro lugar de la Tierra un señor llamado Tirumalai Krishnamacharya en su Yoga Shala junto al Palacio de Mysore y a partir de 1948 lo seguiría enseñando su discípulo aventajado Sri Krishna Pattabhi Jois en una habitación de su pequeña casita de Lakshmipuram con capacidad para ocho personas. 

Guruji con su esposa Amma y su hija Sharaswathi en los tiempos de Lakshmipuram.

Algunas personas afirman que el bueno de Krishnamacharya se inventó esas secuencias de movimientos ligados tomando como inspiración los entrenamientos de los luchadores tradicionales indios que tan populares debían ser por aquel entonces.  En cambio, Krishnamacharya y Pattabhi Jois sostendrían que los saludos al sol junto con el resto del sistema de asanas sostenido por la sincronización con la respiración o vinyasa, una serie de contracciones musculares o bandhas y los puntos de enfoque con la mirada o dristhis pertenecían a un antiguo sistema de yoga descrito en el misterioso Yoga Korunta que Krishnamacharya había aprendido de su no menos misterioso gurú Ramamohan Brahmachary.

Fuera cual fuera su origen, lo cierto es que a partir de la década de 1970 los saludos al sol y el resto del método que enseñaba Pattabhi Jois dieron el salto al mundo.  Resulta sobrecogedor, casi mágico, que una práctica que durante décadas había permanecido recluida entre las cuatro paredes de una habitación se haya difundido por todas las esquinas del globo desde Singapur hasta Los Ángeles y haya dado tanto que hablar como para que, por ejemplo, un señor de Bilbao en el año 2019 esté escribiendo acerca de ello desde su casa.  

El Ashtanga Yoga de Pattabhi Jois no se limitaría a saltar fronteras, sino que con el paso de las décadas fue impregnando la enseñanza de yoga en general y dejando su impronta en muchos otros estilos.  Llamémoslo "evoluciones", "escisiones", "desviaciones" o simplemente "inspiraciones", pero al igual que sucede con linajes como el de Shivananda o el del otro gran discípulo de Krishnamacharya BKS Iyengar, lo cierto es que hoy día es posible encontrar la influencia de Pattabhi Jois en multitud de prácticas de yoga que no aparentan estar para nada relacionadas con el Ashtanga Yoga original.  Y a menudo sin que ni siquiera lo sepan sus propios practicantes y profesores...

Esa divulgación empezó de casualidad.  En 1964 un belga llamado Andre Van Lysebeth estudió con Pattabhi Jois durante algunos meses y dejó constancia de ello en un libro que se publicaría en Occidente en 1968 bajo el título Aprendo Yoga.  Gracias a este autor belga por primera vez se puso el foco sobre el Ashtanga Yoga de Guruji, pero no sería hasta 1972 cuando se produjo la verdadera eclosión.

David Williams y Manju Jois en la actualidad

Tres veinteañeros, los norteamericanos Nancy Gilgoff, David Williams y Norman Allen se encontraban aprendiendo yoga en un ashram de Pondicherry, en la costa sudoriental de la India.  Cierto día asistieron a una exhibición de asanas por parte de un joven que se encontraba de gira tratando de ganarse algunas rupias.  Quedaron maravillados ante lo que vieron y le interrogaron al joven acerca de dónde había aprendido aquello.  Se trataba de Manju, el hijo de Pattabhi Jois.  El resto es Historia.

Si quieres conocerla de primera mano, Ashtanga Yoga Bilbao te brinda una gran oportunidad el próximo mes de abril desde el jueves 4 y hasta el domingo 7.  David Williams estudió con Pattabhi Jois durante siete años intensos: entre 1973 y 1979, durante los cuales trató de pasar en Mysore el mayor tiempo posible, ávido de aprender.  Conoció la práctica de Ashtanga Yoga en una época alejada de masificaciones, dentro de un ambiente muy íntimo, casi como un miembro más de la familia Jois.  Y desde entonces ha dedicado su vida por entero a la enseñanza del método de Ashtanga Yoga.

En su taller, David Williams transmitirá sin distorsiones lo que aprendió en aquellos años arcaicos.  Algunas de las cosas que aprenderás serán reveladoras y responderán a preguntas que quizás nunca te habías planteado pero que siempre habían estado ahí, otras directamente te sorprenderán hasta dejarte atónito.  La práctica de Ashtanga Yoga ha permanecido esencialmente idéntica a lo largo de las décadas, pero David te mostrará matices que se han perdido en el camino y hará que viajes, como en una máquina del tiempo, cuarenta años atrás hasta esa casita en Lakshmipuram.

A modo de aperitivo, a continuación reproduciremos una carta que nos ha hecho llegar David dirigida a todas las personas que asistan a su taller con algunos consejos.  La hemos traducido al castellano, aunque si quieres leer el original en inglés lo encontrarás inmediatamente debajo.

Y en el caso de que desees más información acerca de su taller, aquí te dejamos un enlace a nuestra página web con todo lujo de detalles.  Si quieres reservar una plaza, escríbenos a info@ashtangayogabilbao.com o llámanos al 696123011 (también Whatsapp).



Carta abierta a los estudiantes de yoga.

¡Saludos desde Maui!

Cuando enseño Yoga siempre me vienen a la cabeza algunos grandes conceptos acerca de cómo se enseña y se practica Ashtanga Yoga que, en base a mi estudio, observación e ininterrumpida práctica personal, creo importante compartir en mis clases.

En primer lugar, y por encima de todo, espero que de mí puedas aprender que en tu práctica, "Si duele, lo estás haciendo mal."  A lo largo de los años, he observado que demasiadas personas se están haciendo daño a sí mismas y haciendo daño a otras.  La práctica de Yoga puede ser (y debería ser) una experiencia placentera desde el principio hasta el final.  Lo importante es el mula bandha y la respiración profunda.  Con la práctica diaria, es inevitable que uno se acabe volviendo más flexible.

A partir de mi propia práctica y observación, aprendí que ir más allá de tus actuales límites para entrar en una postura podía desembocar en lesiones, lo cual tiene como consecuencia que se necesita un tiempo para curar la lesión antes de retomar la práctica.  Toda esta secuencia de eventos no sólo resulta desagradable, sino que además es contraria a mi creencia en que a través de una práctica diaria lenta y constante se puede aumentar la flexibilidad, al generar un calor interno propio con el que relajarse en las posturas en vez de verse forzado a llegar hasta ellas.  He observado que este método más lento y constante resulta más saludable y al mismo tiempo permite que se desarrolle una mayor flexibilidad de una naturaleza más duradera que la que se obtiene mediante la fuerza bruta.  Desgraciadamente, tal y como muchas personas han descubierto, ir más allá de los límites a menudo conduce a la suspensión o limitación de la actividad durante el inevitable periodo de recuperación.  Este ciclo lleva a desagradables asociaciones con la práctica de Yoga en vez de a las agradables experiencias que me esfuerzo en inculcar y que siento son necesarias para que la práctica se pueda mantener durante toda la vida.

En mi taller, quiero mostraros a cada uno de vosotros cómo podéis hacer que las series de Ashtanga Yoga se conviertan en una práctica para toda la vida con una experiencia completamente placentera.

Sospecho que cuando por primera vez viste la práctica, te dijiste, "Si hiciera esto, ¡sería genial para mí!"  Así que ahí estás tú -- has observado la práctica y deseas continuarla.  La clave reside en ser capaz de mantenerte practicando Yoga durante el resto de tu vida.  Durante más de cuarenta y cinco años observando a miles de personas practicar Yoga, me he dado cuenta de que aquellos que persisten son los que han conseguido averiguar cómo disfrutarla.  Aguardan con ilusión su práctica diaria y nada puede evitar que encuentren tiempo para hacerla.  Se convierte en uno de los momentos más agradables de su día.  Los demás, conscientemente, subconscientemente o inconscientemente, abandonan la práctica.  Mi gran objetivo es hacer todo lo posible para inspirarte a establecer tu práctica de Yoga, no sólo durante los pocos días que estemos juntos, sino durante el resto de tu vida.

En segundo lugar, espero poder compartir contigo mi creencia en que el objetivo primordial del Yoga no es incrementar la flexibilidad y la fuerza.  El aumento de la flexibilidad y de la fuerza son simplemente el resultado natural y el beneficio de una práctica diaria.  Aunque la flexibilidad y la fuerza sean beneficios del Yoga importantes y notorios, yo creo que los objetivos de la práctica de Yoga son la auto-realización y ser capaz de mantenerse en equilibrio y con salud cada día.  La salud es tu mayor riqueza.  El DNA del cuerpo sabe cómo curarse; todo lo que necesita es la energía.  Las prácticas de Yoga energizantes, rejuvenecedoras, pueden ser la fuente de esta energía.

Por último, espero que entiendas que mi taller es para todas las personas y todos los niveles.  De vez en cuando me preguntan qué hace que alguien sea "bueno en Yoga."  Rápidamente respondo que el mejor Yogui no es quien es más flexible, sino quien es capaz de mantener su atención en aquello que está haciendo, quien hace con mayor intensidad el mula bandha y quien respira más profundamente.  Ha sido con la mayor de las tristezas que he observado a gente "compitiendo con su práctica de Yoga."  También he observado a muchos otros desanimarse en su práctica porque perciben esta competición y les preocupa que jamás serán capaz de hacer su práctica con la flexibilidad y habilidad de otros que se encuentran más avanzados en las series.  Mi objetivo es transmitir la idea que el más grande Yogui es aquel que disfruta más su práctica de Yoga, no el que puede conseguir la postura más retorcida.  Estoy convencido, y espero ser capaz de transmitírtelo, que en tu práctica de meditación en movimiento lo importante es invisible al observador y está dentro de cada uno de vosotros.

Creo en el Yoga.  Creo que cualquiera que tenga el deseo puede practicar Ashtanga, quizás con modificaciones personalizadas, de una manera que le proporcione placer, bienestar.  Durante años he dicho: "Si alguien me dijera, 'Tienes quince minutos, una hora, etcétera, para hacer algo bueno por ti.  Puedes usar mancuernas, una bicicleta o lo que sea,' empezaría con los Saludos al Sol de Ashtanga Yoga y la Primera Serie."  Si alguien puede enseñarme algo mejor, estoy dispuesto a aprenderlo.  A lo largo de más de cuarenta y cinco años de búsqueda he estudiado cinco o seis sistemas de Yoga.  Para mí, no existe un programa de fitness físico, mental y emocional mejor que el sistema de Ashtanga Yoga.  Espero que sientas lo mismo durante los días que pasemos juntos.

Espero con ilusión que llegue el momento de compartir mi práctica y experiencia contigo.

Tuyo en Yoga,
David Williams.


Workshop with David Williams at Ashtanga Yoga Bilbao from the 4th to the 7th of April.  Click here for more details and reservations. (Switch to English language at the top right).  You may also get in touch via email (info@ashtangayogabilbao.com) or phone (+34 696123011 - also Whatsapp).

An open letter to Yoga students.  

Greetings and Salutations from Maui! 

When I teach Yoga, I am always reminded that there are some major concepts about how Ashtanga Yoga is taught and practiced, based on my personal study, observation, and uninterrupted practice, that I feel are important to share with my classes. 

First, and foremost, I hope you can learn from me that in your practice, "If it hurts, you are doing it wrong." Through the years, I have observed that too many people are hurting themselves and hurting others. Yoga practice can be (and should be) pleasant from the beginning to the end. What is important is the mula bandha and deep breathing. With daily practice, it is inevitable that one will become more flexible. 

From my own practice and observation, I learned that pushing your current limitations to get into a position could result in injury, which results in one needing to rest the injury to recover so they can resume their practice. This entire sequence of events is not only unpleasant, it is contrary to my belief that through slow, steady, daily practice one can achieve greater flexibility by generating one's own internal heat to relax into positions, rather than being forced into a position. I have observed this slower, steadier method is not only healthier, but it allows one to develop greater flexibility of a more lasting nature, than the kind that is forced. Unfortunately, as many have found, pushing one's current limitations can result in having to severely curtail or limit activity during recovery. This cycle can lead to unpleasant associations with one's Yoga practice, rather than the pleasant experiences I work to instill, and that I feel are necessary for a lifelong practice.

In my workshop, I want to show each of you how you can do the Ashtanga Yoga series in a lifelong practice that is a completely pleasant experience. 

I suspect that when you first saw the practice, you said to yourself, "If I did this, it would be great for me!" So, here you are--you have observed the practice, and you want to continue it. The key is being able to continue practicing Yoga for the rest of your life. From over 45 years of observing thousands of people practicing Yoga, I realize that those who continue are the ones who are able to figure out how to make it enjoyable. They look forward to their daily practice and nothing can keep them from finding the time to do it. It becomes one of the most pleasant parts of their day. The others, consciously, subconsciously, or unconsciously, quit practicing. It is my goal to do everything I can to inspire you to establish your Yoga practice, not just for the few days we are together, but for the rest of your life. 

Secondly, I hope to share with you my belief that the ultimate goal of Yoga is not to increase flexibility and strength. Increased flexibility and strength are simply the natural results and benefits of daily practice. While additional flexibility and strength are important and apparent benefits of Yoga, I believe the goals of Yoga practice are self-realization and keeping oneself balanced and healthy on a daily basis. Health is your greatest wealth. The body's DNA knows how to heal itself; all it needs is the energy. The energizing, rejuvenating Yoga practices can be the source of this energy. 

Lastly, I hope you will find that my workshop is for everyone at all levels. Occasionally I asked if someone is "good at Yoga." I quickly respond that the best Yogi is not the one who is most flexible, but the one who is the most focused on what he or she is doing, the one most intensely doing the mula bandha and deep breathing. It is with some sadness that I have observed people "competing with their Yoga practice." I have also observed others who are discouraged in their practice because they feel this competition and worry that they will never be able to do their practice with the flexibility and skill of others more advanced in the series. My goal is to convey the idea that the greatest Yogi is the one who enjoys his or her Yoga practice the most, not the one who can achieve the ultimate pretzel position. It is my belief, which I hope to convey to you, that in your practice of this moving meditation, what is important, is what is invisible to the observer, what is within each of you. 

I believe in the Yoga. I believe that anyone who has the desire can do the Ashtanga practice, perhaps with personal modifications, in a way that is pleasant. For years, I have said, "If someone said to me, 'You have 15 minutes, one hour, etc., do something good for yourself. You can use barbells, bicycles, or whatever,' I would start doing the Ashtanga Yoga Salutations to the Sun and Primary Series." If someone can show me something better, I am ready to learn it. In my more than 45 years of searching, I have learned five or six systems of Yoga practice. For myself, I have not found a better physical, mental, and emotional fitness program than the Ashtanga Yoga system. I hope you will feel the same after our days together. 

I look forward to sharing my practice and experience with you. 

Yours in Yoga, 
David Williams.

lunes, 21 de enero de 2019

Los orígenes de la Luna.

Hoy es día de luna llena, día de descanso en la tradición de Ashtanga Yoga.  Como es habitual nuestra escuela permanecerá cerrada y mañana retomaremos las clases.

No es sólo que la luna alcanza hoy su fase de plenitud, sino que además durante esta noche se ha producido un eclipse de luna total.  La tierra, al proyectar su sombra sobre la luna, ha refractado en su atmósfera los rayos solares que confieren brillo a la luna, lo que ha provocado que en algunos lugares del mundo -continente americano- la luna se haya percibido de color rojo sangre.  Y por si esto no fuera poco, en este momento la luna se encuentra en su perigeo, en el punto más cercano a la Tierra durante su traslación, un fenómeno que se denomina superluna y que hace que el tamaño aparente de la luna sea hoy mayor. 

Por lo tanto, la luna es la gran protagonista en el día de hoy: una superluna llena y sangrienta.  A modo de homenaje, hoy te ofrecemos un poco de cultura general repasando los orígenes -en plural, sí- de nuestro satélite.



Según la ciencia.

La teoría más aceptada entre la comunidad científica respecto al origen de la luna se basa en la teoría del gran impacto.  

Hace 4.600 millones de años, en los primeros estadios de la formación del sistema solar, un protoplaneta del tamaño de Marte al que se ha llamado Theia chocó contra la Tierra.  Como resultado del colosal impacto imposible de imaginar que derritió, vaporizo y expulsó al espacio trillones de toneladas de material terrestre, alrededor de la Tierra se formó un gran anillo de escombros, que con el tiempo se compactaron, junto con cualquier otro satélite natural que pudiese estar orbitando la Tierra, para crear la Luna.

Además del origen de la Luna, dicha colisión explicaría la inclinación basculante del eje de la Tierra que ocasiona las estaciones.  Análisis de material lunar corroboraron el origen común de ambos cuerpos y, a pesar de algunos enigmas no resueltos aún y de la existencia de otras explicaciones alternativas, la hipótesis del gran impacto es la más ampliamente aceptada en la actualidad.



Según la mitologia griega.

Selene es la personificación de la luna como una diosa de acuerdo con la mitología griega.  Los romanos incorporaron el mito griego y a Selene a su panteón con el nombre de Luna.  Se la adoraba en los días de luna llena y nueva.

De acuerdo con la Teogonía de Hesiodo, los padres de Selene eran los titanes Hyperion y Theia, esta última la que posteriormente daría nombre al cuerpo que chocó con la Tierra según la teoría del gran impacto.  Su hermano era Helios, el dios sol y su hermana Eos, la aurora.  Se la representa como a una mujer de rostro pálido y vaporosas túnicas, con una media luna sobre la cabeza y conduciendo un carro de plata tirado por bueyes blancos. 

Una noche de verano, Endimión, pastor de Caria, una región griega situada al sudoeste de la actual Turquía, tras cuidar a sus rebaños, se refugió en una cueva en las faldas del monte Latmos y se echó a dormir.  La noche era clara, y Selene paseaba en su carruaje de plata por el cielo, desde donde divisó al joven dormido.  Quedó inmediatamente enamorada de él.

Descendió entonces del cielo y entró en la cueva.  El roce de los labios de Selene sobre los suyos despertó a Endimión, que vio cómo toda la caverna estaba iluminada por la luz plateada de la luna.  Contempló a la diosa brillante ante él y surgió una gran pasión entre los dos.

Selene ascendió al Olimpo y le imploró a Zeus que le concediera a Endimión un deseo.  Zeus accedió y Endimión, tras grandes cavilaciones, pidió el don de la eterna juventud y dormir en un sueño perpetuo del que sólo despertaría para recibir a Selene.  Zeus se lo concedió.

Desde entonces, cada mes Selene desaparece del cielo durante unos días para visitar a su amante dormido en la caverna del monte.  El resto del tiempo se conforma con acariciar con sus rayos de plata el cuerpo dormido de Endimión.  

De este amor nacerían cincuenta hijas que personifican las fases de la luna y presiden los cincuenta meses lunares, entre ellas Menea (luna nueva), Mesomene (luna creciente), Pandeia (luna llena) y Meniskos (luna menguante), una diosa de doloroso recuerdo para algunos practicantes de Ashtanga Yoga con problemas en los medios lotos...  



Según la mitología india.

Ganesha, el hijo de Lord Shiva y la diosa Parvati, como su prominente barriga atestigua, tiene gran debilidad por los dulces y cada vez que alguien se los ofrecía, los tomaba.  

Cierto día en que sus devotos le habrían ofrecido muchísimos dulces, Lord Ganesha regresaba a casa con el estómago lleno y los bolsillos de su ropa repletos de dulces sobrantes.  

Los dulces se le caían de los bolsillos y Ganesha se agachaba a recogerlos, un tanto avergonzado de su glotonería.  Miró alrededor esperando que nadie lo viera.  Desgraciadamente la Luna - Chandra Deva, el dios Chandra, un joven de piel pálida, muy atractivo, que dominaba el cielo de la noche montado sobre un carro arrastrado por un antílope y armado con una maza y una flor de loto, lo había visto todo.  

Al ver al Ganesha tropezarse sobre sus propios dulces, Chandra se rió a carcajadas.  Chandra se consideraba a sí mismo muy apuesto y pensaba que Ganesha, con su gran tripa y cabeza de elefante era muy extraño.

"¡Chandra!", exclamó Lord Ganesha enfadado, "¡Te has reído de mí!  ¡Te crees tan atractivo!  Te maldigo y de hoy en adelante desaparecerás del cielo y nadie podrá ver tu rostro."

Y lleno de ira, Ganesha se arrancó un colmillo y lo arrojó contra Chandra, clavándoselo.  Chandra se quedó lívido.  Se trataba de un castigo demasiado severo y le imploró:

"¡Señor! ¡Por favor, perdóname!  ¡He sido soberbio!  ¡Lo siento, por favor!"

Lord Ganesha miró a Chandra y vio que su orgullo había sido herido.  Ganesha siempre perdona.  Sonrió dispuesto a perdonarle, pero en seguida se dio cuenta de que no podía retirar su maldición.

"¡Chandra, no puedo retirar mis palabras!  Pero escucha, suavizaré tu maldición.  Poco a poco disminuirá tu apariencia y sólo habrá un día en que no haya luna en el cielo.  A partir de ese día volverás a crecer hasta que de nuevo recuperes tu tamaño completo y vuelvas a brillar en todo tu esplendor."  

Y desde entonces la luna comenzó a menguar y a crecer periódicamente.  Uno de los puntos oscuros visibles en su superficie, un cráter, es la cicatriz que dejó el colmillo de Ganesha.



Según la mitología egipcia.

Originalmente el año sólo tenía 360 días, y la diosa Nut era estéril durante todos ellos debido a una maldición que le había lanzado el dios solar Ra, que regía durante todo el año.

Su marido el dios Thoth, que deseaba engendrar hijos, acudio a Khonsu, dios lunar, cuyo brillo era entonces casi como el del Sol, y lo desafió a un juego de mesa en el que Khonsu apostaba su propia luz.

Ambos jugaron y la suerte siempre estaba de parte de Thoth, hasta que Khonsu fue derrotado.  La apuesta consistía en 1/72 partes de la luminosidad diaria de la Luna, y desde entonces Khonsu no ha tenido suficiente fuerza para brillar a lo largo de todo el mes, por eso mengua y se recupera.

Con esa luz Thoth creó cinco nuevos días (360/72) conocidos como epagómenos, en el calendario que hasta entonces constaba de doce meses de treinta días cada uno y los añadió justo al final del año, de manera que no pertenecían ni al año viejo ni al nuevo.

Así Nut pudo tener a sus cinco hijos al mismo tiempo que se satisfacía la maldición de Ra.



Según la mitología maya.

Hace mucho tiempo, en una tierra muy lejana, vivía una hermosa mujer llamada Ixchel, cuya belleza encandilaba a muchos hombres a lo largo y ancho de los territorios, incluido al joven héroe Itzamná.  El encantador Itzamná comenzó a cortejar a la hermosa y codiciada Ixchel y entre ambos surgió un gran amor cuyo destino quedó escrito en los cielos.

Un día soleado en el paraíso, un joven extranjero llego al pueblo y quedó inmediatamente obnubilado ante la pasmosa belleza de Ixchel y proclamó su amor por la joven mujer.

Sin saber del amor que existía entre Ixchel e Itzamná, una hermana de Ixchel llamada Ixtab organizó un duelo entre los dos jóvenes que lucharían a muerte por el amor de la joven doncella. 

El día del gran combate, Itzamná fue señalado por el destino para convertirse en el vencedor, pero la providencia no tuvo en cuenta una audaz treta por parte del oponente de Itzamná quien, en un descuido de Itzamná, lo hirió mortalmente.  

Al ver muerto a su amado, Ixchel corrió hasta él, encomendó su alma a su hermana Ixtab y se suicidó.  Al haberle confiado su alma su herman, Ixtab se convirtó en la diosa de los suicidios.  Ixtab maldijo al oponente por sus sucias artimañas y su nombre fue olvidado para siempre.

Los dos jóvenes amantes viajaron juntos al cielo para celebrar su amor durante el resto de los tiempos.  Itzamná renacería como el dios sol y su eterna amante, Ixchel, se convertiría en la diosa de la luna.  Para celebrar el amor por su amado, Itzamná le entregó a Ixchel el brillo de la noche como un regalo en la forma de estrellas, damas que mueren jovenes y viajan hasta los cielos para brillar durante toda la eternidad.



Según la mitología nórdica.

En la mitología nórdica Sol es el dios del Sol y Mani de la Luna.  Sol es una mujer y Luna es un hombre y son hermanos entre ellos.  Su padre es Mundilfari.

Cuando aparecieron por primera vez mientras el cosmos era creado, no sabían cuáles eran sus poderes ni qué papel desempeñarían en el nuevo mundo.  Entonces los dioses se reunieron y crearon las diferentes partes del día y del año y las fases de la luna de manera que Sol y Mani finalmente conocieron su encaje en el nuevo orden.

Atravesaron el cielo conduciendo carros arrastrados por caballos.  Los conducen con prisa porque detrás los persiguen dos lobos llamados Skoll (Burla) y Hati (Odio), que los alcanzarían en el final de los tiempos, cuando el cosmos descendiese de vuelta al caos.

Según algunas leyendas, un personaje llamado Svalinn conduce el carro del sol y sostiene un escudo entre ella y la tierra a sus pies.  Si no hiciera esto, tanto el sol como el mar se consumirían en llamas.



Según la mitología zulú.

Las leyendas zulúes afirman que la Luna es hueca y es hogar de una raza de seres reptilianos inteligentes conocidos como los hitauri.  Hace cientos de generaciones la Luna fue llevada a su actual emplazamiento por dos hermanos, Wowane y Mpanku, que eran los líderes de los hitauri.

Se los conoció como los hermanos del agua y el cuerpo de ambos estaba cubierto de escamas como la piel de un pez.  Wowane y Mpanku habían robado la Luna, que en realidad era un huevo del Gran Dragón de Fuego, y vaciaron su yema hasta que quedó hueca.  Entonces hicieron rodar la Luna por el cielo hasta las proximidades de la Tierra, lo que provocó unos acontecimientos cataclísmicos que terminaron con la edad de oro de la Tierra.

Antes de que llegara la Luna, la Tierra era muy distinta a como es hoy.  No había estaciones y el planeta estaba permanentemente cubierto de brumas de vapor de agua.  La gente no podía ver el brillo del sol con la claridad conque se ve hoy. sino que sólo podía hacerlo a través de una niebla acuosa.  Era un lugar hermoso, frondoso y verde con gigantescos bosques bajo una suave llovizna constante.

Cuando la Luna se ubicó en su lugar todo el agua del cielo cayó al suelo de golpe provocando una gran inundación, un cataclismo que se ha documentado en otras muchas culturas y que en la nuestra conocemos como el Gran Diluvio.

La llegada de la Luna y de los reptilianos hitauri cambió todo en la Tierra.  Modificó su rotación y ángulo y trajo un poderoso sistema de mareas mucho más fuerte del que había antes.  Las mujeres no menstruaban hasta que la Luna llegó.

Otras tribus africanas creen que la Luna es un artefacto tecnológico que fue construido muy lejos para vigilar a las personas y como un vehículo en el que seres extraterrestres surcan el Universo.



Según la mitología china.

Hace mucho tiempo diez soles dominaban juntos el cielo y arrasaban la tierra con sus rayos, causando grandes penurias a la gente.  El arquero Yi derribó con sus flechas precisas a nueve de ellos, dejando sólo uno.  Como recompensa, se le concedió el elixir de la inmortalidad.

Pero Yi no se lo bebió inmediatamente, sino que se lo entregó a su amada esposa Chang'e para que lo guardase.  No quería obtener la inmortalidad sin ella.

Sin embargo, mientras Yi salía a cazar, su aprendiz Fengmeng forzó la puerta de su casa y trató de obligarle a Chang'e a que le entregase el elixir.  Ella se negó y, para evitar que Fengmeng lo robara, se lo bebió.

Cheng'e entonces voló hacia los cielos, donde escogió la Luna como residencia, puesto que amaba a su marido y esperaba vivir cerca de él. 

Yi descubrió lo que había sucedido y se sintió triste, así que reunió las frutas y pasteles que le gustaban a Chang'e y se los entregó como ofrenda.  En la actual China, durante el festival de otoño siguen cocinándose los llamados "pasteles de luna", reminiscentes de esta leyenda.



Según la mitología vasca.

Cuenta la leyenda que al principio de los tiempos, cuando los seres humanos empezaban a caminar por la tierra, no existían ni el sol ni la luna y se encontraban inmersos en una gran oscuridad y acechados por terribles criaturas como dragones, brujas, caballos voladores, genios...

En su desesperación, acudieron en busca de ayuda a Amalur, la madre tierra.

Ante su insistencia, Amalur accedió y les dijo:  "Os ofreceré mi ayuda y crearé un ser luminoso al que llamaréis Ilargi (Luna)."

Así, Amalur creó la Luna, que con su brillo pálido iluminó la noche.

Al principio los humanos no se atrevieron a salir, pero al ver que los genios malignos huían de la luz de Ilargi, salieron a celebrarlo.  Sin embargo, el susto de los genios no duraría para siempre y, poco a poco, se acostumbraron a la luz y no tardaron en volver a salir de sus simas y acosar a hombres y mujeres.

De nuevo, los hombres acudieron a Amalur y le pidieron algo más poderoso.

"Amalur, te estamos muy agradecidos porque nos has regalado a la madre luna, pero necesitamos algo más poderoso puesto que los genios no dejan de perseguirnos."

"De acuerdo", respondió Amalur, "crearé un ser todavía más poderoso al que llamaréis Eguzki (Sol)."

Y Amalur creó el sol.  De esa forma, el sol iluminaria el día y la luna la noche.

Era tan grande, luminoso y caliente que incluso los humanos tuvieron que acostumbrarse poco a poco.  Gracias a su calor y luz crecieron plantas y aún más importante, los genios y las brujas no pudieron acostumbrarse a la gran claridad del día y desde entonces sólo se atrevieron a salir de noche.

Pero los humanos acudieron una vez más a Amalur para pedirle protección durante la noche, puesto que de noche seguían saliendo los genios para acosarles.  Y fue entonces cuando Amalur creó una flor tan hermosa que, al verla , los seres de la noche creerían que era el propio Eguzki y huirían aterrados

Esa flor es Eguzkilore (girasol).  Y hasta hoy, este el símbolo de protección que defiende los hogares de los malos espíritus, los brujos, los genios de la enfermedad, las tempestades, los rayos y demás enemigos del ser humano.

sábado, 5 de enero de 2019

De la Epifanía del Señor a las epifanías del yoga.



La visita de los Reyes Magos de Oriente al niño Jesús recién nacido en Belén se cuenta sin duda entre uno de los misterios más interesantes que rodean la natividad de Cristo.

Tan sólo uno de los Evangelistas hace mención a este suceso, San Mateo, y lo hace de la siguiente manera:

1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron de Oriente a Jerusalén unos magos.   
9 [...] la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.  
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron, y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Mateo 2:1-12 

Confluyen aquí varios elementos "bizarros" a los que se han buscado respuesta durante siglos.  En primer lugar, cuando en aquella época se hablaba de "magos", lo habitual es que se estuviera haciendo referencia a hombres de ciencia.  Lo más plausible es que se tratara de astrónomos extranjeros que fueron atraídos hasta la zona de Judea por algún augurio en forma de acontecimiento astronómico entre los que se han barajado un cometa, el ocultamiento de Júpiter detrás de la luna, el alineamiento de varias estrellas con la cercana Alfa Centauri e incluso la explosión de una nova.

En el año 6 a.C. astrónomos chinos documentaron una posible nova que brilló durante semanas en el cielo.  No hay consenso respecto a la fecha exacta del nacimiento de Jesús, así que esta nova bien pudo haber sido el suceso astronómico que guió a los Reyes Magos.  Como dato curioso: Herodes murió entre el año 3 y 4 a.C., así que Jesús no nació en el año 1 de nuestra era, sino antes.  Esta diferencia es debida a las imprecisiones cometidas en el calendario durante los siglos posteriores. 

Durante su encuentro con Herodes (entre los versículos 2 y 8 omitidos arriba), los tres Magos reciben el encargo de regresar a Jerusalén e informarle acerca del paradero del niño para, según dice, poder adorarlo él también.  En realidad, lo que Herodes quiere es darle muerte.  En cambio, tras hallar al niño una visión en sueños (versículo 12) les advierte a los Magos de que regresen a su tierra sin informar al avieso Herodes, lo que provocará la posterior matanza de los Santos Inocentes en toda la zona de Belén.  Este suceso deja patente, por un lado, que la festividad del 28 de diciembre de los Santos Inocentes en realidad debería de ser posterior a la Epifanía del 6 de enero, y por el otro que los tres Magos, al fin y al cabo, sí que ostentaban ciertos atributos "mágicos".  

Curiosamente, ni siquiera está claro que fueran tres las personas que visitaron a Jesús; una cantidad que se ha inferido en base al número de regalos que portaban, aunque en otras tradiciones cristianas se estableció que fueran cuatro, siete u doce, tantos como los futuros Apóstoles o las antiguas tribus de Israel.

Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar no se les atribuyeron hasta el siglo quinto.  Con el tiempo también, la tradición cristiana les impuso la categoría de reyes, ausente en la fuente evangélica pero para nada descabellada a tenor de los regalos que llevaban.  Si no reyes, indudablemente debían de ser personas pudientes.

Para muchos, lo más fascinante de toda esta historia se encuentra en su marcado simbolismo: el oro, incienso y mirra que los Reyes Magos entregaron a Jesús son representativos de su realeza, su naturaleza divina y su crudo destino, su Pasión.

Los Reyes Magos habían viajado hasta Judea en el convencimiento de que se había producido un gran acontecimiento histórico: la natividad del Rey de los Judíos, y el oro era un presente a la altura del nuevo monarca.  Por otra parte, el incienso que se suele emplear en el culto religioso está asociado a la naturaleza divina de Jesús, y finalmente la mirra, compuesto usado en el proceso de embalsamado de los muertos, es representativo de su futuro sufrimiento y muerte.  En el caso de que los regalos tuvieran realmente esta intención, entonces sí que se puede afirmar con claridad que los tres Reyes eran magos, o mágicamente visionarios al menos.


La procedencia de los Reyes Magos ha sido también objeto de numerosas teorías.  Se los ha ubicado en Babilonia, Persia, Asia e incluso el reino de los Tartessos en la antigua Andalucía.  En la actualidad se relaciona a cada Rey con un continente y un periodo de la vida del ser humano: Melchor es un anciano procedente de Europa, Gaspar un hombre de mediana edad originario de Asia y Baltasar un joven de África.  Y todo el episodio de su viaje y adoración al recién nacido se interpreta como una suerte de presentación formal de Cristo ante el mundo, con los tres Reyes erigidos en representantes de los continentes y por ende de todos los buscadores de Dios en todos los lugares, de todas las edades y en todas las épocas.

Y por todo esto es que a la festividad de los Reyes Magos se la conoce como la Epifanía, que significa revelación de Dios encarnado en Jesús ante el mundo.

La palabra epifanía no suele emplearse fuera del contexto religioso y a menudo se aplica a acontecimientos sobrenaturales en los que la divinidad se hace presente de forma sorpresiva a través de profetas, oráculos, brujos, sacerdotes o chamanes, pero si nos ceñimos a la definición estricta de la RAE, tenemos que es una "manifestación, aparición o revelación" y por lo tanto refiere a un concepto más amplio no constreñido al ámbito religioso, una realización súbita e impactante.

Por ejemplo, cuando al término de un baile de disfraces los participantes retiran sus máscaras y revelan su verdadera identidad, en ese momento puede decirse que se ha producido una epifanía que podríamos tildar de identitaria.

Sir Isaac Newton junto con algunos de sus descubrimientos y... un manzano en el fondo.

Así mismo, Arquímedes de Siracusa o Isaac Newton tuvieron sendas revelaciones o "epifanías" científicas; aquel exclamó "eureka" al ocurrírsele el principio físico que explica la flotabilidad de los volúmenes con un peso inferior al peso del volumen del fluido desalojado mientras se encontraba dentro de una bañera; éste pergeñó su famosa ley de la gravitación universal cuando una manzana se desprendió del árbol bajo el que descansaba y le cayó encima.  

Es perfectamente posible que hubiesen alcanzado las mismas conclusiones mediante la lógica, la reflexión y el estudio, pero en ambos casos se alude a una epifanía, a una suerte de realización inmediata que cayó sobre ellos y los iluminó, los elevó, en este caso desde el punto de vista del conocimiento científico.

También, el descubrimiento de Cristóbal Colón de América se puede calificar perfectamente como epifanía, en este caso histórica o geográfica, en el sentido de que una civilización inédita a un océano de distancia por primera vez se manifestó ante otra.

A lo largo de la vida de cualquiera de nosotros se pueden producir también epifanías.  Algunos, sí, experimentan epifanías religiosas en las que Dios se les manifiesta.  Salvo que haya mediado alguna sustancia o proceso de estimulación psicotrópica que lo explique, tales personas serán señaladas bien como iluminadas o bien como trastornadas.  La conversión de Pablo de Tarso, un implacable perseguidor de cristianos que sufrió una epifanía y se convirtió al cristianismo de inmediato al escuchar una voz celestial, es un buen ejemplo.

San Pablo, derribado de su montura al recibir la revelación epifánica.

Pero tampoco es necesario que medie un acontecimiento trascendental ni de envergadura objetiva.  Contemplar el mar por primera vez, descubrir una historia, libro, película o persona fascinante, visitar un lugar que quita el aliento, escuchar una pieza musical cautivadora o conocer al amor de tu vida pueden implicar grandes epifanías personales, subjetivas.

En cierta ocasión dijo el escritor portugués Fernando Pessoa:

En verdad que desearía no haber leído nunca Los papeles póstumos del club Picwick para volver a tener la oportunidad de leerlo por primera vez.

Para él, aquella novela de Charles Dickens había sido una gran epifanía.  Para otros, en cambio, no pasaría de un libro aburrido que acumulaba polvo en un estante.

También el yoga ha supuesto una epifanía para muchas personas, un hito revelador que los dejó boquiabiertos y cambió sus vidas para siempre.  Hace unos meses detallé en este blog mi propia andadura en el mundo del yoga y relaté mis comienzos: una de las grandes epifanías de mi vida.

Y finalmente tenemos las epifanías que han habido a lo largo de la historia del yoga: acontecimientos reveladores y manifestaciones de grandes maestros.  Con la excusa de la Epifanía del Señor, a continuación enunciaré, a modo de conclusión y sin extenderme demasiado, lo que a mi modesto entender han sido las grandes epifanías en la historia del yoga: 

Parlamento Mundial de Religiones de Chicago en 1893: epifanía de Swami Vivekananda.

  1. Siglo V a.C., aunque los hechos narrados supuestamente se remontan al 3.102 a.C.: Bhagavad Gita, discurso filosófico en forma de diálogo cantado entre Lord Krishna y Arjuna que supone la epifanía de Krishna ante la humanidad, representada en Arjuna.  A partir de ese momento Krishna se erige en una de las mayores referencias espirituales al nivel de Buda, Mahoma y Jesucristo.

  2. En torno al siglo III a.C.: Yoga sutras de Patanjali.  Texto fundacional del yoga, que deja de ser un conjunto deslavazado de técnicas para convertirse en un método sistemático con el que resolver el gran dilema del sufrimiento humano.  Casi olvidado durante siglos, su redescubrimiento y divulgación durante los últimos 120 años lo ha encumbrado al rango de epifanía.

  3. 1893: Epifanía de Swami Vivekananda.  Su participación en el Parlamento Mundial de Religiones de Chicago en 1893 supuso una epifanía del yoga de la India y de la filosofía hindú ante el resto del mundo, para el que se abrió una puerta a una fuente de sabiduría riquísima y antiquísima que había pasado desapercibida durante milenios.  Fue un personaje clave en la difusión de los Yoga Sutras.

  4. 1920: Paramahansa Yogananda viaja a Estados Unidos para participar, como delegado de la India, en el Congreso de Liberales de la Religión celebrado en Boston.  Nacido en 1893, precisamente el año en que Vivekanda viajó a Chicago, sus conferencias y su famosa Autobiografía de un Yogui constituyeron una verdadera epifanía para millares de personas a las que hizo abrazar la meditación y las técnicas del Kriya Yoga.  Residió de forma permanente en Estados Unidos, donde enseñó de forma ininterrumpida durante décadas.  Vivekananda fue el pionero, pero Yogananda resultó crucial en la epifanía del yoga fuera de la India.

  5. Alrededor de 1910: encuentro entre T. Krishnamacharya y Ramamohan Brahmachari.  Sin duda el periodo de siete años de estudio con su maestro Brahmachari supuso una gran epifanía para T. Krishnamacharya, quien rescataría para el mundo un conocimiento que de otro modo se habría perdido.  La posterior vida y enseñanza de Krishnamacharya fue la epifanía del hatha yoga, que gracias a él se revitalizó, dejando de ser una práctica marginal constreñida a reducidos círculos para convertirse en un fenómeno global que los gentiles podían integrar en su vida cotidiana.

  6. 1952: Epifanía de BKS Iyengar, que se da a conocer ante el mundo de manos de su aventajado discípulo Yehudi Menuhin, el famoso violinista.  Con el permiso de Indra Devi, Iyengar fue el primer discípulo de Krishnamacharya cuyas enseñanzas llegaron a Occidente.  Estudiante de Krishnamacharya durante un corto periodo de tiempo, fue un gran autodidacta e investigador que divulgó un estilo de yoga muy técnico y preciso.  Millones de personas practican hoy Iyengar yoga y sus enseñanzas, y por ende las de Krishnamacharya, impregnan escuelas de yoga por doquier.

  7. 1957: Epifanía de Swami Vishnudevananda.  Con las palabras de su gurú Sivananda: "Ve al Oeste.  El mundo está a la espera" Vishnudevananda inició un periodo de 35 años de difusión de este estilo de hatha yoga al que denominó Sivananda en honor a su maestro y que tiene profundas raíces en las enseñanzas del raja yoga de Vivekananda pero con un énfasis especial a la salud.  Vishnudevananda y Krishnamacharya son los dos troncos del que bifurcan prácticamente todas las ramas de los estilos de hatha yoga que se practican hoy día.

  8. 1973: Epifanía de Pattabhi Jois, que se da a conocer al mundo de manos de tres estudiantes occidentales: Norman Allen, Nancy Gilgoff y David Williams.  A través de Pattabhi Jois se divulga el yoga de Krishnamacharya durante sus años de enseñanza en Mysore y se continúa un linaje de hatha yoguis que se remonta a Brahmachari y más allá.

Por deformación profesional he incluido los hitos del linaje de Ashtanga Yoga   He obviado algunos grandes referentes espirituales modernos que quizás deberían haber estado como Ramana Maharsi y Sri Aurobindo en parte por no sobrecargar la lista y en parte porque tengo la impresión de que, aunque sin duda importantes, no han sido tan influyentes como las personas listadas.